Pues hola a toda esa gente hermosa que me lee.

Flor dorada está por terminar y estás vacaciones pretendo ponerme al día con los fics, pero deben saber, estoy trabajando en un manga, está en inglés, pero si de verdad quieren apoyar a esta wannabe artista por favor visítenle :D es amor entre chinos y rusos ¿qué más se puede pedir en esta vida? Jajajajaja . La dirección está en mi perfil.

No tienen idea la cantidad de textos que tengo tirados por mi pc así que, pensé en subir todos esos retazos que tengo tirados y dejar que ustedes ¡mis hermosísimos lectores! ¡Decidieran que quiere que continúe! ¡voten voten voten! Lo bueno es que, escribo todos los días cuando estoy libre (y dibujo, yo quiero terminar en loca), es decir espero hacer este mes algo muy productivo. Por favor si quieren votar dejen un review o, pueden dejarme un mensaje en el "got a Question" de mi dirección de tumblr.

En este Fic Rei es psicólogo. Hay que considerar que no sé nada de psicología asi que disculpen los errores. También se ha de aclarar que este fic nació por el hecho de que en flor dorada Kai necesitaba un psicologo, total que se tonteo tanto con el tema que llegue a escribir estás paginas.

Dicho esto, dejo el testamento y prosigo a toda la pantomima de "beyblade no me pertenece ni me lucro con esto" y lo más importante, los quiero, graciaspor leerme. Disfruten.
Dedicado: A noda, porque es hermosísima.


Amor y otras dolencias afectivas

Tick tack. Era el único sonido en la clase que podía escuchar a pesar de que el profesor no dejaba de hablar:

"O "superego". Aunque en Freudprima la perspectiva biologicista, no desatendió la importancia de la sociedad y la cultura, pues ésta se halla presente en la mente del individuo en el superyó. El niño aprende de sus padres el código moral y valorativo que determinará sus actitudes y motivaciones posteriores…."

Y no supo en qué momento sus ojos dorados comenzaban a cerrarse lentamente, nublando su mundo en una bruma negra, hasta que sintió una pequeña bola de papel chocando su frente, buscó con la mirada a otros escalones más arriba en el salón de clases en forma de auditorio y notó a un rubio pecoso sonriéndole y haciendo ademan para que leyese la cartita.

-"esta noche, karaoke en el Calipso, 7:00 pm"- sonrió ampliamente y disimuladamente alzó su pulgar en dirección hacia él para indicar que aceptaba la invitación de divertirse, después de todo era casi el final de semestre y tanto estrés podría generarle una úlcera.

La clase terminó finalmente, recogió sus libros y luego de almorzar esperó a la caída de la noche y se unió a su grupo de compañeros para pasar una agradable noche bebiendo y cantando desafinadamente en un bar karaoke conocido como "Calipso", donde ya era tan habitual las reuniones allí que hasta les hacían descuentos e incluso tenían cierta fama, como los más desafinados pero animados de todo el lugar.

"I'm here soba ni iru kara
Call me boku ga iru kara
Trust me mou nanimo osore naide"

-"sigue así Kon… que me causaras un trauma…"

-"por favor…no utilices chistes de psicología…"- terció el cantante de ojos dorados y cabello largo y negro como la noche, dejando el micrófono y sentándose al lado de su compañero –"eres un obsesivo del trabajo Zeo"- comentó sacando su lengua y tomando su vaso de cerveza

-"¡me toca me toca!"- comentó el rubio pecoso tomando el micrófono y subiendo al escenario y buscando una canción que cantar para animar el día, o algo así:

"Zankoku na tenshi no youni

Shounen yo shinwa ni nare"

Rei y los demás rieron un rato. Zeo, que era un joven de alrededor de 22 y largo cabello aguamarina miró a Kon de reojo –"¿ya conseguiste el lugar donde harás la pasantía?"

-"¡lo ves eres obsesivo con el trabajo!"- rió Kon, marcando hóyelos en su rostro y luego bebiendo otro poco –"no, aún no…"

-"¡que no lo soy Rei!, es que me gustaría que me acompañaras al edificio BBA "- comentó el chico luego de fruncir el ceño ante el comentario de su creciente obsesión por el trabajo

-"¿por qué yo?"- preguntó Rei Kon curioso, clavando sus ojos dorados en el mientras bebía otro poco de su largo vaso

-"¿por qué no?, eres el mejor de la clase después de mí y si necesito un compañero de pasantía prefiero que seas tú…"- terció el chico mirando en otra dirección

-"ah, interés…"- rió de nuevo, a lo que Zeo volvió a fruncir el ceño

-"mi padre me mataría sí fallo en esto de la pasantía…"

-"bien, supongo que puedo ayudar como soporte a tu inseguridad causada por la presión de tu figura paterna…"- rió otro poco, la verdad él era una persona bastante risueña sobre todo si bebía, pero allí Zeo se hartó y dio un leve zape –"auch….la violencia no resuelve nada…"- dijo sobándose la frente

-"pero te callaste, bueno entonces mañana nos vemos…"- dijo cruzándose de brazos su nuevo compañero de pasantías.

-"¿un sábado?"- alzó una ceja y le miro extrañado.

-"… ¿qué tiene?"- preguntó con el ceño fruncido –"es mañana, hay consultas los sábados para la gente demasiado ocupada, ¿sabías?"

-"ya, perdón…no te enojes…"- suspiró Rei terminando su vaso y pidiendo otro

-"¡Rei Rei! ¡canta algo!"- comentó el rubio pecoso extendiéndole el micrófono nuevamente a lo que el chino asintió y se levantó de su asiento para el espectáculo de su vida, o al menos lo era en su ilusión causada por el maravilloso alcohol.

El universo entero apestaba alcohol y la luz era tan cegadora que apenas y podía mantener los ojos abiertos, extendió su mano al final la cama pero solo consiguió rodar fuera de esta y caer al suelo en un estrepitoso golpe.

-"…que resaca…"- dijo Kon arrastrándose en el suelo de su cuarto en dirección al baño para finalmente levantarse apoyándose del pomo de la puerta, abriéndola y dejando que el impulso natural del objeto al abrirse lo llevara al baño y luego que su cuerpo prácticamente cayese dentro de la ducha: si una ducha fría no le quitaba la resaca nada lo haría.

-"no volveré a beber nunca más…"- pensó al sentir el agua fría que juró lo mataría, definitivamente lo mataría pero logró sobrevivir de la tortura medieval y salir de la ducha con rostro cansado, llevó su vista al reloj despertador de su cuarto y recordó algo.

¡Por los dioses! ¡¿Qué horas eran? Sonó su celular casi al instante que pensó aquello y casi se le cae la toalla de la cintura al correr a agarrarlo en algún lugar del piso de su habitación, la cual estaba llena de libros, revistas, DVDs de películas, bufandas, cintas, ect.

-"¿si diga?"- preguntó con voz temblorosa y más dolor de cabeza. Nota mental: cambiar el tono de repique del celular por uno que no incluya rock.

-"¡mentado Kon! ¿Dónde estás? ¡Nos veríamos en la estación a las 9:00!"- se escuchó la voz de Zeo a lo que Rei colgó de golpe en un ataque nervioso, tres segundos de mirar el teléfono en un estado de shock volvió a sonar y volvió a odiar su desdichado repique de offspring.

-"… ¿diga?" –dijo con voz aún más temblorosa que antes.

-"¡volvemos con eso Kon!"- se quejó el chico al otro lado de la línea

-"¡dame 20 minutos y nos encontramos el edificio BBA!"- dijo de golpe, ni siquiera pensando y buscando ropa interior limpia que colocarse y cayendo al suelo. Segunda nota del día: no hablar por teléfono, colocarse ropa interior y correr al mismo tiempo.

-"¿Kon?"- preguntó Zeo, al escuchar el golpe

-"¡es…estoy desayunando se me cayó algo…te veo allá!"- dijo de golpe y colgó por segunda vez en el día y continuó vistiéndose con prisa, colocando su abrigo y bufanda finalmente y tomando su mochila con sus cosas para salir corriendo de su departamento.

Corriendo calles abajo, prácticamente detrás del autobús hasta lograr subir e ir camino a esa calle, una vena parecía brotar y tener vida propia en su cerebro y le causaba un dolor de cabeza digno de un accidente cerebrovascular, pero no, comprobó que sus capacidades cognitivas estaban medianamente estables, por ahora.

Bajó del autobús apresurado y corrió otras calles y divisando el imponente edificio al final, cruzó la calle cuando el semáforo estaba apenas cambiando a rojo así que se ganó unos cuantos insultos en el día y el dolor de cabeza aumentaba a unos niveles solo comparados con una planta nuclear a punto de estallar. Se detuvo en una cafetería: compró agua porque después de correr tanto se estaba deshidratando y un pastelillo de naranja y luego volvió corriendo en dirección al edificio.

Miró su reloj de mano y tenía 3 minutos y 30 segundos para llegar a la hora en la que se supone comenzaban las consultas. Entró al edificio empujando la puerta de vidrio y notó la enorme fila en el ascensor para poder subir, ¡dios sabría porqué!. Desesperado, miró la puerta de las escaleras y la abrió de golpe comenzando a subir en escalada al décimo piso ¡por qué las oficinas importantes tenían que ser en los pisos altos!.

Con una segregación masiva de adrenalina a su cerebro que eventualmente le causaría la muerte de un buen grupo de neuronas y agradeciendo su leve afición por los deportes, llegó al décimo piso. Tomó aire y acomodó su ropa, y busco un pañuelo para limpiar el sudor de su frente. Las puertas del ascensor se abrieron y de este, Zeo salió y lo notó jadeando al lado del escritorio –"realmente eres puntual Kon…"- dijo dando unas palmadas en su espalda, aunque le preocupaba que este se desmayara en cualquier segundo –"¿estás bien?"

-"estoy bien…"- dijo jadeando y buscó la mentada botella de agua para beber un poco –"…estoy bien…"

-"bueno… mejor entremos…"- dijo halando su muñeca en dirección a la oficina bellamente arreglada con muebles de cuerpo negro, decoración sobria pero costosa, y detrás de un hermoso escritorio de caoba había una hermosa chica de cabello largo y azul limándose las uñas.

-"hola Zeo…el dr. Zagart te estaba esperando…"- dijo e hizo un ademán con la cabeza

-"¿podrías darle los formularios a Kon? El se unirá conmigo a esto de la pasantía…"-comento el chico sonriendo amablemente y rascando su nuca

-"…ah, ¿los casos fáciles?"- comentó ella alzando una ceja y extendió los papeles al chino, este tenía el ceño fruncido: tenía jaqueca pero entendía un insulto y vamos ¡era un estudiante de tercer año de psicología pero podía manejar un caso medianamente difícil! …no un autismo severo, ¡pero algo medianamente difícil! Tomó los formularios algo renuente y se sentó para comenzar a llenarlos mientras Zeo entraba a la oficina a hablar con su padre.

Terminó los formularios y aún Zeo no salía de la oficina, por lo que aprovecho de comer su pastelillo integral de naranja, porque comer hidratos de carbono le devolvería los niveles de glucosa y porque moría de hambre y amaba los dulces, básicamente. Luego de unos 20 minutos finalmente ambos hombres Zagart salieron de la oficina. El doctor le miró analíticamente.

-"despreocupado, desordenado y levemente irresponsable pero probablemente con voluntad de ayudar a las personas y buena capacidad para escuchar…"- dijo el hombre mayor- "sin mencionar que corriste para llegar a este lugar"

Kon parpadeó confundido con el repentino psicoanálisis y luego rió un poco –"¿tengo que pagarle por la pequeña consulta?"

Zeo se dio un zape en la frente, pero afortunadamente su padre no se ofendió: -"buen sentido del humor…de acuerdo…te irá bien, si es que no enloqueces antes…"- suspiró y miró a la secretaria –"Mariam, prepara las carpetas con los pacientes… y si Hiwatari cruza la puerta de esta oficina házmelo saber inmediatamente, no podemos tener errores con ese individuo cerca".

La chica asintió y trago saliva, sacando las carpetas con los nombres los pacientes. Rei no pudo evitar sentirse curioso ¿sería el mismo Hiwatari que salía en las portadas de la revista de economía?, ¿qué porqué leía revista de economías?, no lo hacía, pero era aficionado a la lectura ociosa así que conocía muchas portadas. –"¿es el mismo Kai Hiwatari?"- preguntó curioso, como buen gato que era.

El dr Zagart refunfuñó un poco y entro a su oficina, no queriendo responder lo obvio o porque hablar de eso ya era de por sí algo pesado. Rei parpadeó otro poco y miró a Zeo, quien simplemente suspiró y asintió. –"el mismo…"

-"…bueno, su problema podría ser su egocentrismo, vanidad…"

-"viene por un colega de mi padre, Dr. Volkov… estaba en terapias de pareja…"

-"¿estaba?"

-"si es que no se divorcia…"- dijo Zeo encogiéndose de hombros y tomando su carpeta –"Volkov sugirió terapias separadas y lo remitió a mi padre…"

-"…no parece muy feliz…"

-"nadie es feliz tratando a Hiwatari…"- suspiró el chico.

Rei rascó su nuca confundido, le costaba creer que un súper millonario casado con una hermosa mujer digna de ser una modelo tuviese semejantes problemas, pero suponía que entre más ricos más problemáticos, se encogió de hombros –"bueno...tomaré esto"- dijo tomando una de las carpetas –"…deséame suerte Zeo…"- en realidad era: "deséame pacientes no demasiado problemáticos para no tener que liderar con ellos y la guerra mundial que se libra en mi cerebro" como fuese, había entrado a una pequeña oficina para esperar en su cómodo sillón de rueditas, no sin antes por su puesto girarlo por completo en una infantil vuelta: podía acostumbrarse a esto.

Abrió la carpeta que había tomado y notó un error casi de inmediato: esta leía Kai Hiwatari, suspiró cansado y se levantó suponiendo que tenía que devolverla pero no podría evitar que el instinto gatuno de la curiosidad le bullese en su interior. Abrió la carpeta y comenzó a leerla con cuidado:
Kai Hiwatari, 27 años pero con esa altura y peso debía tener una figura estructural, no hay historial de enfermedades mentales en su familia. Huérfano a temprana edad, fue criado por su abuelo de quién heredo una gran cantidad de compañías. Posible trauma de infancia, pero se rehúsa hablar de ello. Irritabilidad, agresividad, bloqueo emocional, intensa evitación a cualquier relación afectiva. Carencia total de cooperación.

Silbó un poco ¿cómo es qué un hombre que vivía lidiando con personas en realidad no podía relacionarse correctamente? Interesante, pero ya había curioseado demasiado y debía devolver la carpeta a su lugar de origen. Se levantó de su asiento y fue a la recepción diciendo en voz alta a Mariam:

-"tengo la carpeta de Kai Hiwatari…"

Pero Mariam no estaba, ¡qué los dioses le dijeran por qué demonios Mariam no estaba en su asiento! En su lugar, frente al escritorio de caoba y con una figura estoica de dios griego se encontraba Kai Hiwatari, quien simplemente le miró de reojo: y podía jurar que esos ojos destruían el alma ¡qué miedo mirar a una persona así!.

Mentalmente Rei negó con la cabeza varias veces mientras este se acercaba hasta él, cerniendo su sombra en su delgada figura, dejando a Rei con los ojos abiertos y un miedo que carcomía de una manera tal que sus piernas temblaban. Tragó saliva –"yo soy…"

-"muy joven para ser mi psicólogo…"- dijo frio, pero le ignoró y entro a la oficina, sentándose

-"no es eso…"- se volteó Rei de golpe y se acercó torpemente al asiento de él

-"¿es que ya he perdido cinco minutos de mi vida esperando? Si no vas a atender mi consulta entonces me retiraré…"

-"no no…"-dijo nervioso haciendo ademán, intentando no perturbarlo y sentándose en su asiento mirándole con sus ojos de gato fijamente, si no lo atendía se iría y metería en problemas al Dr. Zagart…bueno, en realidad ya lo había metido en problemas pero suponía que si lo dejaba irse todo sería peor.

Tragó saliva y le miró con toda la determinación que pudiese tener, repitiéndose: "puedo hacerlo, puedo hacerlo". Sonrió finalmente: -"buenos días Señor Hiwatari…" –se sentó en su asiento –"mi nombre es…"

-"no me interesa tu nombre…" –le corto tajante mientras seguía en su asiento

Rei se sonrojó por el bochorno y asintió carraspeando –"de acuerdo, señor Hiwatari ¿por qué ha venido? ¿Qué le aqueja?"

-"¿no se supone que usted ya sabe eso? Mi caso lo tenía el doctor Volkov…"- dijo cruzándose de brazos y mirándole fríamente: si fuese su empleado ya estaría despedido. Rei por su parte asintió nervioso muchas veces y pasó su segundo bochorno

-"es…importante establecer una comunicación con el paciente…"- balbuceó mirando la carpeta y haciendo ademán de anotar: pero con los nervios no sabía ni que anotar

-"no me gusta repetirme…"- dijo seco, buscando su teléfono inteligente y deliberadamente ignorando a su psicólogo de pacotilla –"Se supone que me enviarían el mejor…"

bien, ese era el tercer bochorno y todo en menos de quince minutos –"a… pesar de mi edad no soy tan malo…"- Un minuto, ¿por qué la conversación se había girado drásticamente y ahora parecía que estaba en una entrevista de trabajo?

-"tan malo"- repitió alzando una ceja –"es decir, eres mediocre y lo admites"

Por fortuna o, desgracia como se le vea, el cerebro del chino reaccionó ante eso, frunciendo el ceño e incorporándose un poco, con menos nerviosismo debido a su indignación –"Señor Hiwatari, usted me está juzgando sin siquiera darme la oportunidad de tratar su caso"

-"he pasado ya por tres psicólogos, todos eran los mejores y se veían más…"- hizo una pausa, que el silencio y el cinismo hablaran por si solos causando que Rei: que después de esto sería bautizado como "el poco profesional Kon", se levantara de su asiento mirándole como fiera

-"¡pues que sepa! ¡señor Hiwatari! Que no solo me ocuparé de su caso si no que lo resolveré y usted será tan social que tendrán que amordazarle para que se calle!"

Hubo silencio.

Rei se sonrojó y pensó con angustia que jamás lograría graduarse o conseguir trabajo, era el fin, definitivamente era su fin puesto que el señor Hiwatari se había levantado y dado dos pasos hacia él mirando su rostro, tan cerca que podía considerarse violación al espacio personal.

Sonrió, incluso parecía que reiría pronto.

-"tienes agallas…"

Rei rió nervioso y asintió –"eso me han dicho…"- balbuceó nuevamente jugando nervioso con sus dedos, Hiwatari se separó entonces y volvió a sentarse mirándole entre divertido y retador

-"quiero ver cómo es que vas a lograr eso…"- se recostó en el asiento –"pero que sea más interesante…"- volvió su vista a su teléfono –"tienes cinco meses…"

-"déjemelo a mí…" dijo Rei fingiendo confianza y petulancia, sin embargo desvió su vista unos segundos pensando:

¿cómo demonios iba a lograr eso?

Esta iba a ser una larga, muy larga, pasantía.