Secreto Compartido

Capítulo 1

Cinco jóvenes uniformados, ingresan por el portón a la prestigiosa Academia Silver Sword, una hermosa mañana de primavera y dos de ellos sostienen una entretenida conversación.

-¿Hiciste la tarea?-pregunta un joven de cabellos rubios casi platinados.

-¿Cuál de todas?-responde y pregunta a la vez otro muchacho de largos cabellos trenzados.

-La de física…

-No…

-¿Y la de lengua?

-Tampoco…

-¿Y la de matemática?

-No…

-¿Y la de política…?

-Nen…

-¡¿Entonces por qué preguntaste cuál?! ¡No hiciste ninguna!-grita Quatre.

-No te sulfures… solo estaba bromeando…-dice Duo con las manos sosteniendo el maletín detrás de su nuca.

-¿Y qué harás?

-¿A qué te refieres?

-La profesora Lady Ann ya te tiene fijo… tú sabes que ella te pide siempre la tarea a ti…-dice Quatre angustiado.

-No te preocupes… en serio. Solo le diré a alguna chica que si me ayuda con las tareas, le haré gancho con Trowa…-dice el joven divertido.

-Tendrías que dejar de usar la popularidad de Trowa para tu beneficio…-dice Quatre.

-Vamos… ya suficiente que tengo que soportarlas a ellas…-dice apuntando a sus espaldas a un grupo de chicas que los sigue y no dejan de cuchichear y señalar a Trowa sonrojadas-viven idiotizadas con él… todo el día… ni siquiera puede ir al baño tranquilo…

-Eso es verdad…-dice Quatre

-¡Hey ustedes!-grita el ya mencionado Trowa- se van a quedar afuera…

-Si, ya vamos…-dicen los muchachos entrando a la escuela.

-Heero… ¿Tienes la tarea de Física?-pregunta Duo.

-Si, pero no pienso dártela… -dice totalmente frío.

-Vaaaaaaamos… no seas así…

-Si tú no haces otra cosa que chatear todo el día no es mi culpa…-dice subiendo la escalera hacia el segundo piso del establecimiento, cuando de pronto distingue una larga melena de color castaño claro, pasar rápidamente frente a él.

-Guauuuuu… ¿A qué velocidad iría?-pregunta Duo- de seguro llega a tarde a una clase…

-Te equivocas… va a quinto…-dice el joven Yuy entrando al aula- la profesora Ann llegará en cualquier momento…

-Siiiiiiiiiiiii-dice ya hastiado.

Los alumnos se van ubicando en sus pupitres de a poco. Nuestros protagonistas se sientan en el fondo, contra la ventana, en la primera y segunda fila de derecha a izquierda desde la perspectiva del pizarrón.

Trowa se sienta más adelante, en la primera fila, y detrás de él, Wufei y otro lugar más atrás se encuentra Heero. En la segunda fila se sientan unas chicas, y detrás de ellas Quatre y Duo respectivamente. Al final de esa fila hay un banco libre, justo al lado de Heero. Pero nadie desea ocuparlo, la mayoría le teme al joven, temen de su fría expresión, de la precisión de sus observaciones, y de lo completo de sus respuestas.

El timbre suena y por la puerta entra la profesora Lady Ann.

-Buenos días alumnos… y Duo…-dice mirando satíricamente al muchacho.

-Hola, buenos días de y encantado de verla también…-dice Duo con los brazos detrás de su nuca y balanceándose en su silla.

-No tan buenos…-concluye ella con una sonrisa.

La profesora Ann, era una buena docente, exigente pero buena; solo tenía un problema. No soporta a los haraganes. Cada curso le advierte al anterior como debe empezar con Lady Ann, y el curso de Heero no fue la excepción, pero valga casualidad que a Duo no le gustan las advertencias, y el primer día, no trajo los libros de la materia, al segundo no trajo la tarea y al tercero dijo la terrible frase "No estudie profesora"; quedando así marcado para siempre en la libreta ficticia de Lady Ann como "HOLGAZÁN".

-Para hoy tenían que hacer trece ejercicios…-dice la profesora mirando su cuaderno para disimular, pero la verdad, es que se sabía los ejercicios de memoria y le gustaba torturarlos con esa idea- pasen… Andrews…

-Si profesora…-responde una joven.

-McGuillen…

-Si señora…-dice un chico.

-Hillards…y Conrad.

-Claro…-contestan dos jovencitas al mismo tiempo.

-Barton…

-Si profesora…-dice Trowa poniéndose de pie y embelezando a las chicas del pizarrón.

-Raberba y Yuy…

-Si…-contestan ambos.

-Y Maxwell…-finaliza Ann.

-Lo siento, no lo hice…

-Deberías romper con la racha… después de todo, se acercan los parciales…-dice Ann anotando nuevamente en su libreta un signo negativo para Maxwell.

-Si profesora…-dice Duo revoleando los ojos cuando de pronto se abre la puerta.

-Disculpe profesora Ann…-dice la alumna de quinto Noin desde fuera del salón- necesito hablar con usted…

-Ya voy…-dice asomando su cabeza por la puerta- ahhh ya veo… que bien… ahora la presentaré…-dice a la alumna.

La puerta se abre enteramente y por ella ingresa una estudiante.

-Alumnos a sus lugares, después continuaremos con los ejercicios-dice la docente-ella es Relena Peacecraft, y estudiará con nosotros desde este día. Espero sean amables con ella…

Heero que se había sentado en su lugar, automáticamente, había fijado su vista en la ventana, como siempre lo hacía en clase. La profesora hablaba, y él escuchaba, ya que después daba las lecciones a la perfección, pero su vista siempre estaba fija en la ventana.

Sin embargo, al voltear por la noticia, vislumbra a la nueva estudiante. Nada fuera de lo común, una chica cualquiera. Cabellos largos y castaños, (que debieron ser los de esta mañana, piensa él), ojos verdes y una actitud muy tímida, evidenciada por el comportamiento de su cuerpo, completamente retraído contra si mismo.

-Hola… gusto en conocerlos…-dice únicamente la joven.

-Puedes sentarte al lado de Yuy… ya me cansé de ver ese banco vacío…-dice Lady Ann divertida.

-Si…-asiente la muchacha, dirigiéndose a su pupitre.

-Mírala… es muy linda…-dicen algunos a su paso.

-¿Escuchaste su apellido? ¿No te suena conocido?-dicen otros.

-Tal vez es famosa o rica…-murmuran entre otras cosas.

La muchacha se sienta, colocando sus útiles bajo el banco, a excepción de un cuadernillo y una lapicera.

Heero, más por curiosidad que por otra cosa, se pone a espiar lo que hace la muchacha en la hoja, cuando de pronto, al ver a Relena de perfil, tiene un fugaz recuerdo de su pequeña hermana. El parecido de Relena con su hermana resulta sorprendente para él.

La pequeña Mary era la adoración de Heero, era una hermosa niña de largos cabellos castaños y ojos brillantes e inocentes. La familia de Heero estaba compuesta al principio por él, sus abuelos y su hermana. Sus padres habían desaparecido hace mucho, cuando él era pequeño, tan pequeño que no recordaba nada de ellos. Es más, no recordaba nada desde hace algunos años.

Los doctores le habían diagnosticado amnesia crónica, fácilmente provocada por un trauma o un fuerte golpe. La cuestión, era que Heero llegó a los 11 años sin acordarse de nada, más que de su hermana.

Su vida aunque anormal, había transcurrido calma hasta que los desastres comenzaron a sucederse uno detrás de otro. El primero, fue el fallecimiento de su abuela, había estado muy enferma y la medicina nada pudo hacer por ella, había muerto en su casa, y frente a los ojos mismos de Heero, de su nieto.

Pero el segundo lo perturbaba mucho más, tanto su hermana como su abuelo, habían muerto en una explosión. No sabía como, pero no recordaba nada de ese día y de años atrás, a veces parecían faltar trozos de su memoria, pedazos como de fotos. Lo único que tenía de ellos eran sus tumbas con fotos.

Su vida llena de desgracias estuvo a punto de culminar muchas veces. La idea del suicidio atravesaba su mente muchas veces en esos tiempos, pero algo lo salvó… una simple cosa.

Una carta de su abuelo, añadida al testamento. En la que decía que si no llegara a sobrevivir, su único deber era estudiar, así sería una persona próspera y ayudaría a cambiar este cruel mundo, en un mundo ideal y lleno de paz.

Esa bendita epístola, se había marcado muy fuertemente en el corazón del joven, al punto de que su único propósito fue el de estudiar. Estudiaba durante horas, asimilando millares de información y siendo estudiante modelo. Tanto fue que se esforzó, que su mente ya se había acostumbrado a ese ritmo, sobrepasando por lejos el nivel de sus compañeros.

Sumido en sus pensamientos estaba él cuando Relena levanta su cuaderno mostrando una frase a puño y letra.

-No deberías pensar en esas cosas… son muy tristes y ya quedaron en el pasado…-había escrito ella en letras grandes y perfectamente entendibles, dejando al joven atónito.

Luego, la joven vuelve a bajar su cuaderno, escribe en él y lo vuelve a exhibir.

-Tu hermana es muy hermosa… no se parece a mi…-dice el cartel y después de leerlo, él la mira sorprendido y ella simplemente le sonríe y vuelve a la clase.

-Yuy… Yuy…-dice la profesora Ann- Yuy…

-¿Si?

-Deben pasar a terminar los ejercicios… solo faltas tú… y Maxwell claro…-dice Lady Ann sin perder oportunidad de nombrar a Duo.

Heero termina su ejercicio de Física, obteniendo una felicitación de la profesora, una exposición perfecta y la envidia de la mayoría de sus compañeros. Pero ni con toda su inteligencia, podía comprender lo acontecido con la nueva… ¿Acaso ella había leído su mente? Él a nadie había contado la historia de su hermana, y mucho menos descrito su aspecto. Pero esa chica… algo extraño tenía… ¿Acaso era una asechadora y todo había sido por mera casualidad? Se veía muy tímida como para ser asechadora… en realidad, se veía muy tímida para todo. La pregunta del millón era ¿CÓMO?

La clase culmina con el timbre y los alumnos de a poco se retiran al patio, a excepción de la nueva estudiante que corre, alejándose a toda velocidad, seguida por Heero.

-¡Espera! ¡Por favor! ¡¿Cómo puedes saber esas cosas de mí?!-grita Heero corriéndola por los patios del colegio hasta que en un momento, ella se detiene bajo la sombra de un árbol.

-Espera…

-Me alegra que me siguieras…-dice ella sonriéndole.

-¿Por qué querías llegar aquí?

-Porque me gusta este lugar…-responde simplemente ella.

-¿Cómo es que sabes esas cosas de mí?

-No lo sé…-dice ella mientras el viento hace ondear sus largos cabellos castaños, mezclándolos con las hojas que caen del árbol.

-¿Cómo?

-Si… al acercarme a una persona… aprendo cosas de ellas… -dice tocando la corteza del árbol- ¿Sabías que este árbol es un paraíso…?-pregunta ella como si nada.

-¿Eh?

-Si… pero está enfermo… y parece que morirá en unos meses…-dice triste.

-¿Me estás tomando el pelo?-pregunta él.

-No… lo digo en serio… sino me crees… mira-dice extendiéndole su cuadernillo abierto en una página.

-¡No puede ser…!-dice Heero sorprendido al ver un boceto perfecto y casi real de su hermana y su abuelo-¿Cómo…?

-Ya te lo dije… yo capto los pensamientos de la gente… sus recuerdos…

-¿Y por qué me lo rebelaste? Yo no diría ese secreto a nadie…-dice él todavía sorprendido.

-Tampoco lo sé… me pareces interesante… y eso fue antes de captar tus pensamientos…-dice ella mirándolo pícaramente.

-¿Qué quieres?-dice él tratando en vano de imaginar su respuesta.

-Ser tu amiga… solo ser tu amiga…-dice ella con las manos detrás de su cuerpo y una gran sonrisa.

-Ser mi amiga…-dice él obnubilado al ver tan fijamente a la joven.

-Si…

-Si eso es lo que deseas… yo no te lo impediré… pero tengo una condición-dice Heero de una manera propiamente indiferente.

-Ya sé… que no te lea la mente…-dice ella como repitiendo un versito.

-Exacto…

-No puedo no leerlos si estás cerca… lo que puedo hacer es ignorarlos… como si me hablaras y no te hiciera caso… pero no te quejes si a veces no le hago caso a tu voz…-dice ella.

-Seré lo más paciente posible…

-Bueno… ¿Vamos a clase?

-Si…

-¿Me dirías tu nombre?-dice ella.

-¿Qué? ¿No puedes leerlo en mi mente?

-Si, pero me parece más formal y cómodo hacerlo así…Heero Yuy-dice ella corriendo hacia el aula.

-¡Espérame!-grita él.

La clase de Matemática comienza y para sorpresa de todos, Relena era destacada en esta materia. Él por su parte no sabía si preguntarle si ella leía la mente de sus compañeros o maestros durante los exámenes. Pero, bueno... mientras no lo perjudicara a él, le importaba un cuerno que hiciera trampa.

-Muy bien… hay comenzaremos con Relaciones de las funciones trigonométricas con respecto al seno, coseno y tangente…-dice la profesora escribiendo en el pizarrón el largo título.

-Profesora… -dice Quatre- hay alguien en la puerta…

-Oh… gracias Quatre…-dice dirigiéndose a la puerta y encontrando allí a la misma alumna de quinto de hoy a la mañana, Noin.

-Disculpe profesora… necesito hablar con la señorita Relena Peacecraft… es urgente…-dice la joven de cortos cabellos morochos.

-Claro… señorita Peacecraft… la llaman…-dice mientras la alumna se pone de pie y sale al pasillo.

Heero aunque lo niegue, se siente muy intrigado por todo lo relacionado a su nueva "amiga", aún le costaba creer que esa tímida y tierna chica tenía poderes especiales, poderes para ver la mente de los demás… y que además, lo había elegido a él entre todos los muchachos para ser su amigo.

Asimismo, se había dado cuenta de que tan común no era Relena. Era linda… aunque no lo quisiera reconocer, tenía un toque tan propio, tan femenino y a la vez pícaro. Era sincera y se expresaba… no parecía ocultarle nada… Pero lo más importante, parecía comprenderlo. No era otra chica del montón, superficial y monótona, preocupada por un chico o por el shopping o por la ropa que usará para tal fiesta de tal chica igual de monótona. Relena tenía intereses reales, y lo evidenciaba en la forma de expresarse, de hablar, de exponer en el frente; de verdad pensaba en un futuro. No estaba encerrada en un mundo de fantasía, en donde todo se discute a través de celulares y/o Chat., en donde los padres son solo una fuente de sustento y nada más… en pocas palabras, Relena era una chica realista, convencional, centrada, original y seria. Muy adecuada a él… la verdad, es que eran muy parecidos… pero era extraño para él sentir eso desde el primer día de conocerla. Algo en su mirada al decirle "Solo ser tu amiga" lo había paralizado de verdad… esa chica le había expresado algo desde el fondo del alma… era la primera vez que alguien se habría así con él, al menos desde su hermanita.

Relena vuelve a entrar por la puerta, pero lo hace con un brillo especial en los ojos. Como si le hubieran dado la más feliz de las noticias, y lo único que puede hacer Heero es evitar pensar en ello para que ella no lo escuche.

La clase de Matemática culmina, habiendo Relena levantado la mano al menos siete veces para dar alguna observación.

Ella sale del recinto de clase y él desea seguirle, pero es detenido por sus amigos.

-¿A dónde crees que vas?-dice Duo cortándole el paso.

-¿Qué?

-Vamos… desembucha… sabemos que saliste con la nueva en el primer receso… ¿Qué onda? ¿Pasó algo con la señorita superinteligente?-dice codeándolo con sagacidad.

-No le digas así…-dice Heero asombrándose a él mismo por su reacción, ya que nunca había salido en defensa de alguien- y no… no pasó nada…-dice bajando la mirada.

-Si tú lo dices……-dice Duo melódicamente y con una mirada súper sarcástica.

-¿Estás seguro de que no pasa nada con ella?-pregunta Trowa.

-Si… solo quiere que seamos amigos…

-¿Cómo? ¿Le habías pedido algo más y ella te rechazó diciendo eso?-pregunta Quatre.

-No… nos vimos en el patio y me dijo que simplemente le gustaría ser mi amiga…-dice Heero ya molesto por el interrogatorio- ¿Por qué preguntas Trowa?

-No… por nada…-dice mirando al exterior.

-Ahora si me disculpan… debo retirarme-dice Heero.

-Pero ya está por venir la profesora Poe para Lengua…-dice Wufei.

-Claro… como tú la amas…-dice Duo haciendo ojitos lindos.

-Cállate…-dice Wufei fulminándolo con la mirada.

-No importa… por una vez que falte…-dice Heero retirándose y dejando pasmados a sus compañeros.

-¿Escuché bien…? ¡¿Heero… faltando a una clase?!-dice Duo sin poder creerlo.

-Está raro… muuuuuuy raro…-dice Quatre.

-Esa chica lo está trastornando…-dice Wufei.

Mientras tanto Trowa calla, pero se muestra pensativo.

Heero momentáneamente, busca a la joven Peacecraft por todo el colegio y la encuentra sentada debajo del mismo árbol de hoy, del Paraíso.

-Hola…

-Hola… tardaste mucho…-dice ella sonriente.

-Mis compañeros… preguntan por ti…-dice sentándose a su lado.

-Ya veo…

-¿Te puedo preguntar algo?

-Claro…-dice ella sonriéndole.

-¿Tú… no….?

-Yo… ¿Qué?-pregunta la joven arqueando su ceja.

-Me cuesta decirlo…

-¿Quieres que lo lea de tu mente para que no tengas que decirlo?

-Mejor…-dice él.

-Acércate…-dice ella colocando sus manos a ambos lados del rostro de él, a unos centímetros de su piel-necesito que te relajes…

-¿Por qué debes hacer esto?

-Me es más fácil leer las mentes cuando la gente está distendida… que no sabe nada que yo estoy espiando… se dejan fluir por así decirlo. Pero tú que lo sabes, inconcientemente te bloqueas por temor a que lea algo más de lo que debería-dice ella con total naturalidad y cerrando los ojos.

-¿Hago la pregunta?

-Si…

-Bueno…-dice Heero concentrándose.

-Ya veo… no, yo no hago esas cosas... desde que descubrí mis poderes se me planteó esa posibilidad, pero elegí desde el principio ser honesta… y limitar mis facultades… no me gusta leer la mente de mis compañeros o maestros durante evaluaciones o clases.

-Ya me parecía… porque igualmente me pareces muy inteligente… además de mi, nadie da explicaciones tan completas ¿Te puedo hacer otra pregunta?

-Si tú me dejas hacerte una, si…

-¿Cuál?

-Tú primero…

-De acuerdo… ¿Por qué te cambiaste de escuela?

-Bueno… eso es porque, aquí está una persona muy querida para mi… hace mucho que no la veía… y ya la estaba extrañando mucho…

-Ya veo…-dice él pensando en que su mueva amiga quizás tenía un novio.

-Después te la presentaré… ahora la pregunta la hago yo… ¿Estás de acuerdo o no con que seamos amigos? La otra vez me dijiste que no me lo impedirías… y eso no me gusta… es despreocupado…es gris…

-¿Gris?

-Conmigo la cosa es negra o blanca… jamás gris… ahora, ¿Me contestas?

-La verdad…-dice él volteando la mirada- por ahora me va agradando la idea de tener una amiga… es nuevo… y lo sabes…

-Si……-dice ella sonrojándose- te pregunto porque a mi me interesa tener un amigo… no un medio conocido… no quiero ser molesta para ti tampoco…-dice ella.

-De verdad… me pareces interesante… ya este año estaba muy aburrido…

-Me alegra ser entretenida….-dice ella divertida- hey… me parece que el timbre tocó hace mucho…-dice ella notando que están solos en el patio.

-No importa… es solo la clase de Lengua… es muy fácil… después les pediré los apuntes a mis amigos…-dice él aflojándose un poco, relajándose.

-Veo que estás entrando en confianza conmigo…-dice ella mirando como él se acuesta en el pasto.

-¿Eso lo leíste en mi mente?

-No… hay ciertas cosas que uno sabe… al mirar a otra persona a los ojos…-dice ella mirando los mismos muy profundamente.

-Sabes… aún no entiendo… algo que me dijiste…-dice el joven aún manteniendo el contacto visual.

-¿Qué cosa?-dice ella serena.

-Tú escribiste… que mi hermana era linda, y que no era nada parecida a ti… ¿Por qué dirías eso?

-Pues… no lo sé… supongo que ninguna mujer se considera lo suficientemente linda… o lo suficientemente mujer… yo por lo personal, no me creo nada fuera de lo común… y ahora corrígeme si me equivoco… pero tú creías eso de mi en cuanto me viste entrar al aula…-dice ella como si nada.

-Puede ser… pero supongo que fue… la primera impresión…-dice Heero acercándose más y más- pensarás que estoy loco… pero, creo que no te valoras a ti misma… incluso sin esos poderes, yo me di cuenta de cómo los muchachos de la clase te miraban… ni tú puedes negar… que…

-No lo digas… no tienes obligación conmigo…

-…eres muy hermosa…-culmina él sin importarle la objeción de la chica.

-Y tú demasiado impulsivo…-dice ella sonrojándose, pero acercándose a él, y besándolo en la mejilla.

-Mira quien lo dice…-dice Heero aún estando ambos echados en las raíces del árbol.

Allí, por primera vez frente a él, Relena estalla en risas; dejando a Heero totalmente maravillado.

-Ay… dios…-dice Relena entrecortado por las risas- la verdad es que… hace mucho que no me reía así…-dice secándose una lágrima-sabía que eras interesante…

-Mira… hasta tienes una hermosa risa…-dice él.

-Ay… ¿Podemos dejar por favor ese tema de "miss universo"?

-Claro…-dice él sonriéndole cuando alguien los interrumpe.

-Bueno… ¿Quién lo diría…? Atrapé a dos tortolitos…-dice la voz de un hombre barbudo con muchas canas.

-Profesor Cataluña…-dice Heero sorprendido.

-¿Saben acaso que toda la escuela está como loca buscándolos…? Y claro… los dos querían su momento romántico… sepan que están en grandes problemas… y usted señorita Peacecraft… debería cuidar más su permanencia a esta academia…

-Yo…-trata de decir Heero pero Relena lo interrumpe.

-Fue mi culpa… me sentía mal y Heero aceptó a acompañarme a la enfermería… pero no sé… tuve miedo… y…

-Por favor… ahórrese las explicaciones para el director… porque con él irán a hablar.

-¿Qué?-dice Heero.

-Síganme…-dice el anciano hombre.

Ambos jóvenes caminan detrás del profesor totalmente callados.

Heero por primera vez no sabía que hacer… jamás se había metido en problemas… en ningún momento de su pertenencia a la Academia Silver Sword. En cambio ella se veía como si nada. No sabía que era peor, que ella estuviera como si nada, que él estuviera tan preocupado o que él estuviera así y ella ya lo supiera.

Por suerte, todavía era hora de clase, por lo que ningún alumno los vio… pero, igualmente era horrible, jamás se sintió tan mal por caminar por esos pasillos.

Cuando finalmente creyó que por primera vez en su vida explotaría, llegan a la puerta del director. Ésta, era la única que conservaba tocados antiguos en los marcos, estaba definido por un estilo clásico, muy medieval, muy aristócrata; y era conocido por los alumnos que el director era un excéntrico que gustaba vestir de esa manera tan a lo "Rococó" según lo habían definido los mismos estudiantes.

Entran por las enormes puertas de la oficina, que según se rumoreaba se tuvieron que levantar las paredes de toda esa ala de la escuela para que entraran los marcos de la misma, y se encontraron frente a la misma presencia del director, sentado frente a su escritorio con las manos ocupadas.

-Disculpe señor… aquí están nuestros desaparecidos…-dice el profesor Cataluña sarcásticamente.

-Muchas gracias… yo me encargaré…. Puede proseguir con su clase…-dice el director sin levantar la vista de su trabajo.

-De acuerdo…-dice el anciano profesor con ensaña.

El director de la Academia era, a pesar de las creencias de muchos, un hombre joven y bien parecido, tenía preciosos ojos azules y cabellos cortos y castaños. En su cuerpo, un atuendo obviamente al estilo aristócrata de color azul, con emblemas del ejército y una larga capa blanca cayendo tras él.

-Disculpen, pero me encuentro con demasiadas ocupaciones… casi siempre tengo tiempo para escuchar las ocurrencias de mis alumnos y como se las han arreglado para eludir a los profesores…-dice el director con una dulce sonrisa.

-Yo…-balbucea Relena.

-No se preocupe señorita Peacecraft, su permanencia aquí no se verá afectada por su ausencia a una clase…-dice el director- y por supuesto que tu perfecto expediente tampoco Yuy…lo que si, me gustaría saber los motivos por los cuales, dos alumnos de los que tengo excelentes recomendaciones de varios profesores, se decidieron a hacer algo así…-dice poniéndose de pie y mirando por la ventana ubicada detrás de su escritorio.

-Bueno…-dice Relena.

-Creí que sería bueno para ella despejarse… después de todo, es su primer día de clase… debe estar muy aturdida por todo…-dice Heero interrumpiéndola.

-¿En serio? Por que el año pasado ingresaron 5 chicas nuevas a tu curso y a ninguna de ellas las llevaste debajo de ese árbol de Paraíso…-dice el director atrapándolos.

-¿Cómo…?

-Tal vez ustedes no lo saben, pero mi ventana da directamente a ese árbol…-dice el hombre apuntando al exterior donde precisamente se veía perfectamente cada hoja del árbol- ¿Vieron que inquietante? Nunca nadie se lo imaginó…

-Director… si usted nos vio… ¿Por qué no le dijo nada a los profesores? Creí que nos buscaban…-dice Relena.

-Bueno… la verdad… no creí correcto interrumpir a dos alumnos de esa manera tan brusca… después de todo… se veían muy bien juntos…-dice el director sin perder la calma o su sonrisa.

-Entonces…

-Volviendo al tema de su huida… no quisiera, pero debo castigarlos… tendrán que quedarse después de clase y limpiar las aulas del segundo piso… por suerte para ustedes, unos alumnos de primer año también se metieron en problemas y tendrán que limpiar el primero, porque de no ser así, tendrían que asear todo…-dice todavía con esa encantadora y tranquilizante sonrisa.

-"¿Sólo eso?"-piensa Heero inconcientemente, causando que ella se tiente de verdad.

-También lamento informarle que esta situación, aunque sin mayores consecuencias que una ausencia a clase, será informada a su tutor señorita Peacecraft…-dice el director regresando a su asiento.

-Entiendo…-dice ella bajando la mirada.

-Bien… no me parece que vuelvan a clase…con sus compañeros ansiosos de chismes y rumores… preguntas. Vayan por ahí, compren algo en la cafetería de la escuela… y si alguien pregunta, díganle que yo les autoricé…-dice escribiendo nuevamente sobre su documento.

-Nos retiramos señor…-dice Heero cerrando la puerta cuando Relena se interpone.

-Disculpe ¿Me podría decir su nombre señor director?

-Claro… soy Treize Kushrenada.

-Gracias… adiós…-dice ella permitiéndole al muchacho cerrar la puerta.

-¡Señor Yuy!

-¿Si director?

-Cuide a la alumna Peacecraft… no querremos perderla ¿O si?

-No señor…

-Puede retirarse…

Ya en el pasillo, Heero no sabe por donde empezar.

-Vamos… lárgalo… estás haciendo tanta concentración para no pensar nada que vas a estallar…-dice ella mientras camina delante de él.

-¿Cómo quieres que esté? Es la primera vez que quebranto las reglas…-dice Heero extenuado.

-Bueno… ¿Qué quieres?

-Primero, cuando él nos dijo que nos había visto… tú le preguntaste por qué no le había dicho a los profesores… bien, primera pregunta ¿Por qué no le leíste la mente?

-Pues… me pareció interesante, al igual que tú…. Y aunque no le creas, le leí el pensamiento, pero te sorprendería saber que más del 97 de las personas no dice lo que piensa. Pues este sujeto lo hace… dijo palabra por palabra lo que pensaba… y lo que yo precisamente quería saber era si él era sincero…-contesta Relena como ella sola.

-Bien…-dice él celoso-segunda pregunta ¿por qué le preguntaste su nombre?

-Porque me parece interesante… como tú…-dice ella nuevamente despreocupada.

-Ajaaaaaaa…-dice el joven receloso y re-celoso.

-Bueno… supongo que entonces nos vemos a las 15:00 ¿no?

-¿Eh?

-Para limpiar la escuela…-dice Relena.

-¿Por qué dices que nos veremos después de la escuela si todavía estamos en ella?

-Porque ahora estarás enojado conmigo y te rehusarás a hablarme… y para cuando vengamos a limpiar, los humos se te habrán bajado.

-Si, claro…-dice Heero todavía enojado.

-Vamos… antes de que nos atraparan estábamos riendo…-dice ella tratando de aliviar su orgullo.

-Bah…

-Eres muy interesante… más que el director… ¿Es eso lo que querías escuchar…?

-Hmph…-gruñe el joven retirándose al aula puesto que acaba de tocar el timbre.

-Que lindo…me encanta cuando se enoja-murmura ella sonriente yendo tras él.

Ya en el aula, los alumnos separan a Heero y a Relena. Las chicas toman a la joven Peacecraft y los muchachos a Heero.

-¿Te llamas Relena verdad?-dice una joven.

-Si… Relena Peacecraft…

-¿De dónde vienes?-pregunta otra.

-Bueno… es difícil de explicar…-dice la muchacha.

-¿Eres famosa?

-¿Eh? No…-dice ella entre risas.

-Tu apellido me suena… lo juro…

-Puede ser…-dice Relena mirando de reojo a Heero y concentrándose para leer el pensamiento de las jóvenes.

-"Me parece solo una mosquita muerta… de seguro que solo desea llamar la atención con eso de ser la mueva estudiante… y todo eso…"-piensa una de las jovencitas que le sonríe con hipocresía.

-"¿Qué se creerá con esa respuesta? Puede ser… dijo, ¿Qué te haces la interesante pendeja? Más vale que no trate de pasarse de lista…"-piensa otra que le toca el cabello insinuándole lo lindo que es.

Mientras tanto Heero es acorralado por sus amigos y compañeros…

-¿Qué pasó? Se corre el rumor de que fuiste a la oficina del director porque te encontraron con la nueva…-dice uno.

-Bueno…-trata de contestar Heero, pero es bombardeado por miles de preguntas.

-¿Es verdad que los encontraron besándose?

-¿Es cierto que estaban muy… acalorados…?-pregunta un libidinoso.

-¡No!-dice Heero antes de sufrir otro ataque.

-¿De verdad los encontraron bajo un árbol con tu mano bajo su blusa?-pregunta uno fascinado.

-¿Está buena la nueva?-pregunta otro codeándolo.

-¿Qué tal transa?-pregunta uno totalmente desequilibrado.

Ante estas últimas preguntas, Heero hastiado, se levanta del banco y comienza a aprontar sus cosas.

-Vamos contesta…-dicen lo jóvenes suplicantes.

-No tengo nada que decirle a unos estúpidos…dice Heero retirándose del curso.

-Son unos tontos…-dice Duo mirando la ventana- parece que se olvidaran con quien hablan… Heero nunca les contaría nada de eso… y mucho menos si tiene que ver con ella… de verdad parece que está enamorado-dice nuevamente mientras observa como Relena también se retira del curso.

Al mismo tiempo, Trowa mira pensativamente la puerta por donde se retiró la joven y sin darse cuenta, es observado por otra alumna, mayor que él, que lo mira ruborizada.

Relena, mientras tanto, corría por los pasillos del edificio, dirigiéndose al tercer piso. Heero que estaba apunto de bajar las escaleras para irse, la ve y decide seguirla ya que se veía muy apurada. Comienza a correr escaleras arriba, siguiéndola y tratando de no pensar en nada, pero para su fortuna, la mayoría de los alumnos salía, lo cual le garantizaba un maravilloso "Encubrimiento mental" por parte de tantas voces.

Finalmente, sigue a la muchacha hasta la puerta del aula de quinto, donde ella se queda, expectante… esperando a alguien apoyada en la pared al costado del marco de la puerta.

Los alumnos de esa división comienzan a salir y entre ellos, sale un apuesto joven, de largos cabellos rubios y ojos celestes, al que Relena recibe con una sonrisa, un gran abrazo y un beso en la mejilla. Esto ya es más de lo que Heero puede soportar en un día, furioso, ya fuera de si y olvidando la lógica, se marcha del lugar, empujando al que estuviera en su camino e insultándolo a viva voz.

-Ya debía saberlo yo… tiene novio…-dice bajando las escaleras dando pasos tan fuertes que parece que la misma va a desplomarse- "y yo… defendiéndola de esos estúpidos… hubiera dejado que la llamaran como quisiera… total… solo soy otro más… ¡Diablos! ¡¿Qué demonios me pasa?! Nunca había estado tan furioso… vamos cálmate…"-dice tomándose el pecho, sintiendo que su corazón en cualquier momento se le saldrá a la fuerza y como su garganta de pronto se seca. Sentía un infinito coraje en su interior, ganas de golpear a alguien… era como si una voz le exigiera una inmediata acción en contra de ese "oxigenado" de ojos azules.

Así de furioso se encontraba casi en la salida del colegio cuando alguien lo detiene.

-Heero… anda… dinos…-dice un muchacho justo cuando otros 5 aparecen tras de él- ¿Cómo es la nueva?-le dice con mirada frívola.

En otras circunstancias, ese comentario no habría importado, pero ahora, ante los ojos de los muchachos había otro Heero, un Heero que quería sangre, un Heero al que le hervía su propia esencia, un Heero con el puño acalambrado de tanta bronca contenida. Sin que ellos lo previeran, un puñetazo voló y terminó en medio del rostro del chico que habló al principio. Instintivamente, los demás atacaron y Heero con fuerzas de origen desconocido, le dio una paliza a cada uno de ellos, utilizando golpes que no sabía que conociera y movimientos nunca antes vistos por ninguno.

Al final, acabaron los cinco jóvenes tirados en el piso, semiinconscientes, mientras Heero miraba horrorizado sus manos...

-¿C-cómo? ¿Cómo hice eso…? No… no lo entiendo… nunca practiqué nada…… pero eso… esos no eran movimientos al azar… eran… de artes marciales…-piensa cuando con el silencio, nota lo acelerado de su corazón. Asustado, huye del establecimiento a toda velocidad, mientras alguien lo observa desde el edificio.

-Veo… que el tiempo no ha influido en tus habilidades… Heero Yuy… al fin podré decirte todo…-dice Treize Kushrenada con aire de superioridad.

Ese día a las 15:00…

-Bueno… aquí estoy…-dice Heero entrando al colegio y tomando las cosas de limpieza- "aún no puedo creer que me metiera en todo esto por una chica a la que recién conozco… y encima por… una… una…"-piensa él rabioso.

-¿Una qué?-pregunta ella entrando por el pasillo.

-Hmph…-murmura él descaradamente.

-Veo que los humos no se te han bajado… que raro… muy pocas veces me equivoco con la gente…-dice ella acercándose al armario y tomando un delantal blanco y una escoba.

-Si… uno se equivoca… y a veces muy terriblemente…-dice sin querer mirarla a los ojos.

-Bueno… ¿Qué pasa?-dice ella hastiada de verdad- Puedo leer las mentes… pero quiero que me digas las cosas a la cara… ¿Qué te pasa?

-Pasa… pasa que me equivoqué contigo… pasa que creí que eras otro tipo de chica y resultaste ser… ser…

-Dilo…-dice ella frunciendo el seño.

-Una cualquiera…-dice él mirándola con completo resentimiento.

-¿Y que te llevó a pensar eso?-pregunta Relena conteniéndose para no arrojarle la escoba por la cabeza.

-Ya no importa… quiero terminar rápido para irme…-dice él barriendo más y más rápido.

Relena, saturada, arroja la escoba contra el piso y se acerca al joven de tal manera que lo hace retroceder; quedando a unos centímetros de su rostro.

-Ya basta… me dices ahora mismo lo que te sucede… no estoy para aguantar tus berrinches…-dice mirándolo directamente a los ojos.

-Basta tú… esto ya terminó…

-NO termina hasta que yo lo diga…

-Relena…

-Dímelo…-dice ella justo antes de que él la tomara por el brazo y la acercara mucho más a si rostro.

-¿Por qué…? ¿Por qué no me dijiste… que tenías novio?-dice él mirándola con una mezcla de ternura, enojo, súplica y deseo. Una mirada tan penetrante y profunda que la joven temía perderse en ella. Era la mirada que alguien le dedica a la persona que ama cuando ésta la lastima.

-Heero…-balbucea ella con los labios temblorosos y los ojos fuera de si.

-¿Por qué Relena? Por favor…

-¿De qué hablas…?-dice ella con un hilo de vos.

-Yo lo vi…-dice él con los ojos brillosos.

-Hoe…

-Ese chico rubio de quinto… te vi con él…-dice el joven pero es interrumpido de pronto por los labios de la joven, que suavemente se posan en los suyos. La mano de Heero suelta el brazo de Relena y su cuerpo queda inerte por la conmoción. La joven es más baja que él, por lo que al besarse, puede ver como los ojos de ella, cerrados por el momento, derraman grandes lágrimas.

Cuando finalmente se separan, ella baja la mirada y se abraza a él.

-Ya… no podemos ser nada…-le susurra al oído antes de huir rápidamente por los pasillos del colegio.

-Relena…-susurra él aún sin poder creer la reacción de la muchacha- no puedo entenderte… perdóname… pero no puedo…-dice mirando por la ventana como la joven abandona la academia.

Nota de la autora:

-Okis amigos lectores (espero de toda la vida nn), espero les haya gustado mi Gundam Wing Universo alternativo... Como todas las barbaridades que escribo, ésta la tengo pensada hace mucho… pero como ya me deben conocer, soy…. (Quiero escuchar a la clase)

-UNA TÍMIDA DE AQUELLAS….

-Muy bien pequeños… para mañana un resumen de por qué el otaku sufre como ninguno al perderse un capítulo de su serie favorita… (Es joda… es joda… no le hagan caso a esta baka)

Originalmente había presentado este fic con el HORRIBLE título de: En sus manos mi alma (en ese tiempo no era buena para elegir títulos, no es que haya cambiado mucho la cosa), así que si alguno ahí saltó con: Plagio!! Plagio!! Don't worry… soy yo solo que un poco más ingeniosa.

Dejen reviews onegai!!

Sayounaraaa

Hana