Era de noche, y como de constumbre, Knuckles vigilaba la esmeralda principal.
Tumbado sobre la gran gema, Knuckles miraba el cielo, un cielo despejado, que no parecia que tuviera ganas de nublarse. Pero en un momento, todo cambio, aquella magnifica noche, se convirtio en la peor de la vida del equidna rojo.
Estaba relajado, pero a la vez extrañado, con la magnifica noche que hacia, ¿por que Rouge no habia intentado robar la esmeralda principal? No lo entendia, tampoco entendia el porque de no poder quitarse a la murcielaga de la cabeza. Dia y noche, ese nombre, esa persona estaba en su mente, en sus sueños.
De pronto, se escucho un ruido procedente de unos arbustos, ¿seria ella? Knuckles bajo con sigilo de encima de la esmeralda, y se coloco en un punto donde esa misteriosa figura no le podia ver.
Era una figura completamente negra, fuese quien fuese no queria que le vieran n siquiera las pestañas, estaba totalmente cubierta por un traje negro.
No se lo penso dos veces y le ataco, de todos modos, era imposible que fuera Rouge.
Un golpe certero en el estomago, otro en la pierna derecha y para acabar, un golpe tan potente en la cara que hace que su enemigo caiga de espaldas y su mascara salga disparada por los aires.
-¿Ro...Rouge? ¿Pe...pero? ¿Yo crei que...?- dijo Knuckles realmente sorprendido- Rouge yo lo sient..
-¡CALLA! - gritó Rouge llorando a mares- ¡TE ODIO KNUCKLES! COMO ME HAS PODIDO HACER ESTO! ¡TE ODIO!¡ NO TE QUIERO VOLVER A VER EN MI VIDA!
Dicho esto, Rouge se levanto como pudo, se quito la parte de arriba del oscuro traje dejando ver su traje de siempre y sus alas y hechando a volar rumbo a su casa.
A Knuckles se le rompio el corazon, ¡Como le habia podido hacer eso a la mujer de su vida! ¿¡COMO! ¡Lo que acababa de hacer no se lo podria perdonar nunca! Unas amargas lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, lo unico que hizo durante toda la noche fue llorar, llorar y lamentarse.
Por otro lado Rouge habia llegado a su casa, llorando desconsolada.
-No me lu puedo creer, pense que me queria, pero no ha dudado ni un solo momento en golpearme. -dijo Rouge mientras abría la puerta de su casa-¡Es un idiota! ¡Le odio!
-¡ROUGE! ¡ESTAS SANGRANDO! ¡QUE TE HA PASADO! - dijo el compañero de piso de la murciélaga-.
-Sha...Shadow – dijo Rouge, desmayándose y cayendo en el suelo-.
