Disclaimer. Todos los personajes pertenecen al genio de J.R.R. Tolkien, escrito solo con el animo de entretener. Contiene slash explícito (relacion h/h), así que si no deseas saber nada sobre el asunto, no lo leas.

Legolas se encontraba descansando en uno de los Flets que le había sido asignado por Haldir, inquieto por lo que se avecinaba trataba de buscar su destino en la bóveda celeste, mas no pudiendo conciliar su descanso bajo del flet a dar un paseo por aquel hermoso bosque dorado.

Encontró bajo el flet en el que descansaba a Boromir y Aragorn hablando sobre el futuro de la comunidad, no hizo caso a sus conversaciones mundanas, sin embargo el montaraz notó su partida y despidiéndose del hijo de Gondor fue en busca del joven príncipe elfo.

- ¿No puedes conciliar el sueño Legolas? – preguntó el montaraz acercándose al joven príncipe quien tomaba ya asiento bajo un hermoso árbol de extraño color rojizo

- No puedo conseguir mi descanso, tantas ideas vuelan sobre mi cabeza y deseo despejarla – respondió el elfo sin ni siquiera poner atención al rostro preocupado de su interlocutor.

- ¡Oh! Y ahora vengo yo a buscar tu consejo.. Tal vez no sea la hora ni momento adecuado..

- ¿es el mismo consejo pedido a Boromir?

- ¿Has escuchado mi conversación? – preguntó el heredero de Isildur preocupado.

- ¡Claro que no! Soy incapaz de eso, mas me imagine que buscarías el consejo de un mortal antes que de un elfo como yo, ya que a veces solemos tener muy distintos tipos de vista.

- Es cierto, consulte primero con él, mas.. es contigo con quien deseo hablar. Algo me tiene profundamente preocupado.

- Puedes hablar tranquilamente, sabes que puedes confiar en mi, Aragorn.

El montaraz aún habiendo escuchando esas palabras, no estaba seguro de expresar su inseguridad al elfo, no por que desconfiara de el o no creyera en que el consejo sería propio, mas sin embargo las palabras que habría de decir le interesaban sobre todo a él.

El elfo al ver la indecisión del mortal sonrió y agregó.

" ¿Podría confiar en que no se ría de mi? ¿Podría aliviar este dolor que tengo en el pecho?"

- Mas si aun no esta tu boca segura, déjalo así y habla cuando mas confianza halla en tu corazón.

- No, no eso.. – respondió el mortal seguido de un suspiro

- ¿Es algo relacionado con la misión?

- No, nada tiene que ver con ella. Mas sin embargo.. he de decir que gracias ella me permitió saber lo que hay escondido en mi persona.

- No entiendo, ¿algo en tu persona a cambiado en esta misión?

- Si, … Legolas, he descubierto que no amo a Arwen

Legolas le miro sorprendido, no podía creer ese cambio en el montaraz, ya que siempre había sabido de su relación con la hija de Elrond, aunque este ultimo aun no le aceptaba del todo. Trataba de indagar en sus recuerdos que otra bella dama podría haber conquistado el corazón del mortal.

"Eso es imposible, nadie, ni yo mismo al ver la belleza y dulzura de la estrella de la tarde deje de sentir una viva pasión hacia ella"

- Eso si es algo.. extraño, no me esperaba que un amor tan grande como el suyo pudiera verse quebrantado por alguien mas.  – declaró pensativo

- Yo tampoco lo imagine, - dijo Aragorn tomando asiento junto a él , ambos miraban al cielo sin cruzar miradas - amo a Arwen con mi corazón mas no de la manera que ella espera que le ame, no como un hombre ama de verdad, en mis pensamientos habita otra persona.

Esto impresionó aún mas al elfo, ¿quién mas podría estar en sus recuerdos ya si apenas al iniciar la misión el y Arwen estaban tan enamorado? No había conocido a nadie fuera de la comunidad.

- ¡Oh! ¿Has iniciado ya relación alguna con esa otra persona? ¿Lo sabe Arwen?

- No tengo mas que amistad con aquel.. aquella persona que amo, ni siquiera se lo he comentado y eso es lo que me angustia. Arwen de nada esta enterada, pero seré sincero con ella la próxima vez que le vea.

- Creí que tu rompimiento con Arwen era lo que te mantendría así – declaró el elfo poniendo sus manos detrás de su cabeza sin dejar de mirar las estrellas - el amor te dará fuerzas para hablar con quien sea dueño de tu corazón.

Un largo silencio se interpuso entre ambos

- Legolas.. – se atrevió a decir Aragorn

- ¿Sí?

- ¿Puedo preguntar algo muy personal?

- Dime

- ¿Has estado con un hombre?

- ¡Aragorn! – exclamó Legolas sorprendido

- Disculpa, pero es que la verdad yo no sé que pensar, mi corazón ha estado muy confundido y yo..

- ¿Amas acaso a un .. hombre? – preguntó Legolas muy extrañado.

"Me esta mirando así, se va a reír, ¡piensa que soy una mujercita! ¡Maldición! ¡Legolas!"

Nada le gusto esta nueva fisonomía al mortal, palideció tanto que el elfo pudo notarlo, pero como si fuera la cosa mas natural del mundo y no le prestara mucha importancia Legolas  dejó escuchar su melodiosa risa a los oídos del mortal

" ¡Oh! Esto si que no me lo esperaba, he creído que una hermosa dama se había metido en su corazón y algo mas extraordinario ha pasado, es un hombre el que ha entrado en él"

- ¡ Que extraño! Es muy raro que esa clase de sentimientos se presenten en un mortal, y.. tenías que ser tu!

- ¡Legolas! ¿te atreves a burlarte? – interrogó Aragorn ofendido y con mejillas coloradas.

-  No me burlo Aragorn, solo que eso en los elfos es mas que una etapa y transición, de tantos años que vivimos nos gusta experimentar con nuevas cosas y sensaciones y..

"¿Tantos años?¿Experimento entonces también esa etapa?"

- ¿Lo has probado tu?

- ¡Aragorn! – exclamó Legolas intimidado - Creo que eso es un tema muy personal y no debería inmiscuirte en mis asuntos domésticos. Me refería a que los mortales suelen estar definidos desde que nacen y..

- ¿Lo has probado? – insistió el mortal mirandole con fijeza extrema

- ¡Aragorn! – protesto el bello elfo nuevamente, había bajado sus manos y veía a Aragorn muy directamente, como tratando de leer en su alma

- Te lo vuelvo a repetir, por que tu mismo lo has dicho, tienes mas de tres mil años y tu primera juventud ya paso, dime.

- La verdad que fue hace mucho tiempo...

- Entonces ¿si has estado con un hombre?

El príncipe elfo le miro, y afirmo con la cabeza para luego evitar la mirada.

- Con elfos.

"Elfos, ha dicho elfos y no elfo, ¿habrá alguien mas, ahora?"

- Dime Legolas, ¿duele tanto?

- ¡Aragorn!

- Perdona, pero en mi calidad de mortal, el dolor es un factor importante en mi cuerpo, tu como elfo puedes rápidamente sanar, mas yo..

- ¿Tu...tu nos estado con ningún hombre? – preguntó el joven rubio cada vez mas asombrado.

Como era posible que sintiera amor por un hombre y..

- No.. es lo que me atormenta, él.. esa persona me agrada, su compañía es buena para mi, además de que es un bravo guerrero y defiende su reino en cada batalla.

"¿Boromir?¿Acaso el montaraz deja a la hermosa Arwen por alguien tan obstinado y prepotente como Boromir? ¡Nada gana en ese cambio! Es mas, me atrevería a decir que desciende de su linaje.."

- Es muy difícil, hijo de Arathorn, que un guerrero tan arrojado y fuerte como del que hablas corresponda a tus sentimientos. Pero debes de conocerle. Bien y sondear su corazón, ¿qué opinión tiene el de ti?

- Creo que me tiene por un gran señor, su padre es la cabeza de un noble pueblo amenazado por las tinieblas del señor oscuro, mas.. Legolas, deseo que él este a mi lado. Es a él a quien deseo tener a mi lado cuando despierte.

"Sí, se trata de Boromir, tal vez trato de hablar con él antes, cuando yo pase por allí y por eso decidió hablar conmigo antes de preguntarle a él directamente, lástima, Aragorn a elegido mal.."

- Bien Aragorn, habla con el corazón en la mano cuando te decidas a hacerlo, nunca sabrás si te corresponde si no se lo comunicas.

Y al decir esto el elfo trato de ponerse en pie, mas la mano de Aragorn en su brazo izquierdo le detuvo.

- Entonces dame un minuto para hablar contigo

- ¿Qué? Creí que habíamos hablado, Aragorn, ¿Que mas..?

"¡Oh! ¡No! Aragorn se esta acercando y.. ¡me va a besar! ¡No! ¡no puedo ser yo de quien él este enamorado! ¡Eso no!"

- No, Aragorn, me confundes, detente.

- Legolas, es de ti de quien hablo, es contigo con quien deseo amanecer.

Aragorn le había dejado petrificado mientras hablaba, allí los dos a los rayos de Isilme que con listones blancos les rodeaba, el elfo vestido de plata, con traje ajustado, cabello recogido y sus rubios filamentos cayendo por su espalda, le miraba muy asombrado.

"Me mira así, y luce tan hermoso, tan bello que miedo me da  en tocar ese rostro y verle desaparecer ante mi..  no sabe que responderme, no me corresponde ¡Demonios!"

El montaraz cambio su fisonomía al escuchar la evasión de su amigo y desilusionado como estaba no quiso mostrar debilidad al elfo, mas no desistió, una vez un varón elfo había estado con Legolas, no debía ser muy difícil hacerlo caer de nuevo.

- Legolas, permíteme compartir mi noche contigo – dijo el heredero de Isildur acariciando su mejilla y apartando su cabello para poder besarle mejor

- Aragorn, no.. hace mucho que yo no..que no estoy con un varón ..

- ¿Cuándo fue la ultima vez? – preguntó Aragorn tomándole de la barbilla obligándole a mirarle.

- En mi primera juventud, mas..

- Ya vas en la tercera, aun quedan muchas y es tiempo ya..

El elfo no respondió, no se movía, recibió el beso de Aragorn, tibio, tierno, sus labios rozándose, la mano en su rostro acercándole a él. Su barba, aquella barba rasposa de días que le molestaba en su fina piel, y esa lengua que suplica por albergue, ese toque cálido en sus labios, una llave perfecta que dio albergue a aquella húmeda parte.

"Esto sabe muy bien, que gran sabor tiene, que labios mas suaves, quisiera morderlos, quisiera comerlos y saborear cada parte.. quiero tenerlo!"

Legolas lo disfruto, cerró los ojos y dejo que el montaraz succionara el néctar de sus labios de seda, suaves mordidas, como si se tratara de una jugosa fruta, esa lengua que le recorría de un lado a otro saboreando cada rincón en la boca del elfo.

"¡Oh! Esto se siente tan bien, este hombre va a despertar en mi lo dormido, me va a .. Aragorn!"

- ¡Aragorn! – exclamó el elfo escapando a sus manos.

- ¿Qué pasa?

- Aquí no, ven sígueme, un talan nos aguarda.. – sugirió el príncipe tomandole de la mano

- Gimli esta allí..durmiendo

- El no nos escuchara, duerme profundamente, el talán es grande y él a elegido un lugar aparte.

Ambos subieron por el árbol designado a ellos, no pudieron ver los ojos verdes que les seguían, habían sido testigos de su encuentro y ya había trazado planes para el siguiente día. Cuan hermoso luciría ese elfo en sus manos, cuanto gozaría a su lado, le haría clamar por mas, y como su esclavo le trataría, cuan rica sería su boca, que delicioso sería recorrer ese cuerpo, desde la primera vez que le había visto, había sido blanco de sus miradas, ahora que sabía su secreto, cuanto mas le atraía.

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Llegando a la cima, estando en casi total oscuridad Aragorn y Legolas se abrazaron, el montaraz le tomaba por la cintura mas el elfo se iba alejando tratando de alcanzar su equipaje. Todo lo que decían era un leve susurro, mas ruido hacía la suave brisa a través de las hojas que la suave voz que emitían.

- No escapes ahora a mi, Legolas.

- No escapo, mas necesito algo antes..

Aragorn no resistió mas y al ver que el elfo se agachaba un poco, buscando dentro de su bolsa le tumbo a un lado de ella.

- ¡Aragorn! – exclamó el joven rubio, mas sus protestas fueron acalladas con los labios del mortal, quien le sostenía aun por la cintura, quien le obligaba a rodarse sobre el.

Legolas no puso mas resistencia pues le gustaba la forma ruda de jugar con el montaraz, le beso con mas pasión, dejo que sus cabellos rodearan el rostro del mortal dejándole sentir su sedosidad, una vez mas la lengua de Aragorn entro entre los suaves pliegues del hermoso elfo.

Al fin los dos, locos de pasión, empezaron a despojarse de la ropa, Isilme hacía al elfo resplandecer y la piel se le miraba tersa y suave al tacto, sus fuertes brazos delineados, su pecho atlético y vibrante, en cambio el montaraz lucia fuerte, recio, todo un guerrero desnudo a la vida, valiente ante el duelo que enfrentaba en ese momento.

- Ven quiero sentiré cerca de mi

Legolas sonrió y un rayo de luna ilumino mas su ser, dio dos pasos hasta Aragorn y dejo que el hombre le besara y acariciara.

"Esto no podría ser mas bello"

Aragorn le puso de espaldas, dejándole sentir su miembro cerca de el, Legolas se agitó al sentirlo tan cerca, fuertes y duras manos le obligaban a apretarse contra el mortal, balanceándose, restregando el duro miembro contra sus suaves carnes. Sentía los besos de Aragorn en su cuello, tratando de morderle, las manos recorriendo el torso sin dejar de subir y baja, el elfo recargaba su cabeza en el hombro de Estel, cerrando sus ojos tentando a su amante a besarle nuevamente.

"Esas manos que se mueven, esas manos que le recorren..."

Cuando sintió que todo el ser de Aragorn le reclamaba para él, volvió su cuerpo y ambos quedaron de frente, disfrutando de sus caricias, de la lengua del mortal recorriéndole el pecho, bajando, buscando aquel objetivo que se erguía a su mirada.

Allí, hincado, se hallaba el futuro rey de Gondor, el mas noble y valiente guerrero, el amigo de elfos y esperanza de los hombres, allí se hallaba el heredero de Isildur, esclavo ante el miembro mas viril que alguna vez soñó tocar, cetro tan suculento no tendría jamaás. Tan suave al tacto, lo recorrió primero con ambas manos, estimulando las fibras del elfo, quien acallaba sus ansias de gemir con cada repaso.

- Deseo sentirte, Aragorn, deseo tu boca.

- ¡Oh! Exquisito bocado

Aragorn se apropio de todo la carne erecta del elfo, le saciaba su hambre, buscaba saciar también su sed, sentirle, hacerle pedir mas de aquellas caricias, como resistir a esa bello elfo.

- ¡Ah! Aragorn, se siente bien. Sigue así.. vas muy bien..

El mortal a nada respondía, tan absorto estaba en su faena que no hacía mas que emitir sordos gemidos. Y cuando a punto estaba el elfo de explotar, tomo de la cabeza al mortal y le obligo a ponerse en pie.

- Aragorn es el momento,  deseo explorar tu ser, deseo sentirme dentro de ti.

"Pero esto no es lo que yo deseaba.. no es lo que yo esperaba, yo debería tomar el control, yo debo poseerle.."

- Legolas, yo.. yo quisiera ser quien ...

- Aragorn, déjame guiarte, déjame ser el primero en abrir nuevas fronteras en tu vida.

Mientras decía esto manos ágiles de elfo repasaban una firme parte del mortal sin darle descanso ni reposo alguno, labios suaves recorrían el cuello del montaraz obligándole a rendirse, a darse vuelta y dimitir. Perdió el heredero de Isildur esa batalla, mas el miedo no le inundo como esperaba que pasaría. Legolas tuvo oportunidad al ver la reacción de placer y sosiego de su amante actual, de obtener de entre el fondo de sus pertenencias aquel frasco olvidado hacía tiempo.

Humectó al mortal sin dejar de complacerle con la mano libre y dijo a su oído susurrándole:

- Es para mi un placer, tenerte, deseo que ningún daño sufras, eres mío de ahora en adelante..

Estas palabras hicieron estremecer al mortal, mas los labios del elfo empezaban a surtir efecto en su espalda. Entró el elfo despacio, tratando de no herirle, cuidando de la reacción de su amante, un pequeño fruncimiento observó en su rostro mas al invadirle por completo un gemido de dolor y placer escapo de la boca humana.

- ¡Oh! Legolas..

- ¿Te he lastimado?

- No.. sigue, dame todo tu ser, quiero sentir como es que estas dentro de mi.

" Que hermoso! Nunca creí que él tomara esa posición, sometido ante mi sería todo un deleite"

Legolas empezó a moverse, a mecerse detrás de el, sin dejar que una mano le ofreciera placer y satisfacción a su amante.

- Deseo que termines, deseo verte Aragorn, muéstrame tu semilla que la mía pronto te llenara..

- ¡Legolas! – exclamaba Aragorn con gemidos entre cortados, tanto placer le era desconocido y estaba a punto de terminar en brazos de su amado. - ¡Oh! Legolas..!

- Dame tu rocío quiero sentirlo en mis manos

Así lo hizo el montaraz, mientras sentía como un liquido tibio le recorría las piernas por detrás. El mortal cayó, el elfo sonrió y se tumbo cerca de él mientras se limpiaba un poco.

- No ha estado nada mal, a decir verdad lo disfrute mucho, hijo de Arathorn

El mortal estaba exhausto, nunca su cuerpo había padecido tanto al mismo tiempo, placer y dolor, miedo y deseo, angustia y felicidad.

Aragorn le tomó de una mano, lo cual sorprendió al elfo.

- Te amo Legolas, en verdad que podría pasar toda una vida contigo..

Y diciendo esto el mortal cayó en un sueño profundo, mientras el elfo le observaba sin emitir mas ruido que una sombra.

Casi antes de que amaneciera, Legolas observó que se acercaba la hora en que su compañero enano despertaría, así que movió un poco a su dormido amigo y le dijo al oído,

- Será mejor que tomes tus vestiduras, y te vayas, Gimli no tarda en levantarse

Entre sueños el montaraz respondió tratando de fijar su mirada en su bello amante

- Ha sido lo mejor que he pasado, Legolas, ya deseo que la noche llegue de nuevo y pueda tenerte yo en mis brazos.

- Eso será imposible, esto solo ha sido pasajero, olvídalo Aragorn.

Legolas se encontraba ya vestido como la noche anterior, con un cambio de ropa en sus manos.

- ¿qué dices? ¿acaso no disfrutaste como yo lo que hicimos anoche?

- Claro que lo disfrute y lo agradezco, ambos necesitábamos despejarnos un rato de la misión, mas no pasara de hoy, Aragorn, tu eres el heredero de Isildur y yo un príncipe de Mirkwood, ambos tenemos deberes y planes. Olvida esto.

Y diciendo estas palabras bajo el elfo ágilmente de aquel árbol dispuesto a darse un relajante baño en las aguas de un estanque cercano a sus ahora guaridas.

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