No hace falta decir que esto personajes no me pertenecen están basados en las light novels de Tomo Takabayashi
Hermano mayor
Por Tlacuilo
Los tres hijos de la supermodelo Cecile von Spitzberg, vivían en la residencia von Voltaire. Sin mas compañía que tres sirvientas: Doria, Sangria y Lasagna; no necesitaban mas. El mayor Gwendal von Voltaire, se encargaba de los dos menores como si fuese su padre -pues ninguno tenia- , el mediano Conrad Weller y el menor Wolfram von Bielefeld; para felicidad de Cecile y desgracia de Gwendal… nacieron siendo donceles y por eso desde pequeños, Gwendal se había prometido cuidarlos siempre y velar por su seguridad.
Por una experiencia desagradable en el pasado; busco un instituto en donde no hubiera discriminación o segregación por la condición de sus hermanos, ninguna escuela donde anteriormente habían estado los chicos era del agrado del mayor y por eso llegaron a esa ciudad con la esperanza de encontrar algo a su gusto y así se topo con el Instituto Shin Makoku; donde el director Shinou en persona; hablo con Gwendal y le mostro las instalaciones. Era un lugar privado y el nivel de educación era alto , el de cabello gris, con recelo le conto al rubio sus dudas; acerca de la condición de sus hermanos , el director borro cualquier temor asegurándole que en esa escuela había mas como ellos y siempre se les trato con igualdad, los otros alumnos y maestros no hacían discriminación. El moreno estuvo de acuerdo; mas le pidió a Shinou que quedara en secreto lo de sus hermanos; el director acepto. Gwendal inscribió a su hermanos: Conrad en la facultad de Administración y Wolfram en el ultimo año de preparatoria, lo que se guardo de no mencionarle a Shinou, fue el motivo real de su mudanza de casa y el cambio de escuela… eso quedaría en el pasado esperando que Conrad y Wolfram lo superaran en el futuro.
Ellos se amaban mucho sin importar que fueran medios hermanos; y nunca cuestionaron a su madre por buscar tantos compañeros, ni por dejarlos tanto tiempo solos , los dos mas chicos respetaban y querían a Gwendal pues el siempre los cuido, este trabajaba en la empresa que inicio su padre y que los padres de ellos siguieron; cuando ya no hubo quien se hiciera cargo Gwendal lo hizo , por eso Conrad y Wolfram lo amaban… por que no vivió su niñez, ni su adolescencia, para que ellos no les faltara ni amor ni sustento. Ese mismo cariño hizo que se callaran las humillaciones y los maltratos de sus compañeros de escuela pues no querían preocupar a su hermano hasta que paso… eso; y ya no hubo como ocultarlo. Lo que ocasiono que Gwendal les reprochara su silencio; y a su vez, suplico su perdón por no poder protegerlos, Desde ese día el se volvió -si se podía- mas sobreprotector con ambos y no paró hasta que no encontró un lugar que le pareció seguro, para que siguieran sus estudios.
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Wólfram corría de la mano de su hermano Conrad, se habían levantado tarde a pesar de que Gwendal les dejo el despertador y el desayuno preparado -antes de irse a trabajar-; a los dos se les hizo tarde y por eso corrían; lo bueno es que la universidad y la preparatoria estaban en el mimo lugar; Conrad lo llevo hasta su aula y siguió apresurado su camino a la facultad de administración.
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El rubio tomo aliento antes de entrar al salón donde la clase ya había empezado y lo peor de todo es que le tocaba con el profesor Gunter; quien estaba seguro lo odiaba. Abrió la puerta pidiendo permiso para entrar y fue concedido, no sin antes la acostumbrada reprimenda.
-Sr. von Bielefeld, es un honor que se digne a acompañarnos , tome asiento y que sea la ultima vez, no por que sea nuevo aceptare su impuntualidad- las risas de su compañeros no se hicieron esperar, el rubio con toda dignidad entro y se sentó en su lugar buscando inconscientemente a Yuuri Shibuya -el chico que le gustaba-, pero se arrepintió de hacerlo este se burlaba de el, junto con su novio Saralegui, una sonrisa amable lo devolvió a la realidad; ahí estaba Murata, un chico que desde su ingreso, había sido muy amable y era el único que no compartía las burlas de los otros.
-Se te hizo tarde otra vez, cuando sabes que el maestro Gunter nada mas busca como fastidiarte.
-De verdad que lo intentamos, pero aun no nos acostumbramos al cambio de horario.
-Procura que sea la última vez; si no a la próxima te mandara con Shinou.
-Lo se Murata ¿en que pagina van?
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Conrad por su parte; llego a tiempo, busco con la mirada a Yozak su nuevo amigo y este de inmediato le conto los chismes que corrían, se decía que la maestra de estadística la Srita. Julia adelanto su boda con su prometido, el profesor de economía Adelberto von Grantz, esto al castaño no le pareció raro, pero su amigo le dijo que el motivo era uno de nueve meses. Conrad sonrió y negó con la cabeza a; a Yozak le encantaba enterarse de la vida de los demás, el como lo lograba… era un misterio.
La clase dio inicio pero Conrad se sentía algo incomodo; pues sentía la mirada de alguien puesta en él, busco a su alrededor y se topo con dos obsidianas que lo miraban como desnudándole el alma, Conrad se puso muy rojo; inclino la cara para evitar la penetrante mirada de Shori -así es como escucho que llamaban a ese chico- termino la clase y el pelinegro lo abordo.
-Hola ¿tu eres Conrad no?
-Si y tu eres… -le extendió la mano.
-Shori Shibuya, es un placer Conrad ¿eres nuevo verdad?, te invito un café para conocernos mas.
-Yo… quede con Yozak… de almorzar… juntos.
-No creo que le importe que te rapte un rato ¿verdad Gurrier?
-No, no hay problema Shibuya, nos vemos en economía Conrad.
Conrad iba un poco tenso camino, su experiencia le indicaba que no se fiara de un completo extraño cuando era demasiado amable con el, Shori noto al castaño nervioso y comenzó a hablar de las materias y los maestros mientras que intercalaba observaciones de la escuela; para hacer sentir a Conrad tranquilo. La realidad es que el nunca había hecho eso: de acercarse a un perfecto desconocido, pero algo en el castaño le robo la razón y su único pensamiento fue tenerlo lo mas cerca que se pudiera. Llegaron a la cafetería y Conrad se veía mas sociable, comentaron de todo claro que el castaño, se reservo los motivos de su cambio de escuela y el hecho de que era doncel. Tuvo que reconocer que la conversación de Shori era muy interesante y agradable; de regreso a las aulas el pelinegro se despidió de el con un beso en la mejilla, acto que lo tomo por sorpresa, sin embargo cuando Shori Shibuya deseaba algo… no había nada que se le interpusiera.
-¿Te acompaño a tu casa, a la salida de clases?
-No es necesario; paso por mi hermano menor a la preparatoria, para irnos juntos.
-No importa, quiero hacerlo.
-Bueno yo…
-Bien, te espero en la entrada de la preparatoria ¿estamos?
El castaño vio como Shori se alejaba pues no tenían clase juntos; pensando ¿en que momento había aceptado la petición de pelinegro? se quedo recargado en la puerta hasta que Yozak lo saco de trance.
-Oye le interesaste a Shibuya; eso es una proeza ese tipo no ve mas allá de que su calificación sea perfecta, nunca he visto que le llame la atención nadie, ni las chicas y chicos que revolotean buscando su atención, ¿Qué hiciste?
-Yo no hice nada.
-Con esa carita de angelito que tienes, no necesitas hacer nada mas- Conrad lo miro y sonrió.
-Deja de decir tonterías y entremos que nos va a encontrar el profesor von Grantz aquí.
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En el la cafetería de la preparatoria Wolfram comía animadamente charlando con Murata y el grupo con el que se juntaba, todos ellos eran donceles, solo Murata al parecer no, aun así les guardaba el secreto, muchos (as) comían cerca de la mesa en la que ellos estaban; para admirar a ese grupo conformado por chicos hermosos; pero eso a ellos no les molestaba en lo mas mínimo ya estaban acostumbrados.
-Honey chan no se como te puede gustar un tipo tan simple como Shibuya -decía Fritz uno de los chicos- es un idiota y por si fuera poco tiene novio.
-Déjalo ya Fritz, en el corazón no se manda ¿verdad Honey chan?- decía burlón Murata.
-No saben como me arrepiento de contarles como me llama mi madre, y no seas exagerado Murata solo me gusta no estoy enamorado de el ni nada parecido, además se que ni el ni nadie me va a querer nunca- sus amigos vieron que el rostro del rubio se llenaba de tristeza.
-En eso estoy totalmente en desacuerdo Wólfram; tú eres un gran chico y muchos estarían dispuestos a caer rendidos a tus pies ¿o no chicos?
-¡Claro!- gritaron a coro
Eso llamo la atención de Saralegui que comía con su novio a unas mesas de ahí, este le pregunto a su novio.
-¿Y esos locos que les pasa?- el moreno encogió los hombros; pero no pudo evitar que su mirada se dirigiera hacia Wolfram , y se quedo como siempre… embelesado; el de ojos esmeralda le gustaba y no solo su físico si no todo de el; claro que eso solo era un gusto ya que el tenia novio y no pensaba perderlo por una tontería , pero no negaba que esa tontería se estaba volviendo obsesión; por eso es que buscaba cualquier manera de incomodar a Wolfram para alejarlo de el y que no se convirtiera en una tentación, su novio era atractivo y muchos lo envidiaban… pero el chico nuevo tenia una aura que lo encendía como hoguera, con solo una mirada de esos hermoso ojos esmeralda.
-Yuuri amor ¿Qué te pasa?
-Nada ¿terminaste? Vámonos ya no soporto a ese grupo de idiotas.
La pareja salió y unos ojitos verdes los siguieron hasta verlos desaparecer.
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En las empresas Maou su director Gwendal von Voltaire, revisaba las últimas estadísticas con ojo calculador. La utilidad había aumentado, pero eso se debía a los últimos acuerdos que realizo en Londres; por lo tanto tendría que viajar de nuevo a esa ciudad, para encargarse personalmente de buscar nuevas inversiones, eso no lo convencía ya que no quería dejar solos a Conrad y Wólfram… tal vez lo aplazaba hasta que ellos estuvieran acoplados a su nueva escuela.
Llamo a su ayudante Anissina para comentar con ella lo que había decidido, ella era su confidente y amiga y fue la única que supo la razón de su sobreprotección hacia sus hermanos, muchas veces ella le pidió que buscara una vida y dejara que a sus hermanos con mas libertad; pero desde que había sucedido el percance ya no se molestaba en convencer a su amigo. Bueno ya no lo molestaba… tanto.
-Algún día los tendrás que dejar solos, pero estoy de acuerdo en este momento ellos te necesitan y ¿Cecile no dejo su campaña de Christian Dior?
-No su contrato ya estaba firmado; pero me aseguro que en cuanto termine vendrá para quedarse un tiempo en casa, tú sabes que es poco probable… pero agradezco su gesto.
-Bueno ella no cambiara y menos teniéndote a ti que siempre eres tan responsable, y dime General ¿no hay alguien que ocupe tu corazoncito?
-No tengo tiempo para eso.
-Por favor tienes la misma edad que yo; que ya tengo dos hijos y tu ni novia tienes, a tus hermanos no les gusta que estés tan solo.
-Ellos también lo están ¿Por qué seria la excepción?
-Gwendal no quiero que te quedes soltero y amargado.
-¿Necesariamente los solteros son amargados?
-Pues no… ¡pero quería asustarte!
-Mmm, lo primero es devolverles la confianza a Conrad y Wólfram… que lo demás se vera después.
-Me temo que estoy de acuerdo contigo; pero solo en esto.
-Si como sea, es hora de irme les prometí a los chicos que los llevaría a comer a su restaurant favorito.
El moreno salió de su oficina y bajo en el elevador; todos se despedían de el, pues a pesar de ser muy serio y callado, trataba a toda la gente que trabajaba en Maou con respeto y siempre era muy justo con ellos.
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En la escuela más precisamente en uno de los armarios de las escobas; se oían gemidos ahogados; dos cuerpos se movían al ritmo de la más antigua danza… la de la pasión. Uno de ellos besaba por todas parte a su compañero, y este trabajaba en el miembro erguido del mas bajo, con un par de movimientos ambos quedaron desnudos de la cintura para abajo frotando sus erecciones y comiéndose la boca; callando los sonidos que emitían, se masturbaron mutuamente y se corrieron casi al mismo tiempo, las respiraciones se fueron calmando, se arreglaron y se despidieron.
-Te espero mañana.
-Claro pequeño, no me lo perdería por nada del mundo, pero no aquí en mi oficina, al atardecer cuando se hayan ido todos, por que mañana hay junta con los padres de familia.
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Gwendal llegaba a su casa donde sus hermanos ya lo esperaban listos para salir; el mayor dejo su portafolio; se cambio la ropa por algo más cómodo y salieron. Los tres iban en el Lamborghini Gallardo de Gwendal, pues a Wólfram le encantaba andar en el, los tres contándose las novedades de su día, llegaron a "Gourmet" donde ya tenían lista su mesa; pues Anissina había hecho la reservación en la tarde, comieron alegres… pero de pronto el mas pequeño hizo un puchero en señal de que un berrinche venia y Gwendal se acerco a el y le pregunto.
-¿Que pasa Honey chan?
-Aniue, ese que esta ahí - señalo a un joven como de la edad de Gwendal, de cabello largo lila hasta la cintura y de ojos violetas- es mi profesor de Historia universal.
-Haaa, ya ¿y por eso te enojas?
- Aniue es que ese viejo me odia.
-Wolfram esa no es manera de referirte de uno de tus profesores, te conozco y se que no eres una blanca paloma ¿que has hecho para que trate mal?- decía el mayor que había visto a maestro y no le pareció desagradable… si no todo lo contrario muy atractivo.
-Es la verdad Aniue y no hice nada malo, el me odia solo por ser hermoso - los dos mayores rodaron los ojos, su hermanito nunca cambiaria.
Los tres siguieron cenando; pero el mayor no quitaba la vista del profesor pensando con esos alicientes la junta del día siguiente no seria tan aburrida, sin embargo no descartaba la incomodidad de su hermano y hablaría con el profesor, al respecto.
Para Gunter tampoco paso desapercibida la presencia de los hermanos… de uno en especial y no daba crédito que esa preciosidad morena, fuera hermano del malcriado rubio.
Continuara.
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