Invertidos
Primera parte: El problema
-Ghostface, el asesino enmascarado… ¡Vengo a llevarme tu alma!
La extraña criatura que se encontraba delante de ella no tuvo tiempo ni de replicar. Con un sonido cortante, Maka blandió la guadaña y partió al ser por la mitad.
El cuerpo escindido se desvaneció y en su lugar quedó una cosa redonda como una pelota y roja como la sangre fresca flotando en el aire.
Maka apoyó el filo de su arma en el suelo y suspiró.
-Un alma más, Soul...
La guadaña que la chica sostenía brilló con intensidad y un segundo después se transformó en un muchacho de pelo blanco, ojos rojos y boca babeante.
-Tiene una pinta deliciosa, ¡slurp!-se relamió.
Maka se le quedó mirando para ver cómo devoraba el alma, al igual que tantas otras veces, pero en vez de eso, el chico empezó a caminar hacia unos arbustos cercanos que rodeaban toda la zona en donde estaban.
-Oye, Maka, guárdame esa alma un momento, que voy a mear, ¿vale?
-¡Tú tan delicado como siempre, Soul!- dijo la chica con sarcasmo.
Su compañero ignoró el comentario y desapareció entre los árboles. Al cabo de unos segundos Maka escuchó cómo se bajaba la bragueta del pantalón y miró hacia otro lado, tratando de pensar en otra cosa.
Finalmente, su atención se centró en el alma que flotaba delante de ella, latente como un corazón.
En ese momento, le vino a la mente una conversación que había mantenido con Soul tiempo atrás:
"-Oye, Soul, ¿están ricas las almas?
-¡Sí, deliciosas! No es que sepan de maravilla, pero son agradables al paladar...¡Y da gusto engullirlas!"
Mantuvo sus ojos fijos en aquella esfera luminosa. Su centro, de un color granate encarnado, despedía un brillo rojizo, y su parte superior poseía un rabito que se agitaba como una pequeña llama.
Hasta ahora, nunca se había fijado en el aspecto tan curioso que tenían las almas una vez eran apartadas del cuerpo de su dueño. Tenían un aspecto maligno, pero también especial...Y atrayente.
La chica alargó la mano hacia el alma y la cogió con suavidad. Su tacto era tibio y blando, como un huevo recién cocido. Y pensar que Soul las agarraba siempre sin ninguna delicadeza...
Aquel brillo rojizo la hipnotizaba como un péndulo.
Se la acercó a los labios, vacilante. Soul le había dicho que las almas estaban ricas, pero no a qué sabían.
Abrió la boca e introdujo parte de la candente esfera de luz en ella, pensando para sus adentros que no pasaría nada por darle un mordisquito.
El chico salió de entre los árboles demasiado tarde. Para cuando visualizó a su compañera y se dio cuenta de sus intenciones, ya no podía hacer nada por detenerla.
-¡MAKA, NO!-gritó, echando a correr hacia ella.
La chica mordió con suavidad la parte superior de aquella cosa demoníaca...Y sin querer, se la tragó entera.
El alma bajó rauda por su garganta y aterrizó de lleno en su estómago.
Sintió como si algo rebotase y estallase dentro de ella.
Hubo una extraña perturbación en el ambiente, algo a medio camino entre una explosión y una palpitación, y Maka cayó al suelo desmayada.
La fuerza del impacto tiró a Soul de espaldas, pero el chico se levantó y recogió a su compañera, sacudiéndola para que abriera los ojos en su cara ahora inconsciente.
-¡MAKA! ¡MAKA! ¡DESPIERTA! Joder, será estúpida...
Abrió los ojos y parpadeó confusa.
¿Qué había pasado? Su cuerpo estaba entumecido, como si no se hubiera movido en mucho tiempo, y la cabeza le dolía tanto y se sentía tan mareada que no podía pensar con claridad. Pero el mayor dolor de todos era el que sentía en la barriga. Tenía algo dentro de su estómago que hacía que le entrasen unas ganas locas de vomitar, pero, aunque boqueó un par de veces tratando de provocarse arcadas, no lo consiguió. Aquella presencia extraña en su organismo la alteraba e incomodaba, pero, sobre todo, la hacía sentir que había perdido la esencia de su persona, como si ya no fuera ella.
Eso era lo peor de todo.
Se enderezó del banco en el que había estado tumbada y miró a su alrededor buscando a Soul. Le encontró sentado en uno de los brazos de metal del banco, justo delante de ella. Tenía la cabeza reposando cansinamente sobre una mano, apoyada a su vez en una rodilla, y una expresión sombría.
-Por fin te has despertado-le dijo el chico con tono cansino.
-Soul...-Maka se bajó del banco y se estiró con un bostezo. Luego miró a su compañero con expresión arrepentida-. Siento mucho haberme comido ese alma, de verdad. Esta noche te daré mi postre en la cena para compensarte...
-En estos momentos el alma me trae sin cuidado-la interrumpió él-. Hay algo que me preocupa más.
-¿El qué?
Soul también se bajó del banco, se colocó enfrente de la chica y extendió el brazo hacia ella.
-Conviérteme en guadaña-exigió.
Maka le cogió de la mano y pensó en que Soul se transformase en arma, pero esta vez, a diferencia que de costumbre, no lo hizo. La chica volvió a intentarlo pensando con más intensidad, pero nada ocurrió.
-¿Pero qué demonios...?
Entonces sintió que su ropa y su cuerpo se volvían rígidos. Se miró las manos y descubrió atónita que se le habían vuelto de metal. Aquello era muy parecido a cuando Soul se transformaba en guadaña a medias y un brazo se le convertía en una cuchilla afilada.
Las giró, observándolas y arrancándoles reflejos plateados bajo la luz de la luna. Eran de un material tan brillante y pulido que hasta podían usarse como espejo. Se le ocurrió mirarse en ellas la cara, y lo que vio la hizo soltar un grito de sorpresa y espanto.
Maka se giró horrorizada hacia su compañero, que la observaba en silencio.
-¿Soul, por qué me está pasando esto?-le preguntó angustiada, negándose a aceptar la realidad.
El chico se limitó a responderla con una mirada seria.
-¿No lo entiendes, Maka? Ahora tú eres el arma.
Continuará…
¡Hola y encantada! Me llamo Ana y lo que acabas de leer es uno de los dos capítulos de los que constará mi primer fanfic de Soul Eater. Será un two-shot y, como tal, acabará en el segundo capítulo, que no tardaré en subir (ya lo tengo escrito a sucio ^^).
¡Nos vemos!
