Many Nights in Tokyo
Autor: Ibrahil.
Fandom: CWRPS – Supernatural / Natsuume Yuujinchou / RPS Japanese Actors.
Parejas/Personajes: Jared Padalecki/Jensen Ackles – Ian Somerhalder – Julie McAdams– Jeffrey Dean Morgan – Samantha Ferris – Alona Tal – Jim Beaver – Alan y Donna Ackles – Yuu Shirota.
Rating: NC-17
Palabras: 18.800
Warning: Underage (Cambios de edades por parte de Jared hasta los 10-27) Death Character (por todas partes)
Categoría: AU/Fantasía/Uso intense de muy mala mitología japonesa/Una frikada de una friki para otra
Disclaimer: Aquí.
Resumen: Jensen es un arquitecto que debe viajar a Japón, cuando era niño sufrió de una golpiza que le dejo en coma y al borde de la muerte. Lo que no sabe es la verdad tras su recuperación, y el como un médium estrafalario, Jared Padalecki, vera a través de su alma para hacerle saber la verdad.
Nota de Autora: Te amo, babyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy vane_chan6 no tengo suficientes corazones para ti :( solo tengo uno, y este fic :) que es todo tuyo y todo tu culpa, sin ti no lo hubiera escrito. Hay muchas cosas aquí que sabes que son solo para ti, bueno el fic es tuyo :D considéralo de tu propiedad tuya y solo tuya. Feliz cumpleeeeeeeeeeeeeeeeeeee mi otra mitad, mi media naranja, mi Sammy, mi Jared, mi Ian, mi Jo, mi Dean embarazado, mi Jared vampiro, mi Jay esclavo, mi bebe en fin :X
La canción que inspiro el fic: Her Name Is Alice por Shinedown
Nota de autora dos: Este fic tiene un monton de dibujos, si los quieren ver los conseguiran en mi journal.
Capitulo 1 Historia.
Universidad de Cornell – Ithaca, Nueva York
Capilla Sagrada
1 de Marzo de 2005
Día lluvioso. Martes y día lluvioso, es su cumpleaños. Nadie a su alrededor lo sabe, ni siquiera los dos o tres miembros de Sphinx Head que están sentado en las bancas frontales. No es de extrañar, el no los conoce, pero la insignia que cuelga de sus sacos les da una clara idea de que forman parte de su misma sociedad secreta.
Sociedad secreta. ¿Quién lo diría?
Ha estado en Sphinx Head por tres semanas, ya se consiguió una visita del líder que le manifestó lo orgulloso que estaba de tenerlo entre sus filas, como si fueran guerreros o algo, pero SH es mucho mejor, como cien veces, que Quill & Dagger.
No es un republicano, a duras penas soporta la charla de su padre de política o de su hermano Josh dando su punto de vista, se lleva bien con su familia si, pero es un artista liberal y no le importa si la política de Crimson es nada de artilugios metálicos en el cuerpo. Incluyendo el piercing que tiene entre su dedo corazón y su dedo índice.
Su madre siempre le dijo lo extraño que era, desde que cumplió los cinco y despertó del coma en el que llevaba cinco meses, su comportamiento cambio, no estaba interesado en cosas banales como los demás niños, solo quería sentarse en un escritorio y dibujar, hacer diseños, y dejar la vida afuera de las cuatro paredes de lado.
La actitud que adopto luego de su despertar le ha durado hasta ahora, con algunos leves cambios que no lograron cambiar la matriz del problema que su madre decía que tenía. Era callado, le gustaba el silencio y tener un lápiz entre los dedos, moviéndolo de un lado a otro sobre un papel blanco. No esta demás decir que desde los cinco años y medio sabia que seria un arquitecto.
En el paso de su adolescencia no hizo muchos amigos, siempre le conocieron como el chico que anotaba las jugadas mas impresionantes para las Llamas de Richardson y quien hacia obras de teatro benéficas y quien había diseñado el centro de atención al estudiante. Ese era Jensen Ackles en el colegio, un chico que no hablaba más de lo necesario y que tenia un romance con el lápiz y el papel.
Cuando entro a Cornell no fue una sorpresa para sus padres, estos lo esperaban con ansias, aunque no por eso fue menos gratificante. Jensen lo celebro con una sonrisa y volviendo a su habitación a terminar con su diseño de una perfecta iglesia portátil. Si, sus inventos no eran todos como las grandes catedrales de parís. Y Jensen tenía una obsesión por las catedrales.
Era todo culpa de su madre, no en el mal sentido, pero cuando Alan le pidió que por favor comenzara a llevarlo a la iglesia, sudoroso y con lágrimas sin derramar en sus ojos, Donna sospecho que algo iba mal, pero no pregunto, decidió confiar en su esposo. Llevo a Jensen todos los domingos a la parroquia de Richardson, y lo llevo a la catedral de Dallas y a una iglesia en Houston cuando fueron de visita a una de sus hermanas. Donna lo hizo católico consumido, al igual que la religión calaba en ella también.
El aprendió a rezar antes de hacer matemáticas, pero después de hacer mediciones. Era la razón por la que llevaba un relicario en forma de cruz colgado en su cuello.
En la universidad, perteneció a la Comunidad Católica de la misma, pero nunca fue un gran fan de los discursos, así que se limitaba a sentarse detrás de todos y rezar en silencio. Eso era lo que hacia hoy, en un día lluvioso, el día de su cumpleaños.
Nadie había venido desde Richardson ha visitarle, nadie de Texas en realidad. Tenia a Danneel, su compañera de habitación mas no de carrera, que le había regañado un pastelito de durazno a medianoche, pero el pastel no le había durado mas de veinte minutos, igual, no le gustaban muchos los presentes.
":D Ya me voy a casa, vienes?"
El mensaje de Danneel era corto, pero formo un escándalo estruendoso en la iglesia cuando lo recibió, había olvidado silenciar su celular, así que con las mejillas pintadas de rojo, salió del centro religioso y se dirigió con paso lento a la entrada.
"La misa aun no ha terminado, estaré aquí un rato mas, te importa?"
"Por supuesto que si, mama esta aquí, TU mama"
Aparentemente, estaba errado, a alguien le importaba – a parte de Danneel – que fuera su cumpleaños, un martes lluvioso un día antes de su graduación.
Universidad de Cornell – Ithaca, Nueva York
Sibley Hall
2 de Marzo de 2005
El día soñado.
El día soñado de su vida por casi cuatro años y medio; el día que había estado esperando desde que se sentó en su salón de clases y conoció a su profesor de mediciones.
Era una persona inexpresiva, pero las personas a su alrededor podían decir que hoy estaba feliz, tenia una sonrisa en su rostro y la mirada le brillaba con emoción que no podía comprender del todo. Danneel decía que era algo normal, pero el no le creía, no era normal en alguien como el.
El Salón Sibley había sido su casa por cuatro años, se rumoreaba que estaba embrujado, pero… Jensen no creía en fantasmas, no era así de estúpido, y si la gente le decía que los había, el las desacreditaba y seguía su camino.
Mack solía burlarse de el.
— Pareces un jodido aristocrático. – le había dicho una vez luego de que esta le enseñara su record escolar, donde un fuerte 06 era lo mas horroroso que alguien de dieces podía haber visto jamás.
—No lo soy. – respondió, pero paso días pensando si de verdad era tan frio y perfeccionista.
Un arquitecto debe serlo, preciso, frio, metódico.
No quiere ser así.
—No quiero ser así.
Su madre le esperaba en su habitación la noche anterior, tan hermosa como siempre. Ahora le observa desde las sillas desplegadas por todo el gran salón de Sibley.
—Que suertudo eres. Después de todos estos años de lamentarte en una esquina, tu graduación es casi en tu cumpleaños y con tu madre y tu hermana. – Danneel le dijo al oído todo eso antes de entrar al gran salón, palmeándole la espalda con una sonrisa.
Y tal vez es un poco borrosa, pero el solo recuerda haberse quejado de su familia dos veces con Dani, una estando borracho, y la otra una noche que había peleado con su padre por una tontería.
Las peleas en su familia no eran comunes, pero le hacían cuestionarse su existencia.
Y ahora, en esa tarde noche, se llego a preguntar que estaba haciendo con su vida; tal vez ser arquitecto no era su camino sino la elección de alguien mas. ¿Pero quien? El era quien había hecho todas las decisiones que había tenido que tomar, el había trazado su existencia, había entrado en Cornell por su cuenta, en la mejor universidad para arquitectos que existía.
Crimson era su próximo destino, y ya había conseguido una plaza que le ayudaría a quedarse al menos tres años como empleado de la misma. Crimson era, en resumen, el gremio de arquitectos ingles al que todos querían pertenecer.
Desde que comenzó a desarrollar su pasión por el diseño arquitectónico, su padre le hablo de Crimson, y de Jeffrey Dean Morgan, el jefe principal del gremio. Su padre le lleno la cabeza de ideas y Jensen se trazo superarlas, pero ni el mismo consideraba que todo era culpa de su progenitor, puesto que este lo de menos que deseaba era que su hijo se convirtiera en lo que hoy estaba por convertirse.
Un arquitecto.
—Estoy tan orgulloso de ti, cariño. – susurro Donna, abrazándole y acariciando la base de su cuello con sus uñas pintadas de melocotón. El sentimiento era mil veces mejor que antes, como si el pasado quedara anulado por el brillo de su alegría.
Estaban sentados en las escaleras exteriores, Danneel hablaba animadamente con Mack sobre cosas de chicas, y el estaba allí, teniendo un momento para relajarse en los brazos de su madre.
—Gracias, mama. – y Dani le ha dicho que se lo permite solo por esta noche, que esta en su derecho y no sabe que tontería mas, aunque la muy puta esta por reírse cuando una lagrima solitaria escapa de sus ojos, de cansancio, de regocijo, es solo una lagrima.
Parte del plan esta completo, diría su padre si estuviera allí.
Es casi injusto que después de todo ese alcohol que haya consumido, y que la resaca pase, le perdone, a su padre, por no venir. Josh puede ir a joderse.
— Asi que, gran hombre, ¿Cual es el siguiente paso ahora? – Danneel pregunta de forma burlona, alzando una ceja y dando un bostezo, esta colorada de todo el ponche que bebió.
—Siguiente paso, presidente de Crimson. – le dije, alzando su copa vacía hacia ella. Su madre ríe, pero se le nota orgullosa.
— ¿Te quedaras en Crimson toda tu vida? – ella no parece creerle. – eso es raro, pensé que diseñarías para tu patria. – esta bromeando, y el solo responde con otra broma.
A las tres de la mañana, ambos están ebrios y su madre en un avión de vuelta a Texas con su hermana.
Danneel le habla de cosas existenciales al borde de su cama, y Jensen va por la quinta copa de Whisky, es su ultima noche juntos en esa residencia, antes de entregarla a alguien que seguramente destruirá su hermoso mural de Acklestopia, ese que había dibujado en la pared en una tarde de aburrimiento y que cada mes le agradaba un detalle nuevo.
Extrañaría su hermoso mural.
— ¿Solo el mural, cabrón? – gruño Danneel dando la vuelta en la cama y alcanzando una almohada para lanzarle.
—Te extrañare a ti también, sobre todo el sexo. – balbucea debajo de la almohada.
— ¿Te refieres al sexo experimental? – ella se ríe de su propio comentario.
—Si, fue gracioso. – le dice, bosteza y se queda dormido.
Va a extrañarla.
Dublín, Irlanda
2011
Decir que Europa esta siendo invadida silenciosamente por los asiáticos es mas bien decir poco, muy poco a decir verdad, así que el trabajo que acepto hace apenas diez horas, no es tan sorpréndete como lo hubiera sido hace algunos años. El que lo elijan hoy para el proyecto es mucho menos extraño de lo que debería ser, el sabe que es el mejor, modestia aparte.
Después de seis años trabajando para Crimson, Jensen forma parte de los tres arquitecto de cabecera y ha ejecutado proyectos tan impresionantes como bizarros algunos; nadie creo en el cuando llego recién graduado, y ahora le veneraban casi hasta el extremo de que si pedía que besaran el piso bajo sus pies, eran capaces muchos de los arquitectos que le precedían de hacerlo.
Fue la mejor promesa de Cornell, y ahora es la mejor arma de Crimson. Lo que no solo es bueno para el, sino para el gremio en si. Sin el, esta claro que el gremio ya estaría en bancarrota, debido a la fuerte crisis económica europea y americana, incluso sus propias accionas iban en picada.
Era el orgulloso dueño del Hotel Buen Marie, que había pertenecido a uno de socios de Crimson y que había terminado en sus manos después de un contrato bien hecho con la familia del difunto. También poseía una taberna que había remodelado a su gusto y era socio de un bar a las afueras de Londres.
Vivía en Dublín desde hacia cuatro años, todo por su deseo de conocer el resto de la campiña inglesa, había terminado mas allá en Britania.
Cerca de donde vivía había al menos os castillo en ruinas, y eso le bastaba para sentirse a gusto con el lugar. Allí llevo a cabo la creación de su casa, de la que se sintió orgulloso hasta la ultima piedra, el mismo la diseño, especialmente para el y para nadie mas; era la arquitectura de la que mas estaba orgulloso. Hasta Arquitectural Digest le había reservado un artículo cuando había tenido la oportunidad de dar una larga entrevista.
Era famoso en el mundo de la moda, aunque ni el mismo lo creyera, no solo por su atractivo sino por su gran aporte al diseño del cuarto festival que celebraba la semana de la moda en Paris, oh Paris, adoro cada segundo que paso en esa mágica ciudad.
Había sido portada de Vanity, y había sido victima de un escándalo que lo había forzado a descubrir su homosexualidad.
—Lo siento, mama. – le dijo por teléfono cuando esta le pidió la verdad.
Con los años, su personalidad calculadora había quedado de lado, ahora era… mas cálido y gentil, y tenia sentimientos que no sabia de donde había sacado. Si, ahora era tonto y capaz de reírse de una broma que no tenía absoluta gracia.
—No estoy enfadada por eso, cariño, me molesta que nunca me lo habías dicho.
Se entero de su homosexualidad con Danneel, la primera vez que ella intento incitarlo a tener sexo no funciono, y de allí las mujeres se hicieron completamente in-atractivas para el.
En su paso por Crimson tuvo muchos amantes, ni uno solo se quedo en su cama por mas de una noche, pero con ellos aprendió a descifrar los misterios de su sexualidad. Como los sentimientos para empezar.
Se sintió devastado, y eso era decir mucho, cuando la misma revista que meses antes había pedido por una entrevista, termino enzarzándole en un escándalo con una modelo brasileña, aunque no le afecto tanto como cuando uno de sus clientes le retiro el pedido de diseñar un gran edificio por ser "gay".
Cada vez que lo recuerda suspira.
Así que la casa en Dublín le había venido de maravilla, mucho más hermosa de lo que había planeado cuando la diseño, era su mejor trabajo.
Dublin, Irlanda
Suburbio de Rathgar
25 de Octubre de 2011
Tenia una reunión con Jeffrey Dean Morgan, el jefe de Crimson, quien le explicaría los detalles del trabajo que se le había asignado para dentro de dos semanas… dos semanas para dejar Dublín atrás por lo que seria un largo año, si la construcción no se detenía por problemas.
Japón no era el país más habitable después del tsunami, pero aun era, sin lugar a segundas opiniones, el país que mas rápido se había recuperado de su tragedia.
Así que construir era una gran idea, si después de todo le pagarían mejor que cualquier empresa europea.
—Es un día muy especial. – dijo Morgan al verlo entrar, esta vestido elegante como es lo usual.
Jeffrey Morgan era el jefe que muchos querían tener, aunque entre esos "muchos" no se encontraba nadie que estuviera empleado en el Gremio Crimson.
Era una persona exigente, un hombre fornido y de expresiones tan severas como su actitud ante el mando de un gremio tan importante, lleno de sorpresas aun después de los seis años que Jensen llevaba trabajando para el. Cuando se enfadaba parecía el diablo en persona, pero en días como este, tenia la apariencia de un padre, sereno.
Le saludo con una palmada en la espalda y una sonrisa ligera. Orgulloso de su "chico".
—Gran día. – dice Jensen a modo de respuesta devolviéndole la sonrisa y la calidez recibida.
Siempre que tienen un trabajo importante, Morgan le cita aquí, no a las oficinas en el centro norte de Dublín, sino aquí, a su loft privado, con piscina y una mujer diferente cada vez, sentada en las sillas reclinables tomando el sol.
Esta vez es una morena pechugona, que luce mucho como Samantha, la ex diabólica de Morgan.
Samantha fue la esposa de Jeffrey desde que este estaba en Cambridge, y a pesar de todos los años juntos, cuando la mujer descubrió que el hombre la había engañado, dejando embarazada a una de sus amantes, no se detuvo hasta dejarle sin nada mas que el gremio. Lo demás, todas las pertenencias de Morgan, las vendió al primer postor y se compro una casa en Malibú.
También, Samantha fue la única mujer de Jeff que Jensen llego a realmente conocer, y saber que en el fondo, Jeff aun la amaba.
—Gran día, grandes cosas para ti, mi amigo. – le da una segunda palmada en la espalda, y con esta le saca todo el aire de los pulmones. – eres un niño aun, pero estoy seguro de que podrás manejarlo.
— ¿Manejarlo? – no se molesta a replicar a ese ultimo comentario como otros lo harían. Conoce a Jeff y todos los años de diseñar que el hombre tiene encima.
—Trabajaras con los japoneses. – dice, y Jensen piensa que Jeff de verdad cree que eso explica todo.
— ¿Y? – y allí esta la mirada de "¿eres idiota o que, chico?" que le da cuando tiene que explicar algo mas detalladamente.
—Es sobre que trabajaras con cuatro arquitectos secundarios, que no hablan ingles y que antes que todo te trataran como un inepto por robarles su trabajo, pese a que se muestren gentiles y serviciales. Así que, ¿Qué nos deja eso? – deja la frase a medias para que Jensen la continúe, y oh mierda, Jensen sabe como termina.
—…tengo que aprender el idioma, ¿cierto?
—Las costumbres, horarios, fechas nacionales y normas de convivencia. La vieja escuela. – Morgan sigue hablando y Jensen tiene la ligera impresión de que se ha quedado muy lejos en la conversación, exactamente en el día que acepto ese trabajo.
Idiomas, es bueno aprendiéndolos, sabe francés lo suficiente como para ir a Versalles sin preguntar una dirección, como para hacer el recorrido de bares que hacia Hemingway, también por su cuenta.
El alemán es su segundo idioma, fue tan fácil de aprender que no le extraña en lo absoluto el que cuando viaja a Berlín, todos le confundan con un local. El español e italiano vinieron después progresivamente, y el ruso fue jodido de aprender, duro un año en esa tarea penosa y aunque lo habla, no tiene puta idea de cómo escribirlo o leerlo.
Pero japonés…nunca ha estado en su repertorio, sabe lo mismo de ese idioma de lo que sabe de física cuántica.
—Intento siempre comprender tus silencios. – la voz de Morgan le da escalofríos, es tan ronca y profunda que no parece ser el quien habla.
— Es parte de mi encanto. – responde, sonriéndole de forma traviesa.
—Supongo que lo es… - eso es todo lo que le dice Morgan, pero no hay sonrisa en sus labios que fuerce sus palabras, no hay en su rostro nada que muestre diversión.
Debe ser su imaginación fluida que lo lleva a ver una sombra de pena en la expresión del hombre mayor.
Dublín, Irlanda
Casa Ackles, Closet
28 de Octubre de 2011
Llega a su casa del bar The Dragon con una sonrisa satisfecha en el rostro, ha tenido sexo en un baño público y esta seguro de que no lo volverá a hacer, pero la experiencia fue gratificante.
Tiene una lista larga de cosas por hacer en su casa antes de marcharse, como pagarle a alguien para que cuide sus plantas… o quizás solo las deje morir y se compre unas nuevas, no quiere que nadie se lleve nada de su casa.
La fecha exacta es un año y seis meses, tendrá que empacar un montón para sobrevivir, seguramente los tres metros y medio de espacio cuadrado que representa su closet.
Al entrar a su closet, las voces en su cabeza se detienen.
Es el lugar mas seguro de toda su casa, es su salida de emergencia, su sala antisísmica, y donde diseña sus ideas mas brillantes; donde todo es sobre el y nadie mas, donde el mundo exterior no puede herirle.
La verdad es que cuando Jensen esta rodeado de personas que esperan lo mejor de el, no sabe como actuar. Es como un mini ataque al corazón, pero nadie nunca lo nota, que es una persona segura y a la vez insegura. No tiene sentido.
—Mi vida no tiene sentido. – susurra a la nada que le acompaña.
Nirvana, así no tan originalmente le llamo al closet, tan patético es que le gusta colocarle nombre a todo lo que crea con cariño. Es quisquilloso y ordenado, bastante paranoico y quizás un poco loco, hasta el punto de asegurar que en su mini mansión, todo, absolutamente todo cambia de lugar y esta seguro de que no es a voluntad del señor.
— ¿Sabes que pienso? – le dice a la maleta de cuero, la misma que usa para todos sus viajes. – que los duendecitos de los que Dani solía hablar me persiguieron aquí. Son probablemente irlandeses y para nada chistosos.
Es casi escalofriante como para probar sus palabras, el cajón de calcetines se abre solo, rodando fuera como jalado por alguien. Jensen no se inmuta, no es lo peor que le ha pasado en la casa.
Jake, del departamento de sanidad de Dublín, le había dicho en una de sus visitas que Jensen era demasiado raro, y que cosas raras pasaban a su alrededor.
El problema con Jensen es que no es crédulo, solo cree lo que ve – algo raro para un avocado católico – y si alguien le dice que su casa esta embrujada, sin rechistar les dirá lo loco que esta.
No cree en fantasmas, espíritus, demonios o fuerzas malignas, solo cree en si mismo y en Dios. Eso. Simple.
Empaca su ropa de estar en casa rápidamente, con eso no tiene problemas, su ropa es toda igual, colores marrones y negros, nada blanco. Odia el blanco, y solo lo viste para sus trajes, de los cuales tiene cientos en la sección de ropas elegantes.
Ese proceso de escogencia es mas arduo y termina llamando a su madre, no por nada en especial, solo quiere hablar con alguien que no lo mande a la mierda, ni a el, ni a la diferencia horaria.
—Hola, cariño. Pensé que me habías olvidado. – de trasfondo la voz de su madre tiene un identificable reproche, que basta para hacerlo sentir como una mierda.
—Lo siento, mama, he estado ocupado, tengo un nuevo proyecto. – le explica, su espalda resbala por la pared lisa del closet, se siente como colocar sus pies en la pila de ropa sucia.
— ¿Un nuevo proyecto? – ella pregunta, puede escucharla poniéndose la bata sobre los hombros y la voz de su padre preguntándole con quien habla.
—Si, aun mas lejos que Paris. – casi escucha el asombro en la exclamación susurrada de su madre. – voy a Japón.
Pasan unos segundos, y para cuando su madre habla, ya el corazón de Jensen martillea en su costado desbocado.
— ¿Japón? Pero… cariño, tú no sabes japonés. – si, lo obvio. - ¿Por cuánto?
—Un año y unos pocos meses, con suerte solo será eso, y no te preocupes, me las arreglare.
—Deberás hacer un curso para aprender el idioma… y practicar antes de dar instrucciones…
—Si, por eso me voy dentro de unos días, Morgan me ha dicho que tengo tres meses para diseñar el edificio antes de que los arquitectos y el ingeniero principal lo necesiten, y también aprovechare para… intentar aprender.
—Sera algo duro, Jensen, no te sobres fuerces. - ella sabe que decirle algo así a el es casi hablar en vano. Primero, porque el es de los que perfectamente no obedece a ese tipo de instrucciones y segundo, Jensen siempre se sobre esfuerza en todo lo que hace.
—Lo se, mama. - palabras de compromiso es lo que son.
—Apuesto que me llamaste porque no sabias que traje empacar, ¿Cierto? - tiene una sonrisa suave en sus labios.
Algunas veces le asusta, le aterra, que le conozca tan bien.
Dublín, Irlanda.
Aeropuerto Internacional de Dublín.
3 de Noviembre de 2011
El aeropuerto de Dublín esta tan atestado de personas como siempre, lo odia en el sentido más odioso de la palabra, no se siente a salvo en ellos, mucho menos cuando le registran minuciosamente, se siente violado.
Ya bastante frustración lleva desde el día anterior como para soportar esto. La chica que debía entregarle la visa a Japón, le indico a altas horas de la noche, que se la habían negado. El aviso le hizo llamar a Morgan, que llamo a un amigo y esa fue la única forma de que pudiera abordar hoy su avión, que salía en aproximadamente diez minutos.
Las maletas estaban entregadas y selladas, y se encontraba cómodamente sentado en la sección de primera clase, con la cortina escondiéndole de miradas curiosas; aunque a estas alturas casi todos sus acompañantes de vuelo dormitaban en sus asientos.
La oscuridad no le dejaba ver el cielo my bien, aunque la hora no se prestaba para eso. Eran menos de las tres de la mañana y con algo de suerte, estaría a las dos de la tarde en el territorio del sol rojo, específicamente, en el aeropuerto de Tokio.
Fue cuando una amable azafata le pregunto si quería algo para dormir, que noto que algo faltaba, con el peso vacio sobre su pecho.
Su relicario no estaba.
Algún Punto entre Corea del norte y el Mar de Japón.
3 de Noviembre de 2011.
Esta soñando de nuevo.
Con el paso de los años, el saber cuando ha caído en el vacio de la inconsciencia se ha vuelto una tarea fácil, algo que aprendió por la mera curiosidad, o quizás para saber que en realidad no estaba a punto de morir y todo era un producto de su falible imaginación. Pero este sueño en particular, es uno que ya se sabe de memoria.
Mas que un sueño, es su mente recordando una vivencia que el no recuerda, es un recordatorio vivo de quien es y el porque.
Es el sueño del día en el que volvió a nacer, según palabras de su madre.
Los psicólogos dicen que el bloqueo los recuerdos de ese día, lo que nunca llegaron a saber estos es que Jensen si, no recordaba, pero su mente si lo hacia, aunque para ese terrible momento de su vida, no era mas que escenas de una terrible película.
Hace veinte años, la familia Ackles vivió una de sus peores tragedias, su hijo mediano, Jensen, fue goleado hasta el borde de la muerte por un hecho tan estúpido que no valía la pena sacar a colación.
Sus costillas rotas y su pierna fracturada no fueron rivales para el trauma en su cabeza y como este lo llevo a un coma de cinco meses.
Cinco meses en los que su madre, por poco enloquece de dolor, descuidando por completo a sus otros dos hijos. Pero entonces, un día, cuando una repentina tormenta caía sobre Richardson, Jensen despertó.
No tenia señales de trauma craneal, ni de ninguna herida del accidente, y eso le basto a Donna para volver a sonreír.
Jensen no recuerda nada de eso. Ni siquiera una ligera sombra de cuando sucedió, piensa que quizás eso tenga que ver con que todos sus recuerdos de antes de los diez años hubieran desaparecido como por arte de magia.
Como decía su madre, realmente volvió a nacer.
