¡Hola a todos y todas!, les traigo mi quinto fic, si se abran dado cuenta está basado en Shingeki no kyojin, al principio quería hacer un crossover, pero luego se me ocurrió esta historia, tal vez suba el crossover cuando esta historia esta más avanzada, si ya han visto SNK, sabrán de que va, y notaran las diferencias y los sutiles parecidos, y los que no lo han visto no es necesario que lo vean, ya que este no es crossover, es una adaptación, bueno les dejo el primer capítulo, dentro de 4 días subo el sgte, espero que lo disfruten y les guste, he tratado de hacer esta historia con la cantidad menos posible de off, así que los personajes no perderán su esencia.
Enjoy!
Aclaración: Bleach y Shingeki no Kyojin pertenecen a sus respectivos autores, yo solo tomo a los personajes para esta adaptación.
1.-Caida de Karakura parte 1
El sol empezaba su ascenso por el azul y limpio firmamento donde algunas nubes tan blancas como el algodón lo surcaban mientras una numerosa bandada de aves se dirigía hacia algún punto fuera de las murallas. Las murallas, aquellas construcciones casi sagradas, que los protegían de los peligros del exterior, los protegía de ellos: los titanes.
El viento sacudía los cabellos de un niño que corría por la pradera en compañía de un perro de pelaje color miel ,el sol los iluminaba a ambos mientras saltaban y jugaban entre el follaje, lo que más llamaba la atención de aquella escena era el naranja cabello del niño y su amplia sonrisa, ¿y porque no debía tenerla?, gracias al cielo aquel niño ni tuvo que conocer la vida llena de miedo con que vivían los humanos antes, ya no, gracias a las murallas que habían dado 100 años de paz y tranquilidad a los últimos hombres y mujeres que quedaban sobre aquella tierra.
-¡Eh Ichigo!- exclamo otro niño, de cabellos castaños, iba corriendo hacia el niño pelinaranja.
-¿Si Keigo?
-Eh, espera.- contesto Keigo tomando aire, había venido corriendo desde Karakura.- Ichigo, tu padre ha regresado, tu madre me ha mandado a llamarte.- dijo Keigo emocionado.
-¡¿En serio?! , vamos de una vez Keigo.- respondió Ichigo igual de emocionado.
Los dos niños empezaron a correr rumbo al pueblo de Karakura, un tranquilo y pequeño pueblo de cazadores y agricultores, ubicado dentro de la muralla Maria.
-Eh Kon, no te quedes atrás, ven, ¡papá ha venido y nos podrá leer el libro!- exclamaba Ichigo emocionado llamando a su mascota que se había quedado persiguiendo a una ardilla.
El perro que había estado rascándose la oreja hasta ese momento después de perder de vista a la ardilla, se contagió de la alegría de los dos chicos, y se puso a correr tras ellos, soltando alegres ladridos.
-Ichigo, ¿crees que tu padre no se molestara si le pedimos que nos lea el libro?- pregunto Keigo mientras corría al lado de Ichigo.
-No, papá es igual a nosotros, él es un hombre de ciencia, también anhela ver el mundo exterior, ¡de seguro nos lee el libro!- respondió el pelinaranja emocionado.
-¡Mira, ya estamos llegando!- respondió Keigo alegre mientras ya empezaba a divisar los techos de las casas y graneros, Keigo volvió a gritar pero no obtuvo respuesta, paro la carrera, y volteo, Ichigo estaba parado sobre la colina por al que acababan de pasar, y parecia contemplar algo con asombro.- ¡Ichigo!, ¿Qué haces ahí?- cuestiono Keigo.
-Keigo, ¡Ven!, ¡mira, están pasando los del escuadrón de reconocimiento!.- exclamo el niño pelinaranja emocionado mirando con devoción a aquel grupo de hombres y mujeres que pasaban por aquel camino, parecían estar de salida porque no llevaban ni un herido, aunque algunas de sus caras parecían de personas que ya se consideraban muertas.
-¿Por qué están tan asustados?- pregunto Ichigo mirando a algunos de los soldados del escuadrón
-Es que les da miedo salir, afuera hay muchos titánes, ¿porque crees que solo regresan la quinta o la cuarta parte de los que se fueron? , es porque los titánes se los comen.- respondió Keigo.
-Si es verdad, pero no me importaría enfrentar a los titánes, si es que puedo ayudar a la victoria de la humanidad y conocer el mundo exterior.- respondió Ichigo viendo hacia el horizonte.
-Es verdad, pero de todas formas es verdad también que nadie se quiere encontrar con un titán.- respondió Keigo.
-Bueno ya vamos, ¡tenemos que hacer que mi papá nos lea el libro!.- exclamó Ichigo recuperando su alegría infantil.
-¡Sí!, ¡Vamos!- respondió Keigo echando a correr hacia el pueblo.
Los dos niños y el perro comenzaron a correr hacia el pueblo, estaban muy alegres, el refrescante viento agitaba sus ropas y sus cabellos; a lo lejos Ichigo avisto al abuelo de Keigo, parecía estar buscándolos.
-Eh Keigo, ahí está tu abuelo, seguro nos esta buscando para darnos el libro.- dijo Ichigo.
-Sí, es verdad.- respondió Keigo alegre.
Los dos niños aceleraron al carrera para llegar hasta el noble anciano. El abuelo de Keigo era un hombre ya mayor de 64 años, tenía una blanca cabellera y vestía ropas gastadas, pero a pesar de su apariencia, era un gran conocedor de la naturaleza y un hombre muy reflexivo y educado, él les hubiera leído el libro, pero ya no alcanzaba a leer las pequeñas letras de aquel antiguo texto.
-¡Abuelo!- exclamó Keigo sonriente mientras levantaba la mano para que su abuelo lo localice, su abuelo era el único familiar que le quedaba después de que sus padres fallecieran.
-Keigo, ¿dónde te habías metido muchacho? , los he estado buscando para darles el libro, me he enterado que tu padre ya regreso, ¿verdad Ichigo?.- pregunto el abuelo de Keigo.
-Sí, así parece, todavía no lo he visto.- respondió el pelinaranja.
-Bueno, aquí tienen niños, pero recuerden un libro le puede mostrar mil cosas, pero lo importante es solo tomar las mejores, no vayan a cometer una locura y quieran salir afuera de las murallas, no al menos ahora que están chicos, Ichigo, ¿tú te querías unir al escuadrón de reconocimiento? ¿Verdad?- pregunto el anciano
-Sí, yo quiero unirme al escuadrón de reconocimiento y ver el mundo de afuera.- respondió Ichigo
-Eh, no seas insensato muchacho, no te digo que no te unas, pero debes pensarlo bien, recuerda que muchos de los que salen ya no regresan….
-Lo sé, pero ellos van porque se les ordena y tienen miedo, en cambio yo iré porque quiero ve el mundo de fuera y ayudar a la victoria de la humanidad.- respondió el pelinaranja con un extraño brillo en sus ojos.
-Jajajaaj, me sorprendes muchacho, serás grande, estoy seguro, gracias a ti la humanidad dejara de vivir como ganado y nos convertiremos en los cazadores.- respondió el anciano sobando la cabellera naranja de Ichigo.
-Ichigo vamos a ver a tu papá.- dijo Keigo que sostenía el libro muy emocionado.
-Vayan de una vez, y cuidado con mostrar el libro a alguien más, bueno adiós, cuídate Keigo, no le causes problemas a los Kurosaki.- dijo el anciano hombre sobando la cabeza de su nieto.
-¡Que te vaya bien abuelo!- exclamo Keigo mientras la silueta de su abuelo se alejaba del pueblo.
Keigo e Ichigo retomaron la marcha hacia la residencia Kurosaki, la cual era una casa mediana de dos niveles, no era ni muy obstentosa ni pobre, era lo ideal para el medico del pueblo.
En la puerta ambos niños divisaron a Isshin Shiba Kurosaki, era un hombre alto y atletico, tenía el cabelllo negro y corto, Isshin era el medico del pueblo, pocos pueblos se podían permitir el lujo de tener un medico, la mayoria de los pocos autenticos médicos que quedaban y no estaban en el ejercito, se establecían en las ciudades "Sereitei" de las murallas interiores, las ciudades "Sereitei" eran ciudades amuralladas y fortificadas que se ubicaban alrededor de las murallas mas grandes, ahí se concentraban las actividades comerciales, pero Isshin era una persona con una ética enorme, prefiriéndose quedar en ese pueblo Karakura, a pesar de su prometedor destino junto al rey en los distritos interiores, se decidio quedar ahí, por una razon, su esposa; Masaki Kurosaki, la mujer que lo salvo un día y del cual quedo perdidamente enamorado, una mujer solidaria valiente, fuerte y decidida ademas de extremadamente hermosa, ella hizo que Isshin dejara su prometedor futuro y se quedara a vivir al lado de ella y ayudar a los campesinos y agricultores.
-¡Papá!- exclamo Ichigo con una amplia sonrisa dibujada en su infantil rostro, su padre al verlo se agacho y lo levanto en peso.
-Ichigo, ¿Qué tal, ¿Cómo has estado?.- pregunto Isshin mientras cargaba a su hijo.- Oh, ¿pero que tenemos por aca?.- pregunto Ishin viendo a Keigo.- ¡Pero si es Keigo Asano!.- se respondio Isshin cargando también al muchacho castaño.- ¿Qué quieren par de lobos?.- pregunto Isshin.
-Señor Isshin, mi abuelo nos ha dado este libro, dice que tiene mucha información sobre el mundo de fuera, dice que es un libro de gerofia.- respondió Kiego.
-Geografia.- corrigio Isshin riendo.- ¿Quieren que se los lea?.- pregunto el alegre hombre.
-¡Si!.- respondieron los dos niños al unísono.
-Bien, entremos a casa, debo comer y dejar mis cosas, ¿Quieres comer con nosotros Keigo?.- preguntó Isshin.
-No se preocupe señor.- respondió Keigo.
-Oh vamos, hasta un lobo como tú debe comer, ¿no?- respondió Isshin.- anda entremos.
Isshin entro a la vivienda seguido de los dos pequeños, Kon se quedó afuera persiguiendo a unas gallinas. En la vivienda se encontraba Masaki, era una mujer muy hermosa de cabellos iguales a su hijo, estaba preparando el almuerzo cuando oyó la voz de su esposo y su hijo.
-¡Isshin!, ¡Ichigo!- exclamo Masaki alegre abrazando a su esposo y pellizcándole la mejilla a Ichigo.
- Eh Keigo, que gusto que hayas venido, justo había cocinado mas, ¿Cómo esta tu abuelo?.- preguntó Masaki mientras movía el contenido de una olla, el cual olía estupendamente bien.
-Está bien, justo ahora se ha ido a Shingashina, a conseguir unas medicinas que le ha pedido el Señor Isshin.- respondió Keigo.
La comida trascurrió entre conversaciones y bromas alegres, cuando terminaron de comer, tocaron la puerta.
-¿Quién será?- se interrogo Masaki yendo a abrir la puerta.
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Un modesto carruaje marchaba por un camino flanqueado por frondosos árboles y de campos de follaje alto y hermosas y coloridas flores que eran agitadas por el viento, el camino por donde iba era un camino secundario, que se dirigía hacia los pueblos de Karakura y Naruki.
El modesto carruaje era conducido por Byakuya un hombre de rasgos aristocráticos, pelinegro de larga cabellera, alto y atlético, dentro del carruaje viajaba una niña menuda de cabellos azabache, Rukia Kuchiki, que iba contemplando las flores y aves que reboleaban alrededor del camino, estaba pensativa. ¿Por qué papá quiere que llevarme a conocer a la familia del señor Kurosaki?, se pregunta la pequeña, mientras se imaginaba a si misma comiendo los ricos pasteles de la señora Yoruichi, Pero no, ahora ella estaba en aquel camino rumbo a un pueblo al interior de la muralla María, al menos estaba feliz porque su papá le había dicho que la señora Kurosaki cocinaba mejor que la señora Urahara, pero Yoruichi le había prometido invitarle un pastel para ella sola ,bueno pero ella debía obedecer a su padre, era el único familiar que le quedaba…., Rukia se olvidó de estos pensamientos y se puso a imaginar cómo serían los hijos de la familia Kurosaki, su padre le había contado que el Señor Isshin y la señora Masaki tenían 3 hijos, uno de su misma edad y dos gemelas 4 años menor que ella, bueno y solo quedaba esperar según su padre faltaba poco para llegar al pueblo de Karakura.
El viento agitaba los cabellos de Byakuya, que raro nunca había habido tanto viento en aquella zona, bueno, debo seguir.- pensó Byakuya mientras el viento agitaba su cabellera.
A lo lejos vio las primeras casa del pueblo, Karakura era un bonito pueblo, casi una pequeña ciudad, pero lo más importante era que allí vivia Isshin Kurosaki, un hombre al que le debía tanto…, sin querer termino pensando en ella, su esposa, Hisana, la madre de Rukia, ella ya había fallecido hacia 2 años, pero gracias a Isshin su viejo amigo, pudieron evitar que esto hubiera sido mucho más antes, Hisana era una mujer de naturaleza muy enfermiza, por circunstancias extrañas o debido a su origen, había contraído una rara enfermedad, la cual se agudizo después de que diera a luz a Rukia, Hisana estaba tan enferma, hasta que lo visito Isshin, un viejo amigo suyo, ambos se pusieron a trabajar en encontrar una cura o un remedio a es enfermedad, gracias a Isshin pudieron encontrar un tipo de hongo, que estimulaba el sistema inmunológico para que atacara a la enfermedad, era una cura provisional, pero sirvió, Hisana vivió 7 años más junto a ellos, y vio crecer a Rukia que ahora tenía 9 años, por eso le estaba tan agradecido a ese hombre, porque pudo permitir a su esposa vivir tiempo suficiente para estar con su hija, su adorada Rukia.
Según sabia Byakuya, los Kurosaki tenía un hijo, era el mayor, Byakuya quería ver que tal era ese niño, tal vez sea alguien digno para Rukia; el por su carrera podía adquirir una enfermedad en cualquier momento y no quería dejar en el desamparo a Rukia, por eso, buscarle un compromiso desde ahora era lo más sensato, claro que primero debía ser aprobado por Byakuya y luego ver como se relacionaba con su hija; pero eso no era el único motivo de su visita a los Kurosaki también quería ver a sus viejos amigos Isshin y Masaki.
Karakura seguía como Byakuya la recordaba, había pasado poco más de 4 años desde su última visita, los tejado guinda lo recibieron al igual que los frondosos árboles y bellas flores que lo rodeaban, un pastor llevaba a sus ovejas hacia alguna parte mientras varias personas iban y venían, el sol en lo más alto, los iluminaba dándoles sus cálidos rayos. Kuchiki, detuvo el carruaje en la puerta de la casa de los Kurosaki, se bajó del puesto del conductor bajo a su hija.
-Papá, ¿aquí viven la familia del señor Kurosaki?- pregunto la niña mientras su padre la bajaba del carro.
-Sí, aquí viven, pronto los conocerás, también a sus hijos.- respondió Byakuya sonriéndole a su pequeña.
-¡Genial!; papá, que bonita casa tienen los Kurosaki, se parece a la nuestra.- respondió Rukia sonriente.
-Sí, tienes razón; bueno creo que es hora de llamar, ¿tocas tu o yo?.- pregunto Byakuya.
-Toca tu papá, eres más fuerte.- respondió la niña.
-Tú también eres una niña fuerte Rukia, bueno entonces yo toco.- respondió Byakuya tocando la puerta de madera, sintió pasos adentro, lo salió a recibir Masaki la esposa de Isshin.
Rukia observo a la señora que había salido a recibirlos, era una mujer muy hermosa, los abrazo a ambos y les sonreía, parecía estar muy alegre de verlos a ella y a su padre, la sonrisa de la señora era sincera así como la de la esposa del Señor Urahara, la señora los hizo entrar a la vivienda, que se parecía mucha a la suya en la ciudad Trost, en la vivienda estaba un hombre alto y pelinegro y dos niños, uno que parecia normal y otro que la sorprendió, era un niño con el cabello de color naranja, estaban subiendo a hurtadillas por las escaleras.
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Ichigo había terminado de comer, ayudo a su mamá a recoger los paltos, la comida había estado deliciosa, terminó de ayudar a su madre, y regreso junto a Keigo y a su padre.
-Bueno par de lobos, vamos tenemos algo que hacer, ¿no?.- pregunto Isshin en un tono de complicidad con ambos niños.
-¡Sí!- respondieron ambos muy contentos.
-Eh Isshin, pobre de ti que les estés contagiando tu locura a este par.- le dijo su esposa fingiendo seriedad.
-¿Queee?, ¿Cómo se te podría ocurrir eso mi vida?, ¿acaso desconfías de tu atractivo, fuerte y adorado esposo que te ha acompañado por casi 10 años?, ¡¿acaso ya no me quieres Masaki?! , ¡Por favor dímelo de una vez!- pregunto Isshin lloriqueando y sobreactuando al propósito.
Masaki solo rio por las ocurrencias de su esposo y solo atino a jalarle la oreja y darle un beso.
-Idiota, no tienes remedio.- respondió Masaki sonriendo.
-¡Bien!, ¡Masaki me sigue queriendo!- exclamo alegre Isshin.
Los presentes solo rieron mientras Isshin les reclamaba sobre porque se reían de sus emociones, cuando en ese momento tocaron la puerta.
-Yo voy Isshin, tu anda a hacer lo que tengas que hacer con ese par.- respondió Masaki dirigiéndose a abrir la puerta.
Cuando la hermosa mujer abrió la puerta se sorprendió, eran Byakuya Kuchiki y su pequeña hija.
- ¡Byakuya! , ¿Cómo has estado?.- pregunto alegre la mujer abrazando al pelinegro y luego abrazando a la pequeña azabache.
-No cambias nada Masaki, he estado bien, gracias por preguntar, ¿dónde esta Isshin?.- pregunto Byakuya.
Masaki volteo hacia el lugar donde estaban Isshin y los dos niños hace un momento y no los hayo, rápidamente dirigió su mirada hacia las escaleras y los vio subiendo despacio y a hurtadillas.
-Eh Isshin, deja de jugar con los niños, ¡ven a recibir a tu amigo!- exclamo Masaki algo irritada por el infantilismo de su esposo.
-¡De acuerdo!- exclamo Isshin desde arriba, luego bajo con ambos niños.
-¡Byakuya!, ¡¿Qué tal mi gran amigo?!- exclamo Isshin abrazando a Byakuya levantándolo en peso.
-¡Suéltame!- exclamo Byakuya irritado, golpeando la cabeza de Isshin.
-Sigues igual de fuerte Byakuya, pero nunca me superaras.- respondió Isshin bajando a su amigo.
-Tu tampoco has cambiado nada Isshin, sigues igual de idiota que siempre.- respondió Byakuya.
-Waaa, también tu Byakuya, ¿Por qué se burlan de mis sentimientos!- exclamo Isshin sobreactuando.
-Eh, ya cálmate, ahora trata bien a los invitados.- lo regaño Masaki.
-¿Los invitados?- pregunto Isshin extrañado, cuando de repente observo a una niña de cabellos negros... -¡mi tercera hija!, ¿Cómo has estado?-pregunto Isshin alegre cargando a la menuda niña.
-He estado bien señor Isshin.- respondió la niña que estaba siendo cargada por el pelinegro.
-¡Me alegro mucho!, has crecido Rukia.- respondió Isshin sarcásticamente.
Masaki rio un poco al igual que Byakuya.
-Ya no tortures más a Rukia.- dijo Masaki.- Eh Rukia, ¿quieres conocer a Ichigo?- pregunto la bella mujer.
-Si…- respondió Rukia.
-Ichigo, preséntate con Rukia.- dijo Masaki a su hijo que contemplaba la escena algo desorientado.
-Mucho gusto, soy Ichigo Kurosaki, me alegra conocerte.- respondió Ichigo algo sorprendido por los grandes y violetas ojos de la niña.
-El gusto es mío.- respondió Rukia mientras observaba el cabello naranja del niño.
-Es verdad, Ichigo, ¿tú no conocías a Rukia verdad?, ella es la hija del señor Byakuya.- respondió Isshin.
Ichigo se acercó y saludo a Byakuya, era solo la segunda vez que lo veía, era un hombre de apariencia seria e intimidante, aunque cuando sonreía cambiaba radicalmente, también tenía un carácter temperamental, lo reconoció al ver como reacciono cuando su padre lo cargaba.
-Has crecido mucho Kurosaki Ichigo, me alegra volver a verte.- respondió Byakuya poniéndose en cunclillas y sobando la cabeza naranja del niño.
-A mí también me alegra volver a verlo señor Byakuya.- respondió Ichigo.
-Ichigo, ¿me puedes hacer un favor?.- pregunto Byakuya.
-Sí, dígame.- respondió el niño de cabellos naranja.
-Puedes llevar a Rukia a conocer el pueblo, pero llévala con cuidado, ¿vale?.- pregunto Byakuya.
-Si, como no, no se preocupe señor.- respondió Ichigo.
-Ichigo ponte esta bufanda, esta haciendo mucho viento, aun sigues resfriado.- dijo Masaki mientras rodeaba a Ichigo con una bufanda roja antes de que este saliera con la azabache.
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Ichigo, Keigo y la niña de cabellos negros salieron de la vivienda, mientras que los adultos se quedaron conversando sobre los que les había acontecido durante el periodo que no se veían, aunque los que más conversaban eran Byakulla y Masaki, ya que Isshin siempre veía a Byakuya por motivos de trabajo.
Los tres niños corrieron hacia un arroyo que pasaba por el pueblo, allí encontraron a Kon jugando con otros perros.
-Ven, vamos Rukia.- dijo Ichigo.
Rukia solo siguió a aquellos dos niños algo extrañada, su padre nunca la había dejado jugar con otros niños, que no fueran los hijos de los Urahara, pero ahora la había dejado así sin más.
-¿Ese es tu perro?- preguntó Rukia cuando un perro de color miel se acercó a Ichigo moviendo al cola.
-Sí, se llama Kon, es muy divertido, ¿quieres jugar con él?- pregunto Ichigo.- Kon anda saluda a Rukia.- dijo el muchacho pelinaranja.
De inmediato el perro fue hasta donde la azabache y le empezó a mover al cola.
-Hola Kon, eres muy bonito.- dijo Rukia mientras sobaba la cabeza del perro de cunclillas.
Los tres niños se quedaron junto al arrollo jugando con el perro, en eso una niña con el mismo tono de color que Ichigo se les acerco.
-Hola Kurosaki-kun.- dijo la chica mientras se acercaba al grupo de niños. La niña estaba algo sorprendida, había una niña jugando con ambos, nunca la había visto por el pueblo.
-¿Ah?, hola Inue.- respondió Ichigo mientras también acariciaba al perro junto con Keigo y Rukia.
Inue se unió a ellos y empezó a acariciar a Kon que se lo pasaba en grande con aquellos niños mimándolo.
-Eh, Ichigo traje el libro conmigo, ¿Qué te parece si vemos las imágenes?- propuso Keigo emocionado.
-¡Bien!, ¿Eh Rukia, Orihime quieren ver un libro genial sobre el mundo de afuera?- preguntó Ichigo.
-Supongo.- respondió Rukia algo dudosa.
-No se Kurosaki-kun, me da un poco de miedo.- respondió Inue.
-Vamos no sean miedosas.- intervino Keigo sacando el libro.
Los 4 niños contemplaron extasiados las imágenes del libro, habían ido hacia un frondoso árbol y contemplaban el libro bajo su sombra.
-¡El mundo de afuera es genial!- exclamo Ichigo.
-¡Sí!, según lo que entiendo, afuera hay un rio inmenso de agua salda llamado mar, hay ríos igual de grandes que los mares pero son de fuego, y hay montañas de nieve.- dijo Keigo emocionado.
-¿Ríos inmensos de sal?, no lo creo.- respondió Ichigo.- La sal es muy escasa, no creo que fuera haya ríos y ríos de agua con sal.- respondió Ichigo.
-Pero en el libro dice eso.- intervino Rukia también sorprendida.
-Entonces ha de ser cierto.- respondió Ichigo.
Los tres niños seguían contemplando el libro cuando de repente, empezaron a sentir como unos leves temblores en el suelo, Ichigo apego su oído y escucho como especie de pasos.
-¿Qué oyes Kurosaki-kun?- pregunto Orihime algo asustada.
-Se oyen como temblores, como si cayera algo pesado.- respondió Ichigo.
-¿En serio?- intervino Keigo.
-Sí, que raro, será mejor que regresemos donde papá, y le digamos lo que he oído.- respondió Ichigo.
Los tres niños seguidos de Kon regresaron hacia la casa, Orihime se despidió de ellos y regreso con su hermano al igual que Keigo ya que debía ayudar al hermano de Orihime a hornear pan.
Byakuya vio alegre como su hija traía una expresión diferente a la que tenía hace rato, parecía feliz, hasta la vio reír mientras los tres niños regresaban, ese niño, Ichigo, parecía buena influencia.
-Mama, papá, ¡ya regresamos!- exclamo Ichigo al entrar a casa seguido de Rukia.
-Bien hijo, trae a Rukia, le invitaremos de comer a ella y al señor Byakuya.- respondió Masaki.
-De acuerdo.- respondió Ichigo.- Rukia ven, mi mama te va invitar a comer, después quizá nos dé un pastel.- dijo Ichigo llevando a Rukia hasta la cocina donde estaban los tres adultos.
Rukia al escuchar la palabra pastel se le abrió el apetito, terminaría la comida rápido para poder comer el postre- pensó Rukia.
-¿Eh Masaki donde están tus gemelas?- pregunto Byakuya extrañado, las quería conocer.
-Están en la casa de la familia de Isshin.-Respondió Masaki- Pasaran una emporada con ellos, la sobrina de Isshin las cuidara.
-No sabía que tenias familia Isshin.- dijo Byakuya un poco sorprendido.
-Bueno, ahora ya lo sabes.- respondió Isshin dándole una palmada en el hombro a Byakuya.
-Por cierto papá hace rato cuando estaba junto con Keigo, Inue y Rukia escuche un temblor debajo de la tierra.- dijo Ichigo mientras se llevaba un pan a la boca.
-¿Un temblor?- pregunto Ichigo algo sorprendido.
-No, eran varios, como pequeños temblores.- respondió Ichigo.
Byakuya e Isshin se miraron asustados.- Ya regresamos.- Dijo Isshin mientras se paraba junto con Byakuya y salían de la casa.
Masaki entendió algo y solo abrazo a ambos niños.
Tranquilos, no pasa nada, solo es una sospecha que tienen, vamos a partir de una vez el pastel, ¿quieren?- preguntó Masaki sonriéndole a ambos.
-¡Sí!.- respondieron los niños.
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Isshin y Byakuya salieron de la casa, ojala que lo que estaban pensando solo fuera una suposición o una idea descabellada, aunque en parte lo era, ¿acaso los titanes habían logrado llegar a l interior de la muralla María?- se interrogaba Isshin pensativo.
-Kurosaki, ¿en verdad crees que sean ellos?- preguntó Byakuya preocupado.
-No lo se, pero por lo que explico Ichigo se oían leves temblores en el suelo, no sé qué pensar, ojala sea otra cosa…- respondió Isshin mientras corría hacia la colina para ver mejor el campo, cuando en eso un joven, al parecer un pastor, venía corriendo desde fuera del pueblo, venia subiendo la colina.
-¡Corran todos!, ¡Corran todos!- exclamaba el joven.
Los dos hombres aceleraron la carrera para escuchar mejor.
-¡Los titanes han atravesado al muralla María! ¡Corran todos!, ¡Ya bien…- gritaba el joven cuando de repente fue cogido por una abominable criatura que apareció de detrás de la colina, era uno de ellos, era un titán.
Las personas que hasta hace poco estaban riéndose de aquel joven por lo que decia, se quedaron paralizados, en verdad eran ellos. El caos se esparció por el pueblo como fuego por al pólvora. Las personas empezaron acorrer, algunas que ignoraban lo que había pasado seguían en sus actividades normales, hasta que empezaron a aparecer más titanes, salían del bosque que iba hacia la muralla maría, aunque la mayoría venía de detrás de la colina.
Las personas empezaron a correr aún más desesperadas tropezándose una con otras aplastándose en algunos casos, algunas carretas emprendían rápidas huidas llenas de gente.
Isshin y Byakuya se habían quedado paralizados por un momento, pero reaccionaron con calma y corrieron de regreso hacia la casa.
-¡Masaki saca a los niños rápido!.- exclamo Isshin a todo pulmón mientras se acercaba a la casa.
Byakuya volvía de rato en rato la vista hacia atrás y contemplaba como los primeros titanes entraban al pueblo.
-¡Hay que apresurarse Isshin!- gritaba Byakuya mientras veía como un hombre que había tropezado era cogido por un titán que se lo llevaba hacia sus fauces abiertas.
Esto fue impactante para Byakuya, pero lo que lo asusto en verdad, fue que luego de comerse al hombre el titán lo miro a él, y empezó a caminar en su búsqueda.
-¡Rayos!, ¡Isshin apresúrate debemos sacar a Rukia y a tu familia!- exclamo Byakuya que por segunda vez en su vida estaba asustado de verdad, sintiendo aquel nudo en la garganta.
-¡Ya lo sé!, ¡tranquilo Byakuya!- respondió Isshin mientras volvía a gritar el nombre de su esposa, ya estaban a solo unos 30 metros de la casa.
Masaki estaba algo nerviosa de repente había escuchado un bullicio, pero no le dio importancia, quería ir a ver de que se trataba pero no quería dejar solos ni asustar a Ichigo y a Rukia, hasta que escucho la voz de su esposo, le decía que sacara a los niños, ojala que no este pasando lo que se estaba imaginando.
-Eh mama, ¿porque papá está gritando?- pregunto Ichigo que estaba comiendo el pastel junto a Rukia.
-Vengan Ichigo, Rukia, vamos tenemos que salir rápido.- dijo Masaki con el tono más sereno que pudo, aunque estaba temblando, empezaban a llegar a sus oídos los gritos de la gente.
Masaki cogió a los dos niños y los saco de la casa, a los lejos venían Isshin y Byakuya, pero lo que la dejo paralizada, fueron los titanes que estaban llegando al pueblo, y los que estaban comiendo a la gente.
-Ichigo Rukia vean al suelo denme las manos, por ningún motivo levanten la vista, ¡¿entienden?!- ordeno Masaki cogiendo a ambos niños de la mano.
Masaki empezó a correr junto a los niños y le dio el alcance a Isshin.
-¿Cómo han llegado los titanes al pueblo? – Pregunto Masaki asustada
-No lo sé Masaki, solo sé que debemos irnos, Byakuya ya tiene listo el carruaje.- respondió Isshin mientras volvía la mirada hacia atrás, hacia los titanes.
Corrieron hacia el carruaje donde Byakuya ya estaba sentado en el asiento del conductor, rápidamente subieron, primero los niños luego Masaki e Isshin.
-¡Avanza Byakuya!, ¡ya!, ¡ya!, ¡ya!- exclamo Isshin para que Byakuya lo escuchara por encima del ruido.
Byakuya puso en marcha el carruaje, los caballos corrían rápidamente hacia al salida opuesta del pueblo, que ya estaba infestado de titanes que devoraban sin compasión ni remordimientos a las personas; niños y adultos eran capturados en un descuido por un titán, algunas personas lograban mantenerse escondidas y calladas en las casas, hasta que un titán arremetía contra la pared y los sacaba, los pocos que no eran capturados por los titanes corrían en una desesperada huida hacia la salida del pueblo, pero ya era tarde estaban siendo rodeados y asediados por los titanes, venían de todas direcciones, no había manera de escapar.
-Isshin, ¡no hay manera de escapar!- exclamo Byakuya asustado desde el asiento del conductor.
-¡Rayos!, ¡anda por ese bosque es al única forma de huir!- respondió Masaki.
-Pero el carruaje no resistirá.- respondió Byakuya.
-Entonces subamos a los caballos…- respondió Isshin, cuando de repente el carro fue levantado por un titán.
Byakulla logro salir del asiento del conductor y vio con desesperación como el titán levantaba el carruaje.
Dentro del carruaje Isshin caía sobre lo que antes era el techo, golpeándose en el costado, Masaki había abrazado a los niños para que no se lastimaran, como pudo Isshin trato de abrir al puerta y así salir, ya que si no serían al comida de esa abominable criatura.
Con mucho esfuerzo Isshin logro abrir la puerta, de inmediato cayó al suelo, rompiéndose algunas cotillas en el golpe, pero se puso de pie y recibió a los niños y luego a Masaki que también se agarraba el costado con una mueca de dolor.
Los caballos se habían quebrado las patas al momento de que el titán al no hallar nada tiro el carruaje que seguía atado a los caballos, de los 2 caballos uno parecia estar aun en condiciones de escapar, pero este apenas toco el suelo salió galopando aturdido.
-¡Mierda!, ¡¿ahora que podremos hacer?!- exclamo Isshin mientras tosía sangre.
-¡Papá!, ¿estás bien?- pregunto Ichigo asustado.
-¡No te preocupes Ichigo!, solo estoy un poco golpeado, para tu poderoso padre son solo rasguños, vámonos antes de que el monstruo se dé cuenta,..- respondió Isshin mientras cargaba a Ichigo.
Byakuya hizo lo mismo con Rukia empezaron a correr. Masaki iba delante, ella, originaria de ese pueblo, conocía mejor Karakura y los bosques que la rodeaban.
Iban corriendo hacia la salida del pueblo, cuando escucharon los llantos desconsolados de una niña, era Orihime Inue, que estaba arrodillada frente al cadáver mutilado de su hermano: Sora Inue.
-¡Hermano, ¡despierta!, ¡tenemos que irnos!- le gritaba la niña entre sollozos mientras cogía el rostro de su hermano, no dándose cuenta que su hermano ya estaba muerto.
Masaki contemplo con un titán se acercaba hacia la niña, dispuesto a devorarla, se desvió del camino y aparto a la niña para que el gigante no la cogiera, ambas rodaron y se apartaron del titán. Masaki ayudo a levantarse a Orihime, cuando de repente el titán alargo su mano hacia ella.
Isshin y Byakuya se habían quedado petrificados mientras veían al escena, Rukia que estaba llorando hasta hace poco también se quedó en silencio, al igual que Ichigo, como si fuera en cámara lenta, vieron como el titán extendía su amo hacia Masaki que le gritaba algo a la niña de cabellos naranja.
-¡No!- fue el grito que exhalo Isshin mientras corría hacia su esposa que fue cogida por el titán.
-Masaki al principio forcejeo con el titán, pero no pudo hacer nada, vio como Isshin estaba a punto de echarse a la carrera para salvarla, pero sabía que era inútil, al menos había podido salvar a una niña inocente, deseaba poder salvarse, no por ella misma, sino por sus hijos, pero no podía permitir que su hijo y su esposo murieran, ya que sería un suicidio si Isshin intentaba rescatarla, además solo lograría retrasar al grupo.
-Isshin, ¡no vengas!, ¡ándate ya de una maldita vez!- exclamo Masaki.
-¡Maldito déjala!- exclamó Isshin a punto de echarse a correr hacia Masaki, pero Byakuya lo detuvo.
-¡Isshin Hazlo por nuestros hijos, vive por ellos!, ¡Byakuya llévatelos ya!- exclamo Masaki gritando con todas las fuerzas que le quedaban.
-Isshin vamos, no puedo fallarle a Masaki.- dijo Byakuya jalando a Isshin.
-¡Pero!- replico Isshin.
-Hazlo por tu hijo, ¡debes ser fuerte!, para que él tenga en donde apoyarse.- replico Byakuya levantando al voz.
Isshin miro a Ichigo que se hablaba en shock mirando como el titán se llevaba a sus fauces abiertas a su madre, de inmediato Isshin le cubrió los ojos, y empezó a correr junto a Byakuya que sostenía Rukia.
Masaki contemplo como se marchaban antes de ser devorada por el titán, en su corazón se estableció un profunda paz, podía morir en paz, sabía que su hijo y su esposo vivirían, lo unico que se lamentaba era no haber podido despedirse de sus gemelas.
-Adiós a todos, ¡vivan!- fue lo último que dijo Masaki antes de ser devorada por el titán.
Ichigo se zafo de la mano de su padre y vio con dolor como su madre desaparecía dentro de la boca de aquel titán, estaba en shock no podía reaccionar.
El grupo de sobrevivientes estaba a punto de abandonar el pueblo y llegar al bosque cuando de repente un titán salió y les corto el paso, era un titán de 4 metros, por eso había permanecido oculto detrás de una casa, Byakuya e Isshin detuvieron al marcha, y contemplaron aquel titán.
-¿Qué haremos ahora?- preguntó Byakuya tenso, mientras sostenía a su hija y la abrazaba contra su pecho, mientras esta estaba en un estado de shock parecido al de Ichigo.
-Byakuya, hazme un favor, sostén a Ichigo.- dijo Isshin entregándole a Ichigo que no se movía por estar en shock por haber visto a su madre siendo devorada.
-Byakuya lo recibió, pero luego se dio cuenta.- ¡Isshin, no vayas a hacer algo estúpido!- exclamo Byakuya sosteniendo a ambos niños.
-Amigo tú me conoces, sabes que siempre hago cosas estúpidas, las únicas que no lo fueron, fue casarme con Masaki, tener y criar a Ichigo, Karin y Yuzu, y conocerte a ti amigo mío, peor hay otra más que no es estúpida, y es la que hare ahora, para que puedan vivir, sobrevivir, ¡ándate ya!, yo me encargo de ese maldito.- respondió Isshin.
Byakuya se quedó petrificado viendo a su amigo, ¡sería un suicidio!, no podía permitirlo, ¡debía impedirlo!, se lo había prometido a Masaki.- ¡No lo hagas!, ¿olvidaste lo que me pidió Masaki?! - exclamo Byakuya.
-Ya te justificare con ella cuando me la encuentre, ¡ahora lárgate!, ¡lo único que tienes que hacer es llevarte a Ichigo!.- exclamo Isshin tosiendo sangre.
-¡No lo hagas!, hazlo por tu hijo.- replico Byakuya observando como el titán se acercaba a ellos.
-Por él es que hago esto, adiós Byakuya-boy, cuida a Ichigo y cuando mis gemelas estén grandes cuéntales lo que sucedió, adiós Ichigo, adiós Rukia, es un gusto morir por ustedes.- y diciendo esto Isshin hecho a correr hacia el gigante.
-Byakuya se había quedado inmóvil, pero debía hacerlo, le debía un favor a Isshin, además no podía rechazar su última voluntad, entonces hecho acorrer cargando a ambos niños, hecho a correr con todas las fuerzas que le quedaban no hizo caso a las punzadas de su costado, solo corrió y corrió.
Ichigo reacciono, al escuchar al despedida de su padre, y entonces lo vio, a su padre corriendo hacia el titán.
-¡Papá!- exclamó Ichigo mientras vio como su padre se detenía.
Isshin escucho el llamado de su hijo, era cruel no responderle, se volvió y grito con todas sus fuerzas.- ¡Adiós Ichigo, recuerda que los amo, a ti y a tus hermanas! ¡Cuídalas!, ¡vive, ríe y lucha!- exclamo Isshin mientras volvía a correr hacia el titán.
Isshin no pensaba suicidarse en vano, no sin antes matar a ese bastado, por lo que le había explicado Urahara, esas bestias tenían un punto débil detrás del cuello, aquel titán de 4 metros sería fácil de matar, pero él no tenía como llegar hasta su cuello, no era tan alto pero 4 metros superaba su límite de salto, Isshin corrió por una de las calles hacia un campanario, si subía tal vez podía saltar hacia el titán y matarle, solo necesitaría algo filudo.
-¡Eh estúpido, ven hacia acá, veras como mata un ser humano!- exclamo Isshin llamando la atención del titán quien se volvió hacia él.
El pelinegro comenzó a correr rápidamente, se metió en una casa, y se dirigió a la que era la cocina y busco un cuchillo o un machete peor no encontró nada, fue cuando oyó, se volvió hacia el ruido y vio a una joven con un bebe abrazados, Isshin vio que al joven tenía un machete, intento persuadirla para huir y para que le entregara el machete, pero la joven estaba en pánico, no le oyó y hasta lo amenazo. El pelinegro salió corriendo de ahí, y busco suerte en otra casa, y la tuvo, encontró un machete largo, los que usaban para matar cerdos, y lo cogió, salió a la calle, entonces escucho como aquella joven madre gritaba de terror, fijo su mirada en el titán que lo venía siguiendo y vio que estaba intentado meterse en al casa donde había visto a la joven y al bebe, Isshin aprovecho que el titán estaba agachado y tomo carrera y se subió sobre la desnuda espalda del titán, y con el machete golpeo en el punto débil, golpeo 4 veces e hizo profundos cortes y derribo al monstruo.
-Lo, lo logre…- dijo Isshin quien no podía creer que lo hubiera logrado, había matado a ese titán.
La mujer lo veía asustado, pero de inmediato se dio cuenta que no lo miraba a él, si no a algo detrás de él, Isshin se volvió y vio un titán de algo de 15 metros, el pelinegro cogió de la mano a la joven que sostenía al bebe, y comenzó a correr, se metió por unos callejones y salió hacia un claro del bosque, a lo lejos vio como Byakuya corría sosteniendo a los dos niños.
-¡Byakuya!- exclamo Isshin.
Byakuya pareció oírlo y se volvió hacia él, Isshin levanto al mano que tenía libe, hasta que sintió un tirón, el titán había cogido a la joven que traía, la joven solo alcanzo a soltar a su bebe antes de que fuera devorada, Isshin lo cogió por milímetros y empezó a correr hacia Byakuya, hasta que vio algo que le dio esperanzas, no para él, sino para Byakuya y su hijo, uno de los caballos se encontraba regresando hacia Byakuya, el animal estaba dudoso de acercársele porque olfateaba el peligro.
-¡Byakuya, detrás de ti!- exclamo Isshin haciéndole señas a Byakuya.
Byakuya se volvió y se dio cuenta, ahí estaba el caballo, Sembonzakura, Byakuya lo llamo y el caballo fue hasta él, el pelinegro lo monto y puso delante de el a Ichigo y a Rukia, y empezó a cabalgar hacia Isshin.
Isshin estaba feliz, después de todo no iba a morir, había logrado salvar a aquel pequeño, pero de u n solo bajón su alegría se desvaneció cuando algo lo sujeto fuertemente Isshin por instinto soltó al niño para que no lo comiera el titán, gracias al alto follaje, el bebe no se lastimo, el pelinegro intento forcejear, pero no podía liberarse, después de todo sería su final, pero estaba preparado, se encontraría con Masaki.
Byakuya que estaba cabalgando hacia Isshin, cuando vio con horro como el titán lo cogía y lo llevaba hacia sus fauces. Era un titán de 15 metros, no podría escapar, con la conciencia matándole, detuvo el caballo y empezó a galopar en la dirección contraria: hacia el bosque, Ichigo por suerte estaba en shock y no le decía anda, Rukia estaba tapándose los oídos y cerrando fuertemente los ojos.
-Tranquilos, yo los cuidare.- dijo Byakuya mientras cabalgaba para internarse en el bosque enmarañado, debía proteger a las dos vidas inocentes que se le habían confiado, se prometió esto y ya no podía romper más promesas.
El corazón de niño de Ichigo se llenó de una tristeza incomparable, deseo con todas sus fuerzas haberlo impedido pero no podía hacer nada, su mente le traía la imagen de su madre, ya no la vería más, todos los momentos pasados con ella pasaban por su cerebro, de repente todos fueron reemplazados por la imagen del titán devorando a su madre, también recordaba a su padre, aquel hombre por quien sentía una enorme admiración, se había sacrificado por ellos, no había visto el destino de su padre después que fue agarrado por el titán pero se lo podía imaginar, en ese momento una enorme ira y determinación lleno su joven y destrozado corazón, él no iba a permitir que esto sucediera más
¡Voy a acabar con ellos!, ¡purgare al mundo de los titanes! - fue el grito que retumbo dentro de su alma.
Aquí termina el primer capítulo, espero que les haya gustado, como han visto los personajes mantienen su esencia, si se preguntan porque Ichigo es tan amable y feliz es porque cogí su personalidad de niño, en los sgtes caps tomara su personalidad de siempre, al igual que Rukia, espero que les haya gustado, si es así, por favor háganmelo saber dejando un review, es importante porque así puedo corregir errores y saber qué es lo que opinan, saber sus impresiones e ideas, que son muy importantes para cualquier escritor. ¡Adiós y cuídense!
"Nos provoca un enorme pavor todo aquello que no comprendemos, respetamos con reverencia todo lo que no podemos explicar."
Rukia Kuchiki
