Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.
Basado en un prompt que pertenece a Deep Water Prompts que pone: "The windows where locked, the door was shut tight, and there was a bird in my bedroom".
Es algo ambiguo.
ShouToko. Relación no establecida. Universo alterno. Death!Tokoyami.
Un simple sueño.
Las ventanas estaban selladas, la puerta atrancada... y aún así había un ave, parada al fondo de la habitación, en la penumbra de la misma.
Aunque no estaba seguro si podía llamarle ave tomando en cuenta que sólo su cabeza parecía pertenecer a dicho vertebrado. Sabía lo que era sin embargo le era difícil creer que estuviera ahí, dentro del cuarto a pocos metros de la cama; no se habían visto híbridos de esa clase en años, se atrevería a decir que incluso en siglos, o por lo menos eso contaba la gente. Sabía de ellos por las historias que alguna vez leyó de niño, sólo que no recordaba con exactitud de qué iban esos relatos.
Permaneció sentando sobre la cama observando con atención al ser que le acompañaba en la recámara. A pesar de que la luz reflejada en la luna atravesaba las cortinas no podía distinguirle con facilidad en la oscuridad, pero no parecía haberse movido ni un poco desde que advirtió su presencia.
Estaba simplemente ahí, quieto.
Quizás intentar hablarle serviría de algo, aunque no sabía para qué —¿Hola?
Tal como esperaba no hubo respuesta. Probablemente hablara otra lengua pero él mismo no conocía otra, no era como si pudiera comunicarse de otra manera.
El tiempo pasó, que si bien sólo fueron minutos a él le figuró una eternidad; no parecía que fuera a amanecer pronto. El híbrido continuó mirándole desde la penumbra en su habitación y comenzó a incomodarle su mirada escarlata, pronto advirtió un par de ojos huecos atrás de él y una oscuridad más densa que se incorporaba en un ser similar al híbrido.
—Maqos nē timējō, esti meros swepṛ, immō nē (1) —habló la extraña criatura con una amalgama de voces agudas y graves y en una lengua que jamás había escuchado. Se acercó a él y vio sus manos similares a las garras de un ave aferrarse del borde de la cama.
—Espera —esta vez fue el híbrido quien habló. Entonces sí entendía su idioma.
—Mō (2)—
—Nē (3)—respondió a la aparente réplica del otro ser, el cual se soltó de la cama mientras retrocedía.
O quizá no.
El híbrido avanzó hacia él y se detuvo justo al pie de la cama —Hablo más lenguas de las que te puedes imaginar —sorprendente, pensó. Inclinó la cabeza y le miró entornando los ojos —¿Sabes qué soy?
¿No debería ser él quien hiciera las preguntas?
—Responderé tus preguntas cuando contestes a las mías —y también leía la mente, vaya —. Puedo hacer eso y más —dijo casi orgulloso. Esperó paciente por su respuesta.
¿Qué si sabía qué era? No sabía más de lo que recordaba —Eres un híbrido, leí sobre los de tu especie cuando era niño —no sabía si era la clase de respuesta que esperaba, no podía leer nada en su rostro.
—¿Sabes quién soy? —preguntó pasados algunos minutos.
Negó con la cabeza —¿Debería conocerte?
—...jāi (4)—no entendió aquello pero en sus ojos percibió cierto dolor. El ente se inclinó hacia él con preocupación en sus ojos huecos —. Mē koisāje (5)—con eso la criatura se relajó. Regresó su mirada escarlata a él y le miró atentamente. —¿Y?, ¿qué quieres saber?
Sentía que se estaba perdiendo de algo.
—¿Cómo puedo llamarte? —quería conversar con él así que necesitaba un nombre por el cual poder llamarle.
Recibió un gesto desconcertado por parte del híbrido y se quedó pensativo por algunos segundos —Tokoyami —dijo al fin.
—Tokoyami, ¿qué haces en mi habitación? —tal vez fue demasiado directo, sólo esperaba no sonar muy agresivo.
—¿Esta es tu habitación? —miró alrededor con curiosidad. No había mucho por ver, jamás fue alguien que quisiera cosas, su recámara lucía bastante vacía. —Estoy aquí para llevarte conmigo, Shouji —contestó, aún mirando el cuarto con interés.
—¿Llevarme? —susurró, ¿de qué estaba hablando?
Tokoyami siguió mirando la recámara como si nunca hubiera visto una. ¿De qué trataban exactamente aquellos relatos que leyó de niño?
—Esto es un simple sueño, Shouji... —dirigió su mirada a él y se aproximó para quedar a su lado, alzó la mano derecha y tomó la suya, la cual le vio apretar con suavidad —, ¿sientes esto?
En lo absoluto.
—¿Ves?, un sueño —repitió.
Debía serlo, sin duda. El híbrido le soltó entonces pero antes de que alejara su mano consiguió aferrarse de él. Aunque no era capaz de percibir calor ni tacto alguno había algo familiar en todo eso, inconscientemente acarició el dorso de la mano ajena y se detuvo al notar que Tokoyami le miraba consternado, quizás asustado.
En ese momento supo porqué le era tan acogedor y porqué no podía sentir nada. No era la primera vez que se sentía así, ni la primera vez que lo veía.
—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó, se imaginaba la respuesta.
El chico emplumado bajó la mirada y con los ojos cerrados le respondió —No hay nombre que no conozca, es mi trabajo.
Sonrió con melancolía y alzó la mano para alcanzar el rostro del híbrido, no podía sentir sus plumas pero su tristeza sí. Le había conocido antes, cuando era niño, y justo como esa vez ahora le miraba abatido.
—Ya no puedo darte más tiempo —declaró mientras acariciaba el dorso de su mano en su mejilla.
—Está bien —lo entendía.
Cuando separó su mano de la suya una marca apareció en el dorso de ésta, sólo para desvanecerse y los recuerdos llenaron su mente. Le había mantenido vivo durante años desde su infancia.
—Dark Shadow —escuchó al de mirada escarlata —, hazlo.
El ente de ojos huecos se acercó a él, cerró los ojos e hizo como leyó alguna vez en un libro: "cuando los veas cierra los ojos y abraza la oscuridad, no tiene sentido aferrarse".
Esa noche no había luna por las densas nubes que cubrían el cielo y en las profundidades del bosque apenas era posible ver algo.
Sus orbes encarnados miraron con pesar al muchacho inconsciente de cabello platinado, pudo ver en su rostro que se había ido en calma a pesar de que su cuerpo estaba cubierto de heridas, principalmente en sus extremidades. Frunció el ceño, la humanidad era cruel.
—Nunca pudieron aceptarte —susurró, tomó su mano y acarició el dorso de ésta con el pulgar.
Llamó de nuevo al ente y éste los cubrió a ambos para después desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
No me he dado el tiempo suficiente para aprender la gramática del protoindoeuropeo así que los diálogos escritos pueden estar mal.
(1) No temas, chico, es un simple sueño, nada más. (2) Pero. (3) No. (4) Sí. (5) No te preocupes.
