Disclaimer: Los personajes de FMA no me pertenecen, son propiedad de Hiromu Arakawa.
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Él es un chico respetuoso, un caballero en formación que había crecido rodeado de mujeres con sinuosos y reveladores trajes sin mostrar ni la más mínima falta de respeto... Entonces no entiende que pasó... Sólo sabe que en verdad no lo pudo evitar:
Llevaba viviendo en la casa Hawkeye hace unos dos años y lo habían acordado hace algunos meses atrás pero recién habían podido darse el tiempo de ir juntos a un picnic al pie del lago; llevaron una pelota sus trajes de baño bajo la ropa y partieron caminando, hablando y sonriendo (por supuesto él más que ella) como los buenos amigos que eran. Llegaron, comieron, descansaron y se dispusieron a jugar en el agua con el balón. Así que se quitaron la ropa para quedar en bañador.
Primera mala idea del día. Allí empezó el problema, nunca la había visto a Riza en bañador.
Cuando él recién había llegado a casa la veía como una niña pequeña, quizás algo extraña por lo callada y madura que era.
Luego al conocerla más pensó en considerarla como una pequeña hermana, pero algo en su interior no le cuadraba al pensamiento fraternal así que decidió mentalmente catalogarla como una amiga más, como las amigas que tenía en su antigua escuela en central o en la de su localidad actual, pero claro, mucho más especial.
Pero ahora se había quedado turbado. Era la primer vez que la veía sin los holgados y aniñados vestidos que solía llevar, ahora usaba un bañador, que aunque discreto, hacia entrever que su cuerpo ya no era el de una niña, que estaba cambiando. Intentaba no verla aunque sus ojos iban hacia ella mientras esta doblaba su ropa después de sacársela... 'Así que su amiga ya tenía senos, pequeños pero los tenía... Y también sus caderas se habían ensanchado y se acentuaba su retaguardia...'
–¡No! -Gritó el azabache al ver por donde iban sus pensamientos-
–¿Qué sucede Señor Mustang? - preguntó algo sorprendida la rubia?- ¿Se olvidó de algo?
—Eh... Sí sí... -Adujo nervioso aprovechando que ellale dio sin querer la excusa perfecta- Pero ya no importa - añadió y para que la chica no le preguntara que era decidió adelantarse al lago.
Ella lo observo seguir, de hecho llevaba rato observandolo. Era la primera vez que lo veía sin camisa y eso algo dentro de sí había alterado... Además el pantaloncillo de baño le quedaba algo ajustado a su amigo, supuso por lo que había crecido considerablemente en el tiempo que llevaba de huesped en su casa, y por ello se le marcaba cierta estructura de cuya interesante existencia sabía solo gracias a los dibujos y explicaciones de las clases de anatomía del colegio. Sacudió su cabeza sonrojandose aún más, ella no debía pensar en esas cosas, en especial de su amigo... Era una falta de respeto hacia él que era un caballero que nunca pensaría de ella algo así.
Todo se fue olvidando con el frescor del agua que les llegaba ligeramente arriba de la cintura, a medida que jugaban a lanzarse la pelota y realizaban competencias de nado; la rivalidad y las risas ayudaron a normalizar y amenizar el momento.
Hasta que para variar un poco se les ocurrió la brillante idea de jugar a quitarse el balón a como de lugar. Segunda mala idea del día.
Los roces de parte y parte fueron dandose entre la lucha por el dominio del balón haciendo que a la mente de ambos regresen los pensamientos que tenían antes de entrar al agua.
Hasta que en un instante ocurrió un roce en particular hizo a Roy dejarla ganar dando por finalizada la disputa.
–¿Qué ocurrió Señor Mustang? - Preguntó ella algo agitada por el juego y algo asustada por el acto de su amigo, Roy no era de los que perdían a propósito-
—No, nada... Es que ya me cansé... - mintió el muchacho. - se está haciendo tarde, ve a secarte y vestirte que tenemos que volver a casa o tu papá se enojará-
Por el tono tan seco que usó Riza se preocupó y dejando a un lado el balón se le acercó paso a paso.
Roy, sonrojado se alejaba caminando hacia atrás, pero ella ya ceñuda sospechando algo aumentó la velocidad y quedando de frente prácticamente pegada a él puso un índice acusatorio en el pecho masculino dispuesta a saber qué mosca le picó... Hasta que viendo a su rostro y luego de reojo abajo, abrió los ojos sorprendida notandolo.
Por la cercania algo firme comenzó a hacer presión contra su pelvis.
Ambos quedaron en shock, colorados cual tomate, unos segundos que parecieron horas hasta que Riza tartamudeando rompió el hielo.
—Tiene razón... Ya se está haciendo tarde.. Me adelantaré a hacer la cena.
Dicho esto salio del agua lo más rápido que pudo, sin secarse se puso su vestido, cogió sus cosas y partió sin mirar atrás dejando a un joven Mustang totalmente abochornado de la inesperada reacción fisiológica de su propio cuerpo.
No quería ni pensar en el lío que se había metido ni en como iba a ver a la cara a su amiga desde ahora... Prefirió seguir nadando para que el calor corporal que emanaba bajara con lo frio del agua.
Bien lo habían indicado en el colegio y él tan tonto creyendo que por su refinada educación iba a ser la excepción, las hormonas de la pubertad no perdonaban.
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Este es el primer fic que publico de esta pareja, mas no el primero que escribo. De hecho estaba escribiendo otro para un concurso de una pagina de fb y se me ocurrió este.
Quiero hacer uno o dos capítulos de continuacion ya un poco más fuertes pese al tabú que puede implicar al ser narrados en su etapa de menores. Sin embargo es vital recordar que es una etapa de cambios donde las hormonas están a flor de piel y la sexualidad se hará manifiesta por la libido.
Espero mentes abiertas.
Saludos.
