¡Saludos mis viejos y nuevos lectores (y senseis que anden por ahí)! Hace muchas lunas que no publico nada, pero todo tiene una razón (la verdad no :P solamente perdí los ánimos de escribir por un tiempo pero no la creatividad) pero no se preocupen, no dejare mis historias incompletas.
Hoy les público algo nuevo para aumentar mi repertorio y abordar nuevos horizontes.
Dato informativo el próximo capítulo de mi otra historia está en un 70% así que no desesperéis.
Bueno, sin nada más que decir espero que los disfruten.
Guía Celeste
El universo es un extraño y confuso lugar, lleno de los más grandes e incomprensibles misterios, muchos acontecimientos difíciles de explicar tienen lugar día a día, y hoy mis pequeños les contare sobre un curioso caso que vale la pena contar.
Toda vida tiene un ciclo que cumplir; nacemos, crecemos, nos reproducimos y nos preparamos para nuestra inminente muerte, ¿acaso podemos esperar algo más? ¿tenemos un propósito en nuestra vida?, eso forma parte de muchas de las muchas cuestiones que hasta el día de hoy agobian mi cabeza.
Mi vida hasta este momento se ha vuelto un calvario, si hubiera una palabra correcta con la que podría definirla sería… "incolora" si esa es. Ha sido un día pesado en la oficina, los reportes me están matando, las manecillas del reloj atormentan a su paso mis débiles tímpanos. Estamos en cierre fiscal del año creo que era de esperar, aun así no se si esto era lo que imaginaba que sería de mi vida al verme casi llegar al tercer piso, mi cumpleaños fue hace unos días no pensé que 27 sería un número que me pesara tanto. Aun así no me puedo quejar, me dieron un pequeño pastel en mi oficina, mi jefe me dio la tarde como gesto de buena voluntad a pesar de las fechas en las que estamos, ojala no lo hubiera hecho.
Dios mío, fueron las horas más tormentosas de mi vida, o tal vez todas eran así pero simplemente nunca me tome el tiempo para pensarlo. No tenía mucho que hacer, me di una vuelta por el parque de la ciudad, me senté en una de las banquillas y mire mí alrededor, las palomas arrullaban como de costumbre, el ajetreo de la ciudad no podía faltar, el sonido de las recientes construcciones taladraban una vez más mis infructíferos intentos de relajarme. Se lo que piensan ¿Acaso es tío no tiene amigos? Bueno la verdad…
Un melódico sonido alerta mis sentidos, observe los bolsillos de mis pantalones y saque el objeto causante del ajetreo.
—¿Bueno?
Un breve e incómodo silencio sumado a la estática me desesperaba un poco.
—¿Joshep?
—Sí el habla, ¿en qué puedo ayudarle?
—¿¡Acaso no reconoces mi voz!?
—¿Franklin, eres tú?
—¡Vaya me alegro que por fin diera con tu numero!, hace unos días que me robaron mi celular y perdí mi agenda.
—Vaya suena terrible.
—No es algo por lo que tengas que preocupar joshi, ya sabes gajes de vivir en la metrópolis.
—Bueno espero que estés bien Franki.
—Fue un asalto limpio nada de qué preocuparse
—Qué alivio
—Bueno el verdadero motivo de mi llamada era para ¡felicitarte joshi!, lamento no haberlo hecho antes, pero fuera del típico mensajito obligado de Facebook quería llamarte personalmente.
—No te preocupes Franki, comprendo el porqué.
—¿¡Que me dices, te apetece unos tragos con la pandilla!?
—No lo creo, estoy algo ocupado.
—¿Demasiado trabajo?
—Algo así
—Vaya espero que no te quemes demasiado las pestañas, en fin que tengas un buen día
—Igualmente, no tomes mucho.
—Jajaja, si eso pasa no dudes que serán en tu nombre
—No lo dudo, divierte por mí.
Y eso fue todo, cerré mi celular cortando nuestra efímera conversación, en el fondo esperaba que en realidad se divirtiera por mí. Desde hace meses que en realidad no lo hago; Franklin no es un mal tipo, de hecho es un gran amigo como lo es la pandilla. Oh mis viejos amigos universitarios, no nos vemos muy a menudo, no es difícil entender la razón, cada uno hizo su vida; aunque son contadas las ocasiones en que nos vemos hoy no estoy de humor para embriagarme.
Es curioso me escucho a mismo y creo que me estoy amargando, ¿acaso esto es lo que significa ser adulto?
Deje mi reflexión y decidí marcharme del parque, creo que en lugar de aclararme las cosas me deprimió todavía más. Camine por las frías calles, estaba empezando otoño, creo que uno de estos días debería comprar ropa más acogedora que mi traje de oficina. ´
Observando los puestos comerciales me doy cuenta de cómo cambian los tiempos, los juguetes de hoy no son lo que solía ser en mi época; los juguetes de acción son aún más complejos ahora que lo pienso, niños que se transforman en aliens a través de dispositivos tecnológicos, mil y un armaduras complementarias para los hombres hierro, esto sumado diversas aplicaciones con códigos inscritos en sus cajas, vaya los niños de hoy son muy diferentes.
La juventud ha cambiado, la sociedad ha cambiado, y yo… creó que no me adapto muy bien. Tan solo miren la sección de niñas, muñecas monstruo en escuelas, animales con tendencias humanas con artículos de moda y por último los ponis…
Lo último que recordaba de ellos es que eran un típico producto y programa sosos diseñados a un estereotipado perfil de gustos para niñas y mírenlo hoy… según tengo entendido, hay un gran número de varones sumados a sus seguidores.
Vaya como cambian las cosas…
Llegue a mi pequeño departamento, lo bueno es que no vivo muy lejos de la oficina, no debería sorprenderme lo escogí estratégicamente para que así fuera, ahora lo pienso ¿acaso vivo para trabajar o trabajo para vivir?, si me preguntaran hace años te contestaría la segunda pero ahora no estoy tan seguro.
—Hola Doris, espero que no te sintieras sola sin mí.
Mi pequeña Doris, mi única fiel acompañante en este mundo tan indiferente, mi pequeña pececita que me regalaron hace un año, creo que debería comprarle un compañero un día de estos.
Una vez sentado en el sofá busco el único escape a esta monótona existencia, el televisor. Lo mismo de todos los días, dramas insufribles, noticias terribles, y comedia barata, ya no hay creatividad y ahí estaba viendo un breve episodio de ponis, ¡hasta donde he llegado!
En mi estupefacción me levante del sofá y me dirigí al ordenador, busque las páginas de mi interés, redes sociales, noticias, tecnología y por ultimo mi blog personal. En mi desesperación hace meses que me hice uno, sé a la perfección que a nadie le interesa mi vida, pero se ha vuelto una forma de escape a la monotonía que me está consumiendo.
En ella he estado plasmando todos mis pensamientos, criticas, noticias relevantes (o al menos para mí); el día de hoy decidí hablar de esa peculiar serie de animalitos de color, debo admitir no era tan mala como esperaba, pero nada de otro mundo, de todas maneras me di a investigar un poco, si de algo podía jactarme era que si de algo iba escribir debía hacerlo bien.
Hoy quería hacer algo diferente así que he decidido crear la sección "Querida princesa Celestia" si lo sé, incluso a mí me pareció bizarra la idea, pero esa era la idea.
"Querida princesa Celestia.
Mis más formales saludos, sé muy bien que no me conoce ni yo a usted y menos sé si usted llegara algún día a leer esto. Pero si ese es el caso tome esta carta como el intento desesperado de un ser a cuyo mundo ya no le interesa.
Le contaría la historia de mi vida, pero creo con justa razón, que muchos detalles sobrepasaran su entendimiento, no se ofenda mi hogar es extraño al menos en comparación de sus tierras. De lo que si estoy seguro, es que hay un lenguaje en el que usted y yo podemos entendernos.
Sentimientos…
Comprendo que usted es una experta en la materia, (al menos si Wikipedia no miente), no por nada tengo entendido que usted sola fue capaz de dominar a los elementos de la armonía.
He de admitir que yo carezco de esa palabra, hace años que no soy el mismo y creo que he estado perdiendo la capacidad de sentir. Heme aquí la razón del porque le escribo, perdí la llama de mi vida y empiezo a creer que jamás la tuve.
Hoy acudo usted gran maestra, para que ilumine a este humilde servidor.
Sin más por el momento que decir, estoy en espera de su respuesta.
Atte. Un amigo"
Publique la entrada y cerré el ordenador, camine lentamente hacia mí dormitorio y aventándome cual costal de papas recaí en el colchón, estaba muy cansado como para cambiarme y entrar bajo las sabanas, así que solo cerré los parpados y antes de dormir reflexione lo que había hecho.
Nunca fui muy creyente, no era cosa de que fuera ateo ni mucho menos, pero mírenme aquí escribiéndole aun ser prácticamente inexistente. Una sonrisa marco mí rostro, pensar en escribirle a esa yegua parlante en vez de rezarle a mi propio Dios era una idea inconcebible, he ahí la gracia.
Era claro que yo no esperaba una respuesta, pero al menos me desahogue…
Y es así mis pequeños de como un ser de entre millares que hay en el infinito, decidió un día sin más desahogar lo poco que sentía mediante letras. El universo es extraño y como consecuencia la vida también, un pequeño acto de rebeldía contra sí mismo pasaría como si nada en cualquier otro día.
Pero hoy mis pequeños, hoy no es el caso…
En mundo distante, donde la vida es completamente diferente a la que conocemos, una Princesa reposaba en su trono; tranquila, relajante y maternal era el aura que esta ser desprendía. Una mirada que transmitía sabiduría reposaba sobre su reino.
Debía admitir que ahora le sobraba tiempo, no mucho pues las labores reales nunca terminan, pero al menos podía relajarse unos momentos antes de reanudar sus tareas. Estos días han sido realmente satisfactorios para ella. Su hermana nuevamente se encontraba a su lado, su pueblo disfrutaba una era de paz que por lo visto tardaría en desaparecer, y por último y más importante había podido presenciar el ascenso de su alumna.
He ahí el porqué de estos momentos, su hermana y su alumna habían logrado aligerar la carga que por tanto tiempo había llevado. No podía estar más feliz, más sin embargo un pequeño sensación de que algo le faltaba se hacía presente, al principio no supo reconocer que era, pero estos días podía identificarla a la perfección.
Su mayor logro la hacía a la vez sentir un poco pensativa estos días, debía admitir que extrañaba esos días en que su más leal alumna le pedía consejos, pero hace meses que eso no ha ocurrido. Conocía la razón, ya no había nada más que enseñarle.
Suspiro un momento, no podía negar que estaba muy orgullosa de ella, pero extrañaba mucho esos días.
Miro hacía el horizonte sin un punto en específico y suspiro una vez más, lista para regresar una vez más a sus labores se levantó de su trono, pero justo antes de dar marcha algo inesperado sucedió.
Una llama blanca se materializo frente a ella, antes solía recordar que así su alumna le enviaba sus reportes de aprendizaje, con la única diferencia del color de la llama; si su memoria no le fallaba, por lo general verde era el color. Más no le importo, que más daba su leal alumna la necesitaba y eso la emociono sin duda.
Justo al leer su cara denotaba que no era precisamente lo que esperaba…
¿CONTINUARA?...
