LÍQUIDOS

N° 1 ''Rechazada''

-Lo siento, pero su hija es un peligro para la sociedad. No podemos admitirla aquí, lo único que hace es destruir todas nuestras pertenencias- acusó la directora de la escuela Shikon No Tama.

-Pero directora, dele la última oportunidad. Le prometo que no volverá a suceder. Además no tenemos ningún otro lugar, la han echado de todas las demás escuelas- rogó la señora, bastante joven y de pelo rizado oscuro.

-Es que no podemos seguir dejando que esto ocurra. Usted sabe que nosotros tomamos en cuenta su problema y aún así la admitimos aquí, pero ya no va a poder ser y no cambiaremos de opinión- sentenció la mujer ordenando unos papeles que tenía sobre su escritorio- Ahora si me permite, tengo cosas que hacer- dijo parándose de su asiento y llevando a la otra mujer hacia la salida.

-¡Bueno, gracias de todas formas!- dijo esta otra en el momento que estaba fuera de la habitación y era despedida con el fuerte sonido del cerrar de la puerta- ¡Qué educada!- exclamó volteándose en dirección a su casa.

……………………………………………………………………………………………..

-Kagome- llamó la mujer golpeando la puerta tras ella.

-Pasa- dijo una joven de unos 17 años, de ojos castaño igual que su pelo que era ondulado, mientras miraba la TV acostada sobre su cama.

-Malas noticias- anunció la señora ya adentro de la habitación.-Lo que pasa es que te echaron de la escuela- murmuró de una vez.

-¡¿Qué?!- exclamó la joven levantándose de un golpe.

-Eso, que te echaron de la escuela y ya sabes cuál era la última alternativa. Así que tienes que empacar- sentenció la madre de Kagome.

-¡No! Mamá, yo no me quiero ir al templo del abuelo- protestó la chica- ¡No quiero estar encerrada ahí, cuidando de una perla sagrada!-

-Pero si no tiene nada de malo, y no vas a estar encerrada, puedes salir con la perla, pero debes tener cuidado- le aconsejó a Kagome.

-Es lo mismo- suspiró ella mientras apagaba la televisión.-¿ No hay otra solución?-

-Lamentablemente no, ya te rechazaron de la mayoría de las escuelas y no hay otra opción. La tomas si o sí-

- No iré ni amarrada a vivir allá.- reclamó Kagome con seguridad en sus palabras, igual que una niña pequeña que no quiere comer.

……………………………………………………………………..

-¡Adiós Kagome, te queremos mucho!- se despidió la mujer de su hija dándole un fuerte abrazo.

-Sí, te vamos a extrañar- dijo su hermano en el momento en que la chica se subía al autobús.

-Sí claro- pensó Kagome ya sentada en la butaca, diciendo un ''Adiós'' con la mano a través de la ventana y sonriendo falsamente.- Seguro que me extrañaran, si lo hicieran, no me hubiesen dejado partir- murmuró bajito para sí misma. Indignada se acomodó en el asiento con disposición a dormir. Sabía que el viaje duraba aproximadamente una hora, así que lo iba a aprovechar cada segundo para así olvidarse de su divertida, fantástica y nueva vida que iba a tener ahora al lado de su abuelo cuidando esa estúpida ''joya de la familia''.

A su abuelo no lo veía como hace 2 años, porque nunca acompañaba a su mamá a visitarlo, siempre se aburría y entre pasar las vacaciones con sus amigos e ir donde el templo no había donde perderse y menos para tener una charla a cerca de esa esfera, que duraban horas y horas después de la cena, y daban más sueño que contar ovejas. Bueno pero en vez de seguir pensando, lo mejor sería contar ovejas para dormir un rato.

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz…………………………

-¡Kagome¡Kagome¡Ven!- le gritaba unos niños que debía haber tenido como unos 8 años.

- No puedo, tengo que terminar la tarea- respondía ella a través de otro grito mirándolos por la ventana de su habitación en el segundo piso.

-Es que es urgente, mira lo encontramos- le decía uno de ellos mostrándole un pequeño frasco con un líquido encerrado en él.

-¡La poción para hacerse invisible!- exclamó la niña maravillada para luego bajar corriendo las escaleras hacia donde estaban sus amigos.

-¿Cómo la consiguieron?- preguntó Kagome emocionada con sus manos ya puestas en la reja.

-Fue todo un desafío, entramos a la mansión de la bruja a escondidas por el patio trasero y mientras ella estaba en el baño la tomamos de inmediato del estante y salimos corriendo hasta llegar acá- contó la travesía el pequeño niño.

-Vaya, veo entonces que me ganaron la apuesta, y yo que creía que nunca lo harían- dijo la niña algo triste, pero sin dejar de estar emocionada por lo que traían en sus manos.

-Sí, así que tendrás que pagarnos y nosotros te la daremos- dijo desafiante el infante.

Kagome rápidamente entró a su casa a buscar bajo el colchón de su cama todos sus ahorros para dárselos a los niños a cambio del frasco; le dolía, pero valía la pena.

-Aquí lo tienen- dijo ella pasándoselos a través de la raja con expectación.

-Gracias, toma- le pasó el otro niño- debes tomártelo hoy en la noche o sino no hará efecto- advirtió él con cautela.

-Está bien, gracias. Nos vemos pronto, si es que me pueden ver- dijo ella entrando corriendo a su casa.

-¡Tonta!- exclamó el niño para volverse a sus amigos y reírse con burla. Esa niña se había creído todo su engaño, no sabía que habían llenado la botella con una especie de líquido parecido a la parafina, que hallaron en el sótano de su casa.

Ya había llegado la noche, y Kagome contenta sacaba la poción escondida igual que su antiguo dinero, debajo de su cama. Lo destapó, olía bastante mal, pero había que hacer un sacrificio. Se tapó la nariz y se empinó el frasco tragando todo lo que había en él hasta la última gota, esperando el efecto deseado. Sin embargo, comenzó a marearse, todo daba vueltas como si hubiese estado girando por un buen momento y luego se derrumbó hacia el piso de su habitación, perdiendo la conciencia.

Todo era gritos, su mamá gritando que la salvaran, la sirena de la ambulancia y todo era un caos a su alrededor. En ese instante despertó, vaya ese sueño siempre se volvía a repetir; y como no si marcó su vida. De repente, se percató que estaba llegando, así que tomó su bolso y pertenencias velozmente, antes de que se pasara del paradero; no quería caminar de más; y así que se bajo del autobús.

El transporte había atravesado la ciudad hacia el otro extremo; casi terminaba la zona urbana, era el límite. Sin embargo, no podía dejar de admitir que el ambiente era grato, algo tranquilo con paz fuera de las actividades mundanas, había que sacarle algo bueno a todo esto, aunque fuese una cosa pequeña; no podía echarse a morir o si no todo sería peor, tenía solo que darse las ganas u no lo pasaría tan mal o eso creía.

Caminó unos cuantos metros más por el corto camino de tierra que la llevaba a la gran entrada al sagrado templo, que estaba ya a sus pies.

Miró a su alrededor para ver si había alguien cerca y luego volteó para golpear la enorme puerta con una manilla o tipo de aro que había en ella. Nada, nadie salía; había estado como 10 minutos golpeando y nada. Se aburrió así que puso su bolso en el suelo y se sentó encima de él.

¡Hasta cuando iba a esperar!


¡Hola! Bueno aquí les traigo una nueva historia, espero que les guste y hagan comentarios de ella.

Nos vemos pronto

Mary.JVR