La lluvia caía de forma secuencial sin detenerse y al parecer sin intenciones de hacerlo. Marinette se encontraba resguardada por el techo de una tienda, entretanto veía a los transeúntes pasar con sus paraguas cubriéndose y otros –como ella– resguardándose y esperando que pare la imprevista lluvia. Aunque había algunos que corrían sin importarle mojarse.
Estiro la mano con la palma boca arriba y dejo que la misma se empape con las gotas gélidas. Observándola por unos segundos, donde luego la retiro y volvió a mirar el camino.
Encontrándose con la verde mirada de Adrien, quien le brindaba su paraguas. Ella lo miro con estupor y un gran rubor cubriendo su rostro porque a pesar de que Adrien tiene diecisiete años, un cuerpo de infarto, una sonrisa deslumbrante y era la persona más deseada de Paris.
Ese gesto le hizo recordar el día en que se enamoró de él. Su corazón se detuvo y sintió que el tiempo también.
— Vamos.
Dijo con una sonrisa sacándola de la ensoñación y ante eso Marinette se posiciono debajo del paraguas comenzando a caminar junto a Adrien.
— Sabes esta situación me hizo recordar el día en que me enamore de ti —Confeso con las mejillas sonrojadas, mirando al frente.
— ¿El día en que te entregue el paraguas? —Él se giró para mirarla.
Ella asintió aun sonrojada, sin dirigirle la mirada.
— Y cuando reíste...
Continuo, pero inmediatamente fue interrumpida por la risa de Adrien.
— Ah... si cuando el paraguas se cerró sobre ti.
Y poniéndose el dorso de la mano en la boca, cubriéndola un poco. Rió como aquella vez.
—Si —Afirmo con molestia— Pensé que tenías una linda sonrisa, a pesar de que la hiciste porque te reíste de mi —Diciendo lo último con más dureza en la voz y observándolo con el ceño fruncido.
— Lo siento —Se disculpó enjuagándose una lagrima inexistente.
— Ese día es muy especial para mí —Continuo, perdiéndose en las salpicaduras que hacia la lluvia al caer inevitablemente en el suelo.
— Para mí también —Repuso Adrien sonriendo dulcemente— Ese día nos hicimos amigos.
— ¿Ah? —Sin poder ocultar la decepción de su voz— Yo te digo que ese día es especial porque me enamore de ti y tú me dices que fue especial... ¿por qué nos hicimos amigos?
— Bueno... fui muy feliz —Se justificó mientras las mejillas se coloreaban levemente— Y no sé porque te enojas, ahora no somos amigos y no tengo ninguna intención de volver a serlo.
Con eso dicho se detuvo de su caminata, acerco su rostro al de ella y unió sus labios mientras el paraguas cubría ese acto de amor.
Y la lluvia seguía cayendo.
¡Hola!
Esta lloviendo, vi de nuevo la escena del paraguas y puf... se me ocurrió esto.
Espero que les haya gustado este Drabble y nos leemos quizas mañana o hoy ¿Quien sabe? Aun me faltan 5
¡Nos leemos!
