Supernatural no es mío, pertenece a su autor. Yo sólo escribo por diversión y gano felicidad con los comentarios que los lectores amables dejan ^^

Muchas gracias por leer, dobles a quines dejan comentarios.

Esta historia se me ocurrió como preeliminar de otra que tengo en mente. xD jajajajaja, espero que les guste, no sé cómo terminará ni cuando actualizaré, me disculpo antemano.

Gracias.

La chica misteriosa.

Dean Winchester vive en una nave espacial, ¿cómo llegó ahí? Es una historia graciosa, él así la cuenta. Alguien paranoico que creía en el fin del mundo comenzó ha hacer naves espaciales, llegó a presidente y siguió haciendo naves espaciales, cuando llegó el desastre esa persona sólo dijo: "Se los dije." Evacuaron a la mayoría de la población, porque muchos murieron antes de llegar. Él tenía cuatro años.

John y Mary no dirían que fue divertido, conduciendo a toda velocidad su auto negro, mientras veían una enorme grieta tras ellos. Fue pavoroso en su experiencia. Llegaron a tiempo, dejaron su auto cerca de la plataforma de abordaje. La nave despegó al poco tiempo dejando atrás pequeñas capsulas para los que aún no llegaban.

Dean no puede decir que recuerda mucho de la tierra, suele ver las fotografías que están en la base de datos. Trabaja como mecánico, su jefe y mejor amigo el señor Bobby, es un hombre barbado, que siempre lleva una gorra de béisbol. Su padre y madre querían que entrara a la universidad, él dijo que jamás aplicó pero era mentira, recibió un pase libre; un pase libre es que podría ser aceptado en cualquier carrera o facultad de cualquier nave, sólo aquellos con los puntajes más altos podrían aspirar a uno. Dean sabía que deseaba estudiar, pero el señor Bobby enfermó, la carrera que deseaba estudiar estaba en una nave lejana, así que se quedó trabajando.

Esta noche esta sentado frente a una mesa de mantel blanco, todos visten de gala, celebran que su hermano menor Sam fue admitido en estudios superiores, él quiere ser abogado. Sus padres sonríen, son felices, Sam también lo es, él no puede negar que lo es.

Su mirada capta a una belleza que no había visto antes, una dama de hermoso vestido negro liso, cabellera de peinado alta color azabache, su figura estilizada, sus hermosos rasgos y figura. Dean está por levantarse e ir tras ella, pero su hermano lo detiene al decirle:

— Espera tonto.

— ¿Qué? —

Sam señala hacia donde va la chica, ella se acerca a la mesa de los fundadores; la mesa de los fundadores es un espacio exclusivo para quien mandó a construir las naves, sus más allegados, los dirigentes de las naves y los ángeles; los ángeles son el escuadrón de pilotos que se encargan de la seguridad externa de las naves. Sam comenta:

— Ella es un ángel.

— Se ve cómo uno.

— No estúpido, ella es. —

Dean ve a la chica de sus sueños sentarse en la mesa de los fundadores, reír y conversar con la gente en esa mesa. Escucha a Sam decirle con una sonrisa:

— Es más de lo que puedas morder. — Dean está por decirle algo, cuando Sam sigue. — La próxima semana es el examen para entrar, si vas puedes verla. —

Sam desliza un folleto, uno de los tantos que trae junto a sus resultados, porque le dieron un pase libre y junto con él todos los folletos. Dean ve el tríptico, después a esa chica hermosa.

La noche sigue tranquila, hasta que él camina hacia la barra, necesita un trago, sin embargo ahí está ella. Él le dice:

— Hola, soy Dean. — Ella responde con una sonrisa:

— Hola Dean. — Ella lo mira, entonces le dice. — Yo te he visto antes, tú eres el chico que trabaja con el señor Bobby, ¿cierto?

— Ese soy yo. — Antes de que pueda añadir algo, el comunicador de ella lanza una señal roja.

— Lo siento Dean, espero podamos vernos de nuevo. —

Él la ve marcharse junto a la mayoría de los comensales que estaban en la mesa de los fundadores. Dean regresa a la mesa, Sam le dirige una de esas miradas de "te lo dije." Dean y Sam se susurran insultos.

La cena transcurre tranquila, entre chistes y una plática amena. La mañana siguiente Sam se dirige hacia una importante entrevista, no necesita tiempo para decidir qué estudiará, tiene todo su plan en su mente, será abogado, luego entrará al área de justicia, ahí escalará hasta ser juez y después embajador. Mary y John le dan un fuerte abrazo, le desean suerte, Dean le dice que confía en él.

La familia acompaña al menor de la casa hasta la nave donde está el instituto de Leyes. Sam está maravillado con el recorrido, aunque el espacio es reducido a las universidades que existieron en la tierra, esto es fantástico, el espacio automatizado, los estudiantes, maestros, los debates en los pasillo es como un sueño.

Sam entra a su gran entrevista, sus padres se abrazan, mientras Dean ve a la chica de sus sueños, ella camina por uno de los corredores, va hacia ella, corre para alcanzarla, al estar cerca, él toma un respiro, se acerca de manera casual al saludar:

— Hola linda, no me dijiste tu nombre.

— Hola Dean, me llamo Impa. ¿Estás estudiando aquí? — Dean rueda los ojos al decir:

— No, mi hermano. — Ella sonríe. — ¿Y tú? — Ella responde:

— No, vine a visitar a un conocido.

— ¿Quieres comer algo? — Ella sonríe al decir:

— Lo siento Dean, tengo que irme.

— ¿Nos volveremos a ver?

— Tenlo por seguro. —

Él la ve alejarse, sin duda irá a la prueba. Sam sale con una sonrisa de su entrevista, se ha quedado de manera definitiva, las clases comienzan en dos semanas, deberá mudarse pero él está tan feliz. Su familia lo felicita, van a comer juntos, comparten otro hermoso momento antes de que Sam se marche.

La mañana siguiente Dean va al trabajo, después de saludar a Bobby le pregunta:

— ¿Tú conoces a Impa? — Bobby mira al muchacho que quiere como si fuera su hijo, se quita la gorra un momento, talla su rostro al decirle:

— Es una buena chica. Totalmente maravillosa, la cual no es alguien para una noche. ¿Comprendes idjit? — Dean siente. — ¿Qué tienes pensado idjit? —

Dean le habla del folleto que Sam le dio, Bobby escucha con atención al darle ánimos. La semana pasa rápido, en casa los preparativos se centran en Sam, sobre lo que debe llevar, mamá dándole consejos de cocina, papá hablándole sobre cómo mantener a los matones a raya, mientras Dean le dice cómo llegar a las chicas. Bobby ayuda en el trabajo a Dean a estudiar. El día de la prueba, Sam le pregunta a su hermano:

— ¿Irás? — Dean rueda los ojos al decir:

— No, iré a trabajar. —

Sam sonríe sin decir más, sólo murmura:

— Jerk — Dean responde:

— Bitch. —

Dean se dirige a su trabajo, pero a mitad del camino se encuentra con Bobby, ellos se dirigen a dónde será la prueba, mientras Sam los sigue a una distancia prudente. En la prueba hay muchos asistentes, entran en grupos de diez. Dean está muy nervioso, intenta disimularlo, pero Bobby como Sam lo saben. Una hora después es el turno de Dean, Bobby le desea suerte.

Dean consigue las pruebas físicas sin problema, el examen escrito no tiene la mayor dificultad, la última parte es entrar a simulador, escucha con atención las instrucciones, se coloca ante los controles.

Sam se acerca a Bobby, los dos se saludan, observan la batalla ficticia, naves enemigas intentando llegar a ellos, los ángeles saliendo a defender. Bobby y Sam se preocupan por las maniobras arriesgadas de Dean, están al borde del asiento, gritan recomendaciones y ayudar que no pueden ser escuchadas. Al finalizar Dean parece el único sobreviviente del grupo de diez.

Dean se lleva una gran sorpresa cuando encuentra a Sam junto a Bobby, no sabe qué decir. Sam le da una palmada al decirle:

— Lo hiciste bien. — Dean le responde:

— No momento de chicas. —

Los tres deciden ir a comer hamburguesas. Dean está un poco decepcionado, porque no vio a Impa, además sólo dos o tal vez uno sea seleccionado. Sam comenta:

— No todos los ángeles son humanos. — Bobby responde:

— Esa es una teoría conspirativa. — Sam se defiende:

— Quien hizo las naves creía fervientemente en las conspiraciones, de otro modo no estaríamos vivos. — Dean pregunta:

— ¿Qué quieres decir sabelotodo?

— Dicen que algunos de ellos son androides.

— No te creo. —

Bobby disfruta de ver la disputa fraterna de los hermanos Winchester. Los dos chicos son tan agradables, le apena que tengan un padre tan desagradable. Puede ser que sea que John y él jamás se han llevado bien.