Viaje a Gallifrey
DISCLAIMER: Doctor who y todos los personajes relacionados son propiedad intelectual de la BBC, Russell T Davies, y Steven Moffat. A mí solo me pertenece la historia, y no me beneficio ni saco provecho alguno de ella.
SUMMARY: Una sorpresa para River que tal vez no salga como se planeo… ¿Cómo te conviertes en la primera acompañante del doctor que conoce el planeta del que proviene? Supongo que ser su mujer te da ciertos privilegios.
Chapter 1: Prison break
− El sonido inconfundible de la Tardis resonó en las estrechas paredes de su celda y ella sonrió al verla materializarse, tomo su labial alucinógeno, ya que nunca salía sin él y esperó a que el doctor apareciera por la puerta.
−Y el doctor hace su espectacular entrada y el público enloquece− el doctor salió de la cabina deslizándose en un ágil movimiento con los brazos extendidos, como si fuera un cantante en pleno final de su acto.
−Hola cielito.
− ¿Sabes? ese era justo el momento en que tú aplaudes y gritas, como una fanática desesperada.
−Créeme cariño no querrás verme desesperada, ahora ven acá y salúdame como se debe.
River lo tomó por el cuello de la chaqueta y lo haló hacia sí hasta que solo los separaban los barrotes de la celda y entonces chocó sus labios contra los de él.
− ¿Lista para otra noche maravillosa?
− ¿Quieres en mi nuevo colchón o en tu habitación?
−Sabes que adoró tu diminuta celda cariño, pero tengo algo muchísimo mejor.
− ¿Qué tienes para mi amorcito?
−Estaba pensando en algo como, el lugar de origen de tu madre. –el doctor se recostó despreocupadamente contra la Tardis.
−Ahora mismo se me antoja más emocionante mi nuevo colchón que un viaje a Escocia.
−Hablaba de tu otra madre, pero si prefieres quedarte…− el doctor miró brevemente hacia la Tardis.
−No hablas en serio, ¿¡me llevaras a Gallifrey!?
−Todo por ti cariño, solo tengo que sacarte de…− el doctor reviso sus bolsillos en busca de su destornillador.
− ¿Buscabas esto? – River abrió la cerradura y salió de la celda− lo siento pero tengo que practicar, tal vez necesite escaparme por mis propios medios, algún día de estos.
− ¿Necesitas practica? ¡Houdini se queda corto en escapismo, junto a tu yo de cuatro años!
− ¿Qué te digo? Si los caramelos no van donde una niña, la niña debe ir a por los caramelos.
− ¿Robabas caramelos con cuatro años? – River se encogió de hombros y entró en la Tardis.
…
−Entonces… ¿conduciré yo o tu harás eso a lo que llamas conducir? –River tomó la palanca de arranque entre sus dedos, mientras lo miraba inquisitivamente a los ojos.
− ¡Yo lo hago! –respondió rápidamente el doctor− y tú te quedaras aquí quieta, viéndome admirada, por lo increíblemente inteligente y hábil que soy ¿estamos? –el hombre la apartó de la consola de mando.
−Cállate y conduce− sonrió la rubia.
− Sostente− advirtió él.
−No tendría que hacerlo si usaras los estabilizadores.
−Eso no se va a poder, se estropearon en mi último viaje.
− ¿Qué hiciste, chocaste contra una supernova o algo parecido?
−Si algo como eso, entonces Gallifrey… diez-cero-once-cero-cero por cero-dos desde el centro galáctico−el doctor tecleó las coordenadas− aquí vamos, así que….
−Geronimooo− terminó River con una sonrisa, a la vez que el extraterrestre bajaba la palanca y la Tardis daba una enorme sacudida.
…
El sonido de la Tardis resonó en el interior y posteriormente se detuvo al aterrizar.
− ¿y bien que quieres hacer primero? −Preguntó el doctor acercándose a la puerta.
−… Creí que habías dicho que no podías regresar aquí, ¿Qué, no era esta una de tus reglas más importantes? –River se interpuso entre él y la puerta.
−Más bien dije que no serviría regresar, además, la reglas se hicieron para romperse.
−No las del doctor, no al menos por el doctor− contestó ella.
−Vamos River tu eres la señora yo rompo todas las reglas, ahora no me vengas con que no echaras un vistazo, te aseguro que no has visto nada igual jamás.
−Bueno ya cumplí con mi parte razonable en el asunto, si tú no quieres recapacitar, no veo porque lo haría yo, pero… no crees que será muy extraño que de repente se aparezca un señor del tiempo que jamás han visto, en el medio de la ciudad acompañado por una humana, creí que estaba prohibido traer humanos aquí.
−Primero y más importante, todos son extraños aquí… las maravillas de la regeneración y el viaje a través del tiempo y el espacio, podría ser tu tátara, tátara, tátara… abuelo el que esta frente a ti, con una apariencia diferente de la que conoces e incluso antes de haberse casado y segundo tu solo eres medio humana, el resto de ti apesta a cosas del tiempo.
−Entonces es bueno que no sea tu, o apestaría por completo ¿verdad? –River le envió una mirada envenenada− ¿Bueno y adónde vamos?
−Me apetece ir de compras y a ti?
−Uh compras en el planeta del tiempo, estoy preparada− River dio unos golpecitos en su cadera, donde llevaba su arma.
−Si correcto… creo que hay algo que no vas a necesitas aquí – el doctor se acercó a ella y la tomó por la cintura.
− ¿Así que no la puedo llevar? Dime una cosa doctor…. ¿Cómo piensas impedírmelo? – preguntó la rubia de forma retadora.
−De ser necesario con mis propias manos.
− ¿Y crees que lograras siquiera acercarte a ella?
−Eso no es necesario
− ¿Se puede saber la razón?
−La razón es sencilla querida River Song, hace un tiempo que no la tienes en tu poder− el doctor se alejó unos paso de ella mientras hacía girar el arma entre sus dedos.
−Te odio.
−No, no lo haces, después de ti…Tenemos todo un planeta por explorar –el doctor señaló hacía la puerta, pero en realidad quedó apuntándole directamente a ella con el arma que había olvidado sostenía, entonces la botó hacia un lado en un gesto nervioso.
− ¡Eh! No sabes las cosas que hice para conseguirla− soltó River para luego salir de la Tardis a toda prisa.
River soltó un grito ahogado, rodeando la Tardis había solo poco más de cincuenta centímetros de suelo y se encontraban en la azotea de un edificio de más de veinte metros de alto, aun así la vista desde donde se encontraba era espectacular, se veía la ciudad completa dentro de aquel domo gigante, infinidad de edificios y los dos soles brillando radiantes sobre la ciudad. River se acercó todo lo que pudo a la Tardis, que el doctor había hecho volverse invisible y se aferró con ambas manos a la madera transparente, mientras seguía disfrutando de la vista.
−Lo siento ¿olvide mencionar que tuve que aparcar en un lugar muy reducido?
− ¿Tú crees? –respondió sarcástica.
− ok adelante, las compras nos esperan− el hombre salió de la Tardis cerrando la puerta, mientras le daba la espalda al vacio y tras retroceder un paso se precipito hacía él.
− ¡Nooo! ¡Doctor! –River se lanzó hacia el borde de la azotea.
− Supongo que también olvide mencionar lo de las paredes anti gravitación− sonrió el doctor que ahora se hallaba de pie sobre la pared del edificio.
−Te odio.
−No, no lo haces.
Este es el prime fic de doctor who que escribo, es un long fic que salio de una idea y se fue formando en mi cabeza... en realidad espero estar haciéndolo bien y que les este gustando;)... no olviden dejar un review.
