El Trato
I
Chris se sentó en la cama sin saber qué pensar, después de lo que le había dicho su hermano.
"¿De verdad, Wy, eso te dijo?"
Wyatt movió la cabeza.
"Sí, por supuesto. Desde que me dijiste que te gustaban los hombres hablé con Mark, que también es gay, y me dijo que quería salir contigo. Que siempre le gustaste."
Chris se setía feliz, y Wyatt lo supo por la sonrisa que se dibujaba en los labios de su hermano.
"Nunca creí que pudiera llegar a pasar algo así. Yo, con una de las estrellas de fútbol de la escuela, con el mejor amigo de mi hermano. No esperé que algo así pudiera suceder. No sabes cuanto significa esto para mí."
"Lo sé", se sentó Wyatt a su lado, para abrazar a su hermano, "sabes que puedes confiar en mí para lo que sea. Después de todo soy tu hermano mayor y uno de mis deberes es cuidar de ti."
"¡Vamos, Wy, no te pongas cursi! Ya sé que soy tu hermano y que sientes cierta responsabilidad hacia mí, de otra manera no te ocuparía de un nerd como yo siendo tú uno de los chicos populares de la escuela."
"No eres nerd", rió Wyattt.
"No soy exactamente popular. Si no tú no me defendieras de vez en cuando, sería la burla de toda la escuela. De verdad tengo que agradecer tener un hermano como tú que siempre está ahí para apoyarme."
"¿Yo? Tú eres el que regresó al pasado para salvarme del mentor de papá. Arriesgaste hasta el último aliento por mí, nada de lo que haga va a compensar todo lo que has hecho por mí."
"Siento que ese es el problema, todo mundo me protege y me respeta por algo que supuestamente hice, pero no recuerdo. Yo tenía 22 años cuando viajé al pasado, y ahora tengo 15. Soy un héroe sin realmente serlo."
"¿Acaso importa, Chris? Yo no estaría aquí hoy contigo si no lo hubieras arriesgado todo por mí. Ahora me toca a mí protegerte, no me pidas que deje de hacerlo. Somos hermanos y si puedo ayudarte en algo lo voy a hacer… Entonces, vas a ver a Mark el viernes en la noche, y me dijo que te quería llevar a cenar."
"¿Qué pasa si intenta algo más?"
"Bueno, ya eres un chico grande, y entiendes de esas cosas. Yo digo que te dejes llevar y disfrutes tu primera experiencia homosexual. No todos los días se tiene a uno de los mejores jugadores del equipo de fútbol para gozar. Además si lo piensas bien, Chris, no es como que te puedas embarazar por algo así."
"Bueno, a menos de que un hechizo me salga mal supongo que no. Wyatt de verdad te agradezco todo lo que estás haciendo."
"Oye, ¿para qué son los hermanos? Eso me recuerda, necesito que me ayudes con mi tarea de cálculo por que estoy reprobando otra vez."
Chris soltó una risotada.
"Sí que debo ser muy nerd, llevo años haciendo tareas que son para un estudiante dos años mayor que yo."
"Bonito autoestima te cargas", bromeó Wyatt sacando sus libros,
II
Wyatt había tenido un largo día de entrenamiento, pues el campeonato estaba cerca y el entrenador quería asegurarse que todos en el equipo estuvieran en perfectas condiciones. Habían pasado todo el día haciendo pases, lagartijas, abdominales, y pesas. Definitivamente el brujo dos veces bendecido se merecía un momento de descanso bajo el agua de tibia de las duchas.
Mark estaba en la regadera contigua.
"Wyatt ¿En qué quedaste con tu hermano?"
"Todo está arreglado, no te preocupes. Chris cree que le gustas y que por eso lo vas a llevar a cenar. Después podrás hacer con él todo lo que quieras."
"Y supongo que querrás que ese mismo día te pague el servicio que me dio tu hermano."
"Si quieres volver a verlo vas a tener que pagarme puntual."
Salieron los dos de la regadera, con una toalla cubriéndoles la parte inferior de su cuerpo. Sus músculos brillaban mojados.
"Sabía que no aguantabas a tu hermano por algo que te hizo y no nos has querido decir, pero mira que llegar a esto. No cualquiera. Yo jamás prostituiría a mi hermano de esa forma."
"Vamos, Mark, prostituir es una palabra muy dura. Lo conoces desde hace muchos años y lo único que estoy haciendo es asegurarme que tenga su primera experiencia homosexual con alguien que conozca."
"Sí, pero estás ganando dinero de por medio y le prometiste el cuerpo de Chris a todo el equipo. ¡Vamos, Wy, no te hagas el moralista que no te queda! Lo que le estás haciendo se llama prostitución. ¿Qué vas a hacer cuando tu hermano se entere?"
"Por su bien espero que no se entere. No creo que podría manejar algo así. De todas maneras espero que entiendas que hay que guardar el secreto enfrente de él, y actuar como tal."
"Ya ya... sé lo que hay que hacer con él. Tampoco se trata de que le grite a toda la escuela que te pagué por el uso del cuerpo de tu hermano."
"Más te vale."
Los dos callaron por varios segundos hasta que Mark soltó una risotada.
"¿De verdad cree que me enamoré de él? Es una pena que crea que a alguien como yo…", dijo señalando sus pectorales, "le podría gustar a alguien tan débil como él? Es tierno por ser tan nerd, eso te lo concedo, pero nada más. ¿Te sigue haciendo las tareas?"
"Todos los días."
"Ojalá yo tuviera un hermano así, pero el mío es un vago cualquiera. Ya sabes, le gusta vestirse de negro y decir que nadie lo quiere. Sus calificaciones son aún peores que las mías."
"Nada que ver con Chris, entonces", señaló Wyatt vistiéndose, "Sólo espero que se maneje bien el viernes, por qué puede resultar un negocio muy redituable todo esto."
"Y no me has dicho, Wy, ¿Qué vas a hacer con el dinero?"
"Tengo planes para él, no te preocupes."
III
Wyatt estaba seguro que sus padres no estarían el viernes en la casa y su hermana se quedaría en casa de una amiga, así que no había por qué preocuparse.
Mark había llegado por Chris a eso de las siete de la noche, lo había llevado al cine a ver una película de terror, y después habían ido los dos juntos a cenar a restaurante japonés. Aunque Mark quería hablar de chicas y deportes, Chris regresaba su plática a la escuela pues quería saber si compartían alguna opinión sobre maestros o materias. Lamentablemente descubrieron que no era así. De todas maneras el joven Halliwell estaba pasando una velada agradable.
En cuanto terminaron de cenar, Mark pagó la cuenta a pesar de la insistencia de Chris que quería hacerlo.
"No, esta noche tú eres mi invitado y por lo tanto es mi deber pagarte la cena. Además tengo que decir que la pasé muy bien contigo."
"Yo también, Mark", sonrió Chris perdiéndose en los ojos azules de su compañero.
Salieron del restaurante, y subieron al coche de Mark.
"ahora ¿a dónde vamos?"
"A tu casa, por supuesto. Tu hermano me mata si no te regreso temprano. Ya sabes como es Wyatt."
"Supongo que sí", respondió Chris alejando la cara de Mark, mostrando así la timidez que sentía.
Mark manejó hasta la mansión Halliwell y se estacionó en la entrada, viendo a Chris a los ojos.
"Jovencito, está usted servido. Puede regresar a su casa" imitó Mark un acento inglés que le quedó mal.
"Muchas gracias por todo, de verdad fue una noche mágica. ¿No gustas pasar?"
Esas eran las palabras que Mark estaba esperando, y la perversión salió a relucir cuando torció su boca hasta formar una sonrisa, y asintió.
Salieron los dos del coche, entraron a la casa, y Mark se sentó en el sillón que estaba frente a las escaleras mientras Chris iba a la cocina a buscar un par de vasos de refresco. Al regresar, encontró a Mark esperándolo con una cara de niño buen portado.
En cuanto Chris se sentó, Mark le acarició tiernamente la mejilla.
"Hay algo que quiero decirte, Chris. Me gustas mucho. Siempre tan débil y vulnerable, escondiéndote tras la personalidad de tu hermano… Eres hermoso."
"Yo… la verdad no sé que decir… supongo que gracias."
"Me conoces desde hace años y no quiero que esto vaya a cambiar lo que sentimos el uno por el otro, pero te quiero pedir que me dejes entrar en tu cuerpo. Es una prueba de que me amas."
Chris estaba nervioso, las palabras parecían atorarse en la garganta. Estaba empezando a sudar.
"Es que yo…"
"Vamos, ¿Qué tienes que perder?"
"Supongo que nada", respondió Chris.
Mark se acercó lentamente hasta su pareja y dejó que sus labios rozaran la mejilla de Chris. Repitió el mismo proceso en la frente, y finalmente en la boca del joven brujo.
"No tengas miedo, Chris, yo me voy a asegurar que nada te pase hoy. Vas a disfrutar como nunca lo has hecho."
Chris no supo que responder, asintió torpemente y dejó que lo volviera a besar, esta vez de manera profunda.
Ninguno de los dos sabía que alguien los observaba desde las escaleras. Wyatt estaba de mirón observando toda la escena; viendo como la ropa iba desapareciendo, y como el cuerpo dominante de Mark quedaba sobre el sumiso de Chris. Hubo besos y caricias. Cuando el brujo doblemente bendecido no pudo aguantar más la excitación, regresó a su cuarto para liberarse de ella.
