Nuevas raíces.
Un ser estaba mirando en el coliseo viendo las estrellas de la noche. Este ser era un hombre de 1.87; piel blanca; posee unos lentes gruesos que tapaban sus ojos; una ropa elegante de color naranja con una corbata del mismo color; y lo más extraño o llamativo era su cola, que era un gris metálicos.
Él estaba mirando al cielo después de que estos días fuesen entre interesantes y extraños a la misma vez, ya que uno de los sirvientes llamado Sebas, cuando exploro por las ordenes de él, no estaban en el pantano donde la tumba debería estar, ya que estaban en un espeso y a su vez peligroso bosque, que habían animales de tamaños casi gigantescos, tuvo que detener a esa guardiana antes de que llamase la atención de esa aldea por coleccionarlos a esos animales de tamaños gigantescos. Desde ese día, donde de forma extraña aparecieron en este bosque, pasaron tres días.
El hermano de del guardián, la misma que quería cazarlos, oculto la tumba debajo de la tierra y a su vez ocultando la única entrada/salida que tenían en un gran árbol, para si es necesario salir a explorar y encontrar alguna especie de información.
Este hombre suspiro y se retito de ahí caminando hacia un lugar especial, el lugar donde los seres supremos se reunían.
Cuando llego ante la sala, donde era una mesa redonda y a su alrededor habían varias silla, más específicamente 41 sillas de sus 41 seres supremos, pero en este momento estaban completamente vacíos acumulando polvo, aunque los sirvientes lo limpiaban, lo último era más un decir. Él fue a una dirección especial dentro de la sala, donde había un báculo de oro con varias gemas encima de ella. Antes, por estrategia y leve preocupación, intentaron moverla, aunque sabía que era una especie de deshonra ante sus señores, sabía que era una estrategia útil. Sabía que las defensas, después de estar en medio de un bosque de un minuto a otro era máxima, aun había-aunque muy pequeña-posibilidad de que alguien lo suficientemente listo o tonto para entrar a esta sala, aunque en ese momento no la pudo mover por sí mismo, llamo al ser más fuerte de la tumba y no lo pudo mover, ni siquiera la movió ni cinco centímetros. Así que su teoría era de que solo uno de sus seres supremos eran los únicos que lo podían mover y a su vez utilizarlo.
"Aunque lo quisiese moverlo para mantenerlo seguro, así sin las cosas" pensó, mientras se ajustaban sus lentes.
Antes de salir, pudo ver como algo amarrillo esconderse debajo de la mesa, pero no le prestó atención.
Cuando salió de la sala, pudo ver a uno de sus compañeros de piso, principalmente del sexto, estaba al frente de él, aparentemente buscando a algo.
Ella tenía el pelo rubio; piel blanca; el ojo derecho de un azul y el otro de un amarrillo verdoso; tenía la camisa blanca, pantalón blanco, los brazos de un rojo parecido de una escama de un dragón y unos guantes marrones; zapatos de punta de color marrón y lo más interesante de ella era que tenía orejas largas, que era una elfa oscura.
- ¡Hey Demiurge! – llamo la muchacha, corriendo hacia él.
- Dime Aura-san – dijo, acomodándose sus lentes mientras le prestaba atención.
- Bueno… - ella se rasco su cabeza un tanto nerviosa – Es que estoy buscando a Mare, que se escondió después de ver la pelea ante la Pecho falsos y yo. Me preguntaba si la vistes por aquí.
Demiurge pensó un poco, recordando la cosa extraña de color rubio que vio en la sala minutos atrás – Creo que está en la sala, aunque no te confíes.
- ¡Arigato! – ella corrió hacia la sala.
Él suspiro, ya que todos estaban, como dijo una vez su compañero, el mismo que intento moverlo antes el báculo, comento que la tumba, sin uno de los seres supremos dándoles ordenes, estaban entre nerviosos y tensos, ya que muchos piensan que posiblemente uno de sus seres supremos estén alguna parte afuera perdido o, en el peor de los casos, herido afuera, aunque los pocos exploradores que salían dijeron lo contrario, que no lo encontraron en ninguna parte, aun cabía esa posibilidad.
Tanto buena como mala.
Él se iba, hasta que otra de las guardianas, o como Aura le decía Pechos Falsos, estaba caminando hacia él con una expresión entre molesta y cansada. Pudo escuchar como gruñía "Rubios molestos".
- ¿Otra vez? – pregunto sin pensarlo.
- ¡Voy a arrancarle toda la sangre a esa enana pechos planos! – grito enojada, haciendo reír falsamente a Demiurge ante esa circunstancias, aunque también era su único centro de entretenimiento ver la pelea entre esas dos cuando él estaba presente.
Eso y también a su líder.
Cuando él se iba a irse, pudo escuchar como alguien corría de forma desesperada hacia su dirección. Giro su cabeza para ver que el hermano de Aura estaba presente delante de él con una respiración muy pesada.
- Mare, si buscas a Au/¡Demiurge-san! – pudo escuchar el grito de Aura detrás de él, aunque molestaban que le griten, sabía que ella no era una elfa de sufijos serios, pero solamente utilizaba eso en circunstancias serías-o al frente de los seres supremos-.
- ¿Pasa algo? – pregunto interesado, viendo como si ella diese una buena carrera.
- E-El báculo – dijo, con poco aire en sus pulmones.
- Si lo ensuciaste otra vez, sabes que Albedo te/¡Desapareció! – grito, deteniendo a Demiurge.
Los tres miraron a Aura, hasta casi los lentes de Demiurge se caían en el suelo.
No sabía si catalogar esto algo interesante o MUY preocupante…mejor lo último.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Perdido.
Era la única palabra que tenía la mente después de entrar en una especie de hueco de un árbol gigantesco, quizás la más grande que ha visto de su joven vida.
Él estaba, como lo llamaban antes de lanzarlo dentro, el "Bosque de la muerte", era un lugar que debió ser su fin desde que lo lanzaron aquí dentro después de recibir una de sus varias palizas que casi siempre tiene todos los días, con excepciones cuando su, autoproclamado Ji-Ji, iba a visitarlo.
Aunque solo eran falsas esperanzas para él.
Cuando entro aún más dentro del gran árbol, impresionándose por el espacio tan espacioso adentro. Para su sorpresa, el suelo en vez de ser tierra con corteza, había piso de piedras. No lo pudo analizar mejor ya que escucho varias pisadas, una de ellas casi parecida como pasos de un pájaro lo suficiente pesado para escucharse y otro más hueco, como su fuese metálico.
Sin saber quién o quienes pueden ser dueños de esos extraños pasos, se escondio en una especie de bulto de corteza que sobresalía del piso de piedra. Cuando pudo fijar el dueño de esas pisadas, pudo ver para su gran sorpresa que no eran animales, ni siquiera humanos.
Una de esas cosas, si no se confundía, era una mujer envuelta de plumas de sus brazos; con un escote grande y cabeza humana como el de un cuervo.
El otro era un poco más grande como esa mujer pájaro; portaba una especie de armadura de color azul que se pereciera más o menos como un escarabajo, fue lo único que vio de ese ser de tamaño casi gigantesco.
El joven se escondió aún más dentro de ese bulto, tapándose la boca para no hacer ninguna clase de ruido, mientras temblaba de nerviosismo y miedo "¿E-Ellos lo enviaron por mí?" pensó asustado, mientras cerraba los ojos, pensando que todo era un mal sueño. Peor los abrió después de que un leve brillo interrumpiese sus pensamientos. Vio cómo su mano derecha de la nada aparecía una especie de báculo de oro. No pudo contemplar ese extraño…suceso, ya que pudo escuchar un grito de la nada de un hombre.
Sin pensarlo, soltó el báculo y corrió hacia más adentro del extraño lugar pensando que lo estaban buscando.
Ya estaba cansado.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
- ¡Cucytus! – grito Demiurge, llamando la atención del ser de la armadura como a su vez de la mujer pájaro.
- ¿Qué pasa? – pregunto, aunque su voz se notaba un tanto gruesa, solto aire frio – Si es otro insecto que entro, no utilizare uno de mis martillos como un mata-moscas – dijo gruñendo, ya que ayer entro un gran insecto de ese bosque, y utilizaron su martillo en ese momento para aplastarlo. Aunque fue la idea de la de Pechos Falsos de aplastarlo, él como castigo utilizo uno de sus finos vestidos como trapo para limpiar la sangre.
- Mejor ni me lo recuerdes – dijo, molesta por ese suceso.
- Eso no es lo importante – dijo Demiurge muy serió – Tenemos algo más importante que simplemente un insecto de gran tamaño. El báculo desapareció.
- ¡¿Cómo?! – grito sorprendido – Si yo no lo pude mover, com… - se cayó después de hallar la indirecta del comentario.
-Exactamente, solamente un ser puede mover el báculo, sin estar al frente o no.
- Significa que uno de nuestros seres supremos está aquí – dijo una nueva voz femenina. Todos se voltearon para ver a una mujer de vestido blanco con un adorno tipo telaraña en su pecho; un báculo en sus manos; piel blanca; cabello azulado con toque de un morado oscuro; guantes grises; ojos amarrillos; y lo más llamativo de ella era un par de alas negras en su cintura.
- Puede ser e/¡Entonces mi amor será compartido por nuestro señor! – interrumpió la mujer, con una cara, antes sería ahora con una expresión de enamoramiento.
- Si claro, boca de gorila – dijo la mujer vampira, moviendo su mano de forma muy despreocupada.
- ¡Que dijiste pechos planos!
- ¡Lo que escuchaste, fenómeno! – grito nuevamente.
Las dos se acercaron, para después recibir un golpe mutuo de cabeza gracias a Demiurge, con una expresión de aburrimiento.
- No tenemos tiempo para su ridícula pelea, Shalltear, Albedo. Ahora tenemos que/¡Demiurge! – grito Mare, con mucha preocupación. Todos miraron y, para su gran sorpresa, ahí en el suelo estaba el báculo, que era el centro de su preocupación.
- Muy bien – dijo, no tan segura, Aura ante lo que veían – Sí ahí está el báculo ¿el dueño donde está? – todos asintieron, y a su vez la única dirección posible era adentrarse más adentro en la tumba.
- Avaricia, quiero que lo busques y nos avises, posiblemente esta aturdido y atacara – la mujer pájaro chillo y fue a su dirección corriendo – Síganme – dijo Demiurge y todos asintieron. Pero antes de que pudieran dar el primer paso, pudieron escuchar un grito, pero un grito humano.
- ¿Qué mierda? – pregunto Shalltear ante ese grito.
- Tengo un mal presentimiento – dijo y corrió hacia esa dirección siendo seguido por todos.
Cuando llegaron, vieron que, muy tembloroso y asustado niño de cabellera rubia y harapos casi de muy mala calidad estaba delante de él, posiblemente huérfano, aunque lo más interesante era sus marcas en sus cachetes.
- Déjenmelo a mí – dijo Shalltear viendo al niño mientras lamía sus labios y mostraba un poco sus dientes afilados, asustando aún más al joven. Antes de que pudiese caminar, la mano de Albedo lo interrumpió.
- No lo hagas, quizás él vio a nuestro ser supremo pasar por aquí y/¡A-Aléjense de mí! – grito el joven, y para la sorpresa de todos, el báculo que dejaron atrás apareció en su mano derecha, dando todo su resplandor y poder ante ellos.
- I-increible – dijo Demiurge sin creerlo y en estado de shock.
Todos vieron como el joven se levantaba para irse corriendo del lugar, para después en ese mismo instante sus ojos iban a atrás en su cabeza y caía al suelo. El único que reacciono rápidamente ante su caída fue Demiurge, que lo agarro antes de su caída.
Iba a decir algo, pero vio que en su boca salía un poco de sangre, asustando bastante de que su ¿señor supremo? Estuviese herido o lastimado ante lo que paso antes o en el bosque - ¡Llamen a Lupusregina, ya! – grito, levantándose del suelo y correr hacia los aposentos personales de uno de sus seres supremos.
Ahora si estaba preocupado.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Sabía que se había desmayado, después de recibir una paliza de su propio hogar y la comida envenenada que le daban, su cuerpo y mente no lo soportaron y sucumbió al suelo, esperando el frio y rocoso suelo ante esos seres extraños que estaban delante de él. Lo último que sintió era un par de brazos, posiblemente los brazos de su futuro verdugo.
El pequeño movio su cabeza de un lado a otro después de sentir como algo brilloso y extraño estaba encima de él. Abrió un poco sus ojos para ver a una mujer de piel levemente morena; cabello de color rojo con mechas redondeadas; ojos amarrillos; una vestimenta de sirvienta de color negro y un gorro. Ella tenía sus manos extendidas mientras que brillaban de un color amarillo encima de su cuerpo.
La mujer, aparentemente sabiendo que estaba despierto, le dio una sonrisa que mostraba seguridad y cariño – Me alegro que estés bien – dijo alegre la mujer – Eres un niño precioso – dijo, aunque su voz sonaba casi…extraño como su sonrisa pícara.
Se pudo escuchar un leve tosido, haciendo inflar sus cachetes - ¿Cómo está? – pregunto que, para el joven, la nueva voz.
- Estable – ella se levantó y se fue de la habitación – Aunque tengo que hablar después – ella se retito de la habitación.
El joven movió su cabeza para ver el dueño de esa voz masculina, y para su sorpresa era el mismo ser que estaba acompañado de las mismas personas que lo perseguían.
Demiurge, sabiendo lo que pasaba-o creía-levanto sus manos demostrando estar vacías, pero aun no quitaba esa mirada de nerviosismo en sus ojos – Tranquilo, mi lord – dijo, con una voz calmada, ya que no tenía ninguna experiencia en niños, era la mejor opción que Albedo o Shalltear, ya que al primer instante lo matarían con un abrazo, y lo que paso horas atrás le preocupaba mucho más.
- ¿L-Lord? – pregunto muy confundido, con una voz tan temblorosa como un tempano de hielo - ¿Q-Quien e-eres? – pregunto, notándose muy nervioso ante la situación en que estaba.
- Soy Demiurge, mi lord, aunque no sé el tuyo – dijo, ya que según Yuri es mejor tener una actitud bondadosa y, en cierto punto, amigable para que el niño no se asustase más ya de lo que estaba.
El joven, en vez de decir algo, se acostó más en la cama y se tapó completamente con la sabana.
- ¿Mi lord? – pregunto un poco preocupado, pero no recibió respuesta.
Él suspiro y se levantó de la cama para irse, pero antes de salir, le comentó algo – Si quieres algo, ellas harán lo posible de cumplirlo – finalmente salió del cuarto.
Cuando salió, pudo ver a dos de las seis de las pleiades afuera del cuarto, ya que ellas tenían órdenes de cuidar y mantener un ojo al pequeño lord.
La primera era una mujer de piel blanca; cabello negro; ojos azules y tenía su ropa negra de sirvienta. Era Narberal.
La segunda es de piel blanca; posee anteojos; ojos amarrillos; y como Narberal, poseía su ropa de sirvienta. Su nombre era Yuri.
- Ya saben que hacer – las dos le dieron una reverencia y entraron al cuarto.
Suspiro, fue un díe entre interesante y agotador…más por lo último.
Él se movilizo hasta llegar donde estaba los otros guardianes de pisos. Vio que además de Lupusregina y sus compañeros presentes en ese momento, vio el único guardián que faltaba que estaba afuera explorando en la aldea humana por órdenes de Albedo-aunque Demiurge le aconsejo tener información acerca de esa aldea-.
Era un hombre que, a pesar de su edad avanzada, era un hombre que podía rivalizar en sentido de la fuerza a cualquiera de ellos, hasta inclusive Cocytus; poseía, a pesar de ser un guardián del décimo piso, un traje de sirviente varón; una barba arreglada; piel blanca; y ojos negros.
- Muy bien, estamos presentes aquí ¿Hay algo malo con nuestro pequeño lord? – pregunto Demiurge.
La mujer, aunque todos conocían su actitud un tanto salvaje, se preocuparon un poco ante su mirada entre triste y melancólica – Hai – respondió – Revise que en su cuerpo tenían heridas pasadas, como a su vez huesos quebrados, aunque están sanos, pudo sentir las cicatrices por esas heridas. Dudo que él estaba en un combate anterior.
Albedo tenía una expresión cabreada, pero fue tranquilizada por si misma sabiendo que su señor y amor de su vida estaba sano y a salvo, pero su último comentario la dejo curiosa - ¿Por qué lo dudas? – pregunto, aunque la respuesta que recibió no le gusto.
- Él es un niño humano, él no combatio en un combate, y según Yuri, fue abusado.
- ¡¿Quieres decir que nuestro señor no cambio de cuerpo y este no pertenece a ninguno de nuestros seres supremos?! – se quejó impresionado Cocytus ante tal información nueva.
- Si eso es verdad – dijo Demiurge, con una expresión pensativa – eso significa que ese pequeño es un descendiente tocado por nuestros seres y él nos ordenara que hacer, pero ¿Por qué un niño? – pregunto. Él aceptaba, aunque fuese un poco, que pudiese ser un adolecente o un adulto, pero ¿un niño? Sobretodo alguien tan pequeño como él. Aunque jamás dudaría de las decisiones, tanto físicas como divinos de sus seres, estaba impactado ante esto ¿acaso él es el nuevo descendiente de sus seres supremos?
Todos giraron para ver a Albedo, para tener una idea en que planeamiento pudiesen hacer, pero para su sorpresa ella no estaba, y para el susto de Demiurge sabía por dónde se iba a dirigirse - ¡Deténganla antes de que haga algo tonto! – dijo preocupado y todos corrieron para perseguirla.
La siguieron para ver que ella estaba a punto de atravesar por via aera la puerta, quizás para entrar de forma brusca suponiendo que las dos no la iban a dejarla entrar por órdenes de Demiurge.
Demiurge, en un golpe de velocidad, puso en medio entre ella y la puerta, para después detenerla y pudo escucharla gritar que su lord la necesitaba - ¡Albedo, basta! – grito Demiurge - ¡Si haces esto, nuestro lord desconfiara de nosotros, necesitamos tiempo y no lanzarnos a lo estúpido! – Albedo suspiro y se detuvo de su pelea.
- Vale – Demiurge la soltó, pero para su sorpresa, ella se lanzó y rompió la puerta, para encontrase…¿vacía?
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Yuri suspiro aliviada.
Aunque ella estaba desobedeciendo completamente a Demiurge de quedarse en el cuarto de abajo junto con su lord, pero ella sentía un leve presentimiento y se mudaron de habitación, más específicamente uno de arriba, aun con las quejas de Narberal de por medio.
Ella giro su cabeza para ver que, a su lado acostado, estaba su lord durmiendo, o eso lo que aparentaba. En realidad su lord estaba despierto fingiendo dormir, aparentemente esperando que las dos se fuesen sin recibir ninguna orden, pero lo que le preocupo era que cuando ella lo estaba cargando era como su él estuviese peleando contra algo que lo iba a golpear hasta matarlo, aunque su compañera tenía una actitud de comparar a humanos con insectos, su pequeño lord era la excepción, ya que se notaba una leve sensación de cariño por su lord. Aunque no sabía al cien por cien si era por lo débil que era o por ser un pequeño lord…o quizás ambas.
- ¿Por qué? – durante todo el tiempo que ellas dos estaban, era la primera vez que él hablaba algo delante de ellas.
- Estamos aquí para obedecer cualquier petición suya, lord – dijo, queriendo acariciar su melena rubia, pero después de sentir su toque se retorcía levemente.
- No soy importante…debí morir – las dos se miraron en sus ojos con un leve mirada de preocupación, pero su petición-más para Yuri-la asustaron – Matéenme.
- ¿Qué? – pregunto Narberal bastante choqueada ante su petición. Antes de que alguien pudiese hablar, el lord se levantó de la cama de golpe y, con lágrimas en sus ojos, miraron a los ojos de las dos.
- ¿¡Por qué hacen esto a mí, no soy nada importante y soy un bueno para nada?! – grito, para la sorpresa de las dos.
El joven bajo la mirada y se acostó nuevamente en la cama – L-Lo siento…y-yo – una de las sirvientas se sentó al lado de la cama y acarició suavemente su cabello y, no como la otra vez, no se tensó.
- Eres importante, eres un ser supremo que hará levantar en todo su expresión a la Tumba Nazarick ante el mundo. Tú eres importante, pequeño lord – dijo Yuri, aun siguiendo acariciando su cabello de forma relajada.
- …Naruto Uzumaki – dijo después de un incómodo silenció después de la declaración.
- Es un bonito nombre, Naruto-sama – ella quito su mano de su cabeza, pero después Naruto hizo una petición que si estaba a su alcance.
- ¿P-Pueden quedarse en cama c-conmigo? – pregunto muy nervioso ante respuesta de las dos.
Las dos, aunque un tanto confundidas ante esa petición, asintieron mirándose entre sí.
Yuri, ya que estaba en el lado derecho, acostó a la espalda de Naruto y por su tamaño se tuvo que bajar un poco para que su cabeza estuviese encima de sus pechos.
Mientras que Narberal se acostó en el lado izquierdo, agarrando sus pequeñas manos para que la abrasase en su espalda y apoyaba su cabeza debajo de su mentón.
- Buenas noches, Naruto-sama – dijeron a la misma vez, mientras miraban como su lord estaba durmiendo de verdad.
Bajo la gran Tumba de Nazarick.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Nota 1: creo que este es el primer fic en español de este manga/anime/libro ¿verdad? Bueno, tuve inspiración después de leer un fic y ver el anime y el manga (y estoy por ahí pensando si leer el libro, ya que está más largo).
Nota 2: Ya saben, lo de siempre. Vayan a la bibliografía de un reto one-shot de pokemon, dejen sus reviews, favoritos, ect. Sayonara, se despide Hotday
