Primer Capítulo: El ahogado.
Desde que Castiel se tiró por ese río, desde que dejó su característica gabardina flotando en las oscuras aguas; Dean no podía dejar de acordarse de él.
Se sentaba frente al lago dos o tres días a la semana, con aquella única prenda en el brazo, ante las reprimendas de su hermano; quien usualmente le decía cosas como "Ya dejalo ser.", "Ha pasado mucho tiempo.", "Acéptalo, está muerto y no volverá.". ¿No era él quien más demostraba preocupación por el Ángel? ¿O es que no recuperó del todo su alma? Si era cierto que durante los últimos meses se mostraba extraño, y hasta hace poco le reveló lo que le aquejaba, Lucifer no se dejaba vencer por nada y parecía estar tomando control de la pobre mente de Sam. Aún así éste tenía metodos de alejarlo, pero Dean temía que de un momento a otro su hermano se volviera completamente loco.
Eran ya aproximadamente seis meses desde que Cas se marchó, y Dean no tenía intenciones de desistir a lo que ya se había hecho costumbre. Sam, un poco cansado de la situación, decidió dejar a su emotivo hermano tranquilo para dirigirse al hotel donde residían en esa ocasión con motivo de investigar por algún nuevo caso en el que podrían trabajar.
Por alguna extraña razón el rubio no parecía querer perder la esperanza de volver a encontrarse con el hombre que le salvó el pellejo no una vez, si no muchas veces; y a pesar de que se había portado horriblemente mal en el ultimo tiempo no podía evitar seguir teniéndole cariño.
Luego de sumirse en un monólogo interno y culparse a sí mismo como usualmente lo hace, dio por terminada la sesión del día, aliviado de que hace bastante tiempo que no se sabía nada de los Leviatanes; quienes seguramente eran las criaturas que el más detestaba por haberles quitado a su amigo. Se levantó lentamente, para notar algo extraño en el paisaje. Una figura humana, inmediatamente le hizo revivir muchas imágenes en su cabeza, yacía a las orillas del río.
Su instinto le llevó a acercarse ràpidamente a esta persona, a medida que se acercaba pudo notar que era un hombre desnudo, y estaba inconsiente.
Se agachó para darle palmadas en las mejillas y así hacerle despertar, cuando, agudizando los sentidos reconoció su identidad.
"¿Cas?" Sonó una vocecita en su cabeza, mientras lo observaba con asombro.
Se quedó un buen rato así, hasta que, reaccionando le dio unas cachetadas suaves al mismo tiempo que decía "¡Despierta!¡Cas!"
El Ángel abrio los ojos de golpe, y se inclinó para abrir la boca y dejar salir una cantidad considerable de agua. Quedose entonces medio boca abajo, tosiendo.
"¿Cas? ¿Estás bien?" Le habló el que lo encontró.
El ojiazul le miró fijamente por unos segundos, y luego habló "¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ... ¿Quién soy?"
"¿Pero qué diablos estás diciendo? ..." Dean meditó, Castiel parecía haber perdido la memoria.
"Hace un momento usted dijo..." Balbuceaba el ahogado. "Un nombre... creo."
"¿Ha perdido toda su memoria? Bueno... al menos puede hablar." Pensó Dean.
"Sí, creí que era... lo confundí." Le contestó.
"¿Me conoce? ¿Me haría el favor de decirme quién soy?"
¿Debería decirle todo? ¿Si lo hiciese, perjudicaría al malaventurado Cas? Preguntas rondaban la mente del cazador, quién finalmente se cuestionaba si fue correcto que fuera en ayuda de el hasta algunos minutos desconocido hombre.
"De hecho si... yo te conosco, te conocía." Bajó la mirada para luego subirla de inmediato, se ruborizó.
El sin memoria Castiel se miró y advirtió que estaba sin ropas, Dean recordó que llevaba su gabardina, e inmediatamente se la entregó.
"No recuerdo como..." Decía el Ángel, tomando la prenda y mirándola por todos lados. "No sé como ponérmela."
"¿Estás bromeando?"
"... No ..." Contestó el castaño, con indicios de tristesa en su rostro.
Dean soltó un respingo, lo hizo ponerse de pie junto con él y estiró la gabardina para que pudiera pasar los brazos a través de las mangas. El hombre indefenso se cubrió todo el cuerpo con la prenda ensangrentada, mirando con curiosidad el líquido rojo oscuro.
"Mírenlo, tan vulnerable, con amnesia... podría mentirle y..." Cavilaba el cazador.
"¿Qué es esto?" Cas señalaba una gota de sangre.
¡Pero si parecía un niño de dos años!
"Ven, tenemos cosas que hacer." Lo tomó del brazo y lo llevó al auto.
"Pero..." El ojiazul empezó a tratar de recordar. "¿Cómo decías que me llamo?"
"Castiel.". "Eras ... Castiel." Habló de nuevo su voz interna.
Llegaron al auto, el rubio tuvo que abrirle la puerta para que se sentara de copiloto.
Ahora tenía un Ángel sin el noventa porciento de su memoria y un hermano atormentado psicológicamente por el mismísimo demonio.
Después de 5 minutos de que el viaje al Hotel empezara, cuando Dean empezaba a pensar sobre cómo le explicaría la situación a Sam; su acompañante comenzó a tararear algo, eran villancicos.
El cazador lo miró con extrañeza.
"¿Qué estás cantando?" Le dijo.
"No lo sé... es lo poco y nada que tengo en la memoria." Contestó Castiel.
Una vez llegaron al Hotel, Dean, nervioso, abrio la puerta despacio. Pudo ver a su hermano con los ojos en su laptop, sin quitarlos de ahí aún sintiendo su llegada.
"Ya llegé." Se anunció, el Ángel haciendo su aparicíon tras él.
"Estaba buscando..." Sam miró a Cas, sus ojos se dilataron.
Éste lo miró también, su cara cambió completamente, ahora reflejaba miedo. Se alejó un poco del castaño.
"¿Ese es... Cas?"
"Sí." Respondió Dean, observando al ojiazul. "¿Qué te pasa?"
"Él... tiene algo..." Susurró Castiel.
Sam se levantó, el Ángel retrocedió.
"¿A qué te refieres?"
"Siento una presencia maligna viniendo de él." Se pegó a la puerta cerrada.
"¿Lucifer...?" Espetó el castaño.
"Ese nombre..." Cas bajó la cabeza, dubitativo.
"Pero se supone que el está... el es un producto de tu cabeza." Le dijo Dean a Sam.
"Parece que es más que eso." Admitió éste. "... ¿Cómo es que... está él aquí?"
"Lo encontré a orillas del río. Ha perdido toda su memoria... no recuerda ni quién es..."
"¿Estás seguro de que es él?"
Ambos compartieron una mirada de desconcierto. Dean corrió a buscar agua bendita, la que inmediatamente vertió sobre el Ángel.
"Bueno... eso es lo primero." Concluyó al ver que no ocurría nada fuera de lo común. "Confíe mucho en él... todavía lo hago." Meditó en su cabeza.
Cas, ahora confundido, no dejaba de mirar a Sam con terror y rehuyendo su cercanía.
"Parece que tendrá que dormir en el sillón." Continuó Dean.
"¿Qué?" Exclamó Sam.
"Hasta que sepamos como devolverle la memoria..."
"Sin memoria no sirve..."
"Creí que lo extrañabas también..."
"Si pero..." El castaño cambió la dirección de su mirada, había perdido la pelea.
Esa noche Sam durmió en el sillón, en una habitación contigua a la de donde estaban alojados. Castiel compartió la habitacion con Dean, pero reclamaba una y otra vez que no entendía el dormir ya que para nada sentía ganas de cerrar los ojos o acostarse y descansar.
"A lo menos quédate ahí y no digas ni hagas nada." El cazador no podía conciliar sueño.
"Pero hay tantas cosas que no sé..." Estaba lloviendo, y de pronto el ruido de un relámpago azotó los oídos del Ángel.
Dando un salto de susto, corrió a la cama y se metío, temblando.
"¿Pero qué...?" El rubio sintío un cuerpo tiritando a su lado. "Por el amor de Dios..."
"¿D-Di-o-os?" Habló Castiel, aun tembloroso.
Holaa!
Creo que lo primero que se preguntan es.. ¿De dónde vino ésto? Bueno... la respuesta es simple; como todos los fans de Supernatural, no quedamos satisfechos con el regreso de Cas, hay muchas cosas que quisiéramos cambiar.. por lo que decidí hacer algo así como "Qué hubiera pasado si..."
Los que han leído mis otras historias que son de Supernatural saben que escribo Destiel y esto no será la excepción muahahah!
Bueno, espero que les guste, si recibo buenas críticas me animarán a seguir escribiendo, debo admitir que me tomó toda una semana para tener este primer capítulo así que no esperen que actualice muy seguido...
Saludos a los fans de mis historias de SPN :D espero que se den el tiempo de leer este también!
Con amor, Nathu.
