Disclaimer: TD series no me pertenece, esto lo hago sin fines de lucro... Blah, blah, blah... La canción en la que se basa tampoco me pertenece, le pertenece al autor que la escribió y usó con Miku Hatsune x3
Hello Everbody! Aquí otro OneShot que se me ocurrió :P -con las que hablé saben porque es- :3
·Aclaración&Advertencia» Stalkerlismo (?), y posible OoC en Sierra -o tal vez no-.
·Dedicatoria» A todas las chicas/os que me ayudaron/apoyaron ayer & hoy, los adoro guys! :D y a todos/as los que fueron stalkeados alguna vez :P
Ahora, sin nada más con que retrasarlos, ¡A Leer!
·Stαℓkєг·
~Rotten Girl, Grotesque Romance~
Miró la hora en su reloj de cocina. Su madre seguía sin despegar la vista de la televisión mientras miraba con ojos enamorados al anfitrión.
—Algún día seré la Señora McLean –le comentó a su hija sin desviar la vista en ningún momento, por ello no notó que la joven se había marchado.
Entró a su habitación pero no encendió la luz. Sólo dejó su bolso encima de su cama y se dirigió a su ventana. Desde ahí veía la casa de su amado, y, gracias a su suerte podía ver su cuarto cuando la cortina de ese se encontraba abierta.
Se sentía tan afortunada.
No, él aún no salía de clases, ¿se le habrá hecho tarde? ¿Lo habrían castigado…?
¿Le habría pasado algo malo?
Antes de alarmarse por completo distinguió la silueta del chico, llegaba en bicicleta, como siempre y no parecía tener rasguño alguno. Es más, parecía realmente radiante.
—Oh, mi amor está contento –festejó la de cabello violáceo cuando le veía buscar las llaves de su casa con la mano libre, ya que con la otra tenía su bicicleta y casco agarrados.
Rápidamente —para no perderse ningún detalle del chico castaño— corrió hacia su mochila. Tiró por los aires algunos libros que no necesitaba y agarró un cuaderno particular que tenía un bolígrafo atado.
Escribió, garabateó, dibujó, tachoneó y lo cerró para luego apretárselo contra el pecho, esperanzada.
—Vamos, mami necesita esa foto… —musitaba enfrente del monitor mientras esperaba a que la impresora bajara su reciente foto publicada en facebook, cortesía de Duncan—. ¡Cody lindo!
Chilló y abrazó la foto entusiasmada antes de colgarla en su muro, junto a las demás que había.
—Para la colección—. Sonrió orgullosa luego de agregarla al mural, en el cual habían hasta pertenencias de él colgadas.
Lo había visto irse con su amigo Noah Carter y con otro pelirrojo llamado Harold Norbert Cheever Doris McGrady V –ya que su bicicleta se descompuso— pero no esperaba verlo regresar acompañado de una chica.
—Oh, por Dios, ¡que linda es ella! –exclamó al verla con algo de celos y de inmediato, casi a regañadientes se dirigió a su computadora a revisar la información que tenía.
Imprimió las fotos de aquella gótica y sin que su madre lo notara tomó su encendedor para quemarlas en la oscuridad de su cuarto.
Se sabía todos los gustos de Cody y también de que él tenía un amor platónico por ella —desde hace tiempo en realidad— pero nunca considero aquello posible ya que ella lo quería como un hermanito menor y fastidioso –todo ello lo sabía gracias a sus buenos contactos y fuentes fiables—.
Mientras el fuego consumía la foto de la chica rodeando por los hombros a Cody y a Trent Holt, un aspirante a músico que era mejor amigo de su amado y novio de ella, Sierra había vuelto a la ventana, sonriendo al ver a la chica marcharse con una mueca indiferente en su rostro.
—Gwenndolyn Stacy Collins, caerás pronto –sonreía mientras achinaba los ojos y la seguía con la mirada.
— ¿Qué demonios?—. Escuchó el grito a las 7 y algo de la mañana, sonreía mientras expectante al de ojos celestes caer sentado por el asombro.
— ¿Te gustó el regalo, Cody? –preguntó sabiendo que él no la oiría.
El susodicho al comprobar el contenido de la caja vomitó hacia un costado, estaba totalmente descompuesto y desconcertado.
—Te dejaré todos los días la cabeza de un gato en tu puerta… Después de todo te gustan las gatas… —pensaba en voz alta con algo de resentimiento a la vez que cerraba su cortina con una sonrisa no sana.
Iría aprontando la caja en donde guardaría a su Cody.
—Hey, Gwen –la llamaba Sierra sonriendo inocente mientras tenía las manos detrás de su espalda. Debería de estar jugando con sus dedos. La gótica no le prestó atención.
— ¿Te conozco?—. Se volteó a verla y luego enarcó una ceja. Al instante volteó hacia otro lado, esperando ver a Cody o a Trent ya que irían juntos al instituto.
—No, pero yo a ti sí… Y tienes algo que es mío—. Disimuladamente se acercaba a la de mechas azules.
— ¿Sí? –respondió indiferente y viéndola excéntrica.
—Aléjate de Cody o ya verás que sucede—. Ya no había rastro de la sonrisa con la cual la había llamado.
—Lo que tú digas –le dio la razón a la vez que rodaba los ojos. Le dolía la cabeza y no estaba de ánimos para lidiar con una desquiciada, ya le bastaba con Heather.
Para cuando quiso acordar aquella pelimorada ya había desaparecido, dejándola más extrañada aún.
—Hermosa, ¿pasó algo? –preguntó Trent apenas distinguió la mueca de su novia.
—No, pensé ver algo –mintió para no preocuparlo pero aún seguía confundida.
—No es que me guste hablar, o que hables pero has estado demasiado callado en todo el día—. Gwen parecía algo preocupada—. ¿Te sucedió algo?
—La…cabeza… de un gato… en una caja… puerta de mi casa… —decía aún consternado mientras regresaban a la casa de él juntos, y es que, como Gwen se mudó la casa del chico le quedaba de paso.
—Oh, vaya… Eso es… perturbador –comentó incómoda e insegura mientras el rostro de la pelimorada se le venía a la mente.
— ¿Me acompañarías a hasta mi casa? Sólo por hoy –pidió haciendo ojitos. La gótica podría haberle dicho que no ya que eso no le hacía nada pero le llegó a dar pena lo que le pasaba.
—Sólo por hoy –aclaro adelantando el paso —, pero me pasas la tarea de mañana, ¿entendido? –agregó en tono más relajado.
— ¡Hecho!
Sierra seguía esperando en su habitación mientras blogueaba que finalmente Cody sería suyo. Cada tanto miraba la hora, esperando poder verlo llegar solo. Por fin se sentí capaz de confesarle todo, todo.
Al fin el reloj marcaba la hora exacta y sin rodeos ella se dirigió a su ventana.
Esperó varios minutos mientras lo buscaba con la mirada. Entre tanto silencio podía escuchar los delirios de su madre al ver a su amor platónico.
—Cody, amor… Aparece –casi lo rogaba mientras se impacientaba cada vez más.
Sonrió, sentía su corazón latir cada vez más fuerte pero la mueca se deformó al ver a aquella gótica acompañarlo.
Por la distancia –y la ventana cerrada— no oía lo que decían pero sintió la sangre correr por sus venas de manera frenética al ver que Gwen entraba a la casa de Cody mientras parecían reír levemente.
Sin dudarlo, impulsivamente salió del cuarto sin mirar atrás, iría a encarar las cosas… No sin antes pasar por su cocina, después de todo ahí es donde están los cuchillos más grandes y afilados, ¿o no?
Holass de Nuevo! Y hasta ahí llegó mi inspiración -.-', pero ya que, lo que hizo Sierra se lo dejo a imaginación :P (yo tengo mi versión pero es más divertido hacer que ustedes piensen xD).
Damn... Me acostumbré a escribir como lo hago en mi novela D: -me di cuenta cundo finalizaba que había quedado así -.
Casi lo olvido xD! 'Las gatas' es con doble sentido, aquí cuando alguien es gata es porque es bitch, pu+a =^w^=.
Ojalá les haya gustado! & Mil Grazz por leer y/o tomarse el tiempo de dejar un r&r :D! Los adoro!
Me voy yendo, los leo luego! Besoss!
='^.^'= Nyaaaaaaaw!
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