Prólogo
Las violentas llamas de hermosos tonos que fueron creadas por la ardua batalla que tuvieron dos fieros adversarios, provocaron la desolación en la tierra donde chocaron sus fuerzas y poderes al máximo, sin nada de vida en lo que una vez fue una hermosa isla de abundante y majestuosa flora y fauna.
Aunque la tierra nunca estuvo habitada en primer lugar y en realidad la tierra no debía de existir, pase a eso existía en esos momentos, después de todo, se podría decir que un dios creo la isla únicamente como el escenario de los dos destinados rivales que pelearían a muerte una vez más.
Así la pelea avanzó demostrando con cada golpe y con cada técnica la fuerza que tenían junto al deseo de poder liquidar a su rival. Ninguno tuvo piedad y ninguno se contuvo durante toda la batalla, tal cosa sería un insulto hacía su rival como para ellos mismos, además, uno no podría vencer sin tener la voluntad de asesinar a quien tenía en frente o moriría.
Al final todo termino con un solo resultado demostrado en una escena que solo el mejor de los artistas tendría derecho a retratar.
Pues de entre todos los cráteres creados y todo el suelo reducido a cenizas habían dos personas quienes se miraban intensamente, no dudarían de acabar la pelea con sus últimos alientos y tampoco durarían para activar su última autoridad.
Uno era un joven de 16 años (en apariencia) quien tenía un alborotado cabello negro cual obsidiana alborotado y salvaje que resaltaba su acanelada piel y sus ojos a juego con su cabello, aunque no era una persona guapa o atractiva como otros hombres, sus facciones regias le hacían resaltar entre algunos otros varones.
Aquel joven era alto y delgado con una complexión torneada y leve musculatura pase a sus años de entrenamiento sin descanso, el cual todavía se resaltaba de su playera azul de manga corta debajo de una camisa blanca desabotonada y un pantalón negro sujeto por un cinturón.
Su rival también joven de apariencia con un año de diferencia. Su cabello era de un negro brillante y hermoso como el mismo azufre mientras su piel era hermosamente pálida resaltando sus ojos negros como perlas de la noche y sus labios rosados, un joven de apariencia andrógina que uno pensaría mucho antes de decidir su género, pues era tan hermoso con sus facciones finas que uno incluso podría pensar que era una niña.
El joven era delgado pero pequeño en estatura y de una complexión débil carente de músculos, usaba una túnica blanca sucia junto a una capa marrón con diversas suciedad que solo acentuaba la belleza de sus facciones, como una hermosa princesa en trajes indignos de su persona.
Aquellos dos rivales eran el último y único rey demonio de la época, Kusanagi Godou, y su rival fue el primer dios con quien comenzó su vida como un rey asesino de dioses así como el dios con quien mejor se llevó, el dios persa de la victoria, Verethragna.
Pero ninguno de los dos se encontraba en verdaderas condiciones adecuadas. El dios patrón de la victoria tenía su cuerpo horrendamente ensangrentado mientras había perdido un brazo, su pierna derecha destrozada con fuerza incluso al partir sus huesos, un violento corte que iba diagonalmente desde el hombro izquierdo hasta el final de la cintura en la zona inferior derecha, pero lo peor de todo fue un agujero en su pecho donde debía de existir el corazón del dios.
Más el rey no estaba en mejores condiciones. Su ropa casi rasgada como si mil cuchillos le hubieran perforado la ropa e incluso la piel por algunos leves cortes, su pierna derecha en un color negro azufre calcinada hasta la extinción junto a la sangre misma, sus ojos y boca chorreando sangre mientras su cuerpo parecí tener todos los huesos rotos o por romperse, demostrando que incluso el arte de respirar, era tan doloroso como el corte de una espada en su cuerpo.
Pero ninguno de los dos pensaba rendirse y ninguno pensaba dejar la victoria en las manos del otros, así comenzaron a cargar poder mientras se miraban y pensaban en que estrategias usar, ambos tenían muchas de sus autoridades selladas y pocas podían utilizar en esos momentos, pero eventualmente eso no sería un problema.
– Has dominado demasiado bien mis autoridades – La hermosa voz como el cálido viento de la primavera dios paso en medio del campo de batalla, donde Verethragna felicitaba a la persona quien le había asesinado en una ocasión – Debo de felicitarte por cumplir nuestra promesa que hicimos hace ya tantos siglos, pues esta batalla es la que llevo esperando desde hace tiempo – Su cuerpo pequeño fue cubierto por una poderosa aura mientras una espada dorada comenzaba a formarse en sus manos.
Godou sonrió con burla ante eso, conocía muy bien el poder de la espada dado que él mismo la había portado en su momento. Conocía lo poderosa y problemática que era esa espada e incluso, fue la primera de las encarnaciones que Verethragna había sellado de las diez que portaba, aunque en el caso del dios era lo mismo.
Kusanagi Godou había apuntado a cancelar las diez formas con las que pelearía en contra de Verethragna y asesinarlo como un mero mortal, pero no lo logro como esperaba de su homólogo persa, así él cargaría todo su poder mágico en la última de sus encarnaciones y sabía que Verethragna no podría detenerle.
– Antes de acabar, contéstame una cosa Verethragna – La fría voz del joven quien apenas podía mantenerse de pie resonó, su voz cansada como si portara oxido en su garganta y le costara hablar fue lo que escucho el dios de la victoria – ¿Esto es lo que tenías planeado desde el inicio?
Verethragna es la deidad persona quien tenía una divinidad clara como señor de la guerra quien porta todas las formas de la victoria, enfrentándose a rivales de inmensos poder y siendo fiel a su nombre y título, se mantuvo eternamente con la victoria.
Si llegase a luchar con hombres, estos serían destruidos por sus poderes abismales, si fueran bestias divinas, serían aplastadas y destrozadas por el mismo en su fiera forma de destrucción, en contra de dioses y campiones, su [Espada Dorada] eliminaría sus autoridades y serían acabados por sus manos, aunque en caso de morir en una batalla, reviviera con los mismos, demostrando así la razón e nunca haber conocido una derrota.
Así continuo ganando y ganando, hasta que eventualmente apareció una duda en su cabeza:
'¿Qué se siente la derrota?'
Tras conocer la victoria en cada una de sus formas tras batallar en contra de cada rival existente, esa duda comenzó a carcomer la mente de aquel que nunca había sido derrotado por nadie. Por ende el dios curioso busco a más rivales con los cuales podría pelear, pero eventualmente el resultado fue escrito por las palabras de dios.
Así el dios continuo ganando cada batalla sin conocer la derrota, pero todo cambiaría cuando una bruja le detuvo en su pelea final con Melgart. Perdiendo sus memorias y actuando como un mortal más en la tierra, fue donde conoció a la persona quien considero como un amigo, esa persona fue Kusanagi Godou.
Aunque el destino avanzaría por la victoria del dios que recobraría sus memorias y se vería forzado a pelear en contra del humano con quien había hecho buenas amistades, pero ya sabía la fuerza de la humanidad y su victoria asegurada… pero en eso conoció la derrota.
Su cuerpo se prendió en llamas blancas pertenecientes a sus poderes y entonces comenzó a reír, pues había encontrado su respuesta al final, más no estaba satisfecho en lo más mínimo, no era lo que había esperado y deseaba algo más. Con eso prometió pelear en contra de su viejo amigo como su rival.
A sí en sus últimos momentos de vida comprendió:
'Solo yo puedo matarme y conocer la derrota'
– La victoria procede de muchas maneras, Godou – Con esas palabras mostró una hermosa sonrisa mientras miraba a su amigo una vez más, pues mientras se recreaba en el reino espiritual, su alma graba en llamas la promesa de volver a pelear.
El rey no dijo nada y sonrió, ambos se alistaban y entonces…
Una brillante luz causo una enorme destrucción en la isla dando final a la batalla entre dos enemigos destinado.
Capítulo 1.- Un destino sin fijo.
El tiempo avanzó como debía según sus acciones, así Godou logro abrir sus ojos sintiendo como su cuerpo se sentía pesado como si fuera un bloque de acero vivo. Sus extremidades se sentían más pesadas que de costumbre y su cuerpo todavía bombeaba su sangre a una temperatura infernal, más la experiencia era de ayuda cuando no le afectaba como lo hacía en sus primeras veces al utilizar su máximo poder.
Parpadeo un par de veces confundido y con un enorme dolor de cabeza, tanto así que llevo su mano derecho pasando entre sus oscuros cabellos e intento calmarse lo suficiente para pensar. Las dudas llenaron su cabeza como muy pocas veces fue posible, aun así se encontró cómodo en la almohada que tenía en eso momentos…
– Así que por fin has despertado de tu letargo, asesino mío – La melodiosa voz que a juego con su rostro andrógino confundiría a cada hombre y mujer resonó con suavidad, como la suave brisa de verano que soplaría en el frío invierno.
Godou noto como justo frente suyo su destinado rival y amigo se encontraba mirándolo con una sonrisa de felicidad y satisfacción hacía abajo, mostrando una mirada que solo pondría una enamorada al cuidar del hombre que juro amar hasta la eternidad.
Repentinamente se sonrojo por esos pensamientos que incluso crearon confusión en su cabeza sabiendo que Verethragna en realidad era un hombre, pero con sus facciones nobles y su aura alrededor de su persona, no se culparía ni a nadie en confundirla con una linda dama que superaba la belleza de cualquiera.
– Sin duda debes de estar cansado de nuestro apasionado final incierto – Perdido en las palabras del dios quien sonaba como una madre en susurros a su hijo para que volviera a descansar, Godou se tensó al sentir una suave y pequeña mano pasando por sus mejillas enrojecidas debido a la confusión de su moral con el dios, pero esas palabras despertaron los recuerdos del asesino de dioses – Si preguntas sobre el resultado, lamento informar que no sé nada de él, todo lo que recuerdo fue una luz que nos cegó cuando íbamos a finalizar.
– Es verdad, ahora lo recuerdo – Aunque su cabeza continuaba difusa en su totalidad sobre los eventos, recordó que estaba por utilizar lo último que le quedaba de poder para derrotar a Verethragna antes de que una luz los cegara – ¿Qué habrá sido eso? – Ya fueran sus años de experiencia como un Campione o simplemente una corazonada, pero dicho evento había despertado el lado más precavido del rey.
Más el joven rey se quedó con una mirada tranquila cuando por fin salió de su sueño.
Con su mente clara pudo notar que todavía se encontraba acostado y que podía apreciar a su rival y amigo mirándolo hacía abajo, mientras su cuerpo descansaba en dura roca po lo que sentía, su cabeza estaba en una delicada y cómoda almohada que evitaba la sensación del duro suelo y para finalizar, su mejilla derecha fue acariciada con dulzura, sonrojándose a más no poder al entender el problema en el que se encontraba.
Con rapidez intento alzar su cuerpo, entendiendo que su cabeza descansaba en los muslos de Verethragna, pero el joven tomo los hombros del rey para acomodarlo una vez más.
– ¿Ve-Verethragna? – Confundido no pudo evitar tartamudear el nombre de su rival destinado a la pelea cuando aprisiono su cuerpo en sus muslos, entonces cuando alzó su mirada todo su rostro se volvió rojo, pues el dios había descendido su rostro.
El espacio entre uno y otro no era más de unos cuantos e incómodos centímetros, con eso algunos de los mechones de Verethragna cayeron tocando su rostro.
Confundido su vista se perdió en los oscuros ojos del dios de la victoria quien se encontraba con un comportamiento muy extraño para el rey.
– A comparación tuya Godou, me he restaurado en su mayoría mientras que tú no has recuperado todo tu poder incluso con el tiempo que has descansado, relájate y recupera todo tu poder para terminar con nuestra disputa – Pase al significado de esas palabras que tenían como solución buscar una batalla nuevamente en contra de ambos, Godou no pudo evitar sino caer encantado con el dios.
Kusanagi Godou era quien mejor conocía al dios de la guerra y sus autoridades dado que, de cierta manera, las compartían entre los dos.
El poder que Verethragna estaba usando era el [joven], la cual creaba un encanto al punto donde una persona totalmente desconocida podría considerar al dios como un amigo de toda la vida al cual nunca diría que no a sus peticiones, un encanto que incluso hipnotizaba a los Campiones como se demostraba en esos momentos, pase a eso, el rey se encontraba extrañado de la actuación del dios.
– El hecho de esas palabras significa que no fallecimos a la vez – Suspiro insatisfecho con el eventual resultado – Incluso llegue a considerar que fue mi victoria y estaba en el mundo astral, el cielo al menos lo aparenta.
Ya acostumbrado al mundo donde los dioses abandonaron sus actos de herejía y se volvieron residentes del mundo astral, el reino entre la vida y la inmortalidad, la entidad conocida como Campione podría entrar de diversas maneras a dicho reino donde uno debía de moverse al pensar al lugar donde deseaba estar, el cielo colorido con tonos oscuros fue un paisaje que se podría encontrar en dicho lugar.
Aunque en realidad para Godou no fue una victoria y dicho pensamiento fue negado apenas apareció en su cabeza.
Ya fuera por el tiempo que ha pasado como la manifestación de la victoria en todas sus formas o simplemente instinto, Godou había aprendido a diferenciar entre una victoria como una derrota y cuando considero el final como su victoria, algo en su interior le indico que no era eso, aunque tampoco se sentía como si hubiera sido derrotado.
Posiblemente Verethragna se sintiera de la misma manera que él, aunque sus palabras colisionaron en su cabeza durante unos leves segundos.
– ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí? – Rendido debido a la fuerza monstruosa del pequeño niño de cabellos negros, Godou cuestiono al dios cuando había entendido que se encontraba durante un tiempo en dicho y extraño mundo.
El dios, para satisfacción de Godou, regreso su cabeza al cielo mientras llevaba su dedo índice derecho a sus rosados labios y pensaba, mostrando una vez más lo hermoso que era el dios incluso entre la suciedad de alrededor.
Sus ojos entrecerrados y su mirada perdida en el infinito del lugar, sus labios suavemente abiertos y su cabello brillando como si fuera bañado por brillantina, una imagen que sin duda ningún hombre podría resistir, aunque incorrectamente el patrón de la imagen era un hombre en vez de una doncella a la cual uno podría devorar.
Así con unos simples segundos Verethragna observo una vez más a su asesino con una dulce sonrisa.
– En tiempo humano diría que hemos estado un alrededor de 8 días – La respuesta del dios quien pensó en un cálculo rápido asombraron al joven rey demonio.
¿Había estado descansando durante 8 días seguidos?
– Yo me desperté una vez paso un día entero recuperando una gran parte de mi poder, pero eventualmente el hecho de que hayas perfeccionado tanto mis autoridades se demuestra en el tiempo que tarde para recuperar el poder que tengo ahora, pero incluso eso va para ti Godou, salvo por tus autoridades solares todavía hay muchas otras autoridades que no se han liberado de mi espada – Su risa al finalizar su explicación fue con el sonido del "Ufufufu" mientras parecía satisfecho por sus acciones en contra de su poderoso rival.
Kusanagi Godou no deseaba aceptar el hecho de que Verethragna tenía razón cuando no podía sentir más allá de unas cuantas autoridades activas, muchas de ellas eran habilidades pasivas fuera del combate que no fueron selladas por el dios persa al verlas como habilidades inútiles.
Suspirando en rendición entendía que no tenía más que descansar para poder utilizar nuevamente sus autoridades para su revancha, donde uno de los dos moriría eventualmente.
Aunque ninguno estaba en desacuerdo con eso y eran más sigilosos con respecto a la victoria, dado que para ambos, la victoria se había convertido en todo una maldición.
Verethragna fue el patrón de la victoria quien la conformaba al cambiar de forma en cada pelea y como su divinidad decía, fue aquel que nunca conoció la derrota ni una sola vez en la vida. Esa fue la razón principal de salir al reino mortal donde se enfrentaría en contra de otros dioses herejes, reyes asesinos de dioses o encontrar un humano con quien poder batallar en todo su esplendor.
Eventualmente todas las batallas que tuvo fueron con sus victorias absolutas que no mostraban duda de ellas… nunca hubo una señal de haber podido perder.
Pero su salvación llego mediamente con Godou al cual había conocido tras un choque contra Melgart, siendo perforado por su autoridad que lo catalogo como un pecador. Aquel evento pensó dio fin a su búsqueda de la victoria, pero no se sintió satisfecho con eso.
No había peleado con su máximo poder ni esplendor, no había chocado espadas con su rival y no sintió el calor y pasión recorrer su cuerpo como había imaginado sería la batalla que diera final a su existencia en la tierra… no podía aceptar eso y por eso hizo la promesa de reencontrarse con Godou para terminar lo que habían empezado.
Para Kusanagi Godou fue su vida como un Campione y sus longeva existencia lo que causaba el odio hacía la victoria y el deseo de una derrota, que para cualquier Campione sería la muerte de su persona en medio de una batalla digna de sus más fieros instintos.
Pase a su apariencia llevaba muchos años existiendo en el mundo, muchos más de los que algunas habría considerado.
La autoridad del joven no solo otorgaba una enorme carisma al portador y la capacidad de obtener y dar protección divina, también realizaba una función de mantener eternamente joven al portador de dicha autoridad para que continuara peleando en cada guerra que necesitara al dios de la victoria, por eso incluso Verethragna parecía ser muy joven siendo una entidad mayor a él.
Claro que en un inició parecía ser algo bueno, Erica y las demás utilizarían su magia para ser jóvenes como Lucretia y pasar su vida juntos hasta el final del tiempo, pero eso no fue más que una ilusión.
El tiempo era el único enemigo que no pudo vencer.
Erica era buena con la magia pero no al nivel de Liliana, hacer el conjuro para mantener su cuerpo joven fue algo que no logro hacer en su plenitud, su vida fue la más corta de entre todas sus esposas, fue la primera a quien conoció y la primera con quien se despidió.
Yuri le siguió en ese camino, su cuerpo fue muy débil que al final no logro avanzar mucho, eventualmente tomo el camino de la princesa Alice creando cuerpos de plasma pero su muerte llego en cama, con un último beso.
Ena quien se mantuvo a su lado mucho más tiempo que las dos anteriores, su cuerpo bendecido por los dioses le ayudo a mantenerse viva durante un largo periodo de tiempo, pero lo divino no iba con una joven, muriendo cuando su corazón y órganos no podrían contener la fuerza que no le permanecía.
La última de sus amantes fue Liliana, la bruja y caballera más leal del rey.
Gracias a la sangre de bruja había logrado vivir con él mucho más tiempo que incluso Ena, ella domino el hechizo de la juventud manteniéndose joven y hermosa, pero el hechizo solo servía para su exterior, ya no era tan rápida como antes ni tenía tantas energías, pero ella no era un Campione y eventualmente fue mucho consumo de magia, pero al menos vivió felizmente su vida con su amado rey.
Cerrando los ojos en su última luna llena, el mismo día donde se aceptaron con amor.
Con eso Kusanagi Godou comenzó a vivir una vida solitaria alejada de las civilizaciones viviendo vació, perdido en la existencia.
Eventualmente sus hermanas y más cercanas amantes fueron de ayuda, Luo Hao quien fue su hermana en ley, Madame Aisha quien fue su hermana menor auto proclamada y Annie Charlton quien fue su mejor amiga.
Aunque eventualmente él fue el último de los Campiones en la actualidad.
– Ser 'El señor de la guerra persa' es totalmente un infierno – Aunque no sabía cómo reaccionaría su contraparte divina con dicho comentario, Godou miro al niño iluminado por el sol que miraba el vasto reino colorido con una mirada complicada – Realmente esperaba otro resultado.
La soledad y perder a cada ser vivo que amo fue un veneno muy duro para su persona, sin nada en el mundo por el cual vivir, busco la muerte cada que existiera la oportunidad. Peleaba día y noche con cada dios con el que se topara, eventualmente se volvió tan fuerte que la mayor parte de sus autoridades restringidas eran casi libres de ellas, las encarnaciones de la victoria fue una de ellas.
Pero como Verethragna en su momento, la victoria siempre le acompaño a todos lados y eso fue una espada de doble filo, pues con cada victoria, se hacía más fuerte y menos capaz de encontrar la muerte.
– Lo sé mejor que nadie, Godou – Él busco lo mismo simplemente por sentí algo nuevo que solo la victoria, buscaba algo que diera un nuevo significado a su eterna lucha… o tal vez a alguien.
El dios comenzó a tararear, mientras su mano continúo con su trabajo con el rey demonio que descansaba en sus muslos, todo eso junto a la autoridad de la juventud provoco sueño en el joven rey, quien se dejó caer en los brazos de Morfeo plácidamente.
El tiempo avanzó cuando Verethragna había recuperado todo su poder, Godou todavía se encontraba con sus autoridades en recuperación demostrando la diferencia entre las espadas doradas de ambos, pero no era el momento de compararse o de siquiera pensar en una batalla decisiva.
Los dos rivales dieron un alto al fuego para poder investigar adecuadamente el lugar donde se encontraban como lo que podría haber alrededor. Si eran los únicos seres vivos en dicho lugar o si podrían encontrar un camino hacía su mundo, aunque eso no era algo sencillo y Godou lo sabía por años de experiencia ya fuera por Aisha o dioses relacionados con las travesuras.
– Pero sin duda este lugar es irreal – El espacio a sus alrededores formado por brillantes colores oscuros y opacos, junto a grandes cantidades de tierra flotando se encontraban rodeando cada parte del lugar – No puedo activar ninguna autoridad que pueda sacarnos de aquí tampoco.
– Las autoridades relacionadas a viajes de un punto a otro se activan cuando tienes la imagen clara del lugar deseado, en un mundo donde no sabemos que existe, esas autoridades son inútiles en su mayoría – Comentando acerca de las acciones que Godou había tomado según sus palabras, Verethragna comentó sobre el problema principal.
No fue una sorpresa para Godou que Verethragna supiera ese tipo de cosas en primer lugar, hubiera sido más sorprendente que no supiera nada con respecto a ese tema.
Aunque Kusanagi Godou haya existido por un muy largo periodo de tiempo en el mundo, no indicaba que su conocimiento fuera diferente al que tenía cuando se había convertido en un Campione. Tenía un mejor control de la magia eso era verdad, pero no tenía un gran conocimiento de las cosas mágicas como Verethragna o cualquier otro dios relacionado a la magia o conocimiento, aunque todavía sabia usar sus autoridades a un nivel asombroso.
Cerró los ojos suavemente para percibir la entrada de aire para el uso del viento como transporte, pero nada sucedía incluso con su mente concentrada en esa única tarea. Pero había notado cambios en el mundo donde se encontraban, distorsiones por micro-segundos que daban pauta a una variación en el espacio, si usaba el tiempo adecuado podría ir a una salida, pero él no conocer nada podría evocar una tierra llena de dioses con los cuales batallar.
Repentinamente una sensación comenzó a invadir su cuerpo con fuerza, una emoción que sentía cada que se encontraba con un rival y no provenía del dios de la victoria con quien se encontró antes, pues la emoción provenía de un oponente tan fuerte que ni en toda su corta existencia podría competir.
– ¿Eres tú quien trae estas desagradables emociones a una? – Una voz linda pero monótona se formó en su espalda dónde provenía un poder inmenso que parecía expandirse infinitamente, una entidad cuyo poder se mostraba con sus palabras sencillas.
Girando sobre su espalda encontró a la dueña de la voz.
Una pequeña dama de infantil apariencia de un hermoso cabello negro como la Infinita oscuridad que caía hasta los muslos resaltando su pálida pero hermosa piel y sus brillantes ojos a juego con su cabello, de facciones finas y muy hermosas que podrían hacer que uno le admirara por la eternidad. Un traje de lolita gótica fue lo que cubría su cuerpo en pleno desarrollo, aunque Godou sabía que esa forma no era más que una fachada.
Su madre adoptiva Pandora también pasaba su tiempo como una niña cuando podría tomar la forma de un adulto joven, más Godou podía sentir que la serpiente frente a sus ojos superaba por muchísimo a su madre en termino de poder y magia, incluso él no se sentía alistado para poder batallar en contra de ella.
Menos en su estado actual.
Escuchando a sus más básicos instintos dio un salto hacia atrás para agarrar distancia entre su persona y la hermosa niña, sin despegar sus ojos de ella para evitar que hiciera algo raro como un ataque sorpresivo.
La niña no se movió, ni siquiera se encontraba emocionada o algo, simplemente se quedó observando al joven quien inteligente mente se había alejado.
– ¿Quién eres? – Al sentir el poder nacer de la persona frente suya, Godou sentía la curiosidad de aquella entidad divina quien compartía rasgos de un ancestro divino, pero su poder y presencia era totalmente la de una diosa.
La niña ladeo la cabeza en señal de mostrar su confusión ante la duda del hombre frente a sus hermosos ojos carentes de vida, analizó a la persona frente a sus ojos sintiendo una emoción recorrer su cuerpo hasta su corazón, el cual latía tan fuertemente con cada segundo que lo miraba más de cerca.
– Me han nombrado por incontables formas, pero Ophis es como llaman a una por los más jóvenes de la era – Sin miedo respondió a la duda del varón cuando este poco a poco liberaba poder, la nombrada como Ophis sonrió al sentirlo – Veamos si puedes entretener al Uroboros – Comentó con su voz apagada mientras con hambre lamió sus labios en señal de querer tanto como su rival la pelea entre ambos, pero entonces Ophis había notado algo ante el varón.
Sus ojos perdieron levemente su brillo como si se hubieran convertido en cristal, un aura dorada que enarcaba la última de las encarnaciones de la victoria se estaba activado para conocer la historia del dios quien había aparecido frente de ellos.
– 'Una serpiente que come su cola para representar el inicio y fin de todo. Creada para basarse en lo limites que se desconocen, la representación de lo infinito como de la sabiduría junto al control vida y la muerte… la serpiente más fuerte del mundo y los mitos….' – Su voz monótona como si alguien hablara en su lugar dando esa información, cuando repentinamente todo eso había terminado y se encontró liberado como confundido.
– ¿Así que conoces mis origines? – Dando un paso hacia atrás noto como nuevamente la pequeña niña se encontraba flotando frente a su rostro junto a una mano extendida hacía su rostro, congelando su cuerpo y acciones debido al peligro de muerte, pase a eso una sonrisa de emoción comenzaba a nacer en su rostro – ¿Supongo que deseas una batalla? – La pequeña niña libero poder mágico de increíble manera.
La energía que emanaba era sin duda la más poderosa que haya sentido en mucho tiempo, su cuerpo sintió los recuerdos de su batalla en contra del príncipe Rama con quien había batallado utilizando su máximo potencial en sus peleas. La imagen de aquel apuesto príncipe choco con la hermosa niña pero solo una cosa permaneció en ambas imágenes, una sonrisa que demostraba el deseo de batallar en contra de un rival preciado para ambos.
– Todavía no estoy recuperado, pero si tanto deseas una pelea – Aceptando el deseo de combatir contra el rival frente a sus ojos, un aura dorada cubrió su cuerpo mientras la imagen astral de un sol de piedra se formó en su espalda.
Así la niña de oscuros cabellos junto al varón se miraron fijamente liberando el poder que había en el interior de ambos desde un inició, sus reflejos vistos desde el brillo del otro con el varón demostrando no un deseo de batalla, sino una lujuria por la misma.
Como si aquella mirada y aquel poderoso sentimiento de satisfacción fueran como una gripe contagiosa, la linda niña curveo sus labios dulcemente en una sonrisa de deseo para enfrentarse a quien podría darle una entretenida batalla. Su cuerpo emano un aura que nunca antes había tenido ni recordaba tener, los dos se alistaron…
– Lamento interrumpir su apasionada mirada de un par de amantes en un acalorado reencuentro, pero ese hombre es mío – Interviniendo repentinamente entre los dos rivales, una voz sonó a espaldas de Ophis junto a un corto filo en la parte trasera del cuello.
Verethragna había aparecido en el campo donde los dos nuevos combatientes se encontraban, la serpiente sintió nuevamente una emoción en su cuerpo que emanaba de la punta del arma que la estaba tocando. Sin un corte estaba lastimando su interior e incluso por muy raro que fuera para ella, parecía estar perdiendo su poder parcialmente.
En un parpadeo Uroboros había desaparecido de la hoja del dios y alzado la vista, la espada estaba justo frente a su nariz sin tocarla, donde los dos dioses se miraron.
Godou quien se encontró a lo lejos en esos momentos aprecio la forma en que dos dioses se miraban antes de una batalla, no fue una escena nueva en su vida ni nada por el estilo, pero en esos momentos no podía decir quien ganaría entre las dos deidades que estaban una frente a la otra, pues uno representaba el infinito y el otro la eterna victoria.
– Conque es aquí donde te encontrabas, Ophis – Una nueva voz resonó en el vació inexplorado.
Godou con movimientos rápidos saltó hacía atrás las veces suficientes para escapar de misiles de un tono blanco llenos de energía, Verethragna con un solo salto se alejó de la diosa cuando cuatro entidades nuevas llegaron donde la fiesta comenzaba a suceder.
Kusanagi Godou frunció el ceño levemente cuando su cuerpo comenzó a sentir más y más la emoción de la pelea, sus instintos advirtiéndole acerca de las amenazas que se encontraban cerca suya fueron nítidos pero notorios, demostrando la presencia de algo divino pero no tan poderoso como para igualarlo.
La ventana de humo comenzó a desaparecer lentamente revelando a las cuatro figuras.
Un joven varón de castaños cabellos peinado hacía atrás con una corona de laurel dorada en su frente con unos ojos castaños y de una piel levemente bronceada, tenías rasgos finos pero se notaba su actitud relajada y traviesa como la de un niño. Su cuerpo bien trabajado sin musculo innecesarios cubierto por un peto rojo con bordes dorados unidos a dos hombreras que caían en guantes de cuero y armadura, un pantalón negro con unos escudos laterales junto a unas botas de tono rojo, lo más llamativo fue el bastón largo en su mano.
A su lado un joven de rasgos caucásicos de un largo cabello rubio con un largo mechón cayendo del lado derecho de su rostro mientras otro pasaba por la zona superior hacía el centro de la frente cubierta por el flequillo del mismo mientras sus ojos se resaltaban detrás de sus gafas, aquel varón era verdaderamente apuesto a un nivel sorprendente que casi lograba alcanzar a Doni. Su cuerpo delgado cubierto por un traje fino negro con bordes azul como una corbata del mismo color, una espada con un mango dorado y de un gran poder.
A la izquierda de la niña una joven de unos 19 años quien tenía un cabello de un hermoso color negro con dos largos mechones a los lados de su cara mientras se recogía la parte trasera formando un círculo, sus ojos de un tono dorado intenso junto a su blanca piel resaltaban la belleza de la joven. Su cuerpo curvilíneo como un reloj de arena cubierto por un kimono negro con finales rojos atados por un obi dorado mientras que su gran busto provocaba que cayera, lo más curioso de la dama fueron dos hermosas colas negras danzando junto a dos largas orejas de gato.
La última persona como la más fuerte y por mucho, fue la que más llamó la atención de Godou.
Una chica alta de un largo cabello platino con largos mechones de cabello que conformaban su flequillo mientras sus ojos de un bello color plateado resaltaban su piel blanca que desconocía la luz del sol, su rostro era fascinantemente hermoso con una mirada seria y determinada como poderosa y dominante. Su cuerpo delgado y curvilíneo era atrayente como nada más. Su busto de gran tamaño que resaltaba de su playera verde que iba bajo una chaqueta negra, un pantalón negro con la zona central roja con una cadena atada alrededor de la cintura.
Aquella dama no solo era hermosa y poderosa, Godou podía sentir una mezcla de poderes que había causado sin interés en aquella persona.
– ¿Quiénes son ellos? – La dama de platinos cabellos observo a la pequeña niña justo en su espalda, la diosa serpiente miro de reojo a la mujer antes de pasar su vista a las dos entidades divinas.
– No lo sé – Respondió con tranquilidad y sin problemas – Pero son fuertes eso lo sé – Incluso sin haber combatido en contra de alguno de los dioses, la serpiente sintió el terrorífico poder de la espada dorada que intento cortar su divinidad – Muy fuertes – Su deseo de batalla había despertado tras milenios de nunca sentir algo como eso, deseaba pelear en contra de ellos incluso sabiendo que era su victoria.
– Es así – La chica divertida con las palabras de la diosa sonrió en emoción mirando al varón como a su compañero o compañera, no sabía identificar el sexo del más joven – Veamos que tanto si se encuentran en la brecha dimensional sin protección.
Los dioses de la victoria confundidos con las palabras de la doncella sobre su locación, ambos sintieron sus instintos despertar en un parpadeo.
Verethragna alzó su mano para con su dedo índice detener el avance del bastón mágico que portaba el joven de apariencia traviesa, el cual empleaba una enorme fuerza para poder mover a su rival quien ni se inmutaba, solo se quedó parado con su único dedo deteniendo el poderoso pilar capaz de sostener los océanos.
Obviamente esa fuerza anormal no provenía de un humano común y corriente, la segunda encarnación de Verethragna fue la del [Toro con Cuernos de Oro] que daba al usuario el poder de cargar el peso del cielo.
Así Verethragna tomo el bastón para girar y lanzarla junto a su usuario hacía el otro lado, entonces tomo su espada girando para detener el corte que provenía del varón rubio, las espadas chocaron entre sí creando una onda de choque que movió el polvo debajo de Verethragna, más el dios sonreía deteniendo la espada con facilidad mientras su rival parecía temblar al usar su fuerza.
El dios con un simple movimiento de la espada, el cuerpo del varón observo como su rival se encontraba a una enorme distancia suya mientras su cuerpo comenzaba a doler.
El caballero y el joven mono se levantaron tomando sus armas para observar al niño quien se mostraba tranquilo, sonrió divertido antes de hacer una provocación para que se acercaran a él.
Godou observo a lo lejos como su contraparte divina se divertía en contra de los dos poseedores de armas, entonces saltó de su lugar esquivando nuevamente disparos de energía junto a lo que parecía ser llamas demoníacas, entonces alzó su mirada para observar en el cielo a las dos damas de majestuosa apariencia.
– Mientras que Arthur y Bikou se entretiene con tu amigo, nosotros seremos tus oponentes – La mujer de platinos cabellos agregó con una sonrisa de satisfacción en cara – Adelante Kuroka.
– Como digas, Vali – La nekomata asintió a las órdenes de su compañera.
Así la nombrada como Kuroka recubrió su cuerpo con un aura blanca mientras en su espalda se materializo una extraña figura negra donde comenzaron a formarse flamas de un tono blanco azulado, las cuales fueron disparadas en contra de su persona.
Más para el joven rey demonio dichos misiles se movían a una velocidad lenta dejando que pudiera esquivarlas incluso sin el uso de sus autoridades, aunque tampoco le afectarían si alguno de ellos le golpeara.
-Pelea de Verethragna-
Bikou y Arthur se encontraron levemente adoloridos debido a la última acción del dios contra el cual se enfrentaban, asombrados de su fuerza física como del poder de la espada que choco en contra de sus ataques.
Arthur tomo su espada y la alzó frente a su rival fijando su vista en aquel joven de encantadora apariencia, Bikou por su parte comenzó a girar el bastón de poder que pertenecía a su familia con una sonrisa de emoción.
Verethragna ni se había inmutado ni molestado en lo más mínimo ante las acciones de los seres con sangre divina diluida por sus venas, alzo su espada dorada y detuvo al portador de un arma sagrada con la punta de la misma. Su rival estaba asombrado por tal habilidad y fuerza que portaba, le restó importancia a las reacciones del mismo aburrido de su rival, su deseo de pelea solo le pertenecía a un solo hombre en el mundo.
Las memorias de sus encuentros y batallas prendieron la llama en su alma deseoso de esos eventos una vez más, sus ojos que demostraban una interna paz fueron borrados y cambiados por una lujuria sin control junto a un deseo sin igual por complacer su espíritu de lucha. Así su cuerpo rodeado de un hermoso manto dorado cuyo calor era la misma que del sol, no perdería su tiempo en contra de un rival que no lo entretuviera y únicamente se fijará en su meta.
Bikou quien se encontraba en movimiento espero para quedar en el punto ciego del dios y atacar, su instinto como guerrero indicaba que el adversario no sería derrotado con una técnica tan limpia y pura como la de Arthur, sino una más tramposa y sucia digna de un animal cazando a su presa como él había sido entrenado.
Su bastón de poder, la Ruyi Jingu Bang estaba por tocar el punto del cuello donde dejaría inconsciente al dios de un golpe, cuando un repentino viento comenzó a soplar fuertemente como un tornado dando paso a un fuerte vendaval, así los dos guerreros fueron enviados a volar como si fueran las hojas de un árbol que caía lentamente tras fuertes lluvias.
Los compañeros de batalla miraron como el vendaval fue creado por el dios, pues los vientos que debían de ser inexistentes en aquel reino comenzaron a rodear al joven suavemente en esos momentos.
Los dos estaban comprendiendo de poco a poco la enorme brecha de poder que había entre los dos usuarios de armas en contra del joven.
– Parece que solos pero unidos no será una buena estrategia – Bikou comentó mientras había llegado a un lado de Arthur a una velocidad asombrosa – Si queremos vencerlo, debemos de pelear los dos unidos – Miró de reojo a su compañero quien apretó el mango de su espada en silencio.
Y aunque muchos considerarían eso como una negativa, Bikou conocía lo suficientemente bien a Arthur para entender que era su forma de, a regañadientes, aceptar su opción.
Los dos guerreros no dudarían en liquidar a su adversario, una pelea sin instinto asesino en contra de un oponente tan fuerte será ridículo y muy peligroso por lo que habían visto. Arthur se lanzó rectamente con su espada bien sujeta y alistando un corte en diagonal ascendente, Bikou fue tras él aumentando su fuerza como la magia dentro de su bastón de poder.
Verethragna solo observo la inútil resistencia de los débiles quienes pensaban que podían vencer, pero su cuerpo emanaba un aura divina que calentaba su cuerpo a más no poder, todo por culpa de los recuerdos de sus encuentros con "esa" persona…
Desde el tiempo que se encontraba restaurando su cuerpo para poder enfrentar a su gran adversario, Verethragna nunca dejo de pensar en Godou ni un minuto. Desde su primer encuentro hasta cuando volvieron a verse en el territorio de la diosa del destino, para su ser no le era posible olvidar al rey quien tomo su vida como el dios de la victoria y deseaba poder enfrentarlo una vez más para saber cómo hubiera sido la pelea si Godou hubiera tenido el poder de un dios en ese entonces.
Fue interesante saber que terminarían en otro mundo.
Pero su cuerpo no se sentiría satisfecho ni su lujuria se calmaría a menos que se enfrentará cara a cara con su destinado rival, por lo cual terminaría todo en un solo movimiento.
Los descendientes de lo divino se acercaban a su rival con la idea de vencer en la batalla, pero entonces, una sombra enorme comenzó a mostrarse de la nada.
Los dos se detuvieron al instante debido a la enorme presión que provenía de la inmensa sombra que se estaba produciendo, así el chico bajo la vista con los ojos cerrados dejando que su poder se liberara de poco a poco, los héroes retrocedieron mientras sentían la muerta acariciar su cuerpo.
Verethragna levantó la vista con sus ojos brillando en un tono dorado oscuro mientras respiraba profundamente y entonces, lanza una bomba sónica que mando a volar a sus rivales quienes por pura suerte lograron escapar del ataque.
Bikou y Arthur se levantaron cada uno de un lado diferente para mirar como la zona donde se encontraban había desaparecido.
Sus ojos se abrieron con miedo notando que la brecha que habían imaginado no era nada comparado con la verdad.
Explosiones resonaron de la otra batalla.
-Pelea de Godou-
Godou se había mantenido esquivando las constantes bolas de fuego y energía que mandaban sus rivales, no tenía ni tiempo para dar algún cántico para activar sus autoridades o hechizos de nivel bajo, frunció el ceño ante ello notando como las entidades demoníacas parecían satisfechos con aquel resultado.
– Es rápido – Comentó Vali con una sonrisa de emoción en su cara – Aunque su fuerza no parece ser mucha si solo esquiva, ahora preferiría pelear en contra del rival de Arthur y Bikou – Sus ojos pasaron al joven quien había invocado a un poderoso vendaval que alejo a sus compañeros de su cercanía – ¿Tal vez deba de ir a apoyarlos? – Se cuestionó a sí mismo no importándole una respuesta ajena.
– No lo subestimaría si fuera tu Vali – Ante las palabras de la líder del grupo, la hermosa mujer gato quien continuó con sus ataques contra el varón comento con un tono serio raro de ella, cosa llamó la atención de su compañera.
– ¿A qué te refieres con eso Kuroka? – Confundida e interesada en esas palabras, Vali escucho a Kuroka mientras como ella, continuaba su ráfaga de ataques en contra de su rival.
– ¿De verdad crees que una persona débil podría esquivar tanto mis ataques como los tuyos con esa simpleza? – Vali observo una vez más a Godou quien no escapaba por los pelos sino con movimientos cortos que no gastaran energías – Los demonios son entidades muy engreídas mientras que los dragones son demasiados orgullosos como para escuchar sus instintos más primitivos, pero incluso Albion debe de saberlo… esa persona tiene una fuerza inimaginable… y será el padre de mis hijos – Su lujuria escapo de sus labios mientras analizaba al hombre frente a ella.
Vali a quien no le interesaba en lo más mínimo el tema de descendencia de Kuroka observo a su rival una vez más, la fuerza de esa persona era desconocida e incluso que Albion lo supiera…
– [Kuroka habla con la razón Vali] – Sorpresivamente el dragón en su interior concordaba con la hermosa Nekomata – [Esa entidad está a un nivel que ni el actual Sekiryutei podría siquiera intentar igualar, su nivel es el mismo que incluso el panteón Grecorromano o el Nórdico juntos, es posible que solo no haya atacado por que sea necesario algo que no tiene tiempo de realizar al esquivar… aunque también hay algo en mi instinto que dice que pase lo que pase, no te debes dejar vencer por nada en el mundo] – Esa última advertencia provoco un escalofrío en todo su cuerpo.
Vali dejo de disparar mirando al varón quien alzó la vista, los dos dejaron de disparar y entonces la peli platina comenzó a descender.
Kuroka quien estaba en lo alto de una montaña también descendía con movimientos ágiles dignos de un gato descendió junto a Vali para mirar al joven con quien habían estado batallando.
– ¿Supongo que esto es el final de la pelea? – Quien realizo la duda fue el rey demonio portador de la autoridad de la victoria hacía las dos hermosas damas, aunque no parecía que ese fuera el caso en realidad.
– Simplemente decidimos cambiar el estilo de combate – Vali respondió cuando dos hermosas alas metálicas de un hermoso color blanco salieron de su espalda.
Apenas salieron las alas blancas con un azul espectral en la espalda de Vali, Kusanagi Godou pudo sentir el deseo de batalla nacida de sus autoridades de acero y eso indicaba el poder de un dragón proveniente de las alas.
– Vanishing Dragon: Balance Breake – Una poderosa voz resonó de las alas cuando una armadura blanca con leves toques dorados comenzaron a rodear el cuerpo de la mujer.
Godou pudo sentir el gran poder que había en dicha armadura como la presencia de un poderoso dragón blanco, un adversario que sin duda podría dar una pelea interesante a un Campione joven y que fuera aprendiendo el uso de sus poderes…
Lamentablemente para ellos, Godou no lo era.
A penas noto el poder de sus rivales sabía que era lo mejor en contra de ellos y por ende un aura de un tono blanco con estelas doradas comenzaron a reunirse en su cuerpo, las dos hermosas mujeres se sorprendieron cuando repentinamente una armadura se formó con un casco abierto en su rostro para distinguirlo.
No era diferente a una armadura de le edad media pero contaba con imágenes de un hermoso sol creado por oro blanco alrededor del pecho con tallados de fuego dorado, aquella armadura no era una autoridad sino que fue un regalo de los Dwarf de una dimensión diferente en sus constantes viajes como rey que se representaba al final de las eras, una armadura que ayudaba a su portador con una defensa cercana al cuerpo de acero pero sin ser tan poderosa, además de que se reparaba y usaba el fuego del sol como potenciador.
Vali y Kuroka sintieron el inmenso poder que emanaba la armadura incluso a la distancia donde se encontraban, pero eso solo incremento el deseo de batalla en contra de su rival.
Kuroka fue la primera en moverse a una velocidad asombrosa que parecía haber desaparecido en un simple parpadeo, pero Godou logro esquivar un golpe que había sido enviada por la Nekomata, más el rey quien había pasado años entrenando bajo la tutela de su amada hermana jurada antes de que ella falleciera pudo ver esos movimientos incluso sin haber tenido la vista de un Campione, por lo cual pudo observar la defensa abierta de su agresor.
Con un movimiento sencillo pero a una enorme velocidad, Godou golpeo el estómago de Kuroka y la mando a volar solamente con la fuerza de una palmada, entonces alzó su brazo deteniendo el golpe que provenía de la nombrada como Vali, más Godou pudo sentir como su cuerpo tembló incluso con su armadura ocultando su cuerpo.
Vali sonrió debajo de la máscara sabiendo que su golpe no había sido considerado un fracaso… cuando de repente sus ojos se encontraron con los oscuros colores de la grieta dimensional antes de sentir que su cuerpo choco contra el suelo dolorosamente y su armadura se había destruido en su totalidad.
Godou quien miró eso se encontraba limpiando el polvo de su armadura cuando había utilizado una de las técnicas más fuertes de su hermana jurada, [Aullido del Tigre, Rugido del Dragón] en Vali para demostrar su poder.
Kuroka corrió a donde su líder para ayudarla a levantarse, entonces ambas miraron a su rival cuando sus instintos comenzaron a gritar de miedo.
Una poderosa explosión sónica fue lanzada en su dirección y con un poder con el cual serían fácilmente eliminados, pero entonces un poderoso viento comenzó a protegerlas del avance de la técnica que luchaba creando leves explosiones alrededor, entonces una fuerza de un tono oscuro apareció cuando toda magia fue eliminada por Ophis.
Con unos segundo Bikou junto con Arthur llegaron donde Kuroka y Vali sorprendidas del estado de ambas, Godou había eliminado su armadura entendiendo que la batalla había finalizado por el momento y un viento suave lo golpeo cuando Verethragna apareció a su costado.
– ¿Es suficiente o debemos de combatir más? – Godou fue quien habló entre el grupo de demonios y el dúo divino, sus ojos pasando de la hermosa peli platina a la diosa infantil.
– Aunque una dejaría que pelearas a gusto en contra de estos niños, un enemigo molesto no parece feliz del ruido por la batalla y es mejor retirarse… todavía no tengo el poder para recuperar el silencio – Sus labios se curvearon en una sonrisa divertida de sus propias palabras ante el destino que todavía esperaba.
Godou y Verethragna se encontraban confundidos hasta que…
[Pulsación] [Emoción] [Palpitar]
Sus cuerpo sintieron un inmenso poder que en sus vidas pudieron haber intentado igualar, los demonios miraron con sorpresa y terror la espalda de los dioses y estos a regañadientes debido al poder y presencia de la fuerza miraron detrás suya, lamentándose en esos momentos.
Un inmenso dragón de un cuerpo totalmente rojo de más de cien metros de altura y una cantidad estúpidamente grande de longitud, pero lo monstruoso de esa persona era el poder que emanaba que incluso dejaba en vergüenza a Ophis para sorpresa de ambos dioses.
– ¿Qué diablos es esa cosa? – Centrado la imagen del dragón dormido, Godou no pudo apartar ni un segundo la vista de aquellas hermosas escamas rojas tan intensas como un apasionado fuego, una lujuria que en su vida entera como Campione había experimentado comenzaba a ganar su mente deseoso de pelear con cada gota de su fuera para demostrar supremacía incluso sabiendo que perdería.
Su cuerpo comenzó a emanar magia a un nivel absurdo que provoco que Vali y Kuroka se enfadaran sabiendo que su rival ni se había esforzado en ellas, aunque eso causo más interés en Kuroka por llevar su descendencia… incluso hablar con una "conocida" suya con iguales pensamientos.
– El dragón entre dragones – Una respuesta salió de la fémina voz de la serpiente en forma infante – El emperador rojo que gobierna sobre la supremacía del sueño, Great Red – El desprecio al nombrarlo fue notorio junto a sus ojos afilados como si deseara poder atacar en contra de su rival.
Más Ophis había utilizado un nombre divino en frente de un dios cuya encarnación necesitaba del poder de un nombre, entones los ojos de Godou se perdieron de un tono brillante como el vidrio mientras recibía imágenes y las palabras se formaron, la última encarnación y su identidad como Warlord estaban deseando ser invocados.
– 'Poderosas y elocuentes son estas palabras encantadas ¡Ya que son poderosas y traen la victoria, acudan a mi mandato en contra de mil enemigos!' – Palabras de poder fueron cantadas con fuerza y en su mano una espada dorada fue creada por el conocimiento en su cabeza, su cuerpo rodeado por el aura que solo el verdadero señor de la guerra podría dar nacimiento.
Verethragna quien fue la única entidad capaz de invocar un poder como ese se impresiono de gran manera.
El dios de la victoria sabía muy bien que Godou no era un simple joven incluso desde la primera vez que se vieron, había olvidado su seguridad y pensado en otros cuando se encontró en la escena de un grupo de personas con quienes solo interactuó unos instantes y fue a salvarlos sin pensar en nada más, todo con su cuerpo débil y sin fuerza todavía había pensado en salvarlos sin importarle el Jabalí que todo lo destruía.
Para Verethragna, Kusanagi Godou era una persona destinada a dejar su nombre en el reino de los mitos como un héroe igual que él y otras deidades, eso lo demostró superando las emociones de ellos los dioses.
El deseo de batalla, la pasión de la guerra, el fuerte sentimiento de buscar la derrota e incluso, su inmensa lujuria que demostraba al combatir, Kusanagi Godou fue una persona que incluso supero a los dioses con dichas emociones.
Ophis miró al joven guerrero interesada.
– No puedes vencer – Comentó interesada de la reacción del varón – El poder que portan ustedes no es ni una porción del poder que tiene el rojo, ¿En verdad intentaras un suicidio como ese?
Sus ojos se fijaron en el joven quien la miro de reojo y el dragón de fémina apariencia abrió sus ojos mientras miraba como sus labios curveados demostraban la satisfacción de una pelea, su poder aumentaba insignificantemente para los dos dragones, pero ambos notaron que esa entidad era un guerrero honorable.
Godou no escaparía de una batalla y tampoco deseaba alejarse sin comprobar su poder, fue la persona que causo más daño en el mundo con sus poderes y no pensaba escapar sin haberle causado daño a la entidad divina que se paró frente suya.
La sangre que hervía por su cuerpo era infernal, todo su cuerpo se calentaba como si fuera una forja encendida y sin control. La aura dorada con la cual la espada contra dioses se alimentaba fue recubierta por un segundo color, un tono rojizo capaz de quemar todo lo que alcanzara.
La espada que cortaba todo lo divino fue recubierta por un manto de fuego carmesí donde venas parecían comenzar a nacer, magma fue lo que invadió la espada mientras la figura de un hombro de piel morena y cabello de liras de magma alzaba una espada roja envuelta en fuego, otra llama comenzó a invadir la espada con un tono de color azul muy poderosa mientras la imagen de un enorme zorro con nueve colas comenzó a invadir su cuerpo.
La espada fue llenada de la magia que tenía en esos momentos y con el actual poder que tenía, podría quemar un pequeño país.
El dragón abrió suavemente su hocico cargando magia en ella, Godou no dudo y lanzó su corte con las llamas sagradas que incluso quemarían la divinidad del dragón.
Ophis observo el choque de las llamas que incluso habían logrado consumir el cuerpo del dragón en un parpadeo, los exclamaciones de sorpresa aparecieron de sus propios compañeros asombrados de como un mero humano había dañado al dragón entre dragones, pero Ophis, Verethragna y sobretodo Godou sabían que no fue suficiente.
El humo se disipo para mostrar al dragón intacto, Godou dejó escapar su espada con una sonrisa en su rostro.
– Así que este es el final del camino – El poder del dragón fue superior al de cualquier rival con el que hubiera batallado en el pasado e incluso en el futuro, podía ver que la bestia pronto soltaría su bola de fuego que consumiría su vida – "Supongo que por fin podré volver con ellas" – Bajo la cabeza en rendición, no tenía más poder para poder enfrentarlo o escapar, todas sus autoridades fueron selladas con la escases de magia.
Pase a eso su cuerpo no dejaba de liberar poder, rendirse no estaba en su vocabulario y comenzó a pensar cómo salir de aquella situación.
Los guerreros de Ophis sabían que el final se acercaba y se fueron con el poder de la espada de Arthur, pero no pensaban olvidar a los rivales de hoy por si lograban sobrevivir.
– Godou – Escuchando su nombre, el rey observo al dios quien mostró una hermosa sonrisa y una mirada determinada – Ni creas que este es tu final, no morirás hasta que nuestra batalla haya terminado con uno de los dos matando al otro, así que vamos a salir de esta situación – La confianza de Verethragna y sus palabras fueron aumentando la moral del rey debido al poder de su 6ta encarnación una vez más.
Pero Kusanagi Godou no estaba en desacuerdo con eso.
– ¿Tienes algún plan? – Cuestiono a su contraparte divina escuchando cada opción mientras la bestia que finalizo con su carga, lanzó el mar de llamas abrasadoras en su contra.
– Bésame – Las palabras salieron de sus perfectos labios rosados con un tono seguro y confiado, pero la oración que nació de ellas…
– ¿Qué? – Incapaz de entender el mensaje oculto entre la simple palabra del dios, Godou observo a Verethragna quien sonrojado desvió un poco la mirada, eso causo un vuelco en el corazón de Godou.
– La única forma de escapar es que utilice el [Vendaval], pero con mi poder actual no puedo romper las ataduras de las dimensiones, requiero que me des todo el poder que has acumulado en este instante y sabes la única manera de lograrlo – Explicando de mejor manera su plan, Godou pudo entender lo que deseaba lograr.
Pero…
– ¿Estás seguro de hacer esto? – La forma de traspasar magia a una entidad como un dios o un Campione fue por medio de un beso, debido a la constitución de su cuerpo.
La magia, fuera benéfica o no, no lograría dañar a un Campione a menos que fuera introducida por un medio oral, pues sus cuerpos estaban compuestos de una poderosa magia que funcionaba como un escudo que aplastara la magia de su rival salvo por sus iguales, pero incluso así, el poder de esos "iguales" era reducido a un 70% de su poder original.
Verethragna no dijo nada y simplemente apareció delante de Godou, quien de alguna manera se había arrodillado.
La altura entre ambos no fue mucha en dicha posición, así Verethragna unió suavemente sus labios con los de su rival.
Una repentina ola de emociones repentinamente habían golpeado a Godou en un simple beso, nostalgia, culpa, confusión, pasión, deseo, irá.
Comparado con sus primeras veces utilizando los besos para transferir magia o conocimiento a su persona, Godou no lucho en contra de sus instintos y cerró los ojos mientras entraba en la boca del dios con quien estaba destinado a pelear, entonces Verethragna lo acepto sin mucho problema en realidad.
Sus brazos fueron al cuello del varón y el mismo llevo sus brazos a sus pequeñas caderas, le atrajo a su persona para que la magia fuera tomada para el señor de la guerra. Así quedaron cerca sintiendo sus cuerpo unidos, fue entonces que Godou logro sentir una suave sensación chocar en su pecho…
– Verethragna, tu… – Separando sus labios un segundo para mirar al dios, este utiliza una mayor fuerza para unir sus bocas una vez más.
La magia comenzaba a viajar de un cuerpo a otro con fuerza y velocidad igual al del apasionado beso, no se resistían y no pensaban hacerlo, sus vidas y sobre todo, su revancha dependía de ese resultado.
Verethragna atrapo la lengua de Godou entre sus suaves labios y comenzó a consentirla, succionándola y entrelazándola con su propia lengua. Sentía todo el poder mágico que Godou tenía en esos momentos en su cuerpo, una sensación tan caliente que se reunía en su vientre.
Pero eso no detuvo las llamas carmesí que se acercaban a calcinar sus vidas.
Pero no les intereso a los dos dioses de la victoria y la guerra, Verethragna dejo libre a Godou quien con una mirada cansada mostró una suave sonrisa antes de caer rendido al pecho de Verethragna donde provenía la suave sensación y los vientos de un poderoso vendaval los cubrieron cuando desaparecieron antes de que las llamas lograran tocarlos y matarlos.
Así la grieta de las dimensiones volvió a su soledad, pero el inmenso dragón soltó un leve gruñido debido a unas cuantas escamas que cayeron de su cuerpo.
-En algún lugar del universo-
La oscuridad de la noche junto al inconfundible sonido de una metrópolis fue lo que se podía apreciar y en un bosque cerca del lugar un poderoso viento trajo al mundo a dos entidades, pero en un muy mal estado.
Verethragna quien había invocado a su 1ra encarnación suspiro notando que estaban vivos de alguna manera, observo como el joven descansaba en unas protuberancias en el pecho que fueron notorias debido a que el peso del rey provocaba que su ropa holgada se pegara a su cuerpo. Con un sonrojo tomo al rey para ponerlo en su regazo y suspirar.
Miro a su asesino una vez más descansando en sus muslos y sonrió, las imágenes de su beso invadieron su cabeza y sonrió ante eso.
