Desequilibrados por el equilibrio:
Capítulo 1

Durante miles de años, el Árbol de la Armonía fue el encargado de proteger el mundo de todo mal. Cíclicamente, elegía a espíritus puros, para que se convirtieran en sus 'Campeones'. Campeones que en su nombre protegerían todo, y a todos.

Por ejemplo, los Pilares, liderados por Star Swirl el Barbado. Y más recientemente, las Portadoras de la Armonía, o Mane 6, como eran más popularmente conocidas.

El deber del Árbol de la Armonía, el poderoso espíritu guardián, era para el mundo; y para el equilibrio.

Y ese era el pequeño detalle. Para el equilibrio, antes de la Creación, era necesaria la Destrucción. Para iniciar un nuevo mundo, el mundo anterior debía dejar de existir. El segundo deber del Árbol de la Armonía, era asegurar esto: la destrucción del mundo.

Por eso tenía dos caras. Una, el Árbol de la Armonía. La otra, el Cencerro de Plata.

Si como el Árbol de la Armonía, el espíritu del equilibrio tenía a sus 'campeones' designados, lo mismo se aplicaba a su otra cara. Por tradición, al final de cada ciclo de vida/muerte el Cencerro de Plata buscaba al ser más malvado del mundo entero para ser su campeón absoluto de la muerte.

No un idiota que se guiara por la avaricia, la conquista, o las pasiones terrenales. Sino alguien que trajera la muerte y la destrucción por el mero gusto de hacerlo.

Buscaba a un ser para quien ser malvado fuera su propia recompensa.

El elegido del actual para destruir el mundo, era un hechicero cabra llamado Grogar.

Grogar era conocido por su extrema sensibilidad a la magia, la cual le daba la ventaja en todos los combates. Gracias a esta sensibilidad, él podía conocer todos los movimientos de sus oponentes por anticipado. Orgulloso de este don, lo fue desarrollando cada vez más hasta el punto de ser invencible. No había sido derrotado ni una vez en su vida en combate, ni siquiera cuando niño; y quería asegurarse que las cosas siguieran así.

Todos los seres vivos estaban conectados a la magia, pues ésta era la manifestación de la vida. Y cada movimiento que se hacía, causaba turbaciones en la magia. Grogar aprendió a sentir estas turbaciones, y aprendió a anticiparse a todo. Incluso podía conocer el flujo de los pensamientos gracias a esta sensibilidad.

Todos los que lo desafiaban terminaban vencidos en segundos, y Grogar se hizo arrogante y su sed de poder lo llevó a destruir ciudades enteras para conquistarlas.

Desgraciadamente, eso le trajo graves consecuencias. Pronto se dio cuenta que estaba harto, y que no había nadie que lo hiciera probar sus verdaderas habilidades. Ni siquiera grandes ejércitos duraban diez segundos ante él. Su frustración creció hasta convertirse en un odio sin precedentes. Despreciaba a todos los demás seres vivientes por el solo hecho de atreverse a existir siendo tan débiles.

Y entonces el Cencerro de Plata se manifestó ante él, prometiéndole la vida eterna, más que suficiente tiempo para que hallara a un rival digno de él. Grogar aceptó, cayendo en la trampa. El Cencerro sabía que nadie era ni sería capaz de enfrentarse a él, nunca.

Cuando Grogar se dio cuenta de lo que había hecho, devastó la mitad del mundo, para finalmente aislarse para el resto de sus días. Pero el Cencerro sabía que era cuestión de tiempo. Claro, el mundo se recuperó, excepto la isla que Grogar eligió como su residencia, pero tarde o temprano su odio sería más fuerte que él y el mundo sería destruido por fin.

Así había sido antes, y continuaría por siempre. El ciclo de la vida.

Y entonces las campeonas elegidas tuvieron hijos. Maldición.

Al principio, no había problema. Los hijos de Rainbow Dash, la sobrina de Applejack, el hijo de Pinkie Pie, y de Fluttershy eran buenos ponis. Tal vez no serían los sucesores de sus madres como los héroes dela Armonía, pero eran buenos ponis.

Pero luego estaban Bright Spark; el hijo de Twilight Sparkle. Y Luminositè Belle, la hija de Rarity. Esos dos no sólo jamás serían los sucesores de sus madres, sino que eran todo lo contrario.

Ambos estaban completamente locos. Y ambos eran genios, una combinación mortal.

Tan inteligentes, que a los diez años, habían creado un arsenal tan poderoso que podían devastar ciudades enteras. Y nadie podía enfrentarse a ellos. Ni siquiera sus madres… o las Princesas.

Bright era un potro sin sentimientos, apenas si tenía un vestigio de empatía que evitaba que dañara a los de su propia especie. Pero luego, las leyes morales le daban igual, no le importaba que sus inventos fueran capaces de asesinar a miles de un solo golpe, a él todo lo que le importaba era ver qué tan lejos podía llegar con su maquinaria.

En cuanto a Luminositè, ella amaba a su madre con todo su corazón, y porque no quería decepcionarla jamás se atrevería a lastimar a otros ponis. Pero también estaba 'enamorada del dolor' y nada le causaba más placer de causar un sufrimiento sin precedentes a todos los villanos que caían en sus cascos.

Cientos de villanos atacaron Equestria, sólo para ser capturados y sometidos a las más horribles de las torturas por las múltiples armas que habían creado. Los liberaban al poco tiempo, porque querían divertirse otra vez con ellos. Por eso nunca mataban, se limitaban a 'quebrar sus huesos hasta quebrar sus espíritus'.

No siempre funcionó, claro. Una villana prefirió ahorcarse luego de ser liberada. Así de grandes fueron los horrores que sufrió en las garras de Bright y Luminositè.

Pero según ellos, sólo eran crueles para castigar a los malos. Eso los hacía buenos. Vaya lógica.

Cuando Grogar escuchó de ellos, obviamente quiso enfrentarlos. Y para su grata sorpresa, al usar armas no basadas en la magia; por primera vez Grogar no podía adivinar los movimientos de sus enemigos.

No sólo eso, sino que al final usaron un arma que lo terminó por derrotar: la bomba atómica. Y aunque sobrevivió de milagro, el envenenamiento radioactivo lo acabó en cinco años de agonía.

Lo siguiente que ocurrió, fue que el Cencerro de Plata intentó reclutar a los que asesinaron a su campeón, pero ellos se rehusaron.

El Cencerro no se dio por vencido, siguió intentando reclutar a los dos dementes, pero ellos no estaban interesados. Al final los intentos del Cencerro causaron la muerte de la Princesa Celestia, que era la madrina de Bright Spark. Por supuesto eso lo enfureció y no descansó hasta darle su merecido al espíritu guardián.

Entre Lumi y él fabricaron un reemplazo mecánico para el Árbol de la Armonía (mucho más poderoso que el original). Segundo, atraparon al Cencerro de Plata en un contenedor del cual jamás podría escapar y lo pusieron en órbita. Y como toque final, hicieron leña al Árbol de la Armonía.

De este modo el ciclo del universo quedó interrumpido para siempre.

Los dioses no iban a perdonarlo.

Nada, lugar entre los mundos:

El espíritu de la Princesa Celestia estaba sentada en plan de juez de piedad, junto a su ahijado y a su amiguita.

Por extraño que pareciera, los dioses habían llamado a dos mortales a sus dominios.

Los dioses, por otro lado, invisibles para los mortales, observaban al par que tenían delante de ellos.

¿Entonces están de acuerdo con su sentencia?

Los dos adolescentes se miraron.

─¿Qué sentencia? Ustedes se ofrecieron a curar nuestra locura, no me suena como una sentencia ─ dijo Luminosité Belle.

Sentencia para nosotros, admitimos que el espíritu a cargo de su mundo se extralimitó al intentar forzarlos a reemplazar a su campeón.

El libre albedrío no puede tocarse.

─Como sea, ¿así no más? ¿Nos mandarán de regreso, completamente cuerdos? ─ Preguntó Bright Spark. ─ Su equilibrio del universo es historia, ¿y aun así nos dan un premio?

Sí, por el resto de sus vidas ustedes estarán cuerdos.

Los dos amigos levantaron una ceja ante eso.

Celestia iba a decir algo, pero fue silenciada por el abrumador poder de la mirada de un dios. Algo no estaba bien ahí, quería advertirles, pero no le era permitido hablar.

El dios siguió hablando. Fue culpa nuestra, a partir de ahora nos aseguraremos que la locura y la inteligencia no vuelvan a combinarse jamás. Ahora largo de aquí.

Y los dos chicos fueron devueltos al mundo mortal.

Idiotas.

No, ambos saben que nos traemos algo entre manos. Respondió otro dios. Simplemente querían acabar con esto.

Celestia los miró.

─¿Qué les han hecho?

Lo que prometimos. Les quitamos su locura.

Celestia negó con la cabeza.

─¡No puede ser tan simple! ¿Qué les hicieron en verdad?

No es tanto qué les hicimos nosotros, sino lo que ELLOS harán.

Celestia sintió un escalofrío.

Sólo te preguntaré una cosa, Celestia. Dijo uno de los dioses. Si tú tuvieras tanta sangre en los cascos como ellos, ¿serías capaz de dormir de noche?

La difunta alicornio negó con la cabeza.

─¡Por supuesto que no! No estoy loca ni soy una especie de sociópata.

Ellos tampoco. Ya no más.

Celestia soltó un grito ahogado.

Les doy cinco minutos.

Pero pasó una hora, y Bright Spark y Luminositè se aparecieron de vuelta.

Su madrina corrió a abrazarlo.

─Oh, no Bright Spark… ¿qué pasó?

─Lo que este grupo de deidades pretendía ─ dijo el joven unicornio como si nada. ─ ¿Recuerdas esas bombas del tamaño de una canica que son capaces de volar una casa entera?

─Sí…

─Nos tragamos un par de esos. Él con un smoothie, y yo con una taza de té ─ dijo Luminositè.

─Y luego las detoné. Nuestros robots ya están limpiando el desastre para incinerar nuestros restos.

Luminositè se dio cuenta de algo.

─Ey, Bright. ¿Lo notas?

─¿Qué cosa?

─Los remordimientos, el dolor… la tristeza… se han ido.

Bright esbozó una pequeña sonrisa.

─La sentencia era que estaríamos cuerdos lo que quedaba de nuestras vidas. Ya morimos, nuestra amada locura ha vuelto.

Lumi entendía a lo que se refería. Sin la locura, tendrían que lidiar con la culpa de los múltiples horrores que habían creado en vida. Los villanos a los que torturaron, incluyendo a la que se suicidó. Estando chiflados, no les afectaba en lo más mínimo.

Olviden eso. Es hora de su segunda sentencia.

─¿No les basta con hacernos suicidarnos? En serio que son unos enfermos ─ dijo Lumi, soltando un bostezo de aburrimiento.

Cállense. Eso fue por atreverse a hacerle daño a nuestro hermano. Ahora, deben pagar por interferir con el equilibrio.

Los sentenciamos a restaurar el equilibrio de Equus.

Los dos chicos soltaron un largo suspiro.

─¿Y no hubiera sido más razonable hacernos suicidarnos después de hacerlo?

Celestia asintió.

─En serio que no le veo lógica a sus acciones…

Los dioses gruñeron.

Su Equus no es el único Equus que existe, torpes. Nosotros somos los encargados de velar por múltiples líneas temporales de un mismo territorio.

Hemos visto todo. Un grupo de piratas contra un grupo de caballeros secretos. A sus madres convirtiéndose en monstruos desalmados, guerras contra alicornios, un dios del caos junior… cada universo tiene sus problemas. Desgraciadamente no todos tienen sus soluciones tan simples.

─Así que un universo no puede cuidarse solito y nos mandan a nosotros. En serio que…

No tienen opción. Restauren el equilibrio de ese lugar, y a cambio les concederemos el descanso eterno.

Si no, prepárense para una existencia infinita en el limbo. Ustedes deciden.

Bright y Lumi intercambiaron una mirada.

─¿Estaremos vivos ahí? ─ Preguntó Lumi.

─Sí y no. Tendrán un cuerpo físico pero no estará vivo del todo. Sólo les permitirá interactuar con los otros seres vivos en ese mundo.

─Ya veo ─ dijo Bright. ─ Voy pero con una condición.

¿Quién eres tú para imponernos condiciones a nosotros?

─El que hizo leña a uno de ustedes ─ respondió Bright como quien comenta el clima. ─ Y mi condición es simple, si voy a aparecerme ahí, quiero mantener el equipo que llevaba puesto cuando exploté.

─Lo mismo aquí. Sin un mínimo de equipamiento, no podemos hacer gran cosa ─ añadió Luminosité.

De acuerdo entonces. Buena suerte.

─Pst, enviarlos a limpiar un desastre que ustedes no pudieron ─ dijo Celestia con reprobación.

Cállate.

Una luz blanca envolvió a los chicos, y desaparecieron.

La oscuridad y la luz siempre han estado en equilibrio, pero ahora… El mundo ha cambiado. Se siente el agua, se siente el viento… Mucho de lo que fue, se ha perdido, porque ya no queda nadie que lo recuerde...

—Ya vamos a llegar. — Dijo un poni terrestre, de color crema, ojos verdes y crines moradas. Llevaba un grueso abrigo de piel. El poni clavó un quark en la roca de la montaña y miró hacia abajo, donde había un grifo de plumaje marrón y amarillo. Sin embargo, curiosamente le faltaba un ala.

El grifo clavo su propio quark y miró al poni. — Cuándo lleguemos arriba, voy a necesitar un trago de whisky, Green… — Dijo cansado mientras que seguía subiendo.

—No eres el único, Crow.

Al cabo de varios minutos, Green colocó su pezuña en la sima de la montaña y subió para después ayudar a Crow. Ambos se sentaron en el borde y Green sacó de sus alforjas una botella de whisky. — ¿Vaso?

—¿Para qué quieres un vaso? — Tomó la botella y se bebió la mitad de un solo trago. Se la entregó a Green quien bebió con más lentitud, apenas unos dos sorbos. — Buena vista…

—No te lo negaré. — Dijo Green mirando la hermosa y despejada noche, imperada por la luna llena. La nieve llegaba hasta el horizonte. Se podían distinguir varios poblados y ciudades. Y, no muy lejos, se distinguía un gran campamento. — Vamos, que estamos tarde.

Los dos se levantaron rápido y caminaron hasta el otro lado de la montaña, donde la vista cambio rotundamente. La noche comenzaba a desvanecerse lentamente hasta llegar a un breve espacio donde el cielo tomaba una tonalidad anaranjada y, más alejada, se podía ver un cielo diurno, y mientras más introducían su vista en el lado soleado, más se notaba un incremento de la temperatura. Y, del mismo modo que ocurría en el lado nocturno, se distinguían campamentos cerca de la zona intermedia.

—Dame el telescopio. — Dijo el grifo mientras que Green sacaba el objeto de sus alforjas para dárselo al grifo. — Ve instalando el radio. — Green asintió se alejó mientras que Crow continuaba mirando por el telescopio. — Avísame cuando termines, así armamos el campamento.

Green sacó de sus alforjas un cubo de color azulado y lo lanzó al suelo, el mismo explotó liberando una nube de humo azul. Cuando la misma se despejó se vio una caja de cartón, la abrió de ella sacó un aparato de radio.

Crow escuchó los ruidos que hacia Green al montar el equipo, pero no le dio mucha importancia, se limitó a seguir con el telescopio, repasando la zona media. Fue entonces que vio un pueblo en llamas…

Los gritos y suplicas se escuchaban, todos los campesinos corrían desesperados mientras que un grupo de grifos, dragones y ponis, vestidos con armaduras azul oscuro, quemaban y saqueaban cada una de las casas. En el suelo se podía apreciar una bandera de color rojo y dorado, con un sol en el centro.

De una de las casas, salía un grifo sosteniendo dos potrillos bebes, los llevó hacia un carro y se los entregó a una yegua de vestido azul que estaba junto al mismo. — Reclutas para la Guardia Jenízara de la Reina Nightmare. — Le dijo al Pegaso que custodiaba el carro, lleno de varios bebes llorando. El Pegaso miró a la yegua con una mirada severa. — Deben ser todos los bebes el pueblo, vámonos para la zona fría, ya no soporto su llanto.

—Necesitare ayuda para calmar a tantos niños… — Dijo la nodriza mirando la multitud de bebes que estaban el carro, todos llorando. — El Pegaso suspiro cansado.

—El peor trabajo del mundo…

El mundo está dividido, y lo ha estado desde hace ya 20 años. Aún recuerdo cuando cómo empezó, con la celebración del Sol de Verano, el día del regreso de la Princesa Luna.

La princesa Celestia creyó ciegamente en que su alumna, Twilight Sparkle, podría purificar a su hermana… Que equivocada estuvo. Nightmare Moon, tras su encierro de mil años, devastó Equestria con una ira y rencor inimaginables. Tras tres meses de caos, el reino se había sumido en una guerra civil y las grandes ciudades ahora estaban en ruinas. Durante el asalto final de Nightmare Moon a Canterlot, el asalto que le daría la victoria final, fue que Celestia, frustrada por las desastrosas derrotas y por la impotencia de no poder parar a Nightmare Moon, abrazó el único poder capaz de revertir la situación, el verdadero poder del sol, Daybreaker.

Con el nacimiento de esta nueva entidad, Nightmare Moon se vio obligada a retirarse junto a sus seguidores de Canterlot, y durante el siguiente año Daybreaker reconquistó gran parte de Equestria, pero este conflicto entre dos hermanas no podría limitarse a las fronteras del reino de los ponis…

Con la brutalidad de la guerra, las tropas de ambas hermanas se vieron mermadas, por lo que ambas llegaron a la misma conclusión… Buscar aliados. Los grifos, los dragones, los yacks, los lobos, los ciervos y muchas otras razas se unieron a la guerra apoyando a una de las hermanas, incrementando la inmensidad del conflicto.

Este episodio oscuro se llamó La Gran Guerra, que duró 4 años hasta que ambas hermanas firmaron una débil y forzada paz en la que ambas acordaron dividir el mundo en dos reinos; Uno para Daybreaker, y otro para Nightmare Moon. Las distintas razas se vieron obligadas a elegir si vivir bajo el Día Eterno o bajo la Noche Eterna, pues no existía ningún ser capaz de igualar los poderes de las dos hermanas.

Sin embargo, esta paz estaba condenada a la muerte, pues cuando el mundo se dividió, una pequeña franja de terreno conocida como "La Franja del Crepúsculo" se creó como frontera entre ambas potencias, siendo esta la única tierra que, luego de 3 años, era capaz de producir alimentos…

Y así… los conflictos entre ambas hermanas resurgieron con mayor fuerza.

Última Noche, Reino de Nightmare Moon:

La capital del Reino de Nightmare estaba el rincón más oscuro y frio de la franja nocturna, no era una ciudad y estaba enormemente alejada de los poblados y ciudades vasallos. Se trataba de un castillo negro, de arquitectura gótica. En su interior, protegido por la poderosa magia de Nightmare Moon, los guardias y el personal del castillo vivía con tranquilidad, realizando todas sus labores.

El personal estaba compuesto principalmente por Bat Ponis, la raza predilecta para Nightmare, no obstante también había grifos, cebras y lobos trabajando en el castillo. Pero no tenían un aspecto ordinario, sino que sus pelajes eran bastante más gruesos y todos compartían ojos de estilo gatuno para ver en la oscuridad. Del mismo modo en que pasó con los vasallos de Daybreaker que vivían en las zonas más cálidas, los siervos de Luna que habían elegido vivir en las profundidades de la Franja Nocturna, habían sido alterados por la magia de Nightmare.

Nightmare Moon, la gran Reina Negra, caminaba por los pasillos de su castillo. Su mirada era seria, implacable e intimidante. Todos los guardias y los miembros del personal la saludaban con respeto y total sumisión.

Camino a paso firme hasta los calabozos del castillo, donde un frio incontenible azotaba con crueldad a los prisioneros capturados, que aun llevaban puestas sus armaduras y uniformes del ejército de la Franja Diurna. Había ponis, ciervos, grifos, entre otras razas. Estos tenían un aspecto idéntico al que tenían las razas antes al acuerdo de paz. Al ver a Nightmare, todos comenzaron a suplicarle para que los sacará de ahí, pues ya el metal de sus armaduras y de sus cadenas se había pegado a su piel del frio, y el dolor era insoportable.

Pero ella no estaba interesada en las absurdas suplicas de aquellos prisioneros… Ella caminó hasta llegar a unas escaleras, bajó por ellas mientras que los gritos de los prisioneros comenzaban a dejar de oírse, para ser reemplazados por los gritos de un solo individuo.

—Majestad. — Saludó un extraño grifo ciego de color azul oscuro, que se encontraba recostado junto a una celda oscura de la cual provenían los gritos.

—Vlad, ¿Cómo está el antiguo mariscal? — Preguntó ella con una voz neutra, fría y carente de toda bondad.

—¡Ja! ¡Cómo siempre! — El grifo extendió la garra y abrió la celda, dejando pasar a Nightmare, quien usó su magia para iluminar todas las antorchas de la prisión.

El cuarto era una caverna, vacía y fría. Nightmare Moon caminó por un puente natural formado por la piedra. Miró hacia abajo y puedo ver cientos de huesos, al igual que unas extrañas sombras moviéndose entre ellos y devorando la poca carne que quedaba. A medida que ella caminaba, los gritos se hacían más fuertes hasta que finalmente llegó con él…

Era un unicornio, de pelaje gris, crines negras y una CM en forma de escudo con un Mochuelo dentro. Él no podía ver, puesto que sus ojos estaban tapados con una gruesa banda de cuero. Su cuerpo estaba fuertemente encadenado a las paredes y al techo de la caverna, imposibilitando todo su movimiento.

—Buenas noches, hijo mío. — Dijo Nightmare Moon manteniendo su expresión fría.

El joven unicornio, de apenas 14 años, temblaba y gemía a causa del frio. Levantó la cabeza en la dirección de la cual venia la voz de su madre y tembló con más fuerza. — Ya son 6 meses ¿Ya has reconsiderado tu comportamiento hacia mí? — El joven no dijo nada, solo asintió. — Eso era lo que quería oír. — Dijo Nightmare sacando una llave y soltando el candado que sujetaba todas las cadenas, ubicado en el cuello de adolecente.

Se escuchó un click y las cadenas cayeron causando un sonoro eco seguido por chillidos provenientes de las criaturas del fondo de la caverna. — Espero que esto sirva de lección. — Ella solo se dio media vuelta y salió de la celda, dejando a su hijo solo para que saliera por su cuenta.

Perpetua Aurora, capital del reino de Daybreaker:

En un castillo de estilo romano, dentro de la torre más alta, Daybreaker estaba sentada en un gran trono dorado frente a una larga mesa. En ella estaban sentados grandes personalidades de su reino, entre ellas estaba el capitan general del Ejército y miembro de la Orden de los Caballeros del Sol Rojo, Shining Armor y la esposa de este, princesa y gobernante de las tierras de la franja crepuscular, Cadence.

—¿Estatus? — Preguntó la Reina del Sol.

—Las líneas defensivas están aguantando los ataques de los ejércitos de Moon, alteza. Pero los pueblos cercanos que se han mostrado leales con usted sufren constantes saqueos. Y tenemos algunos problemas de suministros en la zona norte del sector 7. — Dijo Shining Armor.

Daybreaker asintió y miró el mapa de la franja crepuscular que estaba sobre la mesa. — En los últimos años, Moon se las ha ingeniado bastante bien… Aun es dueña de la iniciativa.

—Algunos generales sugieren que su próxima gran ofensiva será en el sector 2.

—Que envíen reservas, y que se dupliquen las defensas. Debemos hacer que sus tropas peleen por cada centímetro de tierra. Sus tropas están más adaptadas a la oscuridad, mientras más se acerquen al lado cálido más se debilitaran.

Shining Armor asintió.

—Cadence. — La princesa miró a Day, quien se le clavó su aguda mirada durante unos segundos antes de hablar. — ¿Cómo va la producción de trigo?

—Va bien, Tía. Utilizando esclavos traídos de las tierras frías hemos podido triplicar nuestra producción, puedo anticipar que tendremos otro gran repunte hacia el final del año. — Daybreaker asintió complacida.

—Que sigan produciendo sin parar, es importante que Nightmare Moon se quede sin recursos antes que nosotros. Es más… Que para el final del año la quintupliquen, si necesitas más obreros te los enviaré. — Cadence asintió.

El imperio del Sol estaba cada día más arrinconado por las constantes ofensivas del Reino de la Luna. No obstante, Daybreaker jamás admitiría que Moon la estaba dominando, debía darle la vuelta a la situación sin importar las vidas perdidas.

Tras la reunión. Ella salió y caminó por los pasillos, admirando el inmenso desierto que se podía apreciar por sus ventanas. No obstante, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su fiel alumna, Twilight Sparkle, le habló.

—Majestad. — Saludó ella haciendo una reverencia, Day le hizo un ademan para que ella se levantara.

—¿Qué ocurre, fiel alumna?

—Princesa, los guardias capturaron a un joven unicornio en las cercanías del palacio.

Daybraker arqueó una ceja.

—¿En las cercanías? — El calor fuera del palacio era enorme, era muy extraño encontrar poblados en esa zona del mundo.

—Sí… pero lo extraño maestra… Es que es un poni de la franja.

Con esa información, Daybreaker abrió sus ojos por el asombro ¿Cómo era posible que un poni de la Franja Crepuscular llegara a esta zona solo? Se suponía que los únicos ponis capaces de vivir ahí eran ella, su alumna y el personal adaptado a este clima.

Day no perdió tiempo y marchó a ver al visitante, el cual había sido apresado en los calabozos.

Tanto la reina del Sol como su alumna llegaron a la celda en la que habían encerrado al joven, sin embargo al verlo Day se sorprendió aún más… Pues él no mostraba síntomas de deshidratación, de fatiga, fisiqueara de acaloramiento… Estaba en perfecto estado, recostado contra la pared de la celda, mirándola con una sonrisa que no le gustó nada. Amistosa, pero con un dejo de falsedad y autosuficiencia.

Vestía un extraño traje de Spándex negro, con detalles morados.

—Hola Majestad, me presento ─ dijo con un tono impertinente, mientras le alargaba a Day su tarjeta de negocios. ─ El nombre es Bright Spark, y he venido a saquear su amada biblioteca para ver qué consigo para el mercado negro. ¡Un gustazo!

Y bueno, primero que nada un enorme agradecimiento a Eyedragon, que me dio la oportunidad de reutilizar a estos dos personajes. En serio me gustaron mucho.

De no ser porque me ofreció la oportunidad de hacer un nuevo fic cooperativo, no hubiera escrito nada nuevo.

En fin, espero lo disfruten y,

¡Chao; nos leemos!

(De nuevo gracias Eye)