Disclaimer: Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima, mi persona solo utiliza sus personajes sin fines de lucro.
Nota de la Autora: Este es el prólogo de mi nuevo proyecto, es corto ya que es una pequeña parte de la trama que habrá en este fic. Espero les guste y me dejen un pequeño Review.
Aclaraciones: Los tres relatos que se presentarán a continuación estarán narrados en base al pasado de tres diferentes personas: 1. Juvia Lockser - 2. Meredy - 3. Jellal Fernández.
"Nuestros caminos se cruzan
¿Será esto una señal?"
Capítulo 0: Che strazio loro cuori- Lo que atormenta sus corazones-.
Sus orbes azules viajaron por todo el lugar, detestaba a toda la multitud de gente que se había amontonado en su preciado lugar de descanso. Con pesadez se levantó del viejo banco – en el que se encontraba reposando – y caminó rumbo a su hogar: una simple casa de un solo piso, pintura desgastada y puertas en mal estado. Se detuvo un momento para leer lo que nuevamente habían escrito en el muro de su patio "¿Por qué simplemente no te mueres?". Ya nada de eso le parecía extraño, se había ganado ese trato y sabía perfectamente la razón. Entró finalmente a su casa, recostándose contra su puerta – ya cerrada-, no evitó que sus lágrimas salieran a flote mientras se repetía una y otra vez que lo sucedido hace poco era solamente su culpa.
-Yo debería haber muerto ese día- susurró a medida que su llanto incrementaba. Siendo la soledad de esa oscura sala, su única compañía.
Los recuerdos la atormentan ¿Pero qué puede hacer?
…..
Pateó con fuerza el tacho de basura, maldijo en voz baja su impotencia. Odiaba a esa mujer más que a nada en el mundo. Ella le quitó lo más preciado que tenía, arrebató de sus manos lo único que le quedaba de su familia: su hermano. Con ira golpeó la dura pared de aquel frio callejón, los golpes no paraban y aunque sus nudillos se encontraban desangrados no paró de descargar su enojo. Cayó de rodillas al suelo, un nudo se formó en su garganta y sin aguantar más; explotó. No le quedaba nadie en esa asquerosa vida que tenía, su mayor prioridad y compañía había muerto en manos de esa maldita mujer. Y ella no había podido hacer nada.
-¡Perdóname, hermano!- gritó cubriendo su rostro con ambas manos. Todo esto había sido su culpa y nadie quitaría la culpabilidad que atormentaba su mente y corazón.
La culpa la invade y no hay nadie que pueda ayudarla.
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Con desesperación corrió a ese lugar, su corazón latía muy rápido y las lágrimas amenazaban con salir. El rostro que tenía su madre no lo alentó, su corazón se estrujó al escuchar esa simple frase "No pudo sobrevivir". Sintió que todo le daba vueltas, recuerdos inundaron su mente y su dulce hermana le sonreía. Un grito ahogado salió de su garganta mientras caía al piso de ese frío hospital. Su madre lloraba, él lloraba y las personas que se encontraban ahí los miraban con lástima.
-Eso no es mentira- susurraba mientras tapaba su rostro -Mi hermana no está muerta; ella no pudo haber muerto– se repetía. No lo iba a aceptar ¿Su hermana ya no estaría junto a él? Todo esto fue su culpa, no la pudo proteger. No protegió lo que más quería y por esa maldita razón, su hermana le fue arrebatada de sus manos.
Sus orbes cafés lloraban la pérdida de su hermana, nadie le quitaría el sentimiento de culpa que cargaba sobre sus hombros.
…..
La culpa los atormentaba y nadie podía salvarlos de la oscuridad que los consumía.
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