Era apenas un niño. Cuatro años tenía entonces pero aun hoy puedo recordarla perfectamente, sus ojos azules profundos, su radiante piel de porcelana y sus cabellos castaños lacios y largos recogidos hacia el costado. Mis padres le pagaban para que me cuidara mientras ellos trabajaban, toda la semana y prácticamente todo el dia desde que me despertaba hasta que volvia a acostarme. Ella siempre estaba ahí. Fue la que me enseño a dar mis primeros pasos, la única que me enseño lo bello de dar amor y recibirlo a cambio, la que me regalo sus mas hermosas sonrisas y, principalmente, la que comenzo esta pasión por la música que despertó en mi.
"Señora Hummel, casese conmigo"_ Le pedi una noche mientras me arropaba, luego de haberme cantado una de sus magnificas canciones de cuna con su encantadora voz de angel.
"Ya estoy casada, lindura" Me contesto con una sonrisa y beso mi frente para despedirse justo cuando mis padres tocaban la puerta.
"Entonces déjeme casarme con ella" Insisti señalando el vientre de la mujer que guardaba, tras una delgada capa de piel, la presencia de una pequeña niña que pronto nacería y que seguramente seria tan perfecta y maravillosa como su madre.
"Me encantaría, Blaine, que fueras tu quien se casara con mi hija algún dia. Ese es uno de mis mayores deseos". Esa fue la ultima noche que la vi. Al dia siguiente estaba despidiéndose con lagrimas en los ojos, iba a mudarse a un pueblo lejano con su marido ya que habían comprado una casa nueva y grande para albergar a la nueva criatura. No podría seguir cuidando de mi estando en sus últimos periodos del embarazo, no volveria a verla.
Nada fue lo mismo desde entonces. Me aislaba cada vez mas de mis padres, no era fácil hablarles y lentamente comenzábamos a volvernos extraños. Decidi mudarme de aquella casa en cuanto pude, se respiraba tensión a cada instante y parecía mas una prisión que una familia. A los diesisiete años me instale en un pequeño departamento en donde conoci a mi mejor amigo, Wesley. Nos unia nuestra pasión por la música y no tardamos en descubrir el lugar al que pertenecíamos, la academia Dalton para chicos. Nos internamos allí y lentamente volvi a ser el Blaine de siempre, el de la infancia, un chico sonriente, alegre y vivaz, curioso, autentico y espontaneo que decía las cosas desde el corazón y hacia lo que su corazón le dictaba, que se descubria a si mismo cada dia con ayuda de la música y cuya voz conmovia hasta los mas frios corazones. Me uni a los Warblers, ellos se convirtieron en mi familia.
Los años pasaron y aunque la música llenara gran parte del vacio de mi corazón, sabia que algo faltaba y no podía estar seguro de que era aquello. Cada noche, en mis sueños, sentia la voz de aquella mujer cantando sus canciones de cuna y algo se removia dentro de mi, mi corazón se aceleraba y todo mi ser me pedia a gritos el poder volver a encontrarla y recibir su beso tibio en mi frente.
"Llego la carta que estabas esperando"_ Anuncio Wesley tendiéndome la respuesta de mis padres, se habían tardado pero finalmente habían respondido a mi desesperado pedido de hace un par de semanas atrás. Me habían mandado el teléfono de contacto de mi amada niñera, quien me había cuidado durante toda mi infancia y tantas cosas me había enseñado. Marque el numero sintiéndome plenamente feliz pero mi alegría se desaparecio en el instante en que la mujer del otro lado me dijo que estaba equivocado, la mujer que buscaba se había mudado con su familia hacia años. Tuve que insistir con todas mis fuerzas para, finalmente, lograr que la mujer me pasara lo que crei era la nueva dirección de quien buscaba. No quedaba tan lejos del departamento en el que vivía con Wes. Este se ofrecio a acompañarme pero preferí hacer esto solo.
La casa era amplia y moderna, toque la puerta un par de veces antes de que un señor corpulento de mediana edad saliera a recibirme con una sonrisa, me pregunto que buscaba y se lo dije. Enseguida su semblante se oscurecio y tomando un respiro me contesto seriamente: "Esa mujer que buscas era mi esposa, ella fallecio hace varios años, chico, lo siento mucho".
Mi corazón se congelo por un momento, todas las esperanzas se estaban rompiendo en pedazos al tiempo que las lagrimas fluían por mis mejillas. Me di media vuelta sin siquiera agradecer al buen hombre y sali por el camino que llevaba a la inmensa casa para toparme accidentalmente con un chico un poco menor que iba en dirección contraria por el mismo camino:
"Hey" grito molesto pero se sorprendio al verme secando las lagrimas de mi rostro enrojecido "Oh, perdona. Estas bien?" Recien entonces, al levantar la vista, note su mirada absorviendome, sus centellantes ojos azules, la magia de su piel perfectamente blanca y tersa y su cabello castaño cayéndole con suavidad. Todo en el irradiaba luz.
"Me llamo Blaine" Atine a contestar todavía limpiando mi rostro.
"Kurt" dijo el todavía preocupado tendiéndome un pañuelo blanco y regalándome una maravillosa sonrisa que mi corazón jamas podrá olvidar.
