Hola, adiós, te amo
No dejes que la guerra te tome.
Debí haberte escuchado,¿eh? Abuelito Panda…
Sí, debí haberlo hecho, de ese modo, tal vez hoy no estaría aquí, desangrándome en el suelo hasta la muerte...
Hombre,¿la vida no es irónica?
Me duele cuando respiro, y no puedo ver nada...
¿Dónde está Yuu? Tal vez él pueda encontrarme. A lo mejor, aún puedo sobrevivir... porque, creánme, no quiero morirme.
Quiero llegar a ser eso que se supone que debo ser...Enmendaré mis errores, pero lo único que quiero es otra oportunidad para poder hacerlo.
Eres el sucesor de un hombre de libros y nada más.
Tal vez debí quedarme con eso.
Pero cuando ví a Kanda y Allen tratando tan desesperadamente de protegerse mutuamente de un akuma, en la cima de un edificio, y uno de esos monstruos apuntó directamente a Yuu...
Sé que no debía hacer nada, pero mi cuerpo simplemente se movió solo, siguió adelante por su propia voluntad, y lo siguiente que recuerdo es que había una gran garra atravesando mi estómago, en tanto el edificio a mi alrededor se derrumbaba.
Oí a Allen gritar mi nombre, y unas frías manos agarraron las mías cuando caí, pero fue inútil , mis dos amigos tuvieron que saltar a otra parte y el apretón de sus casi salvadoras manos, se aflojó ni bien me volví pesado como el plomo, hacia el suelo.
Oí que Kanda gritó algo antes de que todo se volviera negro.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que vine aquí, pero yo aún estaba atrapado entre los escombros y tenía frío...
Entonces, aquí estoy ahora, en maldito desastre que tiembla.
¿No te enseñé que no tienes que ser más que un espectador?
Mi visión se enturbia y siento que mi pecho se aplasta...
Creo que me rompí las costillas. Pero,¿y ese ruido?¿Qué es?
¿Yuu?¿Allen...¿Eres tú?
Sonido de rocas moviéndose, y ahora un hilo de luz que cae desde el cielo...¿Es Dios?¿Estoy muriendo?
Si.
En verdad, eso creo.
Pero, no, veo un rostro sobre el mío, y con mi ojo bueno, distingo el cabello negro, los labios pálidos , y al fin, esos ojos entrecerrados,oscuros.
Es Kanda.
No somos aliados suyos, sólo estamos dentro de la Organización por casualidad.
-Tú...viniste.-Dije dificultosamente, sorprendido por la debilidad con que mi propia voz se hacía oír.
Él intenta contestarme algo hiriente, pero luego de ver la condición en la que me encuentro, se congela, dando vuelta su rostro a alguien que no puedo ver.
Ahora, también la cabeza de Allen se asoma por el agujero, y él comienza a decir algo que realmente no comprendo.
Es como si mi cuerpo se estuviera adormeciendo.
-¡Rabi! Mantente...despierto...nosotros...te...sacaremos.
Le sonreí, sintiendo la sangre bajando por mi barbilla al hacerlo.
Entonces, esto es todo.
Mi corazón palpita muy fuerte, pero su movimiento comienza a desvanecerse en tanto ustedes comienzan a remover las rocas que hay sobre mí...
Aunque sea demasiado tarde, y yo lo sepa, Allen también, y hasta tú, Yuu...
Antes de irme, tengo algo que decir...
No nos involucramos, simplemente estamos ahí para registrar la historia.
Los minutos pasan sin que intercambiemos palabras. Sólo veo sus rostros tensos , de momento.
Mis ojos ven peor ahora, el fin no puede estar muy cerca aún, me siento extrañamente feliz.
Ahora, estás completamente sobre mí, ustedes dos intentan agarrarme los brazos para sacarme de éste horrendo lugar.
Sonrío muy dolorosamente y tomo un último respiro, estremeciéndome, antes de volver mi cabeza hacia Kanda:
-Te amo.
La última cosa que recuerdo, es que tú gritaste mi nombre.
Y luego, todo desapareció.
Un Hombre de Libros no necesita un corazón.
Autor original: Lemon Wine.
