¡Hola!
Volvió Patatapandicornio con un nuevo fic, aunque eso es obvio ¿Verdad? Hehe

Bueno, en parte es como disculpas ¡Tengo dos fics que debo! Y mas allá de que tengo listo "We dont Regret" (pero el tema es que lo debo pasar en limpio de mi cuaderno) quiero actualizar "Cosas del destino" primero ¿No creen? ¡Ya esta cerca del final! (/o3ó)9

El tema es que la idea surgió de la nada con inspireichon de distintas imágenes en el feisbu xD bueno, por ahora lo que voy a decir es lo siguiente:
Como siempre, tiene Occ. Mucho occ, saben que yo los escribo así (?) pero sigue teniendo la esencia original (DEJEMOS DE LADO "SARGENTO MALCRIADO" Ese si se me fue de occ (?) y además, los hechos de Alicia en el país de las maravillas estan mezclados, a lo que me refiero a que no estan en perfecto orden, puse algo de la original, de la de Tim Burton y algunos detalles de mi propia procedencia, como Hanji :v tenía que meterla en algun lado ¡Y allí quedaba perfecta!

Es un poco largo el primero, pero sera un Two-Shot. A lo sumo, mas de 3 capi no pasa c:

Por ahora, les dejare leer -3- ¡Dedicado a todas las hermosuras que me dejan review!
¡Y especial saludo a todas las hermosas fans de mi página! Las adoro, solo mírenlas, son adorables.


"… ¿Cómo llegue a esto?...
Ah, ya recordé."

Eso es lo que pensaba Levi, un joven de 17 años, mientras una de las criadas de la casa le trataba de ajustar aún más un corsé, haciendo que al pobre chico se le saliera el aire de los pulmones y frunciera aún más el entrecejo, aunque claro, esa actitud la debería dejar de lado.

¿Por qué? Porque esa misma tarde iría con su padre a una fiesta de la alta sociedad, a tratar de cortejar a uno de los condes con mayores fortunas de todo el país.

"Pero, él es un hombre" dirán.

Claro, él es un chico, pero muy a su pesar de lo que lleva entre las piernas, tiene facciones delicadas y la estatura de una dama, por lo que cabe perfecto para el papel.

Bien, volvamos al joven azabache que estaba siendo asfixiado a contra de su voluntad. Porque ¡claro que él no quiere esto! No quiere casarse con un hombre ¡menos un desconocido! Pero no puede negarse a su destino, oh no, claro que no. Eso dejaría a su familia en la miseria, ya que entraron en bancarrota luego de que su madre, la duquesa Ackerman, falleciera en una tragedia y su padre se gastara todo el dinero en apuestas.

Luego de que el corsé fue amarrado debidamente, y le pusieron cascos en el pecho para que pareciera tener busto, prosiguieron a colocarle el vestido.
El elegido esta vez era un hermoso vestido color celeste, con unas mangas cortas y abombadas, al igual que la falda que le llegaba hasta las rodillas. Esta poseía varias capas blancas por debajo, haciendo que se viera más voluminosa. Adornado en el cuello con detalles en blanco. Un hermoso delantal atado con lazos en la espalda y volados en los bordes le daba un toque inocente al conjunto. Además, unas medias altas hasta encima de las rodillas y unos zapatos simples negros con solo un poco de tacón fueron el toque final para la vestimenta del joven ¿O jovencita?

El chico se miró al espejo, sabiendo que lo que vería en este sellaría su destino. Y así, aprecio su figura de baja estatura, rozando el metro sesenta, con cabellos azabaches y ojos grises; usando ese vestido que se le asigno para conocer al heredero del condado Smith.

Lo último que debió usar, fue una hermosa peluca de cabellera negra que le llegaba hasta la cintura, ocultando así su cabello natural cortado a un estilo militar ¡Nada femenino! Al final, la asistente acomodo en la coronilla de su cabeza una cinta color celeste.

¿Quién era este Joven?
Nadie más que Levi Ackerman. El joven duque que ahora estaría condenado a la vida de una esposa por el sustento de la familia. Una familia muerta desde que su madre falleció. O eso fue lo que le dijeron desde que era pequeño, ya que nunca creyó que esta haya muerto realmente. Era una mujer fuerte y valiente.

Levi caminando con esos incomodos zapatos, se subió al carruaje que los llevaría a la fiesta junto a su padre.

-¿Me repites porque mierda estoy haciendo esto en vez de leer tranquilamente en mi biblioteca?-. Preguntó fastidiado el chico. Olvidamos decir que siempre está de muy mal humor y con el entrecejo fruncido, su lenguaje es vulgar e inadecuado, por eso su padre le reprendió severamente antes de marcharse.

-Para poder llevar adelante nuevamente a la familia. Ya te he dicho que dejaras el lenguaje vulgar. Ahora debes actuar como una dama y cortejar al joven conde Smith, luego casarte con él.

-¿Y que se supone que harás cuando en la noche de bodas me desnude esperando una vagina por dónde meter su pene, y en vez de eso encuentre lo mismo que tiene él colgando entre las piernas?

-No lo sé. Por ahora céntrate en cortejarlo, realmente lo necesitamos en este momento, todo por mi estupidez te tengo que hacer pasar esto-. Levi se sorprendió al escuchar venir eso de la boca de su padre, ya que este era una persona muy orgullosa. Más allá de los errores que cometió, el joven duque no lo podía odiar, ya que después de todo era su padre. Muy a pesar de la máscara que llevaba el chico, había bondad escondida, y esta le hacía perdonar a su progenitor. Era una persona importante en su vida y lo quería. Aunque en ese momento preciso quería degollarlo y ver su sangre derramada por sus ropajes al hacerle hacer esto.

Llegaron al lugar donde se suponía se celebraría la fiesta, la gente de la alta sociedad charlaba sobre distintas cosas relacionadas con la política, economía y obviamente, sociales. Las mujeres lucían sus más hermosos vestidos llenos de holanes y volados, mientras que los hombres demostraban su formalidad mediante trajes de las telas más hermosas y caras, con sus galeras y distintos artículos de oro y bronce.

En los jardines de la casa principal del condado Smith se daban a relucir hermosos jardines y majestuosas fuentes. Los músicos demostraban sus mejores piezas en un escenario, y la gente se sentaba y charlaba en las mesas de té instaladas.

Entonces, el, o más bien "la" joven Levi se quedó sola entre el bullicio de gente, con la misión de encontrar al conde Erwin y tratar de acercarse a él, aunque era lo que menos quería. Por ahora, que era la tarde, se llevaría a cabo la hora del té, con un ambiente agradable y sin llegar a lo ostentoso, solo con la suficiencia formal, por eso muchas jovencitas de su edad llevaban vestidos igual de sencillos e inocentes que el suyo, solo que ¡Él era un hombre!

Más tarde, entrada la noche, se llevaría a cabo un baile de máscaras, en el cual el Joven Smith anunciaría su elección para su esposa. Para esa ocasión, el padre de Levi había dicho a una criada que llevara un cambio de ropa mucho más ostentoso y formal, lujoso y con una hermosa mascara a juego para el horario, y antes de que comenzara, el joven debería cambiarse el ropaje actual por el indicado.

Al fin, logro ver su objetivo.

Allí, rodeado de señoritas, se encontraba Erwin Smith, sonriente como siempre y con su cabello rubio bien peinado y arreglado, luciendo un traje de smoking para la ocasión.

Entonces, guiado por el peso de la mirada de los orbes grises de "la joven" este chico subió su mirada celestina para encontrarse con la de la "muchacha" y sonrió al verla, dedicándole una suave reverencia, para luego apartar a las doncellas que le rodeaban y dirigirse con ella.

-Buenas tardes, Mi lady.

-Buenas tardes, señor Smith-. Hizo una reverencia.

-Solamente dime Erwin-. Y así comenzaron a caminar por todo el jardín, charlando amenamente de cosas sin importancia, llevándose las miradas de envidia de las demás damas que estaban esperando cortejar al soltero heredero de uno de los condados más importantes del país. Se dedicaron a hablar de música y literatura, coincidiendo en gustos en esta última.

La "señorita" se comportaba de maravilla, llevándose varios cumplidos por su hermosura de parte del joven Erwin, el cual estaba maravillado con la presencia de esa extraña en el lugar. Levi intento volver con su padre para informarle de los progresos con el cortejo, pero el joven no dejaba de acosarla. Tanto, que para la poca paciencia del azabache se estaba volviendo totalmente irritante y meloso, cosa que odiaba. ¿Lo acababa de conocer y ya se portaba como uña y carne con él? No entendía esa capacidad de ser tan carismático y amistoso. Pero dentro de todo, no podía negar al joven, ya que era la persona a la cual había ido a buscar.
Así, se alejaron un poco de la fiesta, y se pusieron a charlar mirando una fuente, en la parte más fronteriza con los grandes bosques que delimitaban las tierras del condado.

Todo marchaba bien para el de ojos grises, hasta que cierto hombre de cabellera rubia se sobrepasó, tratando de tomarlo por la cintura, atrayéndolo a su cuerpo y estampándole un beso brusco y torpe, lleno de lasciva y deseo.

El chico se separó bruscamente y dándole una cachetada el de ojos azules, dejándole sorprendido y de un momento a otro, molesto. Trato de tomarle el brazo bruscamente. Allí el azabache se sintió en peligro, verdadero peligro, y aunque para él no era un problema encestarle un buen golpe en la quijada, quedaría mal frente a todo un condado muy importante, empeorando la situación de su familia. Así que opto por lo que se le hizo más fácil. Huir

Pero no huir a donde el resto de la gente estaba. Huyo al bosque, corriendo de la persona que ahora le perseguía.

Entonces, corriendo y escondiéndose detrás de un árbol caído, el suelo se desvaneció debajo de sus pies.

Más bien, había un hueco. Si, un hueco que se lo trago.

Cayendo por ese estúpido lugar, diviso infinidades de cosas cayendo con él, algunas al revés, algunas cayendo ¡Hacia arriba!

-Pero que mierda…-. Fue lo único que pudo pronunciar. Siempre tan educado el duque Ackerman. Entonces, diviso el final de ese, a su parecer, infinito pozo. Pensó que se estrellaría contra el suelo y moriría aplastado, pero al cerrar los ojos fuertemente esperando el impacto, este nunca llego, más bien, se hallaba sentado en el piso del lugar que había visto antes.

-Levi Pov-

Ok… esto sí que es raro.

Primero, me hallo cayendo por un puto pozo que apareció de la nada, y ahora estoy sentado en un piso pasado de moda y de mal gusto. Oh si, se me olvido que el imbécil que debía conquistar me acoso sexualmente, vaya pedazo de mierda.

Me levanté y me quité la estúpida peluca que había llevado el rato, si no fuera porque no tengo nada debajo me quitaría inmediatamente el estorboso vestido de mierda que me habían obligado a usar. Ahora mismo podría estar en mi biblioteca tomando el té, leyendo buena literatura, escuchando algo de música.

Por ahora, me centrare en lo importante. ¿Dónde mierda estoy?

Bien, lo único que veo aquí, es una habitación donde, si miro arriba, solo veo un punto blanco como la salida del pozo donde caí. Luego, en las paredes con un empapelado de un gusto incluso peor que el del piso, pero en cierto modo haciendo juego; había montones de puertas, todas distintas, ostentosas, y al intentar abrir una, todas cerradas.

Pero me extraño ver una puerta de 30 centímetros de alto allí abajo. Al intentar abrirla, esta se abrió.

-Joder, sé que soy bajo, pero esto ya es el colmo-. Pensé en voz alta. Entonces, decidí mirar que había una mesa en el centro, hasta el momento no lo había notado. Me acerqué y había una llave, muy pequeña, y al lado una botella que decía "bébeme". - ¿Acaso piensan que voy a beber de una botella solo porque un estúpido cartel me lo indica? No nací ayer.

Decidí centrarme en la llave. Definitivamente esto era un sueño muy bizarro. Oh si, cuando me estaban ajustando el corsé me desmayé por la falta de aire que esta mierda me provoca. La analicé. Era solo una simple llave de bronce. La lancé al suelo, restándole importancia a donde caía. No serviría con ninguna de las puertas, medía un centímetro.

Mire de nuevo la botella. Después de todo ¿Esto es un sueño, verdad? Si, si es así, no hay problema con que beba de una botella con contenido desconocido y que para colmo dice "bébeme". Pero no es que tenga algo mejor que hacer.

-Espero que quien la haya hecho, se haya lavado las destapé y la acerqué a mi boca, para luego tomar un fugaz trago de eso. Al instante, sentí un revoltijo en mi estómago, y todo se empezó a hacer más grande. No, yo me estaba volviendo más pequeño. ¡Más putamente enano!

Mire a mi alrededor, y mis ropajes se habían encogido conmigo, por suerte. Mi vista se centró nuevamente en la puerta de 30 centímetros. Corrí hasta ella y con emoción trate de abrirla…

Cerrado.

-¡JODER, AL CARAJO LA PUTA PUERTA DE MIERDA!-. Le patee, pero solo conseguí rebotar en esta. Entonces, recodé la llave ¡si, esa llave que lancé entra en la cerradura de la puerta de mierda! Pero vaya a saber dónde la lancé. Entonces, comencé mi recorrido que fácilmente me llevo 10 minutos, buscando por toda la habitación de mal gusto que le daba cáncer a mis ojos la condenada llave para abrir la puerta de mierda. En el proceso, debajo de la misma mesa, encontré una caja de cristal que adentro tenía lo que parecía un dulce que decía "Cómeme". Decidí tomar un pedazo de eso y guardármelo en el bolsillo, ya sabría de qué me serviría

Por fin, cuando la encontré, nuevamente fui a donde estaba esa puerta. Internamente sonreí cuando vi que encajaba, y de hecho se abría, dejándome pasar.

Al cruzar el umbral, me encontré con un exuberante bosque, bastante extraño a decir verdad, y unas escaleras que descendían por un camino. El camino era jodidamente grande, y entre cada escalón eran 50 centímetros, demasiado alto. Por lógica pensé que si un trago de la bebida que decía "bébeme" me hacía más pequeño, lo que decía "cómeme" según mi lógica, me haría más grande. Tome el pedazo que había guardado en el bolsillo delantero de mi vestido y saque un pedazo pequeño para poder ponérmelo en la boca, el resto me lo guardé. Luego de que comí ese dulce con un sabor extraño, como pensé, crecí a mi altura original.

Decidí que lo mejor sería hacerle caso a mi sueño e ir por el camino que me trazaba mi mente, así que me dedique a caminar por allí, sin dejar de admirar cada cosa que se me presentaba. Entonces pude divisar un conejo blanco, que luego de pasar por un árbol salió como un jovencito rubio con un reloj

-¿Qué mierda…?-. El chico se fue corriendo, y como era la única persona que logré divisar en todo el momento, decidí seguirlo.

Llegue a un jardín de flores ¡Pero eran gigantes! Había rosas, claveles, violetas, Calas, lirios, azucenas y muchas más que podían reconocer del extenso jardín de mi madre. Ella solía nombrármelas.

-Vaya jovencita, para ser una dama tienes el cabello bastante corto-. Escuché decir a mis espaldas. Me giré y no había nada ¿Acaso me estoy volviendo loco? Que mierda cene anoche para soñar tal tipo de mamadas.

-¿Acaso será hombre?

-No es nada femenina-. Más y más voces, todas burlescas. Asustado a cierto punto, decidí gritarle al aire.

-¡No soy mujer, joder!

-¿Entonces porque usas vestido?-. Sentí un roce en mi espalda, y al darme vuelta ¡Una de esas enormes rosas se había vuelto una mujer! Más bien ¡Era una mujer convertida en media rosa!

-¿Pero qué…?-. Fue lo único que pude decir. Luego me di cuenta de que poco a poco todas las flores se convirtieron en mujeres-flor.- Ni que yo quisiera usar esta mierda de vestido.

-Que desperdicio. Puede usar un vestido ¡y no aprovecha la oportunidad!-. Esa fue una Cala. Entonces, todas las flores explotaron de furia, por alguna razón, chillando cosas contra mi persona. Reclamándome que debía aprovechar mi cuerpo humano, que ellas deberían tener más derecho a usar vestido que yo, y un montón de estupideces más. Me encogí cubriendo mis oídos, sus voces aturdían, estaban gritando estruendosamente, pero entonces otra voz se escuchó en el lugar.

-¡Ya basta!-. Era una voz masculina. Levanté la vista y pude divisar a un chico aproximándose a mí. Estaba vestido de manera extraña: Con una galera azul y una gabardina del mismo color muy deteriorados. Unos pantalones negros, una camisa negra con un chaleco color marrón y un pañuelo con lunares azul oscuro y bordó. Todo estaba andrajoso, pero extrañamente combinaba, y además, estaba acompasado con un bastón que portaba, apartando así todas las ramas de las flores.

Se acercó a mí y se hincó. Al verlo de cerca, pude ver unos hermosos ojos verdes y una cara jovial pero preocupada, debía tener mi edad. Su piel morena parecía suave y sin ninguna imperfección, acerco una mano a mí en señal de que me ayudaría a levantarme. Dios, claro que iría contigo a cualquier parte… ¿¡Pero que mierda estoy pensando!?

-¿Estas bien, damita?

-Sí, gracias-. Ignore su mano y me levanté. El me siguió y me di cuenta de que el muy hijo de puta medía quince centímetros más que yo. Se paró imponente y enfrentó a las flores.

-¿Acaso no les da vergüenza? Atacando así porque sí a una joven ¡Solo porque tiene un cuerpo y puede usar vestidos! Flores envidiosas ¡Es una invitada, y la reciben así!-. Más allá de las quejas, él las callo alzando la voz y las flores se retiraron, dejándonos el paso. El a nueva cuenta me extendió su mano para que le siguiera, y no lo rechacé. Al entrar en contacto con su piel, se me erizo la nuca. Me atrajo hacia él, y me susurro al oído.- ¿No crees que deberíamos irnos ya? Estas maltratando a las pobres flores, al comparación tuya y de tu belleza ellas parecen cualquier mala hierba-. No solo me sonroje (si, con lo que yo me puedo llegar a sonrojar) por su cercanía, si no que termino de encender mi rostro tal tipo de frase dedicada a mi persona desde este atractivo chico… ¿¡Que mierda me pasa!? ¡Fuera pensamientos gay!

Me guio por un camino y llegamos a claro en el bosque, donde había una gran mesa, con un montón de instrumentos para tomar el té en esta. Me di cuenta de que había unas 3 personas. Una chica comiendo un montón de galletas castaña con una coleta de caballo. Al lado de ella, un chico con la cabeza rapada, y más allá y un poco incómodo… ¡El conejo blanco-Chico Rubio!

-¡Llegan tarde para el té, traviesos!-. Grito el chico rapado, al mismo que le lanzaba una taza a mi anfitrión, pero este solo se agachó y la taza paso de largo, estrellándose en algún lugar.

Este moreno me guio hasta la mesa y me indico que me sentara al lado del rubio animadamente, mientras levantaba su galera, dejando relucir aún más su cabello castaño, y de la nada ¡Saco una jodida tetera!

-¿Pero qué mierda…?-. Ok, creo que es la 5ta vez que lo voy diciendo.

-¿Quieres té?-. Me preguntó acercando su rostro e invadiendo mi espacio personal, más de lo que yo quisiera, haciendo que me sintiera incómodo y el rojo subiera a mis mejillas. El aroma que desprende es a galletas mezclado con su esencia corporal, simplemente exquisito… ¡FUERA DE MI CABEZA, PENSAMIENTOS HOMOSEXUALMENTE PERTURBADORES!

-S-Si…-. Dios ¿Tartamudee? ¿Qué mierda le pasa a mi cabeza?

-¡A mi dame media taza, Eren!-. Dijo el de cabeza rapada. Estaba temblequeando y parecía un total desquiciado. Entonces "Eren" tomo una de las tantas tazas que había en el lugar, el lleno hasta el tope y luego con un cuchillo la cortó a la mitad. Solo me quede shockeado por el hecho de que le tendió la taza al chico sin que siquiera el líquido amagara a caerse como debería ser con toda lógica.

-¿Dónde hay más galletas?-. Preguntó la chica de la coleta ¡Pero si tiene la boca llena de galletas ahora mismo! Este lugar me pone los pelos de punta ¡Esta todo endemoniadamente desordenado!

-Sasha, las galletas que quedan son para la invitada-. Le reprocho el mocoso rubio.

-Damita ¿Cuántas cucharadas de azúcar quiere?-. Volví a centrar mi atención en el moreno, y luego de indicarle la cantidad, tomo 3 cucharas distintas, ya llenas hasta el tope, y las vació en la taza. ¿Es necesario ensuciar 3 cucharas? ¡Podrías haber usado la misma! Además, pensaba replicarle por tratarme de mujer.- Tienes un corte de cabello medio extraño, Pero me gusta-. Iba a replicar algo, pero el chico rubio hablo primero. Tiene unos ojos azules enormes.

-Eren ¿Crees que esté bien? No creo que a Ella le guste-. Hizo énfasis en el "ella" como a alguien que no se debe nombrar.

-¡Armin, deja de preocuparte! Además, ¡es una jovencita! No podemos dejarla por allí en el bosque sola ¡es peligroso! Yo la acompañaré a casa, pero por ahora disfrutemos de su compañía, no recibimos muchas visitas-. Me miro nuevamente con sus expresivos ojos verdes. Supongo que si me va a acompañar a casa solo porque soy "mujer" lo más conveniente es que finja ser una y que me guíen.- Te quedaras a tomar el té ¿Verdad, Damita?

-Sí, supongo-. Le di un sorbo a mi taza y ese chico sonrió complacido.

-Mi nombre es Eren, aunque creo que ya lo oíste nombrar. La chica que come mucho es Sasha, el chico de la cabeza rapada es Connie y el rubio es Armin.

-Levi-. Me limité a decir.

-¡Vaya, se me hace tarde!-. Dijo Armin sacando un bonito reloj de bolsillo.- Debo ir con ella o me regañará.

-Armin, no entiendo porque sigues trabajando allí-. Eren frunció el ceño.- Podrías dejar de seguir sus órdenes, además, si descubre que vienes aquí conmigo… te cortara la cabeza.

-¿Quién?-. Pregunté sin tacto alguno. Todos se erizaron, y fue Eren el que me hablo.

-La reina de corazones, Mikasa. Es una larga historia, pero está detrás de mí a toda costa para hacerme su esposo. Armin trabaja como su mensajero, aún no sé porque, y eso me molesta. Cualquier persona que me vea y no se lo notifique inmediatamente, por ley es traición directa a la reina, y le cortaran la cabeza, todo por mi culpa…-. Su mirada se entristeció.- Le quitó la corona a la Reina Christa, ella si sabe dirigir al país.

-No creo que sea tu culpa. Si ella es una estúpida maniática que no se da cuenta que no hace nada más que molestarte continuamente con su acoso sexual permanente, es su puta culpa-. Eren rió animadamente ante mi comentario nada propio de una "damita" como al parecer ha elegido llamarme.

-Como sea, debo irme-. Dijo nuevamente Armin, sacando un reloj de su bolsillo para fijarse la hora.

-Adiós, Armin…-. Dijo algo afligido Eren. Por dios que mataría para que no vuelva a tener esa cara de angustia… ¡Mierda!

Todos se despidieron de "Armin" no sin antes este reprocharle a Eren que no hiciera nada impulsivo, imprudente o suicida, como al parecer suele hacer. Además, le recordó que debe llevarme nuevamente a casa. Cuando el rubio se fue, Eren voltio nuevamente a la mesa y comenzó a tomar té con una cara de deprimido como si de alcohol se tratara. Carraspee mi garganta para hacerme notar nuevamente, pero cuando Eren me iba a hablar, se escucharon ruidos a lo lejos, lo que nos puso alertas a todos. Rápidamente, Eren se paró, Me tomo de la muñeca y me arrimo a su pecho.

-¡Hey! ¿Qué mierda te pasa?-. Me sonroje un poco por tal acción. Me miro y luego sacó algo de su bolsillo. Era una botellita igual a la de la mesa de la primera sala.

-Sera mejor que la bebas. Yo estoy acostumbrado a esquivar y escapar de los guardias de Mikasa, pero no creo que tengas la misma capacidad-. ¿Me está subestimando?- Además si te ven, pondrán alerta a todas las tropas, en general ellos ya saben dónde me encuentro, pero no vienen todos los días. El que vean a una damita que no es de estas tierras pondrá chiflada a Mikasa.

-Hey, Pero…-. Trate de quejarme, pero Eren me miro firmemente.

-Por favor, bébelo. Es lo mejor, para ti, para mí, para todos si queremos guardar nuestro pellejo-. Me limité a asentir y tome el frasco que me daba. Lo abrí y bebí un trago de esa extraña bebida. Al igual que la última vez, sentí un revoltijo en el estómago y comencé a encogerme, pero Eren me tomo entre sus manos y me llevó a una taza que tenía en el ala de su sombrero. Me metí ahí y me asome lo suficiente para hacer guardia, pero en cuanto se acercaron las demás personas, Connie me indico que no dejara que me vean, y que no me asomara hasta que me dijeran.- ¿Les puedo ayudar en algo, caballeros?

-Vaya, vaya, mi trío de lunáticos favoritos-. Connie se rió de manera maniática ante tal comentario, acompañado por Sasha.- Lo de siempre, Jäeger. Mikasa te llama para que vayas y te conviertas en su marido.

-Nuevamente, rechazo rotundamente su oferta-. Esta vez su tono fue más tosco.- ¿Ya se retiran?-. Lo dijo más como una invitación.

-Que desperdicio. No entiendo como una chica tan linda como ella cayó enamorada de un cretino como tú.

-Y yo no entiendo cómo puede tener de sirviente un cara de caballo, Kirschtein.

-Jean ¿Quieres una taza de té?-. Ese fue Connie.

-Hagan el saludo a la reina por cuestión de respeto.

-Seguro-. Afirmo de mala gana Eren. Entonces, vi como Connie y Sasha se inclinaban en forma de respeto. Sentí un declive y vi que Eren hizo lo mismo. Al parecer, el muy imbécil se olvidó de que estaba en una taza en la copa de su sombrero. Caí desde arriba cayendo de culo en el piso.

-¡Imbécil!-. Le reproché, y al darse cuenta del GRAVE error que había cometido al verme allí en el piso, justo debajo de su cabeza, su expresión se desfiguro a una de preocupación. Los guardias se alertaron y comenzaron con un interrogatorio, pero en un movimiento rápido Eren me cogió en una mano y me metió nuevamente en la tacita (La cual no sé por qué no se cayó, sinceramente a este punto nada me sorprende) entonces, de su bastón sacó una espada y esquivo el ataque de uno de esos guardias, que ahora que los podía ver, tenían forma de cartas de corazones.

-¿Quién es esa, Jäeger?-. Mire al dueño de la voz, y era un castaño con ojos miel y una cara horrible, ahora entiendo su apodo.

-¡Eren, Corre con la damita, nosotros te cubrimos!-. Esa fue Sasha, que también sacó una espada de quien sabe dónde y se puso en guardia delante de nosotros, seguida por Connie.

-Pero, Sasha…

-¡Eren, si nosotros nos ofrecemos, vete!-. Este fue Connie, que esquivo perfectamente un ataque directo de la lanza de una de las cartas-guardias-lo que sea. Entonces, Eren aún algo titubeante, guardo su espada en el bastón y se echó a correr en la dirección contraria hasta que lo considero seguro, comenzando nuevamente con un paso lento y ameno.

-Hey, Eren-. Llamé por primera vez por su nombre.

-¿Si, Damita?-. Llevo su mano a la tacita, en ademán de que me subiera a ella. Lo que hice fue morderla fuertemente.- ¡Ay! ¡Eso duele!-. Antes de que la apartara, la sujete y me subí a la palma, cruzando las piernas. Me bajo hasta llevarme a la altura de su rostro.

-Si vuelves a hacer algo tan estúpidamente imprudente como eso, yo misma me encargare de castrarte. Armin no puede ni irse un minuto que ya haces exactamente lo contrario a lo que te dijeron.

-Y tú ya pareces mi madre-. Bufo frustrado. Levanté la ceja en interrogación por su falta de respeto. Ahora mismo si tuviera mi tamaño natural le hubiera dejado en el suelo.

-Ahora mocoso ¿Cómo vuelvo de dónde vine?

-No lo sé ¿De dónde vienes?

-Inglaterra.

-¿Qué es eso?

-¿Me estas jodiendo?-. Fruncí el entrecejo.- Bueno, no espero que conozcas un país de afuera, sinceramente, no tengo idea de donde mierda estoy.

-Estas en infra tierra-. Me dijo alegremente.- Aunque eso suena algo feo, yo prefiero decirle país de las maravillas, aquí hay de todo ¿No crees?

-Parece que todo hubiera sido imaginado por alguien que se drogo gravemente-. Bufé molesto. El frunció el entrecejo.

-Pues, yo creo que en esa tal "Inglaterra" no debe de haber ni la mitad de las cosas que nosotros tenemos-. Estábamos aproximándonos a un lago, hasta que llegamos a la orilla.

-Por suerte-. Por alguna razón, me gustaba hacer enojar a Eren. Ver su expresión tan infantil me causaba gracia y hasta ternura.

-¡Oye…!-. Iba a replicarme divertido, al parecer también le entretenía tal tipo de pelea absurda, pero nos interrumpió un ruido, entonces, una horda de cartas salió del bosque por el que habíamos estado caminando, sobresaltándonos. Se aproximaban a gran velocidad, hasta que hicieron un semi-circulo rodeándonos y acorralándonos contra la orilla del lago, mientras nos apuntaban con sus lanzas.

-Eren, por orden de su suprema majestad de corazones, debe venir con nosotros al castillo y entregarnos a la joven extranjera que le acompaña-. Fue el cara de caballo ese, que parecía divertido al ver la situación.

-Jamás-. Dijo cortante pero elegante a la vez. Me llevo nuevamente a su sombrero y me susurro que me sujetara fuerte.

-Usaremos la fuerza si es necesario. Infra Tierra necesita un nuevo rey, y la reina no quiere a otro hombre que no sea usted.

-Díganle a Mikasa que no estoy interesado en ser su consorte, menos rey de este lugar.

-Lo llevaremos a la fuerza, al igual que a la joven en su galera.

-Si llegan a tocar a la damita, les juro que se arrepentirán-. Su mirada se ensombreció y a nueva cuenta saco el sable de su bastón, sin perder su posición elegante y refinada. Una combinación bastante extraña con respecto a sus ropajes andrajosos y sucios, además de abochornantes y fuera de lugar. Entonces, cuando las cartas dieron un paso dispuestas a atacar, él tomo su sombrero conmigo y me metió dentro.

-¡Hey!-. De su bolsillo sacó un papel doblado y lo lanzó conmigo.

-Ve y busca a Hanji la mecánica, no hables con extraños-. Me guiño un ojo y haciendo una reverencia con galera en mano, y yo dentro de esta, luego de un grácil movimiento me lanzó por los aires, haciéndome aterrizar del otro lado del lago. Al caer, me asome y vi como lo tomaban de los brazos y se lo llevaban a la fuerza.

-¡Eren!-. Trate de llamar inútilmente, más se perdieron en el bosque. Me senté nuevamente al fondo de la galera y tome mis rodillas, esto ya estaba empezando a asustarme. ¿Dónde estoy? ¿Cómo vuelvo? ¡Ahora podría estar leyendo una buena obra literaria, pero estoy encogido y dentro de una galera andrajosa!

No sé cuándo el sol se ocultó y volvió a salir, solo sé que estaba durmiendo y pude ver como alguien o más bien, algo, me levantaba del sombrero con su hocico. Me incorpore y pude ver un enorme sabueso olisqueándome.

-¡Hey!

-¿Tu eres la Joven que estaba con el sombrerero? Me obligaron a seguir tu rastro.

-¿Sombrerero? ¿Te refieres a Eren? ¿Dónde está? ¿Dónde lo llevaron? ¿Qué me harás?-. Retrocedí un poco, pero él solo me olisqueó.- Sentado-. Obedeció.

-Eren, así se llama, pero todos le dicen el sombrerero loco, o más bien sombrerero.

-¿Es porque hace sombreros?

-Es porque siempre usa la misma galera.

-¡Por tu culpa se llevaron a Eren!

-No tenía otra opción. Tengo familia, e hijos. Pero estoy del lado de la reina Christa.

-¿Cuál es tu nombre?

-Mike-. Hizo una reverencia.- Eren estará bien. Por lo menos se ha escapado del castillo unas 14 veces.

-Tenemos que ir a rescatarlo.

-¿Él te lo pidió?

-Solo me dijo que vaya con una tal Hanji "la mecánica" y me dio un papel-. Me di vuelta y busqué en la galera el papel que me había dado. Lo abrí y pude ver un montón de anotaciones con una caligrafía que parecía de un niño de 4 años.

-Entonces iremos con Hanji, estará encantada de conocerte.

-Quiero ir a rescatar a Eren.

-Entonces la persona indicada para pedir ayuda, es Hanji.

-No te olvides del sombrero.-Resignándome a que si era necesario este sabueso me llevaría en la boca hasta esa tal "Hanji" así que me subí a su cabeza y deje que se echara a correr. Poco me importaba, tenía el tamaño de una manzana, no caminaría exactamente "rápido".

Siguiendo por un camino, Mike olfateó el aire y me dejo en el suelo. Habíamos entrado en un camino estrecho y oscuro, con árboles negros y parecía de noche aunque afuera hubiera luz del sol, solo que el bosque es tan espeso que no se nota.

-Escúchame, joven.

-Soy mujer-. Por lo menos si fingía, fingiría bien.

-No lo eres, puedo olerte y eres hombre-. Sentenció.- Sigue por este camino, no hables con extraños y si escuchas algún ruido sospechoso, escóndete. Si sigues por aquí, al final del bosque encontrarás un taller de mecánica, donde está Hanji. Ahora me debo ir, puedo oler a los soldados buscándome, y será mejor que los despiste.

-Gracias, Mike. Deseo lo mejor para ti y para tu familia-. Le acaricié el hocico, el dejo el sombrero en el suelo.- ¿Cómo haré para llevar esto a cuestas?

-Lo siento pero tendrás que arrastrarlo. De todas maneras, no es muy pesado. Vamos, me debo ir, fue un placer conocerte-. Hizo una reverencia y luego de olfatear el aire, salió corriendo en una dirección, para luego perderse en el bosque. Suspire y tome el sombrero, para comenzar a caminar arrastrándolo conmigo desde las cintas que tenía colgando. Caminado un rato, el camino se dividía en 2 y escuche una risa.

-Hehe, que lindo sombrero el que tienes ahí-. Una voz femenina y juguetona se hizo presente, para luego dar a lugar a una chica pelirroja con dos coletas y ojos verdes y rasgados. Tenía lo que parecía un buzo a rayas bordó y negro, y sus mangas le quedaban extremadamente largas, dejándolas colgando. Lo más extraño, es que tenía unas orejas de gato del color de su cabello sobresaliendo de su cabeza, y una cola a rayas igual que su buzo escurriéndose por debajo del buzo.

-¿Quién eres?

-Bueno, depende-. Desapareció y luego apareció flotando al lado mío, a lo que di un respingo y ella se rió.- ¿Quién quieres que sea?

-Si es posible, la tal Hanji.

-¿Buscas a Hanji?-. Ronroneó. Luego desapareció y apareció en una rama de un árbol.- Su taller está al final del bosque.

-¿Qué camino debo tomar?

-¿A dónde quieres ir?

-No importa, solo quiero irme de aquí-. Sinceramente, ya estaba bastante cansado.

-Entonces, no importa que camino debes tomar.

-Dime como llegar a Hanji-. Dije casi en una súplica. Ella se compadeció y bajó hasta donde estaba, para tomar el sombrero y ponérselo en la cabeza.- ¡Hey! ¡Devuélvemelo!

-¿Acaso piensas llevar este gran sombrero tu sola a rastras? Y yo que me ofrecía a llevarlo por ti donde Hanji-. Fingió un tono dramático y se hizo la dolida, para luego sonreírme ampliamente.- Generalmente me dicen Sonriente, pero mi nombre real es Isabel.

-Gracias, Isabel-. Así ella comenzó a flotar junto a mí llevando su sombrero, y se encaminó por el camino de la derecha. Seguimos el rumbo, en ningún momento amagó a llevarme para llegar más rápido, pero tampoco es que quisiera abusar. Era bastante juguetona y sarcástica, sentía que si abría la boca se iba a burlar de mí, y como no andaba con paciencia, mejor no decir nada y dejar de lado la posibilidad de ofenderla.

Al fin llegamos a lo que parecía una fábrica, de donde salía humo por unas chimeneas. Isabel tocó la puerta y dejo caer el sombrero encima de mí, para luego desaparecer. Abrieron la puerta y se escuchó la voz estruendosa de una mujer.

-¡Vaya, un sombrero! ¡Qué bonito!-. Levantó la galera y por fin pude ver su rostro. Era una mujer alta y con cabello castaño amarrado en una coleta alta, como Sasha. Detrás de sus gruesas gafas redondas que parecían goggles con mallas metálicas, se podían apreciar un par de ojos café.- ¡Y una pulgarcita!

-¿Tu eres Hanji?

-En efecto, sí-. Extendió su mano para que me subiera y me llevo cerca de su rostro para observarme.- Eres muy pequeña y bonita, y dime ¿Qué buscas de esta hermosa y joven mecánica?

-Han secuestrado a Eren, necesitamos ir a buscarlo.

-¿A Erencito? No tardara en liberarse de las garras de la Reina roja.

-De todas maneras, lo secuestraron por mi culpa, y no dejare que lo tengan allí-. Sentencié con la mirada llena de determinación. Hanji sonrió complacida.

-Si pero querida pulgarcita, no puedes hacer mucho con este tamaño.

-Recuerdo que en algún momento comí un dulce que me hacía crecer. ¿Tienes de eso?

-¡Claro que sí!~ Ven conmigo-. Me subió a su hombro. Llevaba unos pantalones marrones de trabajador, junto con un cinturón y un montón de herramientas en este. Unas botas hasta la rodilla y una camisa blanca con un chaleco color marrón oscuro. Se podía ver que en un bolsillo llevaba un reloj bastante deteriorado y extravagante.
Al entrar al taller, pude ver varias personas trabajando con máquinas, hierro, herramientas y lo que parecían distintos dispositivos.- ¡Moblit!~

-¿Si, señorita Hanji?-. Vino un chico joven con la cara manchada de grasa. El lugar estaba terriblemente sucio, engrasado y lleno de polvo, me estaba por dar un infarto.

-¡Necesitamos hacer que esta pulgarcita crezca un poco!~

-Enseguida-. Pareció entender perfectamente, y al rato volvió con algo de ese dulce. Hanji me lo tendió y le di un mordisco, para luego comenzar a crecer y caer al suelo antes de dislocarle un hombro a la mujer. No soy muy alto y dentro de todo mi complexión es delgada, pero 64 kilos en un hombro no es muy sano.

-Bien, ahora que tengo mi tamaño normal ¿Me ayudarás a buscar a Eren?

-Claro que si-. Sus ojos brillaron y me guió hasta una habitación. Allí me dio ropa trabajadora, no podía andar por allí con un vestido todo andrajoso y pesado. Me dio un par de botas negras como las suyas, unos pantalones holgados con un cinturón para ajustarlos más. Una camisa blanca, a las cuales les deje los cascos para que no tuviera pecho plano, y un par de guantes de cuero con los dedos al descubierto. Parecía una persona de verdadera escala trabajadora, y tampoco me desagradaba. Este estilo de ropa era cómodo, además de que Hanji lo combinaba con todo tipo de accesorios que daban referencia a lo mecánico, al igual que los demás. Cuando estuve listo y con un rifle en la espalda por las dudas, Hanji me detuvo.- Espera cariño, le falta el toque especial.

-¿Si?-. Se fue corriendo hasta arriba y volvió con un par de goggles iguales a los suyos: Hechos de bronce y con correas de cuero, redondos y de lentes gruesos. Los acomodo de manera que quedaran en mi frente, sin impedirme la visión.

-Tenlos por si acaso tenemos que usar algún transporte aéreo. Por ahora, vamos a ir en Zeppelín-. Ella se había cambiado, llevaba unos shorts negros y unas botas altas de bronce con engranajes y tuberías. Una camisa blanca con cola y un chaleco corto color café. Además, llevaba una hombrera, y una liga en el muslo izquierdo con una bolsa. El cinturón de cuero de antes ahora llevaba bolsas colgando en vez de herramientas.

Así, Hanji abrió un hangar y subimos a un zeppelín algo extraño, no como los conocía. Este funcionaba con una sustancia que se extraía de una flor, y por eso los motores desechaban una especie de niebla color turquesa. Además, el "globo" era de colores chillones y divertidos, combinaba perfectamente con "El país de las Maravillas"

-Muy bien, este es el plan mi linda Levicita~-. Me llamo Hanji con su voz cantarina. No era una persona muy paciente y nuestras personalidades chocaban, así que no era exactamente "Amable" con ella.

-Me vuelves a decir así de nuevo y no vivirás para contarlo, cuatro ojos de mierda.

-Siempre taaaan cariñosa, como sea. Nosotros volaremos en zeppelín por los alrededores, nos dejaran en un perímetro de 1 kilómetro lejos del castillo, en estos bosques de aquí-. Me señalo en un mapa un bosquejo.- luego montaremos lobos adiestrados hasta la entrada sur. Burlaremos a los guardias para adentrarnos a los territorios de la reina roja. Rescataremos a Erencito y volveremos con la Reina Blanca, o Christa.

-Entendido. ¿Dónde estará Eren?

-Eso no lo sé, pero podemos separarnos para ir por las distintas alas del castillo. Yo creo que estará aquí, en el salón principal donde generalmente está Mikasa. Si no se escapó antes, lo llevarán allí para que Mikasa lo vea, aunque creo que hay que ir rápido, porque dudo que no le salte encima y lo viole allí mismo para quedar preñada y atarlo a ella-. Carcajeo y a mí eso no me hizo ni pizca de gracia ¿Violar a Eren? Si la muy puta se atreve le meteré a Isabel por la concha, a ver si así queda satisfecha…

-Bien. Yo iré a ese salón.

-Ese es el más custodiado, no creo que sea adecuado. Aunque lo que podemos usar son las vigas que hay en el techo. Si caminamos por allí, no nos verán y podremos localizar a Eren sin tener que caminar por el suelo.

-Yo iré allí, entonces.

-Bien, está decidido. ¡Todos a sus puestos, estamos por aterrizar!-. Así bajamos en el bosque, y Hanji llamó a lo que parecían unos Lobos con montura e implantes mecánicos, no me sorprende de ella. Nos subimos y emprendimos viaje al Castillo de corazones.- Levi, entra y ve al jardín principal, allí busca una entrada y luego escala por las vigas con el equipo en tu cinturón.

-Entendido-. Así, cuando burlamos a los guardias de la entrada con una distracción mecánica (un jabalí robótico inventado por Hanji, que sirvió como distracción lo suficiente) yo me desvié a los jardines principales, dejando que el lobo se fuera por su cuenta. Comencé a caminar, y algo me llamo la atención: Unas cartas de corazones estaban pintando apresuradamente rosas blancas a rojas. Seguí mi camino hasta la entrada y allí usé un equipo, que tal como dijo la loca, me ayudo a escalar por las grandes vigas. Cuando llegue al tope comencé a caminar mirando hacia abajo, buscando la presencia de Eren, aunque lo único que veía eran guardias enfilados, hasta que las puertas principales se abrieron de golpe, dando lugar a una chica. Me detuve a escuchar a la muchacha con un vestido rojo y negro. Dieron lugar a varias personas en el salón, esa chica comenzó a caminar en frente de ellos. Algunos los reconocí… esos son… ¿¡Sasha y Connie!?

-Ustedes-. La chica hablo. Su cabello negro como el ébano contrastaba con su piel blanca, parecida a mí en general.- Han visto a Eren ¿Verdad?-. Como siempre, Connie temblequeaba levemente. Ya he decidido que su estado mental no es sano.

-Hehehehe-. Rió el de cabeza rapada, pero luego sacó una taza y se la lanzó a la chica, la cual la esquivo como si nada hubiera pasado.

-Déjenlo, es un lunático. ¿Y tú?-. Se dirigió a la castaña.

-Sí, lo he visto. Somos amigos, tomamos el té juntos-. Esa chica entró en cólera, su cara se deformo en furia.

-Como te atreves, perra.

-¡No es nada tuyo, no tienes derecho sobre su vida!-. Ese fue Connie, el cual instantáneamente consiguió una cachetada de esa mujer. Hubiera bajado inmediatamente y le hubiera partido el culo, pero por ahora debo centrarme en encontrar a Eren.

-¡Mikasa, eres una lunática, Eren nunca te querrá y no lo puedes cambiar!-. Sasha también consiguió una mirada de cólera y una cachetada. Así que esa era la tal Mikasa, vaya perra ramera. La castaña come-galletas siseó las palabras llenas de veneno.- Y haciendo esto solo conseguirás que te odie más de lo que ya hace.

-¡Cállate! ¡Solo lo dices porque te has enamorado de Eren! ¿Verdad?-. Su mirada se volvió una lunática.- ¡Tu pedazo de perra comelona no tienes ninguna oportunidad con él! ¡Eren es solo mío! ¡MIO!-. Lanzó una risa maniática.- ¡PERDERAN LA CABEZA!-. Escribí una nota rápida en un papel.

-Eso es imposible, la perdimos hace mucho rato-. Dijo Connie divertido, pero antes de que Mikasa alzara su espada en son de cortarle el cuello, lancé un dardo con la nota enganchada y le apunte a su vestido, haciendo que este se enganchara en la pared y no pudiera mover el brazo. Pude ver como su cara se desfiguraba a una de seriedad y corrí lo más rápido que pude hacia los pasillos, para a mitad de camino esbozar una sonrisa debido al grito de frustración que lanzó esa repugnante mujer al leer la nota.

"Eren es mío"


OHHHH Levi reclamando su territorio (?) Muy bien ¿Que les pareció? ¿Malo? ¿Horrible? ¿Aceptable? ¿Bueno? ¡Acepto desde tomatazos hasta ladrillos! Lo escribí a los apurones y sinceramente no estoy muy segura, pero bueno, estaba aburrida y la idea y determinación está ¿Verdad? c:

En el siguiente capi, además del final, se aclararan un par de cosas con respecto a Erencito, pero no desesperen.

Antes de que pregunten, no, no tendrá lemon. ¡Dios, siempre quieren lemon! pero yo también tengo mi lado tierno y fantasioso, sin lo pervertido.

Como sea, espero sus opiniones y como siempre sus reviews, saben que me encantan y alimenta mi hermoso ego, así que ¡Manden pos! Hehe

Nada mas que decir.

Patatapandicornio