Hunger games.

Cap1.- Verdades.

Abrió los ojos rápidamente mientras un grito se ahogaba en su garganta, sudaba y respira con dificultad, ahora había sido sobre Peeta convirtiéndose en un muto con forma de perro que se abalanzaba contra ella y le destrozaba la garganta, evitando que ella siquiera grite de dolor – Katniss levántate ya que estamos por llegar – del otro lado de la puerta le llegó la chillante voz de Effie Tricket – vístete pronto para que puedas desayunar.

Escucho los pasos que se alejaba, mientras ella se retiraba con la manga de su pijama el sudor de la frente – salgo de una pesadilla para entrar en otra – comento casi en un susurro.

Hizo caso y se levantó, se ducho rápidamente y se vistió, luego se dirigió al vagón en el que de seguro ya estarían los demás comiendo. Escuchó como Haymitch y Peeta conversaban con voces cansadas y desganadas, que se callaron cuando la escucharon llegar.

– Buenos días preciosa – saludó Haymitch sin su habitual sarcasmo, suponía por todo lo que estaba ocurriendo.

– Buenos días – respondió con mal humor, y se sentó en la silla a un lado de Peeta.

Lo regreso a ver topándose con ese par de ojos azules que la veían preocupado, estiro la mano por debajo de la mesa, para tomar la de Peeta y darle un apretón diciéndole que estaba bien, Peeta la apretó de regreso y se giró a comer.

El resto de viaje lo pasaron en silencio, solo se escuchaban los cubiertos chocar unos contra otros, y cuando terminaron el desayuno solo se quedaron allí sentados todos metidos en su mente disfrutando solamente de la presencia de los demás, del grupo en el que se habían convertido.

– Yo quiero darles algo – comento Effie, parecía que su voz había cambiado por completo, se escuchaba más ronca. Todos la regresaron a ver al mismo tiempo mientras ella sacaba las cosas de su bolso – Katniss, tiene su sinsajo de oro – comentó mientras se erguía nuevamente – yo mi cabello – regresó a ver furiosa a Haymitch porque este estaba a punto de hablar – así que les conseguí esto – extendió dos paquetitos hacia los dos hombres – una pulsera dorada para Haymitch, y un collar para Peeta – la pulsera tenía un intrincado diseño y en el centro había en relieve el mismo sinsajo que tenía Katniss en broche, la cadena por otro lado, era dorada y tenía un medallón con el símbolo.

Dieron las gracias mientras Effie intentaba no ponerse a llorar mientras explicaba que era para representar el equipo que eran, suspiro un poco y se tranquilizó antes de ponerse a hablar de lo que de verdad importaba – ahora, todo será diferente porque es un vasallaje, el Capitolio no ha escatimado en gastos, pero no solo por eso, este año se enfrentaran a otros vencedores, los favoritos del capitolio audaces, astutos, hábiles y todos se conocen, ustedes son los de afuera.

El silencio volvió a instalarse mientras los dos chicos asimilaban lo dicho. Luego de unos minutos el que habló fue Haymitch – quiero que se olviden de todo lo creen saber sobre los juegos – comenzó mientras los dos chicos lo regresaban a ver – el año pasado fue un juego de niños, este año se enfrentara a asesinos experimentados.

– ¿y eso en que nos afecta? – pregunto Peeta recargando la espalda en la silla.

– En que van a tener que buscar aliados – respondió Haymitch.

Peeta y Haymitch regresaron a ver a Katniss porque sabían que ella sería el principal problema – no – comento ella, justamente como esperaban.

– escucha conozco a estas personas, si no tienen aliados los cazaran a ustedes, a ambos.

Katniss se preocupó, y negó un poco con la cabeza pensando seriamente en lo que se le decía – como habrá confianza si no nos conocen.

– no es cuestión de confianza es de seguir vivos.

Luego de esa revelación y haber aceptado que se necesitaba conseguir aliados, comenzaron a conversar sobre quiénes eran los demás Tributos y vieron la repetición de las cosechas en los demás Distritos, entre conversaciones llegaron al Capitolio.

Ahora ni siquiera Peeta salió a la ventana para saludar a los capitolinos que gritaban completamente locos por sus amantes trágicos, no les darían el gusto de verlos tan mal por tener que regresar a ese lugar, aun faltaba un poco de tiempo antes de llegar a la estación así que se puso a pensar en todo lo que había ocurrido en este último año.

Su regreso al Distrito doce solo sirvió para separarla de Peeta y causarle dolor, se enteró de los sentimientos de Gale hacia ella, algo con lo que aun a unos cuantos días de morir no sabía cómo reaccionar, luego vino la gira de la victoria, donde por fin pudo reconciliarse en algo con Peeta aun veía esa mirada triste y llena de dolor pero por lo menos ahora se podían considerar amigos.

Recordó todo lo ocurrido en el viaje y revelarle la verdad a Peeta, fueron momentos muy duros, y los últimos días durmiendo con Peeta para alejar las aterradoras pesadillas, a su regreso las cosas comenzaron a complicarse quisieron huir, pero no pudieron porque a Gale lo azotaron termino aceptando que sentía algo por el mismo, algo que en ese momento pensó era más fuerte que cualquier cosa que sintiera por Peeta.

Recordó el dolor de este al saber sin que ella dijera nada, que había elegido a Gale. También estuvo los días que paso con Peeta llenando una vez más el libro de su padre, recordó sus pestañas largas y su cabello rubio que parecía brillar con el sol, luego vino el día de sacarse y poner vestidos, todos con la finalidad de ser usados en su boda con Peeta.

Y allí fue cuando todo termino en desastre, enterarse que irían de nuevo a la arena, a matar para sobrevivir, o para que el otro sobreviva, lo mal que se sintió al saber lo egoísta que era y no solo eso sino saber que no se merecía todo el amor que Peeta le entregaba sin esperar o saber que recibiría algo a cambio.

La cosecha fue más dura de lo normal, al saberse ella ya elegida y sin saber qué hacer con su compañero porque el hombre que había llegado a apreciar no tanto como a su padre pero aun así lo veía como una figura paterna, y el chico al que le debía tanto y quería mucho estaban metidos en esto con ella, pero también fue duro al saber en el momento en que salió el nombre de Haymitch y Peeta se ofreció como voluntario que hubiera preferido ir con su mentor mil veces a tener que entrar nuevamente con Peeta.

Y allí estaban ahora, saliendo del tren rodeados de personas con la piel de colores y cabellos peinados de formas inimaginables, que les gritaban contentos y al mismo tiempo tristes, un grupo de agentes de la paz evitaba que toda esa gente se lanzara sobre ellos, y las cámaras intentaban enfocarlos con la mayor claridad posible.

Peeta le dio la mano dándole fuerzas para avanzar, siempre había sido él el que termina por afrontar estos momentos con mayor entereza que ella – apresúrense, apresúrense tenemos un cronograma apretado tienen que llegar con Cinna y Portia pronto para que comiencen a arreglarlos y estén listos para el desfile – comentaba Effie adelantándose.

Los otros tres suspiraron y comenzaron a seguirla bajo los gritos de la gente, y los flashes de las cámaras. Se separaron después de un momento y cada uno tomo su rumbo hacia su diseñador. Cuando entro y vio a Cinna parado frente a ella abriendo los brazos para abrazarla no tuvo la fuerza ni tenia las ganas de hacerse la fuerte y se lanzó hacia él.

Cinna la recibió con cariño y en sus brazo sintió la seguridad y confianza que necesitaba en esos momentos, no necesitaban hablar simplemente se quedaron allí abrazados. Luego de unos minutos Katniss se decidió a hablar, se soltó de Cinna y se sentó limpiándose las lágrimas que habían logrado salir – entonces que va a ser esta vez, más fuego o salimos desnudos pintados de negro con carbón.

Cinna se rio un poco – algo parecido.

Primero la peino como le enseño la Sra. Everdeen, con un estilo trenzado que luego recoge por encima de cuello, luego se dedicó a maquillarla con toques de luz teatrales y sombras obscuras, altas cejas enmarcadas, pómulos resaltados, ojos ardientes y labios morados.

El traje por otra parte engañaría a cualquiera, era simplemente un mono ajustado negro, que la cubría del cuello para abajo, y termina colocando en su cabeza bien sostenida por el cabello trenzado una media corona de un metal negro y pesado.

Luego se puso a jugar con las luces de la habitación para que imite a las del atardecer, y apretó un pequeño botón en la muñeca del traje, Katniss bajo la vista encantada con el traje que iba poco a poco prendiéndose desde sus tobillos, con una luz dorada que va transformándose en roja anaranjada como el carbón ardiendo, dando la apariencia de que ella misma es una braza reluciente y caliente, sacada de la chimenea, los colores subían y bajaban se movían justo como lo hacían en el carbón – como lo hiciste?.

– Portia y yo pasamos mucho tiempo observando fuego – respondió mientras la veía de pies a cabeza – ahora mírate.

La castaña se dio la vuelta solo para encontrarse con un ser sobrenatural, ya no había la chica y menos una mujer, parecía que era algo sacado de un volcán, la corona al rojo vivo ilumina de tal manera el maquillaje colocado en la cara de Katniss que la hacía ver peligrosa – creo que esto… esto era justo lo que necesitaba para enfrentarme a los demás.

– Si creo que tus días de pintalabios y lacitos ha terminado – respondió Cinna sonriendo, se acercó una vez más y volvió a apretar el botoncito apagando el traje – será mejor no gastar mucho la batería – se detuvo un poco más y suspiro – esta vez cuando estés en el carro no sonrías ni saludes, limítate a mirar al frente como si el público no fuera digno de tu atención.

Katniss sonrió – al fin algo que se me da bien.

Una vez terminado todo, Katniss bajó a la primera planta deseando encontrarse con Peeta, pero él no estaba solo su carro correspondiente, algunos de los otros tributos y uno que otro mentor. A diferencia del año pasado en el que los otros tributos estaban prácticamente al lado de su carro, este año la escena era muy sociable.

Los tributos y mentores se mezclaban en grupos conversando amenamente, aunque era entendible al ser amigos de años. Un pequeño carraspeo llamo la atención de Katniss que rápidamente se dio la vuelta encontrándose con nada más y nada menos que Finnick Odair.

Estaba a unos pocos centímetros de Katniss y le sonreía con coquetería y altives, se metió un azucarillo en la boca y se apoyó en el caballo negro – hola Katniss.

– Hola Finnick – saludó la castaña, pareciendo desinteresada, pero estaba bastante nerviosa con su cercanía y porque estaba prácticamente desnudo.

Lo único que tapaba al rubio era una malla estratégicamente colocada para que nada que no debe ser visto, en efecto se vea – ¿quieres un azucarillo? – Pregunto extendiendo una mano llena con el dulce – se supone que son para los caballos pero a quien le importa, nosotros en cambio.

– No gracias – contesto acariciando al caballo – aunque me gustaría pedir prestado tu traje alguna vez.

Finnick sonrió mostrando los dientes blancos, Katniss estaba segura que muchas chicas, sino es que todas, se desmayarían al verlo así vestido y sonriéndoles, pero ella no era como cualquier chica, por lo que solo se incomodó un poco más.

El tributo del Distrito 4 era una especie de leyenda en Panem, gano los sexagésimos quintos juegos del hambre con apenas catorce años, siendo de un Distrito profesional era bastante entendible hasta cierto punto, pero nadie podía presumir de haberle dado su belleza, era alto, atlético, cabello color bronce, piel dorada y ojos verdes.

Era un secreto a voces a que se dedicaba, era muy popular entre la gente del Capitolio por lo que constantemente era llamado para ser… acompañante de mujeres sumamente ricas.

En sus juegos por otro lado, sus competidores tardaron demasiado en darse cuenta que era a él a quien tenía que matar primero, y peor cuando recibió un tridente de oro, que lógicamente era el regalo más caro que se había visto en los juegos, y al ser la pesca la principal fuente de empleo del Distrito 4 este era como una extensión de su propio cuerpo, y un arma letal, con un buen plan en unos cuantos días los demás tributos era atravesados con el tridente y él era el nuevo vencedor.

– me estas matando de miedo con ese traje, ¿qué ha pasado con tus hermosos atuendos de niñita? – pregunto Finnick lamiéndose un poco el labio inferior.

Katniss no se movió siquiera – ya me quedaban chicos.

– es una lástima todo esto no es cierto – comento Finnick mientras acariciaba la tela del cuello del traje de Katniss – estoy seguro que en unos cuantos años hubieras sido la sensación del Capitolio, estarías llena de joyas y dinero.

– no me gustan las joyas, y tengo más dinero del que puedo gastar, ¿qué haces tú con el tuyo?

Finnick se rio levemente con misterio – hace mucho que deje de vivir de algo tan banal como el dinero.

– ¿entonces como pagan por el placer de tu compañía?

– Con secretos – respondió Finnick acercándose mucho a Katniss, ninguno dejaba de verse a los ojos a pesar de lo cerca que estaban, casi podían estarce tocando sus labios pero nada de eso importaba – ¿y tu chica en llamas? ¿Tienes algún secreto que merezca mí tiempo?

Katniss se sonrojo leventemente, aún así le dio un mirada seria como a todos lo que no fuera su familia, Peeta, Haymitch, Gale o la familia de este – no, soy un libro abierto, todos parecen conocer mis secretos incluso antes que yo.

– por desgracia creo que es cierto – respondió Finnick sonriendo y alejándose un poco, luego miro a un lado – ya viene Peeta – comento haciendo que Katniss se aleje un poco más – lamento mucho que tuvieras que cancelar tu boda, se lo mucho que debes lamentarlo – eso ultimo había salido con tanto sarcasmo que hasta el más inocente se daría cuenta.

Katniss frunció el ceño molesta y al mismo tiempo triste, al parecer todo el mundo hasta algunos a los que no conocía sabían de su mentira, como había esperado que Panem por completo le creyera.

El rubio se marchó dando un leve movimiento de cabeza para saludar a Peeta, este se la regreso y luego se acercó a Katniss – que quería Finnick Odair? – pregunto.

Katniss se acercó hasta que sus labios se rosaron y dejo caer un poco los parpados – me ofreció azúcar y quería saber todos mis secretos – respondió con la voz más sensual que pudo.

Peeta comenzó a reírse a carcajadas, y aunque Katniss lo había hecho a modo de broma no pudo evitar sentirse desilusionada y molesta por su reacción – ¿enserio? – Siguió riéndose unos momentos más hasta que regreso a ver a los demás – ¿crees que hubiéramos terminado así si solo uno de nosotros hubiera ganado?

– ¿cómo uno más del circo del Capitolio? – Pregunto de regreso, Peeta asintió a modo de respuesta – supongo, sobre todo tú.

– ¿sobre todo yo, como es eso?

Katniss se rio un poco – porque sientes debilidad por la cosas bellas en cambio yo no.

– Bueno saber apreciar la belleza no es sentir debilidad – respondió Peeta desarmando una vez más a Katniss – excepto tal vez en lo que respecta a ti – la música comenzó a sonar así que rápidamente el rubio se subió al carro – vamos – le tendió la mano para ayudarla a subir.

Algo que Katniss acepto y subió junto a su compañero – no te muevas – menciono Katniss mientras se acerca y se ponía un poco de puntillas para enderezarle bien la corona – ¿viste tu traje encendido?

– sí, vamos a deslumbrar a todos como el anterior año.

– ¿crees que este año tenemos que tomarnos de la mano?

– no lo sé, pero como no están por aquí supongo que lo dejaron a nuestra elección.

Al escucharlo Katniss sonrió y le tendió la mano, Peeta también sonrió y la tomó, después de todo era un equipo estaban en esto juntos, y juntos lo comenzarían, tal vez no lo terminarían pero definitivamente iban a estar juntos hasta el final.

Katniss levanto la mirada, para darse cuenta que a pesar de que su cara sí que se veía amenazadora con todo el maquillaje, esos ojos azules que tanta paz le traían no podrían hacerlo con nada, y le hicieron recordar que justo un año atrás estaban allí ambos por caminos separados ella intentado matarlo o por lo menos como rivales, y el dando su vida por ella desde el instante en que salieron cosechados.

Ahora todo era distinto, el seguía intentado salvarla, pero ella hacia lo mismo, aun sabiendo que tendría que dar la suya para logarlo eso no le importaba. La voz de la gente se convirtió en un grito monumental cuando salieron y la luz del atardecer los golpeo, pero ellos no se movieron siguieron viendo al frente como si nada más existiera.

Unos instantes más tarde prendieron los trajes y los gritos que de por sí ya eran ensordecedores parecían alcanzar nivelen inimaginables, volvieron a deslumbrar y opacar a los demás. Se miraban de vez en cuando en las pantallas y se pudieron ver fieros, obscuros, poderosos, ellos eran los amantes trágicos del 12 a los que no dejaron disfrutar su felicidad y por eso ellos no les iban a dar nada más que sus miradas de desprecio.

Podía ver a Cesar exultante, no sabían que decía lógicamente pero si podían verlo emocionado y de seguro hablando de ellos como mejor lo sabía hacer, dieron la vuelta en la plaza central del Capitolio donde pudieron ver al presidente Snow, este los veía a ambos como lo peor que le pudieron haber pasado en la vida, con un odio muy bien tapado.

El viaje de regreso fue igual lleno de gritos, y rosas o incluso ropa interior lanzada hacia ellos, que simplemente vieron al frente sin prestar atención a lo que los rodeaba, entraron al centro de entrenamiento nuevamente y esperaron a que se cerraran las puertas para relajarse.

Cinna y Portia se acercaron sonriendo y aplaudiendo por lo bien que salió todo, Haymitch por otro lado estaba en el centro pero junto a los tributos del 11, que al verlos se acercaron para saludar – muy bien hecho – comento el rubio panzón mientras llegaba con Chaff y Seeder.

El primero era alto como de uno noventa de piel morena y su brazo derecho era simplemente un muñón porque había perdido la mano en sus juegos hace como treinta años. La mujer en cambio era muy parecida a Katniss, piel aceitunada y cabello negro, solo la diferenciaba sus ojos cafés casi dorados.

Antes de decir cualquier cosa Seeder se adelantó y abrazo a Katniss fuertemente – ¿las familias? – pregunto sin poder contenerse.

– Están bien – respondió la mujer soltándola.

Chaff se acercó así mismo, rodeando a Katniss con su brazo bueno, y tal como antes de poder decir o hacer algo, la beso en la boca, Katniss se parto sorprendida, mientras Haymitch y Chaff se reían a carcajadas.

Los encargados del Capitolio se los llevaron antes de que Katniss pudiera quejarse, pero aun así podía oír claramente las carcajadas que daban. Entraron en el ascensor aun tomados de la mano y antes de que la puerta se cerrar apareció Johanna Mason quitándose un tocado de ramas y hojas de la cabeza y lanzándolo por encima de su hombros sin importarle donde quedara.

Johanna se hizo pasar por una pésima competidora, por lo que nadie la tomo en cuenta, después demostró tener una habilidad impresionante para el asesinato. Se agito el pelo y giro los ojos – no les parece que fue un traje horrible, nuestros tributos llevan siendo arboles cuarenta años gracias a ella, ojala me hubiera tocado Cinna.

La miro de arriba abajo como estudiándola. Mientras esperaban que el ascensor llegara al piso siete Johanna comenzó a bajar la cremallera de su traje dejándolo caer y apartándolo con un pie, como no llevaba absolutamente nada más, quedo completamente desnuda.

– Así está mejor – comentó sonriéndole coquetamente a Peeta, algo que puso a Katniss a la defensiva – ¿y dime cómo te sientes ahora que todo el mundo quiere estar contigo?

– No lo sé – respondió Katniss de forma brusca por la mirada que Johanna le lanzaba a Peeta.

Johanna la regreso a ver frunciendo el ceño y dejándola con la palabra en la boca – no hablaba contigo – dijo de igual forma, y volvió toda su atención a Peeta, justo en ese momento sonó una pequeña campana indicado que había llegado al piso siete – nos vemos – se despidió, se acercó a Peeta y parándose en puntas le dio un beso en la boca, lo que hizo a Katniss y Peeta abrir los ojos asombrados.

Se bajó del ascensor riendo, y se despidió con la mano, las puertas del ascensor se cerraron dejándolos sumergidos en un silencio sepulcral, luego de despertar del shock Katniss soltó la mano de Peeta y se alejó un paso hacia su lado derecho.

El resto del camino hacia su piso, Peeta sonreía divertido con las reacciones de Katniss aunque no la entendía después de todo había elegido a Gale, se había dado cuenta de eso justo cuando apareció Madge y le dio la medicina para que lo curen, pero de todas formas le resultaba bastante gracioso ver a Katniss frunciendo el ceño con los brazos cruzados y mascullando quien sabe qué.

Sonó la campanita que indicaba habían llegado al piso doce y las puertas se abrieron, dejando salir a una bastante molesta Katniss.

Peeta riéndose un poco troto para alcanzarla y tomarla del brazo – ¿me puedes decir que te pasa? – pregunto el rubio.

– Suéltame – comento Katniss jalando su brazo aunque Peeta de todos modos no la dejo irse – te parece gracioso lo que paso, pero claro cómo va y te besa, has de haber estado muy contento cierto.

– No te entiendo – comento Peeta – todo fue para molestarte Katniss.

– Para molestarme – comento regresando a ver a Peeta furiosa – y tu solo pudiste reírte en lugar de alejarla o hacer algo.

Se quedaron en silencio un momento viéndose a los ojos, y por primera vez Katniss pudo ver furia en los ojos de Peeta, no era una furia como en el distrito once no esta era una furia totalmente desmedía – me cansé – comento con un tono tan neutral y calmado que hizo que le recorra un escalofrío por la espalda.

Peeta se dio la vuelta dejándola por fin, pero ahora era ella quien lo iba a detener ni siquiera entendía de que estaba hablando ¿de qué se había cansado? – espera aun no terminamos – comento Katniss pero pareció haber elegido mal sus palabras por que Peeta se detuvo tensando todo su cuerpo e irguiéndose en todo su altura.

– te dije que me canse – comento dándose la vuelta lentamente – me canse de ser el único herido y que tú seas la furiosa por eso, me canse de mendigar un cariño que está más que claro no voy a conseguir.

Otro silencio se hizo presente y un miedo irracional se apodero del cuerpo de Katniss, de que estaba hablando Peeta, no terminaba de entender nada pero siempre había sido así cuando se trataba de sentimientos – no… no.

Las puertas del ascensor se volvieron a abrir dejando entrar a Haymitch y Effie – ahora me vas a escuchar atentamente, está bien – escuchar ese tono tan… amenazador en boca de Peeta hizo a los dos nuevos presentes detenerse en seco – te voy a explicar algunas cosas, que espero respetes y te abran los ojos para que dejes de ser tan egoísta.

Esas palabras le dolieron y mucho, pero al mismo tiempo hicieron saltar a su lado orgullosos y defensivo – de.

– ¡QUIEN! – Peeta grito deteniendo su oración y haciéndola saltar en su lugar – te crees que eres, para reclamarme algo, recibí un beso sí, pero no lo di como tú y no solo fue una vez sino algunas, crees que tu si puedes estar con Gale mientras yo me quedo como idiota conformándome con tu amistad – comento nuevamente con ese tono casi vacío – te he amado desde los cinco años, nunca me fije en otra chica porque quería creer o me imaginaba que algún día yo iría te hablaría y podría enamorarte y viviríamos felices, ahora sé que solo era un cuento más, y déjame decírtelo, no como presunción pero muchas chicas incluso se acercaron a mí y me pidieron salir, yo no las acepte.

Pero si no te voy a tener porque tu si puedes estar con Gale y yo no puedo buscar a alguien que de verdad me quiera – siguió mirándola duramente – yo también tengo ese derecho no solo tú, ya no me importa que ese pedazo de idiota te quiera, no me importa saber que te maneja peor que Snow porque se aprovecha de tus sentimientos.

– Ga – comenzó a quejarse Katniss, después de todo estaban hablando horriblemente de su mejor amigo.

– ¡CALLATE! – Grito Peeta nuevamente – te dije que me dejaras hablar – se calló observando a Katniss y luego suspiro – no soy tan bueno como piensas Katniss, yo también siento celos, yo también siento odio, no son sentimientos que se refirieren solamente a ti o tu amiguito – volvió a callarse mientras repasaba el salón con la mirada como eligiendo correctamente sus palabras – quieres saber cómo vivimos nosotros, después de todo nos odian porque nosotros sí 'comemos'.

sabes que los comercios tienen que pagar una fuerte suma de dinero para tenerlo, aparte hay que comprar los ingredientes para hacer lo que hacemos en mi caso el pan, hay que comprar harina y otras cosas que son muy caras y sabes que comemos… el pan rancio y guardado que quedo de la semana anterior – dejo unos momentos de silencio para que la información llegara a la cabeza de Katniss que tenía los ojos abiertos – generalmente 'nuestra' gente se casa por conveniencia no por amor. El caso de mi papá, fue obligado a casarse con una mujer que no ama para intentar mantener a flote la panadería, lógicamente solo funciono por poco tiempo.

algo por lo que yo respetaba a tu padre y a tu madre era justamente eso, ellos se casaron por amor algo que mi papá no hizo en su momento, tal vez está mal no respetar a tu padre en todo aspecto pero es cierto, en ese punto respetaba mucho más al tuyo, incluso porque fruto de ese amor nacieron un par de niñas hermosas que crecieron llenas de amor, no comían muy bien pero su vida estaba repleta de cariño – se volvió a detener y suspiro dándose fuerza – en mi casa no había eso, mi madre era una mujer amargada porque tuvo que casarse con alguien que no amaba, y lo que es peor alguien que amaba con mucha devoción a otra mujer, no sé si por mala suerte, yo nací bastante parecido a ella y mi mama descargaba todo ese resentimientos contra mí.

el respeto que le tenía a tu padre, y el amor que sentía por ti me hicieron quemar esos panes, sin pensármelo dos veces para dártelos porque quería que vivieras aun si eso me regalo un golpe en la cara con la escoba – nuevamente se hizo el silencio mientras Katniss tenía abiertos los ojos por la sorpresa y lágrimas caían de ellos, Peeta se pasó la mano por el cabello despeinándolo – me dije a mi mismo que al día siguiente hablaría contigo pero fui cobarde y no lo hice, salí a mi padre en ese aspecto nunca pude decirle a la mujer que amaba como me sentía, y luego las cosas empeoraron porque apareció él, los celos no me dejaban pensar correctamente y un par de veces me tente a golpearlo, todo eso desaparecía cuando te veía sonreír a tu hermana.

llegaron los juegos, los malditos juegos por un momento me maldije porque nunca te diría como me sentía así me rechazaras, pero un segundo después la ideas ya estaba llegando a mí, mi forma de declararme seria salvándote, obviamente Haymitch tenía otra opinión y utilizo mis sentimientos como arma contra el Capitolio – regreso a ver a su mentor y le mando una nueva mirada de odio – hubiera sido mejor si yo hubiera muerto porque de verdad me hicieron creer que podía tener algo contigo, que todo el sacrificio que hice valió la pena, que idiota fui, el dolor que sentí fue extraño, sentí que me quemaba todo por dentro, quería gritar, moverme, saltar, romper todo, golpear las paredes hasta hacerme daño, pero mi cuerpo no reaccionaba, mi mente no reaccionaba.

– Yo – una mirada de Peeta la hizo callarse, de todos modos no sabía que podía decir.

– luego pensé bueno podemos intentar otro método, tal vez este confundida por todo lo que paso, después de todo fue muy repentino y después de todo te saco vivió de la arena, así que intente ser tu amigo, intente que de ese modo te abrieras a mí y pudiera llegar a tu corazón, otra vez que idiota fui, era lógico que el imbécil haría todo lo posible no solo por confundirte más sino que con esa confusión se ganaría tu cariño él estaba más cerca de lograrlo que yo – volvió a suspirar y se pasó nuevamente la mano por el pelo, Katniss podía ver como Peeta temblaba levemente y sudaba – y claro lo azotaron por creerse el macho, el que todo lo puede, cuando lógicamente tendríamos problemas si Snow sabía todo lo que hacías desde antes, estúpido, podría utilizar una vez el cerebro en lugar de solo los músculos – levanto la mano deteniéndola nuevamente – ese día sabía que ibas a estar preocupada por él, pero cuando llego Madge vi la furia y los celos en tus ojos, supe que siempre lo elegirías a él, por sobre mí, porque él ya era como Prim ya era importante desde antes de que yo entrara a tu vida.

ver como lo besabas fue… no sé ni cómo explicarlo el ardor que sentí cuando descubrí tu mentira era nada comparado con lo que sentía en ese momento. Luego de cuidarlo unas horas, intentando ahorcarlo con mi mirada, Prim y tu madre bajaron y pude regresar a mi solitaria casa para destruir todo lo que tuve a mi alcance y de paso lastimarme a mí mismo intentado olvidar ese ardor tan doloroso que sentía en el pecho, no dormí muy bien ese día – otro silencio se hizo presente – y luego otra vez a la arena, genial viva yo, lo peor de todo es que a pesar de todo yo solo pude pensar en ti y cuando me di cuenta ya estaba frente a Haymitch convenciéndolo de dejarme entrar contigo, que puedo decir soy un masoquista definitivamente.

y la gota que derramo el vaso es que te pones furiosa por que le intereso a una chica, como si no lo mereciera, como si yo tendría que sufrir solo por el resto de mi vida – abrió la boca como si fuera a decir algo y la cerro, suspiro nuevamente – no pudo entender como puedes odiar a tu mamá, por aislarse porque el amor de su vida murió, si bien lo que hizo no estuvo bien, también deberías reconocer y estar orgullosa de tener una madre que puede amar como lo hace ella, sin prejuicios o 'deudas' – le envió una mirada como si supiera exactamente de lo que hablaba – la vida no es una deuda eterna Katniss, no me debes nada por el pan, porque lo hice por amor, y no me deberás nada nunca, así que de paso aprovecho para decirles – miro a Katniss y después a Haymitch – ¡Katniss sale viva de esa arena, creyeron que no sabía de su trato de rescatarme a mí, no, yo ya perdí todo por lo que luchaba incluso antes de entrar en la guerra! – grito mientras la regreso a ver nuevamente – tú tienes personas que te necesitan en el distrito, tu madre con quien tienes que hacer las paces, Prim a quien tu indiferencia con tu madre haces daño y… Gale tu amor – termino de hablar dando nuevamente una mirada a todos – a partir de este momento seguiremos con el teatrito de los amantes trágicos y nos veremos solo cuando sea necesario, quiero permanecer solo.

A pesar de seguir usando esa voz neutra y fría, los ojos de Peeta estaban de un azul obscuro como el mar tormentoso y lloraban sin que su dueño pudiera hacer nada para detenerlos, paso a un lado de Katniss dejándola llorar todo lo que quisiera. Katniss cuando sintió pasar a Peeta por su lado se derrumbó, sus piernas no le respondieron y cayó al suelo llorando viendo aun el lugar donde antes estuvo el rubio.

Haymitch se acercó corriendo a donde estaba Katniss y la cargo para llevarla a su cuarto, la castaña pudo ver a Effie llorando aun en el mismo lugar donde se había quedado cuando llego y escucho a Peeta, pero también pudo ver a alguien que estaba segura si no estuviera tan alterada como estaba por todo lo que ocurrió con Peeta habría hecho que se sintiera culpable porque el nuevo avox encargado de su servicio era Darius el anterior agente de la paz en jefe.

Cuando llegaron a su cuarto fue que pudo despertarse del trance en el que estaba gracias a que podía escuchar los gritos y cosas rompiéndose en el cuarto de Peeta, y eso que estaba una par de cuartos lejos.

Se soltó de Haymitch y corrió hacia la pared tocándola como si con ese gesto se acercaría al rubio – ven Katniss siéntate y toma un poco de agua – comento Haymitch con la voz ronca.

La obligo a sentarse en su cama y le tendió un vaso de agua que de seguro había pedido fácilmente a una de esas máquinas especiales que le traían comida en un instante a quien lo pidiera. Había tantas cosas que quería preguntar y al mismo tiempo no sabía cómo hacerlo, así que soltó lo primero que se le vino a la mente – no creo que Gale me manipule – sintió claramente como Haymitch se tensaba a su lado.

Lo regreso a ver solo para toparse con una mueca de disgusto, cuando Haymitch se relajó un poco la regreso a ver – Katniss aunque no lo quieras ver Peeta tiene razón, ese muchacho te maneja a su antojo con unas cuantas palabras – levanto la mano para detener su queja y prosiguió – sé que son muy amigos y todo, pero te puedes dar cuenta de todo solo viendo como se le ocurrió irse a confesar, si de verdad fuera un gran amigo y todo, habría pensado mejor las cosas porque solo logro meterte en más problemas, él está a salvo y no sabe todo lo que ocurre si, pero vive aquí, sabe cómo son las cosas y aun así lo hizo.

Nunca se había puesto a pensar en eso, pero tenía que reconocer que tenía razón, justo después de eso es que las cosas se agravaron, pensó en lo que dijo Peeta y solo podía darle la razón aunque si le parecía exagerado eso de que solo ocupaba sus músculos, es decir ella era quien mejor lo conocía y era muy inteligente, solo que cuando estaba furioso no pensaba correctamente las cosas y por eso terminaba haciendo tonterías como la de ir a cazar y que lo terminaran azotando.

– Pero exagero – no sabía porque pero de cierto modo quería defender a su amigo, aunque sabía a ojos de Peeta y Haymitch, Gale seguiría siendo lo que pensaban.

– como dijo antes esta celoso así que él es el que más lo va a odiar y pensar mal de él, sé que tu amigo no es tan tonto como lo hizo parecer pero no podemos cambiar el modo de verlo de Peeta.

Se quedaron callados en un silencio un poco incómodo en especial al ya no poder oír a Peeta. Katniss pensó mucho en todo lo que se le había revelado, de cierto modo se sentía culpable por pensar que los comerciantes vivían mejor aún si ella no lo supiera, aunque Peeta nunca dijo nada para hacerla cambiar de opinión hasta ahora y también tenía que reconocer que ella no ponía de parte para saber todo eso.

Ahora con tanta información suelta en su cabeza, lo único que quería era terminar con todas sus dudas, no solo con lo referente a ese tipo de cosas sino también a que mismo pasaba con sus sentimientos. Era momento de afrontar las cosas y su peor temor los sentimientos, desde que su padre había muerto ella cambio tal vez era por su miedo a terminar como su madre no lo sabía, la verdadera cuestión era que había estado huyendo de ellos desde los once años y era momento de afrontarlos sean cuales sean.

A pesar de eso prefería ir metiéndose de a poco por lo que lo mejor sería preguntar algo menos peligroso para su salud mental, para estar lista en el momento de afrontarlos y para hacerse la justa imagen de todo el panorama no solo conociendo un lado de la historia – ¿es cierto… como viven los comerciantes? – pregunto tímidamente.

Haymitch la regresó a ver asombrado, se pasó la mano por el pelo y suspiro un poco – Katniss – comenzó y luego se detuvo pensando bien lo que diría – mira… los comerciantes – volvió a detenerse y volvió a suspirar – te voy a contar como se fundó la panadería Mellark – comento casi en un susurro como esperando que Peeta no lo oyera.

Katniss abrió los ojos sorprendida pero la curiosidad se despertó y asintió mientras ponía toda su atención en Haymitch – muy bien.

– bueno lo que yo sé es que fue fundada por los abuelos de Peeta, ambos eran de la Veta – Katniss se sorprendió aun mas – el abuelo de Peeta era alguien muy bueno siempre estaba viéndole las cosas buenas a la vida, y siempre estaba intentado ayudar a los demás como podía, todo comenzó cuando vio como el anterior agente de la paz en jefe ahorcaba a un chico por robar un poco de comida, o eso es lo que me entere – contó mientras veía a la pared – trabajó mucho en las minas para conseguir el dinero suficiente para abrir la panadería pero el primer obstáculo fue el impuesto para abrirlo, es más caro que el local por si solo… como sea, como el abuelo de Peeta era muy parecido a él logro obtener un acuerdo y con la plata que gano compro el terreno y puso el comercio, el gobierno le dio un poco de ingredientes y la panadería comenzó, pero todo lo que se ganaba tenía que ir al Capitolio para comenzar a pagar los impuestos, como ya dijo Peeta los ingredientes era caros y se dio cuenta que no era tan fácil mantener el local, pero con esfuerzo y el amor que se tenía entre los abuelos de Peeta y el amor que le tenían a algo que con esfuerzo y sacrificio lograron obtener, las cosa se estabilizaron y pudieron mantener la panadería.

de ese amor nació el padre de Peeta, que al ya tener una base de todo lo que se hacía pudo aprender rápidamente y ayudar en la panadería, a pesar de todo los impuestos que se pagan por el comercio son tan altos que cuando llego a la edad para pedir teselas él lo hacia así que se podría decir que era igual que tú, no comen muy bien que se diga a pesar de tener un comercio, tu comías mejor que Peeta – comentó observándola atentamente, Katniss no se movió para que siguiera pero cada vez se sentía peor por cómo había tratado a los comerciantes antes – los problemas llegaron cuando a eso de los dieciocho años los abuelos de Peeta murieron, como Antón se quedó solo.

– quien es Antón? – pregunto Katniss.

– El papá de Peeta – respondió rápidamente – como decía, se quedó solo y al saber que no conseguiría nada con la mujer que amaba – miro a Katniss que asintió, al saber del enamoramiento del señor Antón con su madre – decidió casarse con la hija de otro comerciante para poder mantener a flote lo que a sus padres les costó tanto crear y mantener, la panadería se salvó y pudieron seguir con sus vidas aunque la mamá de Peeta cada vez comenzó a hacerse mas amargada, todos sabíamos que no le gustaba la idea de casarse con Antón – se quedó en silencio un poco más antes de agregar – según de lo que me entere, Peeta no ha tenido una buena vida, come un poco se llena la pansa con pan rancio y dañado, pero sentimentalmente hablado, con el único que se lleva bien es con su padre, sus hermanos son muy parecidos a su madre y por obvias razones su madre lo desprecia.

– Tanto como para golpear con una escoba – menciono Katniss furiosa y al mismo tiempo sintiéndose muy mal consigo misma.

– Tanto como para golpearlo con la escoba – dijo Haymitch.

– pero porque tener tantos problemas para mantener un comercio, porque no simplemente hacer lo que hacemos noso – se calló porque no estaba segura de hablar sobre su mejor amigo.

Haymitch negó con la cabeza – los que ya tienen un comercio son aún más vigilados Katniss, imagínate que te pones una carnicería, y como tienes el bosque cerca sales a cazar para tener más carne gratis y poder tener un poco más de dinero, las leyes para los comerciantes también son más rigurosas, los que viven en la Veta son más libres de lo que piensan.

– ¿entonces si Peeta no hubiera ido a los juegos y nunca se hubiera declarado, habría terminado casado con una hija de algún comerciante solo por beneficio mutuo? – pregunto Katniss, algo en esa idea o toda la idea la molestaba sobre manera.

– lo más probable aunque conociendo a la mamá de Peeta habría hecho lo imposible porque se casara con… no olvídate de los comerciantes hubiera hecho lo posible por casarlo con la hija de Undersee y estoy seguro que al alcalde le hubiera encantado la idea no creo que haya un mejor hombre para que se case con mi hija, claro si la tuviera – respondió Haymitch.

Porque siempre Madge, era su amiga y tenía que ponerla de idea eso solo aumento su furia contra alguien que sabía era inocente y e incluso no tenía idea de lo que pasaba – cambiemos de tema – dijo Katniss furiosa. Haymitch se rio un poco aunque Katniss lo miraba con odio, aunque segundos después suspiro cansada y deprimida – definitivamente no me lo merezco cierto.

Ella ya lo sabía, incluso antes de que Haymitch se lo dijera pero ahora sentía esas palabras con un nuevo sentido e incluso le pesaban como si estuviera cargando una gran piedra, Haymitch suspiro una vez más – no te lo merecerías ni en cien vidas Katniss – escucharlo decirlo nuevamente hizo que sus ojos se aguaran y le picaran – pero – esas palabras la hicieron regresar a verlo – quien dijo que el amor es de merecimientos o… deudas.

Las palabras quedaron en el aire mientras las digería – ¿de qué hablas? – pregunto la interesada.

– ¿primero quiero saber si todo lo que ha ocurrido a hecho que cambien de opinión? – preguntó.

Katniss se lo quedó viendo sin entender nada – no me hables con acertijos Haymitch.

Él se golpeó la frente frustrado – de verdad que eres densa para estas cosas por dios.

Katniss se ofendió y lo golpeo en el brazo – cállate y explícate bien.

– como quieres que me calle y hable al mismo tiempo – comento sarcásticamente logrando poner aun mas furiosa a Katniss – está bien, está bien… a lo que me refiero es si sabes a cuál de los dos vas a elegir, Peeta o tu amiguito.

Katniss se quedó pensando un poco, porque aún no estaba segura de nada y tenía que ordenar bien la información que recibió recién para poder concentrarse en descubrir que era lo que sentía por cada uno.

Primero lo primero ambos chicos la habían ayudado, Gale había estado con ella por cinco años cazando y recolectando para poder sobrevivir y que sus familias no murieran poco a poco de hambre, además de que eran muy parecidos no por la apariencia sino en su forma de ser, pero ciertamente Peeta había hecho cosas mucho más significativas, primero le dio el pan, ese pan que las había salvado en la peor época de sus vidas cuándo estaban a un paso de morir y después se sacrificó en los juegos para regresarla salva a su distrito, de vuelta con la persona que más quería, Prim.

Después pensó en lo relacionado a su forma de vivir, esa era un de la excusas que utilizaba para ella misma del porque nunca podría fijarse en Peeta, porque él era hijo de un comerciante y se podría decir que estos y los de la Veta eran peleados unos con otros, ahora que sabía exactamente como vivían los comerciantes no los podía ver con mala cara o reprocharles algo, simplemente intentaban sobrevivir como ellos, con mucho esfuerzo y sacrificio, tal vez incluso más que los de la Veta.

Y tal vez lo más importante como veía a cada uno, se enfocó en lo que sintió cuando llego Madge a darle las medicinas para Gale y como se sintió cuando Haymitch hizo referencia a que Peeta pudo haberse casado con ella. Con ambos sintió celos pero recordando cómo se sintió eran celos muy distintos entre sí.

Con Gale sintió furia y sobreprotección ahora que lo pensaba como cuando Prim le dijo que un chico se le había declarado, era exactamente lo mismo, como si temiera perder algo importante, sí, pero al mismo tiempo como sabiendo que algún día tendrían que separarse.

Con Peeta fue como fuego quemándole el cuerpo, una rabia ciega y destructiva, como quería lanzarse al cuello de Johanna cuando lo beso o como desearía poder sacarle los ojos a Madge para que no se le ocurra ver a Peeta, como si quisiera mantenerlo metido en su cuarto amarrado a su cama para que nada ni nadie pudiera acercarse y arrebatárselo o hacerle daño, sentí una horrible sensación en el pecho y mucha, mucha preocupación.

Y por último pensó en cómo se sintió cuando sabía, inconscientemente pero sabía que se alejaban de ella. Cuando Gale se alejó sintió mucho dolor pero al mismo tiempo enojo por no poder entenderla y apoyarla, además de alejarse justo después de confesarse solo la hizo confundirse, se dio cuenta rápidamente que fue otra manipulación para mantenerlo a él en sus pensamientos, él sabía que alejándose de ella justo así la tendría preocupada y pensando en lo que había ocurrido, pensar en eso solo logro molestarla más.

Con Peeta en cambio sintió un dolor punzante en el pecho que no la dejaba respirar, e incluso hace unas horas sintió un terror irracional que no la dejaba pensar correctamente, Peeta era tan necesario en su vida como el aire o el agua – Ga… Gale – comenzó, pudo ver como los ojos de Haymitch se oscurecían y apretaba las manos y la mandíbula – considere a Gale parte de mi familia desde que comenzamos a llevarnos bien, cazando y conversando, incluso nuestras familias se conocen y todo, pero nunca lo vi de forma romántica, no te voy a negar que hubo momentos en los que pensé que pudo haber ocurrido algo si no hubiera ido a los juegos, pero no es así antes de los juegos yo nunca me plantee siquiera tener una relación amorosa, si Gale se hubiera declarado estoy segura que no lo hubiera aceptado, eso supongo incluye a Peeta también.

desde que todo lo de la primera arena termino he estado muy confundida, nunca he sido muy buena con mis sentimientos pero Peeta de alguna manera me importaba mucho, verlo sufrir me hacía sufrir a mí y sin darme cuenta ya era tan necesario como respirar, pensé que era por todo lo que pasamos juntos, lo vivimos juntos y eso nos conectaba, pero pensándolo bien es algo mucho más antiguo, es algo que comenzó desde el momento en que me lanzo esos panes a los once años, y que los juegos hicieron florecer uniéndonos para no poder separarnos más – se detuvo intentando encontrar las palabras justas porque nunca fue buena hablando, peor si involucraba sentimientos – con Peeta sentí cosas que jamás pensé que podría sentir, de felicidad con un simple comentario, hacerme olvidar de todo, incluso detuvo las pesadillas en las noches, y unos celos desmedidos cuando lo veo con otra chica – sabía que estaba sonrojada y se sentía muy avergonzada pero una vez que comenzó a hablar simplemente no se podía detener – yo… yo elijo a Peeta, siempre será Peeta.

Se quedaron en silencio un momento Haymitch muy contento sin saber cómo la chica frente a él había hablado tanto y Katniss saboreando esa libertad que le dio hablar de sus sentimientos, era la primera vez que lo hacía desde la muerte de su padre y se sentía muy bien, ahora entendía porque Peeta lo hacía tan seguido, porque la verdadera fuerza no estaba en guardarse todo y mostrarse arisca sino en el arriesgarse, dar todo de sí, mostrarse tal cual era y aceptarlo no por lo demás sino por ella misma y por las personas que amaba y la amaban.

Nunca se había sentido tan plena y tan bien consigo misma como en ese preciso momento – lástima que te dieras cuenta tan tarde – comento Haymitch, deteniendo su alegría y devolviendo un golpe duro, que la hizo querer ponerse a llorar – te… te voy a contar algo de mi pasado.

Lo regreso a ver sumamente sorprendida después de todo Haymitch no hablaba del pasado, suponía era una de las razones por las que se hundió en el alcohol, para olvidar todo lo que vivió – está bien – respondió porque sabía que si su mentor le contaba se sentiría más ligero justo como ella lo estaba en ese momento.

– yo vivía en la Veta, como tu era un chico orgulloso y altanero, nunca entré al bosque porque nunca se me ocurrió la verdad, en la escuela apenas tenía amigos y en mi casa solo pasaba con mi mamá, mi papá pasaba mucho tiempo en las minas, y como cualquier chico de la Veta a los doce comencé a pedir teselas, mi vida de verdad cambio cuando la conocí a ella – suspiro mientras sus ojos brillaban como nunca antes y parecía querer llorar – era hija de un comerciante, y aunque era bastante delgada para mí era la mujer más hermosa sobre la tierra, termine perdidamente enamorado, sin conocerlo en verdad así como tu era tan malo para los sentimientos, y no me gustaba deberle nada a nadie, pero cuando se trataba de ella no podía ni formar una oración coherente.

Movió sus manos hacia atrás para poder recargarse en ellos sobre la cama y ver hacia el techo mientras sonreía – no recuerdo bien cómo fue que comenzamos a hablar, algún deber del colegio o algo así creo, pero mi falta de tacto, orgullo, prepotencia y podríamos seguir con los defectos, siempre terminaba haciéndola llorar, haciéndola sufrir, fue justamente Antón quien me abrió los ojos y armándome de todo el valor posible, algo que cuando estuve frente a ella desapareció, me declare, ella sonrió tan extensamente como si le hubieran dado el mejor regalo del mundo, se sonrojo y se lanzó a mis brazos para besarme, fue mi primer beso – las palabras salían claramente aunque Haymitch solo las estaba susurrando – comenzamos a hacer otras cosas principalmente a ella le gustaba hacer dibujos en la tierra húmeda después del invierno, la gente nos veía como bichos raros y decían estupideces que nunca hicimos caso.

pero al mismo tiempo yo no podía dejar de sentir que le debía algo, y justamente que no me la merecía, es decir ella era justamente como Peeta, de sonrisa fácil y aunque era un poco más tímida se desenvolvía muy bien con las personas y les caía bien a todos, aunque era muy mala mentirosa – Haymitch se rio – Suri era la copia de Peeta solo que en mujer, un día escuche que decían que ella no se merecía estar con alguien de la Veta, se merecía una mejor vida, fue algo que me hizo mucho daño, sabía que la amaba y por eso sentía que tenía que dejarla libre para que consiguiera a alguien que le de la vida que se merecía, la lleve a la pradera y le dije esto, ella chillo se puso furiosa y me golpeo tan fuerte como nadie antes me había golpeado daba miedo cuando se enfadaba.

Volvió a reírse un poco más fuerte y se sentó – yo le dije no te merezco, siempre te hago llorar y sufrir, ni en cien vidas te merecería – la regreso a ver con sorna – te mereces alguien que tenga algún comercio alguien que te alimente bien y alguien que no tenga la presión de pedir teselas para poder sobrevivir, ¿sabes que fue lo que me respondió?

– que eres un completo idiota te golpeo nuevamente y se marchó – respondió Katniss sonriendo.

– no era como tu preciosa, eso solo lo harías tu – siguió Haymitch haciéndola fruncir el ceño – como sea, me dijo el amor no es algo que se merezca, es algo que se da porque se quiere, porque se ama, y si tienes el placer de corresponder ese sentimiento la mejor forma de merecerlo es justamente amar con la misma intensidad – se quedaron callados pensando en lo que se había dicho, grabándose las palabras en el cerebro y el corazón – después de eso me explico cómo eran que vivían en el sector comercial, como se arreglan los matrimonios, y otras cosas.

– ¿qué fue lo que le paso? – pregunto Katniss.

Los ojos de su mentor se obscurecieron mientras apartaba la mirada – preferiría no hablar de eso.

Katniss dejo que se calme un poco antes de continuar – ¿entonces que fue lo que hiciste después de eso?

– la ame, la ame tanto como sentía que debía amarla, la ame para dejarle claro que la amaba y de paso dejármelo en claro a mí y fui muy feliz mientras duro, eso es de algo que estoy seguro no puedo arrepentirme, fue lo mejor que he hecho en mi vida – la regreso a ver nuevamente muy seriamente – no lo arruines Katniss deberías estar muy agradecida de que Peeta te amé como te ama, demuéstrale cuanto lo amas y más incluso, aún sigo creyendo que no te lo mereces, pero quien dice que en un futuro no lo harás – le sonrió cálidamente, como un padre podría sonreír a su hija y Katniss solo pudo sonreírle de regreso porque las palabras que la estaban atormentando desde hace tiempo dejaban de tener sentido y unas nuevas hacían acto de presencia dándole esperanza.

– ¿crees que pueda hacerlo después de lo que paso? – pregunto tímidamente aun insegura con todo lo que había pasado y con la forma en que Peeta se había comportado.

Haymitch sonrió altanero – ese chico puede decir lo que quiera pero te ama demasiado, aun así cuando amenaza estoy seguro que lo hace bien y lo cumple, así que tendrás que esforzarte mucho para recuperarlo, ¿pero no crees que el esfuerzo vale la pena?

– Mucho – respondió Katniss segura de su respuesta, después de todo Peeta era el único que le había entregado todo sin esperar nada a cambio.

– bien pues desde mañana tendrás que ser tú la que se esfuerce por derribar las barreras de Peeta, y para lograrlo tienes que comenzar a confiar completamente en Peeta, eso quiere decir confesarle tus secretos y temores, mostrarte justamente como la Katniss que eres, completamente no solo una parte, todo.

Sabia a lo que se refería, Peeta había intentado durante más de un año penetrar sus murallas, creadas desde la muerte de su padre por protección, y no se lo había puesto fácil, estaba segura que las misma barreras tendría Peeta desde mañana pero ahora con las suyas derribadas completamente tal vez no le sería difícil recuperar al hombre que amaba.

Se sonrojo mucho ante ese pensamiento, pero tenía que reconocerlo, además de que le traía mucha tranquilidad y felicidad saberlo y reconocerlo – "amo a Peeta Mellark" – pensó mientras sonreía.

– ¿cómo comienzo? nunca he sido buena en esto – comento Katniss.

– Puedes comenzar por sonreírle, ya se te ocurrirá algo – dijo Haymitch levantándose para poder irse – descansa Katniss han sido muchas emociones por un día y mañana será igual.

Katniss asintió mientras veía salir a Haymitch. se acostó sin molestarse en cambiarse de ropa o sacarse el traje al que ya hace tiempo se le había acabado la batería, se durmió casi en seguida y sería la primera noche con pesadillas diferentes a las que venía teniendo normalmente pesadillas que las hacían entender aún más a Peeta.