Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, salvo los que yo cree para esta historia. La historia es mía.
Prólogo
"– ¿No ves el precipicio? ¡Cuídate del precipicio! – Tomé la mano de mamá por instinto. Ella me abrazó de forma estranguladora. Me lastimaba.
–Ma, me lastimas… ma
–Edward…– contuve la respiración al ver como su cuerpo caía desvanecido al vacio. Estábamos muy alto. El viento azotó mi cara y luego ya no sentí nada."
Una mano apretó la mía haciendo que apriete mis ojos apenas. Me dolía la cabeza y sentía todo mi cuerpo entumecido.
–Es muy probable que no recuerde lo que ha pasado. Señor Cullen, si cree que no será buena compañía para el niño, nosotros nos encargaremos…
–No tienen que preocuparse por eso. Soy lo suficiente capaz, tengo dos hijos y estoy seguro que a Edward le hará muy bien su compañía. ¿No han podido averiguar nada más?
–La vecina que llamó la ambulancia sólo escuchó los gritos y luego salió a ver lo que sucedía. El niño es el único que sabe la verdad, esperaremos unos días para ver si puede contarnos algo.
Las voces me abrumaban y al abrir los ojos, sólo vi oscuridad. No recordaba haber llegado aquí.
–Edward… Edward, estas aquí. – miré a la persona que me hablaba. El sujeto tenía cabello rubio y se veía muy angustiado. Recostó su cabeza en mi pecho sin soltarme la mano. Con dificultad moví la otra hasta llegar a su cabeza y darle pequeñas caricias. No quería que llorara.
–Estás a salvo pequeño. No dejaré que nada malo te pase. Te lo prometo. – Dijo levantando su rostro para observarme. Parpadee todavía confuso y él esbozó una pequeña sonrisa. – Soy tu tío Carlisle, la última vez que te vi eras un bebé. Es por eso que no me recuerdas. – acarició mi rostro con ternura y volví a cerrar los ojos agotado.
Capítulo 1: Empezando de nuevo.
Pov Bella
La señora Robbins fue bastante clara cuando dijo que éste sería mi último día en la granja y que esperaba no tener que buscarme de nuevo. Me encogí de hombros despreocupada. No era mi culpa que los señores Brown no se adaptaran a mi comportamiento.
–Bella, en serio. Es suficiente. Tendrás que ser buena niña esta vez, ¿de acuerdo?– dijo aparcando frente al hospital de Seattle. Al ver que no la miraba, me levantó el mentón para que la viera a los ojos. – ¿Me escuchaste?
–Si, señora. – respondí.
–Bien. Aquí estamos. Fue bastante difícil niña, no lo arruines. – Dijo ella desabrochándose el cinturón de seguridad. – La señora Hale ha sido muy amable y ha insistido en que vivas con ella, así que trata de no hacer que se arrepienta, ¿está bien?– asentí a la vez que me bajaba del auto. Agarré mi maleta y seguí a la señora Robbins.
La señora Hale fue muy amable como la señora Robbins había señalado. Me mantuve callada ya que siempre que abría la boca lo arruinaba.
Ella me pidió que la llamara Esme, si es que quería. Me pidió que la esperara a que su turno terminara para luego llevarme a su casa. Asentí en respuesta y me senté frente a recepción. La señora Robbins se despidió no sin antes darle unos consejos a Esme sobre mi conducta. Rodé los ojos.
–Bien, mi niña. He terminado. ¿Nos vamos?– dijo sonriendo. Su sonrisa era demasiado expresiva para mi gusto. Asentí y me puse de pie tomando mi maleta– Oh deja que te ayude con eso, ¿de acuerdo?– agarró mi maleta y fuimos hacia su auto.
–A Rosalie le alegrará tener una nueva amiga, ¿sabes? – comentó sin despegar la vista de la carretera. La miré con cara de pocos amigos.
– ¿Rosalie?– pareció sorprenderse al escuchar mi voz, pero aun así siguió hablando naturalmente.
–Sí. Mi hija. Tiene catorce al igual que tu, seguro serán buenas amigas. – sonrió.
La casa de Esme era grande, no tanto como la de los Brown. Aunque era incomparable una casa de pueblo con una de campo. Esme me guió hasta mi habitación para luego hacerme un recorrido por la casa.
–Esta es la cocina, habitualmente comemos aquí. Salvo que sea una fecha especial, entonces comemos en la mesa del living. – asentí. La mesa de la cocina era grande. La del living lo era mucho más.
–Bien Bella, eso es todo. Siéntete como en tu casa. – dijo colocando una mano en mi hombro. Me aparté de inmediato, haciendo un movimiento brusco. Vi como Esme se entristecía un poco. – Está bien, Bella. Estas a salvo. ¿Lo sabes, no?– asentí y me fui a mi habitación dejando a Esme sola. No me molestaba, nunca le había importado a nadie. No era la primera vez que reaccionaba de esa forma y veía como la otra persona se ponía mal al respecto.
Ellos no sabían por lo que yo había pasado y no tenían ningún derecho de opinar al respecto.
Permanecí en mi habitación hasta que Esme me llamó para comer. Bajé bañada y cambiada, llevaba unos jeans holgados y una remera rayada verde y amarilla. Me detuve en seco al ver a una persona más en la mesa.
–Hola Bella, soy Rosalie. – la rubia se levantó sonriendo y manteniendo distancia me tendió la mano. La miré dudosa y la acepté. La sonrisa de Rosalie se ensanchó más. – Puedes decirme Rose.
–Rose. – asentí.
Cenamos tranquilas. Esme no tenía esposo y no sabía el motivo y tampoco tenía porqué preguntarlo, no es como que me vaya a quedar por mucho tiempo. Ella y Rosalie conversaron de cómo les fue en su día, ambas sonrieron todo el tiempo. Nunca había visto a una persona sonreír tanto, menos a dos sonreírse mutuamente todo el tiempo.
Esme me ofreció postre pero le agradecí y me fui a la cama. No tenía muchas ganas de pasar más rato con ellas, me sentía fuera de lugar al no compartir las mismas emociones.
Mi cama estaba al lado de un gran ventanal que me permitía ver las estrellas. Amaba ver el cielo, supuse que ese era el motivo por el que Esme me había dado esta habitación. Arropada en las nuevas mantas, me quedé dormida.
Las risas que se escuchaban en la casa llegaron a mis oídos. Me negaba a abrir los ojos. No quería arrancar el día en esta casa, con esta familia. No quería arruinar su felicidad.
El hambre me ganó y tuve que verme obligada a levantarme. Me cambié el pijama y bajé camino a la cocina. No vi a Esme en ninguna parte. Rosalie apareció en la puerta de la cocina y me sonrió.
–Buenos días Bella, ¿dormiste bien?
– ¿Esme?– pregunté.
–Se fue a trabajar. Ava está en el jardín regando las plantas. Ella va a quedarse con nosotras el resto del día. – cierto. Había olvidado que hasta que yo empiece la escuela, Ava, la que se encargaba de la limpieza, iba a quedarse conmigo el resto de la semana. Asentí y me senté frente al plato con tostadas en la mesa. Rosalie me dejó un vaso de jugo exprimido en la mesa, en ningún momento apagó su sonrisa.
–Sabes, le pedí a mamá quedarme contigo hasta el viernes. El lunes tú y yo iremos a la escuela, juntas. ¿Te parece bien eso, Bella?– se sentó en frente mientras yo comía un pedazo de tostada y luego tomaba jugo. Asentí de manera indiferente. – No hablas mucho, ¿verdad?– dijo levantando una ceja. No respondí, seguí disfrutando de mi desayuno.
Rosalie resultó ser una compañía bastante entretenida, a pesar de que yo no le hablaba mucho, ella parloteaba hasta por los codos. Luego de desayunar, nos sentamos en los escalones de la puerta de entrada.
Me contó acerca de la escuela a la que iba y de sus amigos. De vez en cuando me preguntaba cosas, pero yo no respondía a menos que pudiera asentir o negar con la cabeza. A Rose no le molestaba mi silencio y eso me agradaba.
– ¿Cómo te la hiciste?– preguntó de repente señalando con sus ojos mi brazo izquierdo.
Miré la cicatriz que iniciaba en la palma llegando hasta la muñeca. Hice la mano en un puño y miré hacia otro lado. "Recuerda respirar varias veces y contar hasta diez antes de hablar, Bella. Recuerda eso." Lo intenté. Realmente lo intenté.
– ¿Bella? ¡Oh Bella lo siento! No fue mi intención. – No sentí cuando se puso a mi lado, me preparé para alejarme al momento en que me abrazara pero eso nunca pasó. Rose estaba a mi lado, tendiéndome un pañuelo, manteniendo su distancia. La miré con las lágrimas cayendo sin parar y tomé el pañuelo. El rostro de Rose estaba lleno de preocupación.
–Gracias. – logré decir una vez que pude calmarme.
– ¿Quieres ir a ver a Esme? Podemos ir a buscarla al hospital, Ava puede llevarnos. ¿Qué te parece?– me alegré de ver que ella no iba a insistir en lo que había sucedido, me gustaba que fuera comprensiva. Asentí y ella se levantó para tenderme su mano. La acepté sin dudar y me puse de pie.
El hospital no quedaba lejos, así que fuimos caminando. Rosalie me indicaba los lugares por los que pasábamos, a los cuales solía ir con Esme, pude notar que eran muy unidas. Ava sonreía cuando Rose le hablaba, pero a mi apenas me miraba. Supuse que le incomodaba mi presencia.
Entramos por la parte de atrás del hospital, seguí a Rosalie hasta la recepción donde ella preguntó por Esme.
–Esme está ocupada ahora, cariño. Pero saldrá en un momento, no debe tardar. – le decía la recepcionista. No hizo falta que esperemos, ya que una de las puertas de un consultorio se abrió haciendo notar la voz alegre de Esme.
–… Seguro que sí– decía mientras dejaba salir a un hombre rubio y un poco más alto que ella, detrás de él salió un chico de cabello cobrizo. Parecía de mi edad.
–Gracias por todo, señora Platt...
–Oh, Carlisle, dígame Esme– los observé y luego vi como Rosalie los observaba curiosa.
–Esme. – sonrió Carlisle tendiéndole la mano.
–Nos vemos en unos días, ha sido un placer. Edward, estás en buenas manos conmigo. – le dijo al cobrizo dándole un pequeño apretón en el hombro. Esme volteó a donde estábamos y sonrió– Ahí están– soltó a Edward y se acercó a nosotras.
– ¿Un nuevo caso?– preguntó Rose.
–Así parece, mi niña. ¿Cómo están ustedes? ¿Se divirtieron?– me quedé observando a Edward y a Carlisle. Edward parecía bastante tímido, ya que no se dignó a saludar a Esme y apenas sonreía. Sus ojos se dirigieron hacia mí haciendo que me ruborice. Aparté la mirada.
– ¡Bella!– llamó mi atención Rosalie, al parecer me habían preguntado algo. Levanté la mirada dándole más atención.
– ¿Te gusta la pizza?–volvió a preguntarme.
–Ah sí, claro. Me encanta la pizza– dije sonriendo. Ella y Esme se miraron unos segundos y luego las seguí hacia el auto. No voltee de nuevo hacia Edward, pero la verdad era que sentía mucha curiosidad.
Hola! mmm este ha sido mas bien una pequeña introducción desde el punto de vista de Bella. Ella será nuestra guía en esta historia. Al parecer deberá adaptarse a la forma de vida que tienen Rose y Esme ya que ella no está acostumbrada a esa clase de cariño. Mientras tanto, queda esperar a que vuelva a ver a Edward.
Dejen Review contándome qué les pareció. Trataré de actualizar entre viernes y domingo.
Tengo un grupo de facebook donde subo adelantos e imagenes sobre la historia, sean bienvenid s. El grupo se llama "Fanfics Twilight by Jenn" sino tienen el link en mi perfil de fanfiction, hasta luegooo!
