María
Summary:TRADUCCIÓN; Todos Humanos. Bella es aspirante al trabajo de sus sueños, pero cuando una crisis familiar la golpea, tiene que adaptarse. Esto significa conseguir un trabajo como niñera para una linda niña. Excepto de que hay un inconveniente; el hermano de la niña, Edward Cullen.
Disclaimer: Sthephenie Meyer es la dueña de Twilight, ahemyywe150 es la duela de Maria y yo solo tengo mis libros *-*
Capítulo 1
Tirado en una licuadora
(Thrown In a Blender)
Los ciempiés son insectos raros. Son pequeños, porosos, trenes que se mueven en muchos pies por el suelo. Ladeé mi cabeza ligeramente, viendo a uno café, ciempiés secos en el piso de mi baño. Había otro no muy lejos de éste. Me pregunto lo que pasaba cuando el ciempiés empezó a secarse. ¿Estaban ya muertos cuando empezaban a secarse? Eso esperaba. ¿Cuán horrible sería morir seco? Sacudí mi cabeza. Si ellos supieran que iban a morir fritos ese día no hubieran salido de sus pequeños refugios.
Me di cuenta que estaba soñando despierta acerca de los ciempiés y salí del baño de mi apartamento antes de que me empezaran a hablar o algo. Llegué a la cocina para encontrarme con mis compañeras de cuarto, Rosalie y Alice, ya despiertas y moviéndose. Rosalie estaba sentada en la mesa de la cocina, leyendo una revista y tomando una taza de café. Alice estaba en la sartén, sus hábiles manos rompiendo un huevo en él. Ambas me miraron cuando me escucharon llegar.
"Buenos días, Bella Durmiente," Río Rosalie al mismo tiempo que Alice chillaba, "¡Feliz sábado!"
Se miraron y rieron. Eran mis dos más allegadas y leales amigas. También ambas tenían trabajos estables y habían acabado con la escuela. Yo no tenía ninguna de esas dos. Sin embargo, el trabajo que tenía soñado estaba por llegar. Estaba a punto de ir a Columbia para estudiar mi postgrado. ¿Emocionante, verdad? Bueno, el verano fue sinuoso, y Rosalie y Alice tuvieron que esperar por los trabajos que ellas amaban… mientras yo sólo esperaba por más escuela. Divertido.
"¿Es esa tarea, Rosalie?" bromeé, señalando la revista de chismes que tenía. Rosalie me enseñó su lengua mientras Alice y yo reíamos.
"Hoy voy a Soho," anunció Rosalie, doblando la revista. El huevo de Alice empezó a oler muy tentador y recordé que tenía que comer. Caminé hacia el refrigerador y saqué algo de leche.
"Siéntete libre de darme una señal de que me escuchaste," Rosalie jadeó. Le di una sonrisa de disculpa y Alice giró desde el sartén para sonreírle.
"Voy contigo," dijo Alice feliz, "Terminé mi último proyecto… finalmente."
"Sólo te tomo una eternidad. ¿Por qué tu jefe te dio tanto trabajo para el verano? ¿¡Está loco!" Rosalie sacudió su cabeza en desaprobación.
Alice le mando una mirada que decía, 'Oye, ¡es mi trabajo!' Entonces Rosalie se giró hacia mí. Gemí, sentía que la cosa que haría hoy no era muy emocionante. Era, en realidad, una de las razones por las que me resistía de sacar mi trasero de la cama.
"Voy a ayudar a Renee en la oficina," dije en un tono de aburrimiento. Mis compañeras no se sorprendieron.
Renee era mi madre y mi ídolo de la niñez. Ella y mi padre pagaron tanto por mis estudios y seguían haciéndolo. Renee vivía la vida que yo quería. Su oficina era una de las más exitosas de New York.
Era dentista. No podrías imaginarme como dentista por mi personalidad, pero había algo acerca de ser dentista que me atraía. Mis padres, eran el punto de mi vida, donde solo la gente que me creía como una dentista seria. Estaba realmente agradecida por todo que ellos habían hecho por mí, y ahora que mi padre se había jubilado, la oficina de mi familia buscaba ayuda. Me sentí en mi deberde ir y ayudarla. Patético, ¿verdad? Una mujer madura seguía en el control de su madre.
"Está bien," suspiró Rosalie, "¡¿Por qué ir a Soho con tus mejores amigas cuando puedes ir a trabajarcon tu madreen una clínica dental?"
Alice sonrió y yo rodeé mis ojos. Tomando un poco de cereal antes de volver a hablar.
"Le debo mucho," dije simplemente. Ahora Rosalie rodó sus ojos. Le di una sonrisa angelical y ella se levanto.
"Me voy a arreglar. Siéntete libre de cambiar de opinión, Bella," dijo Rosalie después, mientras se deslizaba fuera de la sala.
"¡Sabes que desearía poder!" dije después de ella, Alice me vio con lástima.
"¿Qué?" demandé. Se encogió de hombros.
"Estas vendiendo tu vida a la odontología," dijo claramente. Estaba vendiéndole mi vida. Estaba vendiendo mi alma.No sabía a donde quería llegar Alice con esto.
"Gracias a Dios por eso. No le voy a confiar mi vida y alma a alguien más."
"Está bien, solo me estaba asegurando de que lo sabías. Tú sabes, sólo en caso de que mañana te levantes y decidas vender tu vida a las compras o algo drástico."
Reí y Alice sonrió. Se levantó, probablemente para arreglarse, cuando recordé algo que le quería contar.
"Oh Alice," dije, causando que se detuviera y se girara hacia mí, "Olvide decirte, pero tenemos ciempiés."
Sacudí mi suéter y lo colgué en el bastidor dentro de la oficina. La oficina de Renee es acogedora. Cerré la puerta detrás de mí y camine hacia la pequeña oficina privada de Renee. La secretaria, Ángela, se asomo desde su ordenador y me sonrió cálidamente. Le sonreí de vuelta, pero no deje de caminar. Finalmente llegue a la puerta de la oficina de Renee y gentilmente la golpeé para hacerle saber que había llegado.
Me apoyé un poco en la puerta, abriéndola suavemente. Renee estaba mirando inexpresivamente en su ordenador. Se veía marchita y cansada. El estrés estaba pintado en toda su cara y me sentí mal y preocupada por verla así.
"¿Mamá?" dije cautelosamente. Renee no me contesto por un momento. Mantuvo sus ojos en el ordenador por un segundo antes de aclararse la garganta y verme. Sus ojos cayeron mientras jugaba con sus dedos.
"Gracias por venir, querida," dijo en una rasposa, y sofocada voz. Seguía sin verme.
"Siempre, mamá," dije rápidamente. Me senté en la silla frente a su escritorio, quería consolarla, pero no sabía qué era lo que la atormentaba.
"Yo…Yo tengo…malas…noticias," tartamudeó Renee, mirando por la ventana. Se puso de pie hacia las ventanas y tiro de las persianas abiertas. Estaba de pie silenciosamente dándome la espalda, mirando hacia la calle. Deseaba que se apurara y me contara todo, pero no lo dije. Sin embargo, estaba muriendo de anticipación. Mis dedos dolían por lo fuerte que estaba agarrando el borde de mi silla.
"¿Recuerdas a tu tío Phil? ¿Mi hermano?" dijo, luchando por mantener su nivel de voz. Se giró hacia mí, y tenía un gesto de lástima por todo su rostro.
"¿Qué? ¿Por qué? ¿Está bien? ¿Están sus hijos bien? Est-" Me levante de mi silla, pero Renee alzo una mano para detenerme. Esperaba que dijera algo loco como que sus hijos fueron la cena de un gigante hombre-come gallinas. Y entonces dijera que estaba bromeando y ambas riéramos. Me mandaría a trabajar y yo pensara en la genial actriz que era. Que equivocada estaba. Instantáneamente ella dijo:
"Su casa se incendio anoche, cariño. Perdió todo."
Renee parecía estar lejos de toda la tristeza. Siempre era tan valiente. A pesar de esta terrible noticia, no podía sentirme peor que por la noticia que venía para mí. Maldición. Esperaba por el gigante gallina.
"Oh," fue la única cosa que pude articular. Renee asintió lúgubremente y se aclaró la garganta. Se sentó en su silla y puso su perfecta cara, solamente-negocios.
"Tengo que ayudarlo, Bella. Así que… tengo que hacer unos… arreglos en la manera en la que gasto mi dinero."
Dentro de mi le estaba gritando, haciendo una rabieta, agitando mis pies, pero por fuera estaba asintiendo profesionalmente. Sabía que el dinero sería el de mis estudios y estaba siendo egoísta por no querer ayudar a Phil. No lo podía ayudar.
"¿Sabes qué significa esto?"
"Si, Renee."
"Sé lo difícil que debe de ser pa -"
"Está bien, Renee."
"Quieres -"
"Estaré bien."
"Te encontré un trabajo."
Me senté de nuevo, analizando sus últimas palabras. ¿Un trabajo? ¿Qué tipo de trabajo? ¿Esperaba que la ayudara y trabajara? ¡¿Y todo eso con la escuela?
"No me tienes que ayudar de todos modos, pero uno de mis colegas tiene un puesto de trabajo. Está esperando conocerte y estoy segura que te encantara el trabajo. Las horas son manejables, y por supuesto, la paga es muy buena."
"¿Cuál es el trabajo?" dije, dejando todas las emociones posibles fuera de mi voz, mi cerebro estaba repleto de un millón de diferentes sentimientos.
Mi madre inmediatamente me vio disculpándose y supe que esa era una mala señal.
Pisoteé ferozmente el pavimento, mientras iba hacia mi nuevo trabajo. ¿Quieren oír de qué se trata? Estoy segura de que no quieren saber, pero yo lo supe de todos modos. Tal vez debería dejarlos intentar que entiendan mi sufrimiento al decírselos. Tal vez si les digo que tengo malas experiencias con este tipo de trabajo entenderían. Tal vez mi madre¡Esta loca! Oh no espera, eso no es un tal vez. Nop. Eso es definitivo.
Bueno, seré una niñera.Si, niñera. Para una niña de ocho años. Eso y seré su tutora. No solamente eso, pero esta niña es extremadamente rica, lo que mi madre me había explicado. Tal vez eso explicaba el porqué mi madre se hizo amiga del padre de la niña. Dinero. ¡¿Por qué el dinero controlaba nuestras patéticas vidas? ¿Por qué el destino de nuestra felicidad y nuestra esperanza de vida estaba alrededor de un pedazo de papel? Oh lo siento, eso es correcto, el pedazo de papel esta bañado en oro. Deja reformulo la pregunta: ¡¿Por qué el destino de nuestra felicidad y esperanza de vida está alrededor de UNA PIEDRA BRILLANTE? ¡¿DE QUIÉN FUE ESA BRILLANTE IDEA?
Me di cuenta que estaba murmurando para mí en medio de la calle. Recibía miradas de la gente que pasaba caminando. ¿Ya sabes, esas lamentadas miradas que dan por ser discapacitado o retrasado mental? Si, esas miradas me mandaba la gente. Pero estaba demasiada enfurecida como para importarme.
Mi madre sabia de mis malas experiencias como niñera (No entrare en detalles. (Es muy doloroso). ¿Entonces por qué, por qué, POR QUÉ me dio un trabajo de niñera? No tengo idea. Nunca tengo alguna idea.
Finalmente, llegué a mi destino en el centro de la ciudad. Era un estudio de ballet, y tenía que esperar afuera del edificio hasta que la niña bajara de su clase de ballet. Hay otra cosa: odio el ballet.
Había otras personas alrededor, también esperando por sus pequeñas (tal vez pequeños) a que bajaran. Estaban vestidos bien como si fuera un evento formal. Unos parecían choferes pero otros eran como abuelos ricos. Todos me veían con lástima. ¡¿Qué con las miradas de lástima? Lo hice, sin embargo, me sentí intimidada, al igual que si fueras vestida casualmente a una elegante boda. Estaba en mis shorts, sandalias, y una sudadera del instituto. Tenía mis lentes oscuros favoritos colgados del cuello de mi sudadera y mi cabello estaba recogido en una coleta casual. ¿Qué? ¡No me den esa mirada desaprobatoria! ¡Es domingo! ¡La ropa casual es lo que usualmente uso!
Crucé mis abrazos y evite las miradas de la gente alrededor. Luego, como para aliviar mi tortura, la puerta del estudio de ballet fue abierta por una animada mujer que asumí era la profesora. Las niñas desfilaron hacia afuera, llenas de arrogancia, y me sentí como si debiera tener un cartel con el nombre como los choferes en los aeropuertos. Miraba alrededor, con la esperanza de ver los ojos de las niñas.
Entonces sentí un pequeño tirón. Vi hacia abajo y me encontré con una niña mirándome con unos grandes, inocentes, ojos azules. Tenía cabello rizado, rubio que colgaba de una apretada coleta. Seguía vistiendo su leotardo rosa pero tenía unos vaqueros encima y un suéter negro amarrado por sus hombros. Ten esto: Los vaqueros tenían agujeros. Ya no me sentía tan intimidada. Casi sonrio con alivio. Casi.
"¿Eres Bella Swan, cierto?" dijo con una cara prudente.
"Si, lo soy," dije. Una adorable sonrisa se poso en su cara. Y entonces algo me golpeó.
"Uh," dije, "¿Cómo supiste que era yo? ¿Cómo supiste que no era un secuestrador o algo?"
"Bueno, mi papa me enseño una foto tuya la otra noche, así que supe como lucias. Y te ves muy enojada como para ser un secuestrador," dijo mientras se encogía de hombros.
Río por mi cara de confusión y se explico, "Un secuestrador trataría de nolucir enfadado, ¿Tú sabes? Trataría de deslumbrarte. Pero tu luces muy enojada."
Arqueé mis cejas, pero sonreí para mí con pesar. Algo en la alegría de esta niña era contagioso.
Comenzamos a caminar a su casa que gracias a Dios estaba a unas cuantas cuadras.
"Lo siento," dije, "Me refiero, a la mala impresión. Tengo malos recuerdos con uh… ser niñera."
"Está bien," la niña rio, "Yo tengo malos recuerdos con las niñeras."
Sonreí ante la misteriosa mirada de la niña.
"Debo asumir que alguien te dijo mi nombre, pero siento que me debo presentar," la niña continuó, "Soy María Cullen."
"Soy Bella Swan," dije, alargando mi mano para que la tomara. Extendió la suya y sacudió mi mano.
Y supongo que es el momento es que se dice que mi vida se metió en una licuadora hasta cortarse. El momento en el que conocí a María.
María y yo salimos del ascensor y caminamos hacia la puerta de su apartamento. Descanso su palma en el picaporte, dudando. Se giro hacia mí, riendo.
"Mi recamara es un desastre," confesó, "Pero yo no soy perezosa, el resto de la casa esta impecable, sin embargo, yo solo…"
"Estoy segura que no es tan desastroso como mi recamara," reí. María me la transmitía. Lentamente, abrió la puerta y me dejo ver una espectacular vista. ¡El cuarto estaba lleno de hombres desnudos! No, sólo bromeo. Lo siento. Pero el apartamento erael apartamento más extravagante que había visto. Sentía que si buscaba debajo de las mesas encontraría pilas de oro o algo. Esa roca amarilla y brillante que todos adoraban.
María jaló de mi brazo, y salí de mi ensañamiento. Abrió la puerta de su recamara. Era el cuarto que toda niña que soñaba a ser princesa quería tener.
Había una cama de dosel azul claro con una bóveda azul que caía sobre ella con pequeñas joyas rosas. Debajo de mis pies había una suave alfombra de color blanco y la luz azul de las cortinas que se agitaban por el viento que entraba por la ventana entreabierta. En la esquina había un hermoso escritorio blanco. Una bella puerta en la otra, asumía que la puerta daba a un enorme armario lleno de hermosas prendas. Había una zona de juguetes a un lado del cuarto con almohadas alrededor.
"¿Supongo que me tengo que vestir con un vestido de princesa y una corona?" dije, dejando toda mi admiración en mi voz.
"Fue la idea de mi madre," dijo María, riendo. Dejo su bolso de ballet en una esquina y su suéter negro en la otra. Fue hacia su armario, jalando una gran playera azul. La paso por su cabeza y bajo hasta medio muslo. Supuse que era algo que usaba para dormir. Tenía letras negras que decían, "Terminando la frase. Te reto."
Si había una playera que no diera la sensación que daba la habitación de María, esta sería la playera.
"Deja tus cosas aquí," dijo, señalando un punto a un lado de sus juguetes. Asentí, tomando mis zapatos y colocándolos donde me dijo. María camino hacia su puerta y se giro a mí.
"Hey, ¿Bella?" preguntó, "¿Sabes cocinar, cierto?"
Fruncí el ceño. Sabia cocinar… apenas. Si tenía sopas instantáneas o cualquier cosa instantánea, entonces estaba lista. ¡Cereal! Si, podía cocinar cereal. Estaba contemplando que cocinar para ella, cuando María rompió en risas.
"Bromeo," dijo, "Tenemos cocinera. No te preocupes, Bella. La única cosa que tienes que hacer es vigilarme y ayudarme con la tarea."
Una cocinera. Claro. Debí suponerlo.
Me dejo pasar a su hermosa cocina en su hermoso apartamento. Abrió una puerta que estaba junto a la cocina y una cansada mujer entro. Vestía con un negro delantal y unos pantalones negros. No era lo que esperaba ver en una cocinera. De verdad, tú esperas ver a una señora gorda, francesa, con un gigante sombrero blanco y una perilla. La cocinera sonrió a María.
"¿Qué te gustaría comer cariño?" preguntó. Supongo que no pudo hacer nada, bostezo.
"Oh, Kate, ¡lo siento! ¿Te desperté de tu siesta?" pregunto María arrepentida.
"Está bien, cariño," dijo Kate, despeinando a María. María sonrió y se volteó a verme.
"Kate, ella es Bella. Mi nueva niñera/tutora," María sonrió alegremente. Sonreí cálidamente a Kate, ella hizo lo mismo.
"¿Qué te gustaría comer, Bella?" Kate me preguntó dulcemente. Wow. No había escuchado esa pregunta en muchotiempo. Usualmente mis compañeras y yo solo anunciábamos lo que íbamos a cenar cada noche. Y nunca hubo problema con eso. Sentía que me habían otorgado un gran poder.
"Oh no gracias, estoy satisfecha," fue mi respuesta a mi gran poder. Kate me miró comprensivamente, pero María no tanto.
"Está siendo cortés," explico María, "¡Queremos el espagueti con espuma de sidra de manzana!"
Kate rió. Lo juro; María tenía esta increíble felicidad que era imposible no contagiarse. Kate regreso a la cocina, desapareciendo de la vista. Escuche ollas y sartenes moverse. María se volteo hacia mí.
"Es mi favorito," me dijo. Arqueé una ceja, pero sonreí. No sabía que más decir en ese momento.
Kate terminó de cocinar el espagueti y vino con dos platos servidos. Dejando humo por detrás, sentí que se me hacia agua la boca. María se veía igual. Sus ojos veían hambrientamente mientras Kate dejaba los platos frente a nosotras. Poco después, Kate vino con dos vasos con espuma de sidra de manzana. Me di cuenta que eran alrededor de las seis, tiempo de la cena. Me pregunté que estarían comiendo Rosalie y Alice sin mí. Apuesto que comida china. Sonreí y tome un poco del plato. Una palabra lo podía describir: celestial.
"¿Por qué sonríes?" preguntó María, "¿De verdad es bueno? ¿O tengo algo entre los dientes?"
Vio el reflejo de sus dientes en el tenedor, revisando si había algo ahí. Sacudí mi cabeza.
"Sólo pensaba en lo que mis compañeras deben de estar comiendo," expliqué, "Pero esel mejor espagueti que ha estado en mi boca."
"Compañeras. Dios, ¡eso es tangenial! Desearía tener compañeras. Lo más parecido que tengo es mi cocinera y mi servicio de limpieza. Ni siquiera es divertido. ¿Por qué los adultos tienen siempre que dormir? Nunca lo sabré. ¿Cómo son tus compañeras?" dijo María, se veía ansiosa e ignorando el hecho que acababa de elogiar el espagueti. Supongo que las compañeras son geniales, en su mente. Sonreí por su tono.
"Mis compañeras son mis mejores amigas. Una se llama Rosalie, y ella es muy bonita. Es editora de una revista de moda. La otra es Alice, y es un pequeño bulto de energía. Ama ir de compras, y trabaja para una compañía de diseños."
"Wow. Eso es asombroso. ¿Tú también quieres diseñar?"
"Um…bueno…si cuentas trabajar con dientes como diseñador…" dije vacilante. Me avergoncé de que el trabajo de mis sueños no asombrara a María.
"¡Ellos sondiseñadores!" María insistió, "¡Los mejores que conozco!" reí.
"De verdad, ser dentista, u ortodontista, es un trabajo increíble. Quiero ser uno cuando crezca."
Eso me sorprendió.
"¿De verdad?" pregunté, viendo a María. María asintió alegremente.
"Quiero ser como mi papá," dijo orgullosa, "Es el mejor dentista por aquí."
Las similitudes entre ella y yo no se me escapaban, muchas gracias.
"Eso es bueno," dije, "Es siempre bueno tener una meta."
Conversamos por un poco más antes de que recordara que tenía este pequeño trabajo de tutora. Ahora eran las seis y media.
"¿María? ¿Tu padre te dio tu tarea para el verano?"
Recordé que mi madre me dijo como su colega llevaba a su hija a este sufrimiento de escuela de verano. Pobre María.
La cara de María decayó y me sentí mal. De repente ella se vio esperanzada.
"¿Terminamos primero la cena?" me ofreció. Reí y estuve de acuerdo con eso, pero antes de que pudiera recoger mi tenedor, escuche una voz llegar de la entrada.
"¿María? ¿Estás aquí? ¿Está la nueva niñera aquí?" una aterciopelada voz pregunto. Me pregunté si era su padre e inmediatamente me enderece. Unos pasos se acercaban y antes de que me diera cuenta, una figura estaba en la entrada de la cocina. Mire hacia arriba y vi al hombre más guapo que alguna vez haya visto.
Era muy joven para ser su padre. Tenía unos hermosos ojos verdes y cabello bronce. Vestía una camisa formal con la corbata floja. Una chaqueta colgaba de su dedo detrás de su espalda mientras se inclinaba en el marco de la puerta. Su cara era caballerosa y tranquila al principio, pero sus ojos estaban fijos en mí, y su expresión cambio a severa.
"María," dijo su suave voz, esta vez dura, "asumo que esta no es una de tus citas de juego."
Ouch. No venia eso venir. María suspiró y me miro, dándome una mirada de disculpa. Uh oh. Una mirada de disculpa viene con una disculpa… ¿Pero por qué se iba a disculpar?
De repente me di cuenta que tenía que ver acerca del severo hombre en la puerta. Me sentí como un ciempiés secándose. Si tan solo hubiera sabido que me enfrentaría a un molesto hombre, tal vez no me hubiera levantado esta mañana…
Hooola(:
Edité el capítulo y, según yo, está mejor xDDD Pues es el primer capítulo y ya se puede ver de que va la historia, ¿o no?
Bueno, si quieren leer más pasen a mi perfil :DDD
Ya, adiós(:
#Itzell
It's cute in a way, till you cannot speak (8)
