Nightmare.
By S. Hisaki Raiden
(26 de septiembre de 2011)
Los personajes de Metal Fight Beyblade pertenecen a Takafumi Adachi, yo sólo los tomo prestados para realizar este fanfic.
Resumen:
Ginga luce cansado y sin ganas de nada desde hace unos días, sus amigos comienzan a preocuparse por él, pero el sonríe, dice que está bien y evita el tema… ¿Qué está pasando con el pelirrojo?
Rating: T (12+)
Genero: Aventura, Frienship, Suspense.
Advertencias: Ninguna.
Aclaraciones:
–Diálogos; "..." Resaltar palabras o frases; -Cursiva-Recuerdos; /…../ Pensamientos; (…) aclaraciones; MAYUSCULA Gritos.
Episodio 01: Algo diferente.
Cuando abrió sus ojos se encontraba de pie en un lugar completamente oscuro… miraba a su alrededor, pero era imposible ver más allá de su nariz… estaba tan solo… y tan vacío aquel lugar, tanto que estuvo seguro de sentir una profunda y dolorosa soledad. Se decidió a echar a andar, y apenas dio su primer paso, escuchó como la suela de su zapato sonó y replicó por todo ese lugar… parecía que se encontraba solo, pero, en ese momento justo… algo se movió tras él…como si alguien hubiera pasado corriendo. Se giró de inmediato, pero no pudo ver nada en esa profunda oscuridad… de nuevo escuchó las pisadas, esta vez del lado contrario al que se volteara, se sobre saltó y de inmediato comenzó a escuchar como su respiración se aceleraba… aunque al principio se sintió solo…, tal vez eso no era así… De nuevo escuchó las pisadas, esta vez más cerca de su cuerpo. Retrocedió sin dejar de mirar hacia donde las escuchara, las pisadas iban más y mas cerca de él… las últimas las sintió casi tocando sus talones, incluso sintió como aquello que corría le pasó a agitar levemente la ropa y las tiras de su bufanda… y bruscamente le tomó del cuello…
–¡GINGAA!
El pelirrojo gritó despertando de súbito y casi cayéndose de espaldas, puesto que en donde estaba sentado eran unos bancos sin respaldo, agitó sus manos, recuperó el equilibrio y se aferró a la mesa que tenía cerca para no caer.
–Ginga… ¿Estás bien? –preguntó el peliverde de ojos castaños de nombre Kenta Yumiya.
–¡Me asustaste Kenta! –reclamó Ginga en modo infantil recostado sobre la mesa.
–Lo siento, pero te hablaba desde hacía rato y tú te estabas durmiendo –se defendió el pequeño peliverde.
Se hallaban sentados en las mesas del área de comida de Bey Park, y en el que por lo regular Ginga pasaba el rato con su pequeño amigo Yumiya.
–… ¿En serio me dormí? –preguntó abriendo muy sorprendido sus ojos color miel.
–Claro que si, y ni siquiera sé como es que puedes dormirte sentado y con las piezas de Pegasus en las manos.
–Ah…–el pelirrojo regresó su mirada a la superficie de la mesa, donde efectivamente estaban las piezas de Pegasus. Sonrió apenado cerrando los ojos– lo siento Kenta, no sé que pasó…
Kenta lo observó y luego miró lo que estaba en la mesa.
–No te preocupes, y discúlpame también, te desperté tan repentinamente que casi te caes. –Sonrió el chico– pero, dime una cosa, ¿en verdad vas a cambiar el disco de ataque de Pegasus?
La expresión de Ginga pasó de la sorpresa a la completa confusión. Miró a Pegasus desarmado sobre la mesa y se dio cuenta de que no podía recordar el por qué de pronto quería hacer eso…
–Eh… no, creo que no. Es una mala idea. –dijo al fin lo más normal que pudo.
–Eso mismo te estaba diciendo yo.
Tomó las piezas para armarlo, pero al tratar de sujetar el disco de ataque, este rodó por la mesa y cayó al suelo.
–¡Hey! ¡Espera! –se levantó de la silla y agachándose fuera de su asiento, trató de alcanzarlo, pero este chocó contra el pie de alguien. –¡Espere! –gritó Ginga, cuando ese alguien tomó el disco y alzó la mirada al tiempo que este se erguía con el disco en mano.
–¿Se te perdió algo?
Los ojos miel se encontraron con un par de orbes color topacio.
–¡Tsubasa! –Nombró Ginga contento al reconocerle.
–¡Hola Tsubasa! –Sonrió Kenta llegando al pie de ambos chicos.
–¿Qué te trae por aquí? –Preguntó Ginga– ¿Trabajo?
–No, tengo unos días libres –contestó y miró el disco de ataque de Pegasus, que tenía en la mano– ¿Probando balances?
–Algo así –dijo Ginga.
–Te vez cansado –dijo de pronto Ootori.
–… –Ginga sólo sonrió, y tomó el disco de ataque haciendo como que no había escuchado.
Tsubasa se percató que había hecho caso omiso a su comentario, pero no dijo nada. A pesar de haber estado en Gan Gan Galaxy, no es que hubiese forjado una estrecha amistad con Hagane, pese a que el chico le caía muy bien. Quizás porque había empezado una amistad forzada con él, dadas las circunstancias, pero no era tarde para intentarlo otra vez, pensó.
–¿Quieren tomar algo? Yo invito –dijo Tsubasa de pronto sorprendiendo a ambos chicos.
–Claro –Dijo Ginga con una sonrisa tranquila. Y Kenta asintió con él.
ЖЖЖЖЖЖЖЖЖNightmareЖЖЖЖЖЖЖЖЖЖ
Mas tarde, las puertas del establecimiento se abrieron dejando pasar a un chico de cabellos verdes y bellos ojos azules. Llevaba puesta una gabardina color verde militar y unos pantalones beige. Entró despreocupadamente aunque su gesto siempre lucía serio y algo frío.
Caminó sin dirigirse a ningún punto en particular, hasta que su mirada se detuvo sin querer en una mesa donde distinguió a un chico de brillantes cabellos rojos en punta, junto con un chico más pequeño de cabellos peliverdes, y aunque no quiso hacer mucho caso también notó la presencia de alguien más con ellos, alguien de cabellos plateados, y eso último le extrañó un poco; los últimos dos chicos estaban muy emocionados mirando algo sobre la mesa, mientras que el pelirrojo, acodado en ella, recargaba su cara sobre la palma de su mano, y parecía aburrido…
–¡Un bloque más para Kenta Yumiya! –dijo alegre el niño peliverde alzando una mano.
–Si, pero, yo soy quien tengo más dominios todavía –dijo Tsubasa compitiendo, pero de manera tranquila y con su voz calmada.
Ginga sonrió.
–Ambos tiene más dominios…–cerró sus ojos diciendo.
–Estas siendo de mucha ayuda –le dijo Tsubasa denotando la poca participación del pelirrojo.
–Es cierto Ginga, hay pocos bloques tuyos –aseveró Kenta mirando la hoja que estaba en la mesa.
–Nunca había jugado esto antes…–se defendió el pelirrojo.
–Yo tampoco, –dijo Kenta– pero creo que este juego definitivamente no es lo tuyo –rió divertido sin darle mucha importancia.
El pelirrojo regresó su vista a la mesa, donde habían, además de tres vasos vacíos de malteada, una hoja. Ginga alzó la mano con la pluma dispuesto a continuar con el curioso juego que Tsubasa les sugiriera luego de haber beybatallado un poco. En dicha hoja tenían muchos puntos y en cada turno debían que unirlos para formar líneas, y así hasta formar cuadros; si eras el primero en poner la inicial de tu nombre dentro de los cuadros, ganabas un dominio… (1) El juego parecía divertido… o eso parecía con Tsubasa y Kenta, que llevaban muchos dominios ganados, en comparación con él, pero, es que cada vez que intentaba concentrarse en el juego, tenía que esforzar mucho sus ojos, para que estos no se le cerraran debido al sueño que tenía. Apretó fuertemente los ojos de nueva cuenta y luego los abrió para mirar los puntos en la hoja.
–¿Ginga, Tienes sueño?
…La repentina pregunta de Yumiya, lo interrumpió de lo que hacía…
–…¿He? –Alzó la vista para mirar al peliplata y al peliverde. – Umn…–ya no podía mentir ni ignorar la pregunta– si… creo que un poquito.
–¿Haz tenido una mala noche? –Insistió Kenta que tenía su silla al lado de Ginga y a donde volvió a sentarse para mirar a su amigo.
–¡Oh, no! –dijo moviendo las manos para darle menos importancia– Me entretuve haciendo algunas cosas y no me di cuenta de la hora, es todo.
–Tal vez deberías de ir a descansar, Ginga –sugirió el dueño de Aquila(2) amablemente sentado frente a ambos, con los brazos cruzados.
–Estoy bien, lo haré cuando sea de noche –desvió el tema–. ¿Qué opinan si salimos de aquí? –se levantó, sabía que de seguir allí se dormiría en cualquier momento.
Tsubasa lo miró atentamente, era evidente que Ginga estaba evadiendo el tema de su cansancio, por tercera vez desde que se encontraron.
–De acuerdo –dijo finalmente poniéndose de pie, también.
–Vayamos al rió –sugirió Kenta dando un salto de la silla.
Recogieron las cosas de la mesa y comenzaron a caminar fuera de allí.
Al mismo tiempo, el peliverde de ojos azules, se encontraba en una beybatalla con un chico de por allí, pero eran tan tremendamente fácil ganarle en cualquier momento que resultaba aburrido. Se encontraba esquivando todos los golpes del contrincante.
–¡Oye ya deja de huir! –se desesperó el otro.
Kyouya volteó hacia otro lado, atisbando en ese momento como Ginga salía de Bey Park con los otros dos, incluso ignorando a su oponente.
–¡Oye Tategami! –volvió a exigir atención.
Este le miró de manera fiera, movió su mano, y sacó fuera el beyblade del otro sin si quiera usar alguna de sus jugadas estrella. Leone volvió a su mano.
–Aburrido –fue lo que dijo y salió de allí, mientras que el otro se hincaba decepcionado, por haber perdido sin la oportunidad de dar ni un solo golpe. Siempre era igual para Kyouya, en aquella ciudad ya no había nadie interesante para tener una beybatalla, el único que le ofrecía algo interesante era Ginga, y quizás era porque todavía no había tenido la oportunidad de ganarle, y eso aunque frustrante, era emocionante y lo hacia esforzarse cada vez más, ese día tenía pensado en tener una nueva Beybatalla contra él, pero…, había notado últimamente a Ginga algo apagado, no era que lo conociera demasiado, pero al ser su rival estaba siempre al pendiente de él y por ello había notado que estaba más tranquilo que de costumbre, y casi no beybatallaba con nadie... ¿Estaba aburrido? Porque si lo que le hacía falta era un buen oponente, él era uno.
Salió del beyestadium, y giró su vista para buscar en donde estaban esos tres, pero apenas saliendo: Ginga, Kenta y Tsubasa estaban a unos pasos platicando de algo, el pelirrojo estaba riéndose y el chico peliverde también, Kyouya alzó una ceja, Ootori parecía estar contando algo que provocaba eso, y era extraño para él, puesto que no había visto al pelirrojo reír desde hacía un buen rato. En eso la mirada color miel del chico se cruzó con la suya y le sonrió al verlo.
–¡Kyouya! –alzó su mano y le saludo, invitándolo a ir con ellos.
El nombrado se agitó un poco, no tenía ganas de estar con él si estaba con los otros dos, pero se acercó de todas maneras.
–Baja la mano, Ginga –dijo serio, le parecía que era exagerado todo eso cuando estaba a tan sólo unos metros de ellos.
El pelirrojo reaccionó.
–Jeje, perdón. Es que no te había visto y me emocioné. –dijo llevando esa mano a su nuca.
–¿Viniste por una batalla, Kyouya? –preguntó Tsubasa con una mirada retadora.
Los ojos azules sonrieron de manera burlona al escuchar eso del peliplata.
–Tal vez, pero no creo que tú me puedas ofrecer una, después de todo te derroté en las eliminatorias antes del campeonato mundial.
Tsubasa se sintió ligeramente molesto con ese comentario, el otro había sonado muy engreído.
–No soy el mismo Kyouya.
Tategami le restó importancia y se cruzó de brazos.
–El único que me interesa para beybatallar es Ginga –le miró– ¿Qué dices Ginga, un duelo?
Eso tomó por sorpresa al ojimiel, quien no se sentía con ánimos suficientes para tener una beybatalla, más que nada porque para beybatallar con Kyouya, necesitaba que todos sus sentidos estuvieran al cien por ciento, cosa que era imposible en ese momento, puesto que tenía tantas ganas de dormirse y despertar veinte o treinta horas después, pero temía lo que pasaría en cuanto cerrara los ojos…
–¡Por supuesto! –se sorprendió a si mismo respondiendo con esas palabras, no quería decepcionar a Kyouya, así que daría el doscientos por cierto de su capacidad en ese momento, lo cual era ilógico, dado que tenía un sueño terrible…
El chico de orbes azules y cabellos verdes sonrió al escuchar que aceptaba su reto. Tsubasa observó al dueño de Leone, y se dio cuenta de que lucía algo distinto cuando se dirigía al pelirrojo.
ЖЖЖЖЖЖЖЖЖNightmareЖЖЖЖЖЖЖЖЖЖ
La beybatalla dio inicio justo junto al río. Kyouya tomó su posición y Ginga igual. Como siempre, el grado de dificultad variaba. La defensa y la técnica de asecho de Tategami llenaba al pelirrojo de incertidumbre, pues nunca podía saber cuando podía atacarle, pero lo emocionante era descubrirlo y para Kyouya era emocionante el de qué forma Ginga, intentaría tras pasar su defensa y las nuevas técnicas de ataque que idearía para hacerlo, porque cada vez que beybatallaban era diferente… sin embargo, el dueño de Leone notó algo distraído a Ginga; sus movimientos no eran precisos como usualmente, y aunque el resultado era casi el mismo, él conocía muy bien el estilo del pelirrojo. Ginga estaba cansado, y aunque la batalla lo estaba manteniendo despierto, tenía que esforzarse mucho para no perder la concentración.
Mientras tanto, Kenta y Tsubasa se encontraban espectando la batalla.
–¿No notas algo fuera de lo común? –preguntó Ootori a Yumiya.
–¿En la batalla o en el día en general? –respondió observando detenidamente a Pegasus y a Leone enfrentándose.
–Las dos cosas. –le confirmó Tsubasa seriamente.
–Umn… Ginga parece estar cansado y sin ganas de nada.
Ootori regresó la vista al más pequeño y dijo con la misma seriedad:
–¿Y cuando él es así?
–Nunca…–aseguró Kenta–, pero, especialmente hoy no parece ser su mejor día…
–¡Ha sido suficiente! –Dijo Kyouya de pronto, y ambos espectadores regresaron la mirada a los dos contrincantes.
–¿Qué? –preguntó Ginga un tanto desubicado.
El rostro de Kyouya lucía molesto.
–Si no vas a beybatallar en serio, lo dejamos para cuando si quieras hacer las cosas bien –dijo mirándolo con molestia.
–¿De qué estas hablando? –cuestionó el pelirrojo apretando sus puños– ¿Tienes algún problema con mi forma de beybatallar? –movió su mano para dirigir a Pegasus– Pues, toma esto, ¡Pegasus embiste! –mandó ese ataque, pero fue fácilmente esquivado por Leone. Ginga apretó sus dientes y gruñó.
–De eso hablo –dijo el otro–, ese ataque nunca causaría ningún daño a Leone.
–¡La próxima vez será diferente! –Pegasus comenzó a girar alrededor de todo el plato, preparándose para otro ataque.
–La próxima vez…–dijo y alzando su mano llamó a Leone llegando este hasta su palma.
Eso sorprendió no sólo a Ginga, sino también a Kenta y a Tsubasa.
–¡Kyouya! –se quejó el pelirrojo al ver que Tategami abandonaba la batalla, eso era un poco humillante.
Bajó su mano y guardó a Leone en el estuche que llevaba en la cintura y ladeándose miró al otro.
–Cuando vayas a hacerlo en serio, me llamas –dijo con voz grave y se fue caminando de allí.
–Kyouya espera –lo llamó Kenta, pero este lo ignoró olímpicamente, por lo que volteó a ver a su amigo– ¿Qué paso Ginga?
–… –Estaba desconcertado, Kyouya se había enojado con él…
TSU ZU KU… (Continuará…)
Aclaraciones:
(1) El juego de mesa que jugaron Tsubasa, Kenta y Ginga aquí en México se le conoce como Timbiriche xDD, no sé como se llame en otros lados y si exista. Yo jugaba eso con mi hermana cuando éramos niñas jaja, que lindos recuerdos ^.^
(2) Aquila: La verdad sea dicha, ¡Detesto la forma en que llaman al Bey de Tsubasa tanto en Doblaje canadiense como en el español!, Earth Eagle y El Águila respectivamente… si, ya sé que es un Águila, pero se me hace tan simple, así que he retomado la versión en japonés, lamento las confusiones.
ЖЖЖЖЖЖЖЖЖNightmareЖЖЖЖЖЖЖЖЖЖ
Notas Finales:
Bueno este es mi cuarto fic de Metal Fight Beyblade, la historia se ubicaría después del torneo mundial y antes de 4D. Esta vez será de capítulos, pero no se preocupen, la historia ya la tengo avanzada y no serán tantos capítulos.
Espero les guste. Soy de México, pero he usado algunos términos usados en el doblaje de España, ya que opino que es mucho mejor que el latino, en mi humilde opinión. La verdad no tenía intensiones de describir detalladamente la beybatalla de Ginga y Kyouya, la verdad me da flojera xD, y no quiero que este fic se enfoque en eso, que para beybatallas está el anime. Y una pregunta… ¿Quieren Shonen-ai? No puedo ofrecer algo más, los chicos de Beyblade son unas criaturas para mi, no podría hacer nunca un yaoi como tal ^^Uu.
Comentarios, preguntas, sugerencias, amenazas de muerte, jitomatazos y de más frutas y legumbres serán bien recibidos en los Reviews.
ATTE: S. Hisaki Raiden.
Заботьсиа много всем і до свидaния!
(Se cuidan mucho y hasta luego)
