Necesito ser rápido, la ceremonia esta por empezar y no puedo perdérmela, es un momento especial para mi hermano y quiero estar junto a el, siempre estaremos ahí para apoyarnos mutuamente. Yo se que el estará cuando yo me convierta en el curandero del clan.
Me habían encomendado Semillas de Adormidera y Caléndula, estaban cerca del campamento así que no iba a demorar mucho. Me senté en el blando y fresco pasto, bañado en el rocío matinal. El viento estaba a mi favor, pero mi olfato nunca fue bueno, así que no percibí olor a ninguna de las cosas que buscaba.
Me levanté y decidí seguir caminando por allí viendo y oliendo, esperando encontrar un rastro de las medicinas, al parecer esto va a ser mas largo de lo que esperaba, puede que mi planificación no salga del todo bien y eso me preocupa. No puedo abandonarlo y menos en este día.
Mientras caminaba vi unos árboles, a lo mejor es buena idea subir a uno y ver si encuentro lo que busco.
Busqué el mas alto, este tenía una gran roca, con una punta afilada apuntando hacía el cielo, pero no le tome importancia, mi misión no era ver rocas, si no, buscar medicinas antes de que nombren guerrero a mi hermano.
Utilicé mis garras para trepar rápidamente por el árbol y me mantuve en una rama por debajo del techo de hojas que se formaba con todos los árboles juntos. Pero seguía sin ver nada de lo que buscaba, di unos pasos mas, casi llegando al extremo cuando escuché un sonido, de algo quebrándose, ese algo, era la rama en la que estaba.
(Nota: Lo siguiente es muy violento y sera explicado gráficamente, si no soportas cosas como esta, avanza hasta el siguiente paréntesis)
Todo paso muy rápido, todo daba vueltas y aunque por reflejo traté de caer de pie, antes de sentir el blando suelo forestal, mi costado, donde estaban mis costillas, fue perforado por algo, aunque no lo podía ver, sabía que era, se trataba de la roca. Escuchaba el crujido de mis huesos rompiéndose y separándose, como esa cosa a la que no le tome importancia, molía mi interior y mis órganos. Mi sangre caía lentamente pintando por completo la roca de un color rojo intenso.
(Desde aquí se puede volver a leer tranquilamente)
El dolor era abrumador, pero antes de desmayarme di un alarido de dolor, lo mas fuerte que pude, quería que me encontraran.
Escuchaba como muchos gatos maullaba mi nombre altamente, se escuchaban tristes, asustados y preocupados, oía a mi mentor, a mi líder, a su lugarteniente, pero de entre todos esos, escuché a mi hermano, Nenúfar. Abrí un poco los ojos y muy difícilmente dije.
- ¿Hermano?¿Aun estoy a tiempo para ver tu nombramiento? - En ese momento todo fue negro, no veía nada, no escuchaba nada, no sentía nada.
Abrí mis ojos y en unos segundos supe donde estaba, me encontraba en el Clan Estelar, algunos amigos que habían muerto, los veteranos que cayeron y gatos aun mas antiguos que no alcancé a conocer.
Pero, estaba triste, triste por no ver a mi hermano ser nombrado guerrero.
Aun cuando estaba en el Clan Estelar, escuche una pregunta de mi Nenúfar, con su voz decaída, temblorosa y débil.
"¿Por qué no estuve allí?"
Los gatos ya muertos como yo, me enseñaron a poder seguir viendo a mi clan y así, no me perdí el nombramiento de Nenúfar o mejor dicho ahora, Nenúfar Dorado.
- ¿Lo ves hermano? Te prometí que estaría allí - Dije mientras las lágrimas corrían desde mi ojos.
FIN
