Ahiru tenía el cuerpo inclinado hacia abajo. Sus ojos cerrados, se abrieron al percatarse de que no había caído, es más, estos se encontraban mirando el suelo a una distancia bastante segura, mientras unos fuertes brazos la sujetaban, sosteniéndola antes de que caiga al piso por quinta vez en el día. Nunca sucediendo porque había alguien preparado para atraparla.

La misma persona que no le quitaba un ojo de encima. Después de que -otra vez- Ahiru se tropiece con el aire, Fakir la había atrapado rodeándola con sus brazos, encima del pecho como su cintura, ocasionando que la respiración a la chica se le acelere y su ritmo cardiaco aumente.

—Perdona, soy muy patosa—repuso, riendo nerviosa de su torpeza—Gracias por atraparme, Fakir —añadió con una sonrisa, intentando volver a estar equilibrada—De nuevo...

—Ten más cuidado, tonta...

Antes de que la susodicha, pudiera ponerse de pie sin riesgos a caer y salir de esa -por la cantidad de veces que sucedió- incómoda situación que demostraba lo torpe que era. De repente, al estar derecha, Fakir la agarró con más fuerza desde la cintura, ahora con los dos brazos, las temblorosas extremidades superiores de la chica, se posaron en el pecho de su salvador, sus dedos agarrando levemente su prenda de vestir.

Las mejillas de la aludida enrojecieron de un carmesí, ella lo observaba como si no pudiera creer lo que estaba haciendo.

No era algo que -comúnmente- se esperaba de él.

Al atraerla más cerca hacia él, algo parecido a un graznido, en vez de un jadeo salió de sus labios, avergonzándola más. Cubrió con sus dos manos la boca. Fakir sonrió y eso le provocó a la muchacha apnea y un paro al corazón. Quedando de esa manera -o sintiéndolo de esa forma- cuando el chico la abrazó con contra su pecho, subiendo sus manos hacia su espalda.

—...No siempre estaré para atraparte—finalizó y sonrió contra su cabello anaranjado mientras sus hebras ocultaban su rubor que comenzó a extenderse por sus mejillas.

Él estaba feliz por poder abrazarla de esa forma, a su patosa -y no un pato- Ahiru.