Solo se oía una suave y melancólica melodía. Quizás por eso lloraba el chico que la tocaba.
Allen Walker lloraba la pérdida de un ser querido pero… ¿Quién? No lo recuerda. Solo le quedaba algo de su pasado en su mente y era esa melodía.
Detrás del joven, en un sofá, había una especie de duende, una niña y un paraguas muy raro. Ellos eran su ¿familia? No sabía el significado de esa palabra o quizás lo había olvidado.
Llevaba meses en aquella habitación blanca como su mente y, aunque los demás insistían en sacarlo, el no salía de aquella sala. ¿La causa? No la recuerda. Y es que su corazón le dice que debe hacer algo. Por mucho que pensaba no se le ocurría nada.
Y por las noches soñaba un recuerdo de aquella época en la que tenia amigos: un chico herido, un akuma poderoso, un portal del arca, él dejándolo caer, la puerta destrozada y un susurro que nadie escucho:
"Solo un poco… ¡aguanta!"
No recordaba nada más, ni siquiera su cara o donde lo dejo caer, pero eso no evitaba que una palabra cruzara su cabeza:
"¡Espérame!"
Bueno os agradezco que perdierais vuestro tiempo con esto.
Se aceptan halagos y tomatazos.
Ja ne!
