Onnichan

Onnichan: pensamiento


Prólogo:

Kinomoto Touya, con una expresión cansada, se encontraba entrando en su apartamento en el centro de Tokio por el que ya había estando viviendo por dos años, desajuntando su corbata y poniendo su saco en una de las sillas de su recibidor mientras se dirigía a sentarse pesadamente en uno de sus muebles en frente de una pantalla de televisión de 20 pulgadas.

Si, Kinomoto Touya a pesar de tener solo 28 años ya era un exitoso arquitecto y eso se demostraba por el lujo que se podía observar en su departamento de dos pisos con una vista incomparable de la cuidad, esa y su atractivo físico era una de las razones por las cuales era uno de los solteros más codiciados de toda la cuidad, sin embargo eso mismo era la razón por sus expresión cansada la cual ya era común vérsela en las noches.

Eso era porque Touya acababa de regresar de una cita del cual su buen amigo Yukito le había hecho el gran favor de conseguirle - ¿Qué gran favor me hiciste Yuki? – pensaba sarcásticamente el moreno, dejando escapar un gran suspiro, ya que esta no era la primera ver que su gran amigo había preparado una cita para él, argumentando que ya era tiempo de que sentara cabeza, sin embargo las únicas mujeres que se habían acercado a su mujer ideal habían sido su hermana Sakura y madre Nadeshiko, las cuales por obvias razones no podía tener una relación, lo malo era que Yukito no lo sabía, así que como buen amigo que era no se daba por vencido en su búsqueda de conseguirle una compañera a su amigo de infancia.

Sin embargo Touya no pudo seguir dándole vueltas al asunto ya que casi da un salto del susto al sorprenderse cuando escucho como el timbre de su apartamento sonaba sin parar, dejando escapar una maldición por lo bajo mientras se acercaba pesadamente a la puerta esperando que no fuera su cita que lo había seguido – no como si fuera la primera vez – pensando con desagrado, abriendo finalmente la puerta – si… - no terminando la frase cuando repentinamente se encontraba tendido en el suelo con alguien abrazándolo fuertemente - ¿Pero qué…?... ¿Sakura? – y en efecto abrazada fuertemente a él se encontraba su pequeña hermana la cual al escuchar su nombre levantó su rostro mostrando sus grandes ojos verdes que se encontraban rojos por lo que estaban llorando a la vez que mostraban una terrible tristeza - ¿Qué te paso? – preguntando con clara preocupación.

Minutos después ambos se encontraban sentados en el sillón de las sala, siendo el mayor de los Kinomoto que abrazaba a su hermana menor con infinito cariño y consuelo mientras sus muñecas se encontraban blancas por la fuerza que estaba ejerciendo mientras las apretaba – ese maldito, sabía que no podía confiar en él – no ocultando ni siquiera un poco la rabia que lo carcomía en el interior y no saliendo a matar al sujeto solamente porque su hermana lo necesitaba.

-Mis amigas y hasta Tomoyo me dijeron que lo habían visto con otra mujer, pero me negaba a creerles – mostrando en gran tristeza y entrecortada voz – pero como creerles onnichan, luego de todo lo que había pasado con él – su hermano asintió aunque odiaba al mocoso nunca se le cruzó por la mente que le haría algo como eso a su hermana, simplemente no lo comprendía, pero eso no bajaba ni un poco el odio que se sentía por el en estos momentos – pero hoy, hoy lo vi yo misma, se estaba besando con una mujer, a mitad de la calle y luego esa mujer me vio y solo me sonrió con burla – escondiendo su rostro en el pecho de su hermano mientras trataba de borrar aquel recuerdo sintiéndose un poco mejor al sentir como su hermano la abrazaba un poco más fuerte – me siento tan cansada.

Touya asintió mentalmente, tomando a su hermana por la cintura para cargarla delicadamente, como había hecho tantas veces en el pasado cuando ha esta le ocurría algo, llevándola con paso lento a su habitación, en el cual en el pequeño recorrido Sakura nunca objeto o replico, para ser puesta delicadamente en la cama de dos plazas de su hermano, mientras este hacía lo mismo no preocupándose en cambiarse de ropa y rodeaba su cintura con cariño fraternal.

Sakura se sentía mejor, ya que habían pasado varios años desde que su hermano la trataba con tanto cariño, pero había algo que le preocupaba desde la escena que había visto - ¿Onnichan?

-Si Sakura-

-¿Acaso no soy lo suficientemente buena o hermosa? – sintiendo como su hermano empezaba llevarla contra su pecho y ponía su mentón sobre sus cabellos.

-No seas tonta Sakura, para mi eres la mujer más hermosa y buena del mundo, y ese sujeto no supo darse cuenta de lo que tenía es un idiota, ahora es mejor que descanses y olvides lo que sucedió – acomodándose un poco y no preocupándose por que su hermana se había quedado callada durmiéndose a los pocos segundos ya que se sentía muy cómodo por alguna razón con aquella joven mujer en sus brazos.

Para Sakura era lo contrario, ya que al escuchar las palabras de Touya su corazón empezó a latir como loco sin que ella supiera porque y no se daba cuenta que se había formado un leve sonrojo en sus mejillas, para finalmente dormirse por el cansancio mientras tenía una ligera sonrisa.

Ambos no lo sabían pero esa pequeña frase haría que hubiera un cambio en su relación.