Este fic participa del Reto de Apertura "Mi Personaje Favorito" del foto "Mentes Criminales: Unidad de Análisis de Conducta."
Disclaimer: Criminal Minds no me pertenece, es propiedad de Jeff Davis y la cadena CBS.
Nota: Otra vez Reid, si, pero supongo que es porque me da mucha facilidad escribir sobre su atormentada mente. Pronto habrá de otros personajes, lo prometo. Saludos.
"¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada?"
Jorge Luis Borges.
Ausencias:
Spencer Reid estaba sentado en su escritorio, una mañana en la que ni siquiera Hotch había llegado. Tenía las manos sobre su mentón y los ojos fijos en el papeleo de la mesa. La BAU estaba silenciosa, como un mar seco o un paisaje vacío. Y es que él estaba proyectando sus sensaciones al ambiente, porque la verdad es que él se sentía vacío y seco.
Y no, no era por la reciente muerte de Gideon. O tal vez si. Quizá fuera la combinación de todo y nada a la vez, tal vez solo era un día en el que sus emociones lo hacían explotar. Él sabía, como buen estudioso, que guardarse los sentimientos provocaban estragos en él, y también, que ese dolor en el pecho, y en la garganta eran signos claros de somatizaciones. Durante mucho tiempo no quiso aceptar que estaba somatizando, que todos sus problemas derivaban de su precario estado emocional. Pero ahora, cuando estaba pagando las consecuencias de ignorar las señales de su cuerpo, no podía negarlo más. Todo lo que le pasaba estaba en su cabeza, y eso no era esquizofrenia, si no miedo.
Miedo. Spencer tenía una larga experiencia sobre el tema. Miedo a su cabeza, a los sujetos que arrestaba, a la esquizofrenia, a que algo malo pudiera pasarle a sus seres queridos, al recuerdo de Maeve, a decaer en el dilaudid, a volverse loco, al abandono, a las ausencias.
Y en eso se resumía todo, en el miedo al abandono. Spencer había vivido toda su vida temiendo que lo dejaran y con razón, porque a lo largo de sus treinta y cuatro años, pocas personas habían sido fieles a su lado. A la mayoría las había perdido, comenzando con su padre a una temprana edad. Siguiendo con Gideon, JJ y su retiro obligatorio al Pentágono, Emily Prentiss, a quién perdió dos veces. Maeve, y su destino fatal, Blake en su corto paso por la BAU, y justo cuando se adaptaba al cambio, recibía de lleno la noticia fúnebre de Gideon.
Es lógico que con todas estas ausencias, el corazón y la mente del genio estuvieran colapsando. Son muchos sentimientos, muchas pérdidas y ausencias para que una cabecita, por más inteligente que sea, lo soporte. Las ausencias lo estaban matando lentamente, regalándole algo que solo puede ver y sentir durante poco tiempo, para que cuando se encariñe tenga que despedirlo, y fingir que está todo bien. No, eso era demasiado hasta para él.
"Spence…"
Esa voz, cálida como un rayo de sol lo hizo estremecerse. Se había quedado ensimismado contando las ausencias, cuando dirigió sus ojos hacia ella. JJ estaba de pie detrás de él, con su mano en su hombro, mirándolo. JJ estaba en su lista de ausencias dolorosas, pero ella fue la única de todos que volvió, que no lo abandonó. Spencer cerró los ojos, dejando escapar el primer sollozo al que le siguieron muchos más, y ella, tan madraza como es, lo aceptó sin decir nada.
"No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo."
Giacomo Leopardi
