La puerta del elevador se abrió, dentro estaba el profesor Radisson. Josh dudo por un instante en entrar o no, pero armándose de valor se introdujo dentro, dándole la espalda a su profesor. El señor Radisson apretó un botón y la puerta se cerró dejando a maestro y alumno dentro. El confinamiento aumentó la tensión que existía entre el profesor radicalmente ateo y su fundamentalista alumno cristiano.
"Me equivoque contigo, al dejarte hablar frente a la clase permití que esparcieras tu propaganda", dijo Radisson detrás de Josh, "Pero ahora las cosas van a cambiar".
Y para sorpresa de Josh, el profesor Radisson lo tomó de los hombros, dándole la vuelta, lo estrelló contra la pared, hundió sus labios en los suyos.
Josh enojado arrojó lejos a su profesor.
"¿No me digas que no te gustó?", dijo arrogante Radisson.
Josh contestó tomando las solapas de su profesor y se acercó a darle un beso.
El profesor detuvo el elevador, rápidamente se agachó, liberando el miembro de su alumno, comenzó a bombearlo con su boca, hasta dejarlo bien ensalivado. El profesor bajó su pantalón y su ropa interior hasta los tobillos. Recargando su pecho contra la pared del elevador, abrió con sus manos sus nalgas, ofreciéndose a su alumno. Josh no lo pensó dos veces y pronto estuvo en el interior de su profesor. Fueron rápidos pues no había tiempo. Josh bombeó con intensidad a su profesor, mientras este se hacía cargo de sí mismo.
"Oh, Dios mío, Dios mío", Gimió el profesor.
"¿Está invocando a alguien que no existe?" Preguntó con ironía Josh.
El profesor humillado prefirió seguir gimiendo.
Muy pronto ambos llegaron. Rápidamente se vistieron y abriéndose las puertas del ascensor, actuaron como si nada hubiera pasado. Josh sonrió para sí mismo, satisfecho de haber hecho que su profesor invocara a Dios.
