Nota de la Autora: 1) Los personajes de Sailor Moon no me pertenecen, éstos son propiedad de Naoko Takeuchi, yo sólo los uso sin fines de lucro y para entretener.
2) Acá les traigo una nueva historia de esta gran pareja, espero que les guste y, como siempre, no olviden dejar sus importantes comentarios.
Carta N° 1: Carta de amor
Cuando el empleado del correo golpeó a mi puerta la mañana del 31 de diciembre de 2010, no me resultó en absoluto algo extraño. Por el contrario, sí encontré sorpresivo el contenido que esta vez traía dirigido hacia mí: una carta.
El cartero se fue y yo dejé mi vista pensativa sobre el remitente: "Usagi"
Seguí pensando…No, realmente no conocía a nadie, ni a ninguna empresa con ese nombre. "Usagi".
Como dirección, describía: "Skylight s/n".
Sin detenerme más, abrí el sobre. Dentro de él, una carta escrita de puño y letra. Una caligrafía clara y fina.
Apoyado sobre la mesada de la cocina, comencé a leer, y nunca pude darme cuenta entonces, cómo ese acto pequeño, en ese instante, traería a mí tantas cosas.
"28 de Octubre de 2008
Algunas personas nacemos con una cobardía generalizada. No somos capaces, aunque querramos y nos lamentemos de ello, de hacer nada. Y no es que verdaderamente no quisiera intentarlo. Lo sé. Esta posición es realmente más cómoda que la otra, que la de arriesgarse sin más.
Pero, ¿qué sentido tendría arriesgarse en este caso?... ¿Evitarse el dolor de lo certero está realmente mal?... No quiero que me juzguen por lo que no hago, sino por lo que hacer significaría para mis sentimientos.
¿Si no tengo miedo a arrepentirme de no haber hecho lo que debería?...No.
Lo hago de esta forma platónica, que, ante la inexistencia de mi presencia en tu vida, resulta suficiente para mí.
Perdóname Darien.
Amarte de esta forma, es algo que me da miedo. ¿Puede el amor dar miedo?..."
Dejé a un lado la carta y volví al sobre.
¿Qué significaba esto?...
"Usagi"…Calle "Skylight"…
Nada, nada…Mi mente intentaba explorar conocidos a gran rapidez, sin lograr nada.
- ¿Sucede algo, Darien?- la voz de Esmeralda viniendo desde el cuarto, me asustó. Intenté esconder la carta de su vista como si hubiera hecho algo malo.
- Nada. No pasa nada. – Respondí aparatosamente.
Esmeralda, que ahora me esperaba en la habitación, no era una mala chica. Después de todo, intentaba enamorarme lo mejor posible. Y en un momento, creí que lo había hecho. Justo en ese momento en que se convirtió en mi amante, tres meses atrás.
Volví al cuarto después.
Más tarde, en la tranquilidad de la noche, regresé a ese envoltorio que había guardado.
"Los amores cobardes no llegan ni a amores ni a historias, se quedan ahí; ni el destino los puede guardar, ni el mejor orador conjugar.
La canción dice la verdad.
Aún así, esta cobardía representa para mí, esta especie de felicidad loca, o abstracta."
Ya eran las doce de la noche. Cuando terminé la primera carta y surgió la duda.
¿Qué era esto?...
"¿Usagi?..."
Por alguna razón, mi pecho se oprimía con cierta tristeza.
Alguien decía amarme hasta el punto de ser feliz con expresarse en unas cartas que, ¿ahora había enviado?
Ciertamente, no supe qué pensar; era un método extraño e infantil, hasta cierto punto. Pero en los trazos, en las palabras se reflejaba cierto dolor y un amor inmenso.
No pude evitar entonces sentirme emocionado y…extrañamente feliz.
Brisalunar - 10/01/2011
