Como están? Espero que bien. Esta historia la he escribo en inspiración de la película Thor, que fue la que me dio la idea, pero después de investigar sobre la cultura nórdica, decidí mantener la idea principal pero basarla en la cultura griega. Por ende será de dioses Olímpicos. Los sucesos en los libros solo mantendré uno que otro, pero será algo diferente. Bueno de todas, todo se ira explicándola como vaya avanzando la historia. Reviews con cualquier tipo de duda o sugerencia.
PD: Con respecto a mi otra historia, El Despertar de la Muerte, aun la continuare, pero estoy tratando de ver como cambiarle alguna cosas que tenía en mente y aun mantener la trama principal.
Parejas:HarryxDraco, próximamente anuncio de otras.
Word Count:2,549
Disclamer:Todos los personajes, lugares, y otros contenidos de esta historia, pertenecen a JK Rowling. Excepto personajes propios.
Prologo
Era una noche tranquila, fresca, la luna brillaba en el cielo lleno de estrellas, perfecta para salir y tomar un paseo y conocer una ciudad con tanta historia como Atenas. Para otros, la noche era perfecta para explorar ruinas ocultas a la vista de personas comunes, no para magos y brujas.
Claro, esto si se tiene acceso a una de las más grandes investigaciones privadas y multimillonarias en busca del tesoro arqueológico más importante jamás descubierto. La Caja de Pandora, según humanos comunes o muggles, era aquella que tenía los poderes de todos los males catastróficos que aquejaban la tierra, para los magos, contiene poderes desconocidos y codiciados hasta por el mismo Merlín.
Para una de las arqueólogas era un sentimiento no compartido. Ella pensaba que algo en el lugar se sentía extraño, como si no deberían de estar ahí. Por supuesto, sus presentimientos eran algo que no podía compartir, la excavación era privada, financiada por un millonario ingles, ergo, su opinión valía lo mismo que la de un elfo, y a pesar de tener integridad para decir que no basándose en sus creencias, Atenas es la cuna para arqueólogos, llena de tesoros invaluables y excitantes como para dejar pasar la oportunidad, además, sabía que a la final no encontrarían lo que buscaban, en milenios nadie lo ha logrado ¿Por qué lo harían ellos? Pero pronto se daría cuenta cuan equivocada estaba.
Esa noche, mientras leía un libro sobre la antigua Grecia en busca de pistas, recibió una llamada desde la excavación explicándole que durante la limpieza de un pequeño deslave que sucedió durante el día, descubrieron una pared de mármol puro y llena de magia tan poderosa y pura que tuvieron que colocar encantamientos de protección poderosos para evitar ser quemados, o aun peor, adsorbidos.
Ahora se encontraba con sus otros dos colegas a la esperar de descubrir algún tipo de acceso o puerta. Ya llevaban al menos 8 metros de pared, impresionando a todos ya que era poco común encontrar una edificación antigua bajo tierra con tanto tamaño como aquella. Todos se encontraban ansiosos y emocionados, pero tanta espera los estaba volviendo impacientes.
- ¿Cálmate quieres?- le dijo Alex, uno de sus colegas.- de seguro ya estamos cerca, no creo que esto exceda los 10 metros, ninguna edificación griega era tan grande a menos que fuera un estatua, incluso si resulta ser mágica en su totalidad.
Justo cuando iba a responder que su impaciencia se debía a otra cosa uno de los trabajadores grito en griego haberla encontrado. Al acercarse un poco más al foso se percataron que de verdad habían dado con la entrada, una puerta de madera, conservada a la perfección por la magia en el lugar y tallada lujosamente ilustrando viñas y otras cosas que no se distinguían muy bien a la distancia. 20 minutos y otros 3 metros después, estaban en frente de la entrada observando la magnitud de la puerta y su tallado, mientras otros chequeaban por maldiciones y trampas.
- Roble negro puro- explicaba Alex.- bastante raro por estas tierras. Y esta construcción se ve más egipcia que griega.
- Y el tallado claramente habla de los dioses- dijo Erick, su otro colega.- ¿entramos?
Y eso hicieron, notando que por muy egipcia que se notara por fuera, era difícil de confundirla por dentro. Pilares y pilares al puro estilo griego llenaban el lugar hasta perderse en la distancia que se podía ver con la poca luz del exterior. Sin pensarlo encendieron sus varitas. La poca luz que reflejaban no ayudaba mucho con tan penetrante oscuridad, pero les ayudaba al menos a saber por dónde pisar. Al iluminar el suelo, vieron que las bases, y probablemente los topes, de los pilares eran de oro puro. Mientras caminaban los tres concluyeron que la edificación definitivamente era un templo, y mucho más grande de lo que habían anticipado que seria, y al parecer, sin ningún tipo de iluminación que les ayudara.
- Hay algo que no me cuadra- dije después de unos 5 minutos caminando.- algo que no me gusta, como si algo extraño viviera aquí.
- No exageres tanto- le dijo Alex.- eso es simplemente la profundidad en la que estamos y la magia antigua de este lugar.
- No creo que sea eso- intervino Erick.- ella tiene razón, algo se siente fuera de lugar.
- ¿Cómo qué?- pregunto Alex.
- Como si no deberíamos estar aquí- explico como si fuera lo más obvio, mientras yo asentía de acuerdo con él.
- No vinimos hasta aquí por nada- empezó Alex, mientras caminábamos.- además estamos en busca de reliquias e historia. No podemos regresas y dejar este hallazgo como si nada, eso es de estúpidos. Estamos haciendo historia aquí, historia que nos pondrá en libros y en boca de todo el mundo.
- No- dije.- estamos aquí en busca de la caja para el millonario excéntrico número 1567 que cree que su dinero y estatus lo ayudara a conseguir lo que desee.
Ante mi aclaratorio no se dijo mas, haciéndome caer en cuenta de que quizás no era la única que encontraba todo el asunto de la caja una muy mala idea.
A pesar de lo que Erick y yo presentíamos, seguimos adelante. Por lo que pareció una hora caminamos hasta llegar a unos escalones. Los bajamos hasta contar 15, e iluminando nuestros lados, nos dimos cuenta que iban de manera circular.
- Estamos en el centro, al parecer- dije.
Alex pensando lo mismo, ilumino hacia el techo, algo que no habíamos pensado en hacer (estúpido lo sé). Erick y yo hicimos lo mismo, y nos sorprendió ver un gran candelabro de oro, de al menos 3 metros de alto y 6 de largo, exquisitamente forjado.
- ¿Lo iluminamos?- ofrecí.
- ¿Por qué no?- dijo Alex, que con un simple movimiento de su varita, lanzo una pequeña llama azul hacia el candelabro.
La pequeña llama impacto con una de las velas, que se encendió rápidamente, logrando instantáneamente una reacción en cadena, encendiendo el resto del candelabro. Por primera vez pudimos apreciar la grandeza y magnitud del lugar en el que estábamos. Mas grande de lo que podíamos imaginar, y con un techo interminable lleno de estrellas.
- Al parecer Hogwarts no es tan original como pensábamos- dije caminando hacia el centro del circulo en el que nos encontrábamos.- y el candelabro tiene una magia increíble, por lo que se nota. Podemos ver más allá del círculo pero la luz solo se enfoca en nosotros.
- Esto debe de tener un radio mínimo de 25 kilómetros- dijo Erick, sin prestarme atención.- y si mis deducciones son correctas, estamos en un templo, y no uno cualquiera.
- ¿Cómo lo sabes?- pregunto Alex, mientras observaba todo pero nada en particular.
- El circulo- dijo como si nada. Al ver la cara de confusión de Alex, simplemente señalo al suelo. Tanto Alex como yo lo observamos y vimos un sinfín de dibujos, escenarios y representaciones de un sinfín de historias a las cuales ninguno estaba familiarizado. Claro a menos que seas Erick VanHotl, uno de los intérpretes de runas más jóvenes y famosos en el mundo.- Por lo poco que se ve solo en este lado, este templo era dedicado exclusivamente a los dioses, como una especie de Panteón. Y si mi varita no me falla, únicamente entraban magos y brujas a este lugar.
- Eso es extraño- dije.- según los libros no todos los magos y brujas compartían la creencia de deidades tan poderosas como los Dioses. Ellos creían que la magia venia de la tierra misma. Así que la mayoría de los templos hechos por magos terminaban siendo compartidos con muggles, ya que no eran los suficientes como para mantener un templo a flote.
Mientras Erick y yo discutíamos historia, ninguno noto como Alex inspeccionaba con más detalle el suelo del círculo. Si hubiéramos hecho eso, habríamos podido detenerlo cuando, con una sonrisa, descubrió un pequeño activador, que revelo el secreto mejor guardado en la historia, y, sin tratar de sonar pesimista, el final de nuestros días.
De la nada, una luz blanca ilumino las orillas del círculo, donde el suelo se unía a los escalones. Todo temblaba, o eso asumíamos, cuando la realidad era solo el circulo el cual estaba siendo atacado con un temblor tras otro.
- ¿Qué has hecho?- le grite a Alex, mientras trataba de mantenerme de pie a pesar de tal movimiento.
Alex no pudo contestarme, ya que los tres caímos al suelo con el último temblor, mientras que del mismo centro emergía un pedestal. Al verlo surgir, mis peores miedos se hicieron realidad. Me sentía orgullosa que habíamos descubierto el tesoro más buscado de los últimos milenios, algo que, según la historia, ni Merlín había logrado. Pero la verdad era que sentía que el mundo se me venía encima. ¿Que habíamos hecho?, ¿Habíamos condenado al mundo con semejante hallazgo? Era increíble que una simple caja contuviera poderes jamás visto por nada vivo en el mundo, y que fueran capaces de acabar con el planeta completo.
Justo cuando mi mente iba a auto lanzarse mil preguntas más, todo se detuvo. Erick, Alex y yo poco a poco nos levantamos de donde habíamos caído. Alex fue el primero en acercarse, siendo el que estaba más cerca del pedestal.
- ¿Es…?- empecé.- ¿Esa es…?- algo en mi me impedía formar pregunta alguna, pero Erick capto lo que quería saber.
- Al parecer si- me contesto en susurros, como si al hablar en voz alta fuera un peligro mortal.- No puedo creerlo, pero si es la caja.
- Entonces lo logramos- dijo Alex, con una sonrisa, como si nada malo fuera a pasarnos.- hemos logrado el hallazgo arqueológico más grande de la historia.
Oírlo formar palabra alguna, fue como si despertara del shock en el cual me encontraba. Voltee a mirarlo, con una mirada que rivalizaba las de Severus cuando se enojaba.
- ¿Crees que deberías sonreír?- le dije, en voz baja y gélida.- ¿Crees que deberías estar feliz por algo como esto?
- ¿Y porque no?- dijo cruzándose de brazos.- esto es algo que mas nadie ha logrado y nosotros tres juntos aun somos más jóvenes que Gred Greyson, y él es el mejor arqueólogo del mundo y el no pudo lograrlo en su tiempo de gloria.
En ese preciso instante, algo paso que hizo congelarme en mi lugar, olvidándome de mi furia contra Alex, olvidándome de la maldita caja, olvidando de quién era yo. Mis ojos se habían fijado en algo blanco e inmenso, que se acercaba a nosotros a gran velocidad. Mi boca se abrió de la sorpresa, haciendo que Erick y Alex miraran hacia el lugar donde mis ojos se posaban.
- Pero que mie….- empezó Alex, pero no pudo terminar porque justo en ese momento la niebla blanca se había convertido en algo solido, una mujer, más hermosa que una Veela y con una mirada más venenosa que la de un Basilisco.
- ¿Quiénes se atreven a entrar y robar en el Templo de los Dioses?- pregunto en voz baja y calmada, que para nosotros sonó peor que el grito más potente de una Banshee.
- La pregunta aquí es quien eres tú- dijo Alex de manera amenazante. Algo en la mirada de la hermosa mujer debió de asustarlo, espantarlo o hacerlo correr por su mama, como nos pasaba a Erick y a mí, pero al parecer el descubrimiento de lo caja le dio una valentía que rezábamos no acabara con su vida.
- Yo, insulso mortal, soy Herófila, protectora de este Templo- dijo con su calmada voz.- y ustedes son tres intrusos que han de morir en mis manos.
Lo último nos hizo reaccionar al mismo tiempo a Erick y a mí. Levantamos nuestras varitas, preparados para lanzar cualquier maldición que nos protegiera, aunque sabíamos que nada nos protegería contra un ente antiguo y hecho de magia pura.
- Magos- dijo Herófila con sorpresa al ver nuestras varitas.- han pasado cientos de años desde que vi un mago entrar a este templo.
- Tú eres una pitonisa- exclamo Erick en sorpresa. Al parecer el nombre despertó algo entre tanto de sus conocimientos.- fuiste la primera entre tantas. Eres la pitonisa de Delfos.
- Exacto- dijo con una sonrisa la pitonisa.
- Pero…- dije interrumpiendo.- tú moriste hace milenios y fuiste remplazada por otras sibilas.
- Eso es cierto- dijo.- pero yo morí en un plano físico, no en uno astral. Yo fui la primera sibila en este mundo, y por eso los dioses del Olimpo me pidieron ser la protectora de este templo. He pasado milenios protegiéndolo de intrusos y ladrones como ustedes.
- Nosotros no somos ladrones- reprocho Erick insultado.- somos arqueólogos, hombres, y mujer, que buscan elementos antiguos que nos ayuden entender mejor nuestros antepasados y su historia.
- ¿A si?- dijo Herófila, volviendo a parecer amenazante.- y si es cierto, ¿Por qué su amigo intenta robar La Ánfora de los Dioses?
Iba a preguntar a que se refería, cuando me di cuenta de que Erick a punto su varita hacia el pedestal donde estaba la caja, justo en el momento en que Alex intentaba hacerse con ella. Sin pronunciar palabra, un hechizo salió de la varita de Erick, dirigiéndose con rapidez hacia Alex, el cual no pudo esquivarlo, siendo lanzado a varios metros de distancia, cayendo en su espalda. Cuando iba a respirar en alivio, vi que la caja estaba brillando, al parecer Alex logro tocarla.
- ¡NO!- oí un grito en mis espaldas, y al girarme, vi a Herófila dirigir al oscuro techo.
Una luz lleno todo el templo, mientras la caja iba abriéndose lentamente. Olvide como respirar mientras veía como luz tras luz de color, salía dispara de la caja a la velocidad del rayo, hasta que todo se detuvo, tan rápido como había iniciado.
- ¿Qué hemos hecho?- pregunto casi sin voz.
- Condenar al mundo- respondió alguien. Al girarnos, vimos a la pitonisa, mirándonos con cara de asesinato puro.- les recomiendo que salgan de aquí lo más rápido posible.
No los tuvo que decir dos veces. Erick salió en busca de Alex para ayudarlo, pero una fuerza invisible lo lanzo hacia donde me encontraba.
- Su amigo se queda- dijo Herófila.- pasara el resto de sus días aquí, hasta que la muerte lo llame. Ese será su pago por abrir la Ánfora.
Erick y yo enseguida sentimos el suelo moverse, de nuevo.
- Les recomiendo que salgan si no desean ser sepultados de por vida en este lugar- decía mientras subíamos los escalones de dos en dos.- y les advierto, que a pesar de no haber abierto la Ánfora, aun pagaran castigos por entrar sin permiso al Templo. Sus maldiciones sucederán en orden a sus faltas hacia los Dioses, así que prepárense, porque la muerte será una brisa pura en comparación.
Erick y yo llegamos al final de las escaleras y nos lanzamos a correr como alma que se la lleva el viento. Los temblores no pararon, se intensificaron. Mientras corríamos por nuestras vidas, veíamos como las columnas colapsaban entre ellas, el Templo se estaba auto destruyendo.
Cuando estábamos casi en la puerta, oí su voz tan claro como si la tuviera a mi lado, y lo que dijo, me congelo la sangre.
- Y tu Lily Potter, serás la siguiente.
Editado 24/08/2016
