Disclaimmer: Card Captor Sakura no me pertenece, le pertenece a CLAMP.

La historia si es mía así que por favor, NO COPIAR.

Prohibido por sangre

By:

Emiko hime-sama

-Los hermanos Hiraguizawa… siempre son tan aislados….

-Tan antisociales…

-Y arrogantes…

-Pero son tan hermosos…

-Miren… allá va Tomoyo Hiraguizawa… -dijo una chica apuntando hacia una joven de cabellos negros largos, rostro sereno y ojos amatistas. Alta y piel de porcelana. En sus brazos cargaba unos cuantos libros. –Y Eriol Hiraguizawa… -dijo apuntando a continuación a un joven alto muy alegre que le ayudaba a su hermana a cargar sus libros de unos 180 cm., cabellos negros azulados y ojos grandes y misteriosos, azules como dos zafiros cubiertos por unas elegantes gafas.

-Shh… calla, allí vienen.

Eriol y su hermana pasaron por los pasillos acompañados por numerosos murmullos. Cada día era lo mismo, Tomoyo y Eriol Hiraguizawa eran hermanos. Inteligentes, apuestos, hermosos y encantadores, siempre en su propio mundo. No hablaban con casi nadie más que entre ellos.

Siempre, todos los días que pasaban por aquellos pasillos escuchaban murmullos, risas, bromas pesadas y otras numerosas cosas.

Pero no les importaba.

Eriol, quien era el mayor, le pasaba el brazo por los hombros a su hermana y esta se dejaba abrazar sonriente.

Tomoyo se sentó en el lugar que le correspondía y abrió sus libros y libretas.

Ojeó distraídamente sus libros un segundo y miró hacia la ventana, viendo la nieve caer, preguntándose, cuanto más tenía que pasar dentro, encerrada en esa habitación sin poder ver los ojos azules de su hermano.

Suspiró y regresó su vista al frente.

Siempre era lo mismo…

Miró a sus compañeros…

Ella no pertenecía a ese mundo, no pertenecía a esas personas. Ellas no sabían nada.

-Hiraguizawa-san. –dijo un chico de su misma clase de ojos grises y cabellos rubios. –Ya acabo la clase.

-¡Ah! Si… si… claro. –dijo la chica distraídamente tomando sus cosas sin mirar siguiera al chico.

Al llegar a la puerta dio media vuelta y le sonrió al chico.

-Gracias…

El chico se sonrojo un segundo y se dio media vuelta inmediatamente. La chica se encogió de hombros y salió corriendo.

Sintió la nieve bajó sus pies y su cabeza, buscó entre todos los arboles y por fin lo encontró.

-Eriol.

El chico abrió los ojos y la miró, sonrió y bajo del árbol.

-Te extrañaba, hermanita. –dijo abrazándola tiernamente por detrás pasándole los brazos por el cuello y juntando su mejilla con la de su hermana pequeña.

Tomoyo sonrió y se dio vuelta para mirar a su hermano.

Un sutil sonrojo cubría sus mejillas a causa del frío e inmediatamente le paso parte de su bufanda por sus hombros de manera que los cubrieran a ambos.

El chico sonrió.

-Vamos a otro lugar. –le propuso.

La chica sonrió divertida.

Antes de que se diera cuenta, su hermano la había levantado en brazos y corría hacía una parte del patio que ambos conocían muy bien.

No había ni una sola persona en el lugar y en primavera, se cubría de flores de diferentes colores y en otoño de hojas rojizas, en cambio ahora en invierno lo cubría una hermosa y helada capa de nieve blanca y por supuesto un árbol.

Una chispa de diversión se asomó por los ojos del chico y este miró a su hermana.

-Sabes que no podemos… -pero no la dejo terminar y en cuestión de segundos su espalda golpeaba el árbol y el chico le robaba un beso. –Eriol… -dijo en un susurro casi audible.

-Te amo.

-Somos hermanos. –dijo poniendo una mano en su blanca mejilla mirándolo a los ojos. –Tu sangre corre por mis venas…-dijo señalando y rozando las venas en su cuello y la mía corre por las tuyas… -dijo con ojos cristalinos, tomando la mano de su hermano fría por la nieve y rozando las propias venas de su cuello, sintió un escalofrío y no supo si era por el frío o era por el simple roze.

Eriol la besó.

Una.

Dos.

Tres veces, hasta que la chica respondió con lágrimas cayendo por sus ojos.

-Te amo. –repitió Eriol sin titubear. Mirándola a los ojos y poniendo amabas manos en sus mejillas suave pero firmemente. –Tu sangre es mi sangre… y mi vida es la tuya.

-Somos hermanos… -murmuró Tomoyo sin sollozar pero con gotas cristalinas bajando por sus blancas mejillas de porcelana.

Tantas veces había probado esos labios, tantas veces tocado esas mejillas y tantos años sintiendo el amor más allá de la hermandad hacia su hermano.

Era prohibido.

Prohibido por sangre.

Pero hace mucho que no podía contener esos sentimientos, ya era tarde. O tal vez, siempre había sido tarde para detenerse.

Lo amaba. Lo amaba tanto más que a nada y más que a nadie, pero no bastaba con eso.

Eran hermanos.

Por sus venas corría la misma sangre, pero en sus corazones también, sentían los mismos sentimientos.

Y quería detenerse, un amor así solo causaría problemas, tanto para Eriol tanto para ella.

Hace ya tanto tiempo que había dejado de llamarle "hermano" porque no soportaba la idea de pensar en ello. No soportaba la sangre que fluía por sus venas y había veces en que quisiera solo dejar que fluyera toda su sangre fuera y reemplazarla por otra.

Pero Eriol era diferente. Ella soportaba llamarla "hermanita"

¿Por qué?

Simple.

Él la amaba más que nada y más que todo y solo eso le importaba.

Cuanto tuviera que sufrir él no le importaba, y lo que sufriera Tomoyo el lo sufriría, él la protegería.

Y ambos sabían muy bien lo que sufrían el uno por el otro. Y sabían muy bien las consecuencias.

Sabían muy bien lo que pasaría si sus padres se enteraran, si sus amigos que no tenían por la misma razón, se enteraran.

Era su problema, su secreto.

No involucrarían a nadie más.

-Te quiero… ¿Cuál es el problema, Tomoyo, hermanita? Mi pequeña angelita… mi princesa… -dijo acunándola en sus brazos una y otra vez mientras Tomoyo se aferraba a su pecho.

-"Estamos unidos por sangre, el mismo amor entre hermanos está prohibido por sangre más sin embargo, tú me quieres sin preocuparte por las consecuencias, y yo te quiero por igual, pero temo por ambos y aun mas por ti, tu sabes bien que yo me arrojaría a un hoguera de ser necesario más sin embargo no me puedo arrancar el miedo del corazón ni del alma. Te amo más que a nada y más que todo y por ese propio egoísmo no te puedo dejar ir" -pensó la chica y Eriol supo lo que estaba pensando, siempre lo sabía.

-"Sé que estamos unidos por sangre y como tú lo has dicho no me preocupo por las consecuencias, yo te protegeré y por ello no habrá consecuencias, te amo más que a mi propia vida, y con así como la Luna necesita el Sol para brillar yo necesito de ti para vivir, para brillar. Temes y yo lo sé porque yo siento lo mismo, sé que este amor en sí está prohibido por sangre, pero te amor y siempre lo he hecho, no te puedo dejar de amar y antes de hacerlo prefiero morir."

-¿Por qué el destino es tan cruel? -preguntó Tomoyo.

-No lo sé, hermanita, Tomoyo. No lo sé.


A lo lejos, una chica veía curiosamente la escena mientras una sonrisa malvada se asomaba por sus labios.

Sacó una cámara de su bolso y tomó la fotografía de los hermanos besándose.

Se mordió el labio con fuerza para no lanzar un grito de emoción.

-Ustedes se lo buscaron… hermanos Hiraguizawa… -dijo para después lanzar un risa malvada e histérica.

Cogió su bolso y sus cabellos rojizos bailaron con el viento cuando se dio media vuelta.

En su mirada dorada solo se veía la venganza y la tristeza cubierta por seriedad y furia.

-Aya. –dijo una voz fuerte y dulce a la vez.

-Subaru… -dijo parando en seco haciendo que sus largos cabellos hicieran lo mismo.

-Aya. –repitió el chico con una mirada seria.

-¡NO! Ellos se lo buscaron. –dijo para después salir corriendo en lágrimas.

Corrió y corrió y después cayó.

No era su culpa.

Ella tenía derecho a vengarse…

¡¡¡¡¡¡¡¡¡LO TENÍA!!!!!!!!!


-Aya…

-Subaru-san… -le llamó una linda voz pasándole los brazos por el cuello.

El chico sonrió.

-Kotori-chan –dijo aspirando el aroma de sus cabellos.

-¿Algo interesante?

-Sip.

La chica sonrió divertida.

El chico la tomo en brazos y le dio vueltas en el aire invernal, en aquel piso cubierto por nieve.

-¿Ne? ¿Hasta cuando seguirás observando? -preguntó ya en una habitación mirando desde una gran ventana el cielo nevado.

-Lo suficiente.

-Son hermanos.

-Estarán bien.

-¿Por qué estas tan seguro?

-Porque…

El chico sonrió al ver que la chica se acercaba y se inclinaba dejando sus cabellos a su alcance.

Este paso sus manos por el su cuello y la chica se sentó en sus piernas.

-¿Por qué? –le susurró al oído con sus manos acariciando sus cabellos.

Sus hermosos risos dorados caían por sus hombros y espalda casi llegando hasta el suelo.

Kotori rozo sus labios y un brillo seductor brillo en los ojos del chico mientras que uno divertido y juguetón brillaba por los de la chica.

Subaru se acercó más poniendo a Kotori delicadamente en el sillón mientras él se ponía encima de esta y se sostenía con los brazos, mientras que sus cabellos dorados caían y gotas causadas por la nieve caían por la piel blanca de Kotori.

Kotori puso la mano en la mejilla del joven y luego lo paso a su cuello.

Y lo acercó hacia ella para robarle un beso.

El chico sonrió entre besos.

Así era Kotori.

Tan juguetona e infantil pero tan madura y seductora en ocasiones.

El chico levantó la mirada para mirar los ojos verdes de su acompañante y le quito los cabellos de su cara.

Luego se levanto y la cargó como una muñeca y le peinó los cabellos.

-Te adoro, mi pequeña muñeca.

La chica sonrió.

-Estarán bien. Esos dos. Estamos bien, después de todo, ¿o no? Kotori.

-Sip, Subaru.

Dijo para después alzar los brazos y robarle otro beso.

-Su amor está prohibido por sangre…

-Pero… aunque la sangre es quien decide…

-La sangre viene del corazón…

Dijeron en susurros mientras se veían y el peine con el que antes estaba cepillando sus cabellos cayó al suelo ruidosamente y ambos rostros se pusieron serios.

-Y por eso es que…

-El amor…

-Y el corazón…

-Son siempre uno mismo.

Dijeron mientras Kotori desabrochaba cada uno de los botones de Subaru, con cada palabra.

Y cuando termino su labor vio la brillante cicatriz.

El chico la acercó a su pecho, Kotori miraba la cicatriz triste y nostálgicamente.

Y la acariciaba con las yemas de sus dedos.

-Estarán bien… -le susurró el joven a Kotori al ver que esta temblaba como una hoja de papel, pálida como la cera o un vampiro. Le limpió las lágrimas con las yemas de los dedos. Y acarició su mejilla dulcemente, suavemente. Frágilmente.

Ella era su muñeca. Suya y nada más suya, frágil y delicada.

-No les sucederá lo mismo que a nosotros.

La chica asintió.

No les pasaría lo mismo que ellos.

No sucedería nada trágico.

Ellos podrían romper esa "ley" como algunos la llamaban.

Romperían esa barrera llamada "Prohibido por sangre"

Notas de autora:

¡Nya ~! ¡Hola! Mmm…. Si sé que debería estar actualizando "El ángel y el vampiro" o tal vez "Por amor"… y les juró que seguiré escribiendo… pero pues… no pude resistirme… esta historia es para mí una historia muy, muy linda y estoy segura de que me enorgulleceré mucho por ella.

Esta historia es… algo así como el comienzo de una nueva etapa de escritura. Mis otras historias las escribí aún en primaria a mis 12 años de edad y cumplo 13 en febrero, por lo tanto aun tengo 12 años… pero en fin, esta historia es muy importante para mí, y si me pudieran decir que piensan de ella… me alegraría muchísimo.

Entre a secundaria hace poco, para ser más exactos en Agosto y pues… es bastante difícil para mí acostumbrarme a todo esto ya que, son diferentes horarios, cada clase son de 40-45 minutos… son más clases, nuevos maestros más… peculiares… etto… y además, la verdad para ser sincera no me hubiera sido tanto el impacto si hubiera entrado a secundaria con mis amigos, en mi misma escuela o al menos en mi mismo estado y ciudad pero, yo… como cambie de ciudad, nueva etapa, nuevo estado y pues… es más difícil para mí. Así que les pido que me tengan paciencia. Mucha paciencia.

Soy aun novata, una niña de 12 años y… pues… me alegraría muchísimo un review: un comentario, si me salió pésimo, malo, bueno, increíble, encantador, lindo… lo que sea, los apreciaré muchísimo además de que, les responderé cada review con mucho cariño y con mucha dedicación.

A todas mis historias les dedicó tiempo y si bien, yo sé que tengo muchos errores tanto gramaticales y ortográficos, pero me estoy esforzando muchísimo y… les agradezco muchísimo que lean mi historia.

Muchas gracias por leer y si dejan review, muchas gracias.

Oh, si hare una versión en inglés, no sé si en este momento o… después, pero si alguien lo quiere leer en ingles, pues… ya saben.

Emiko hime-sama.