Bien para los que estén leyendo mi fic Welcome to the Undergound, os aviso que la dejare un mes sin publicar porque tengo todos los capítulos en mi otro PC y no puedo subirlos porque esta reparándose, así que por ahora escribiré un fic aparte en este otro, aunque aquí no podre actualizar demasiado ya que este es de mi hermano.

Se bajó del coche con mucho cansancio, viajar tantas horas en un avión y después en un coche no debía ser sano, cogió su maleta y miro el bloque de pisos en el cual vivirían ahora, no era algo muy lujosos como estaba acostumbrada pero era lo justo para llamar la atención.

-¿vamos a vivir aquí a partir de ahora?-se escucho una vocecilla a sus espaldas, al girarse encontró un niño con unos cascos colgando, sonrió acariciando su cabeza.

-si Napsta, ahora viviremos aquí-explicó cogiendo su mano y entrando al edificio.

Una vez dentro buscaron el apartamento de la dueña del edificio para pedir sus llaves y poder entrar en el suyo propio, al encontrarlo llamaron y una mujer algo madura abrió la puerta, su cabello era de un blanco pálido y sus ojos amarillos, parecía bastante amable.

-buenos días ¿en qué puedo ayudarles?-preguntó la mujer.

-buenos días, soy la señorita Hapsta Blook, la que ha comprado el apartamento del tercer piso-explicó señalando aparentemente al piso en cuestión.

-oh vaya, no la esperaba señorita Blook, me dijo que llegaría hace una semana y no llego, pensé que ya no vendría-explicó ella sintiéndose algo avergonzada.

-si lo siento, es que tuvimos problemas con el avión-explicó ella sobándose el brazo.

-bueno, eso ahora da igual, espere un momento que ahora traigo su llave-y entró en el apartamento de nuevo sin cerrar la puerta, Hapsta se fijo en el interior, era un lugar muy bonito y el anuncio de decía que su apartamento estaba amueblado completamente así que el suyo también sería así de bonito.

-hermana-llamó el pequeño Napsta cogiéndole de su camisa para que le prestara atención, esta se agachó a su altura-¿por qué no le has dicho tu nombre real?-preguntó de forma inocente.

-porque si se lo digo podría reconocerme y tu sabes que hace la gente cuando me reconoce ¿verdad?-el niño asintió-bien, pues por ahora quiero que me llames Hapsta ¿vale?-el niño pareció meditarlo un momento-si lo haces te comprare ese disco que tanto quieres-el niño sonrió levemente y asintió, eso significaba que estaba feliz, Napsta nunca demostraba mucho sus sentimientos a menos que fuera para llorar.

-bien aquí la tiene-dijo la mujer llegando por fin con las llaves, Hapsta se levanto y las tomó-vaya, ¿a quién tenemos aquí?-pregunto mirando al niño, este se abrazó a la pierna de su hermana con algo de inseguridad aun sin demostrarlo-¿es su hijo?-preguntó la mujer avergonzando a la chica.

-no señora, soy su hermano-explicó el.

-hay, lo siento, no sabes cómo… hem yo…-la mujer se avergonzó por sus palabras.

-no se preocupe, me lo dicen a veces-explicó sudando levemente, luego cogió la mano de su hermano-bien gracias por todo.

-si necesitáis algo pedidlo, mi nombre es Toriel-explicó ella despidiéndose con la mano-por cierto-volvió a llamar la mujer, Hapsta ya había puesto un pie en la escalera pero se dio la vuelta para tenderla-si algún día no tienes donde dejar al pequeño, puedes traerlo aquí, creo que tiene la edad de los míos-ofreció con una sonrisa amable, Hapsta hizo una señal de aceptación y siguió subiendo las escaleras, al llegar al tercer piso localizaron su apartamento, allí ella saco las llaves y procedió meterlas en la cerradura pero no podía abrir la puerta de ninguna manera.

-maldita sea-se quejo tirando un poco de la puerta, pero esta no se abría-maldición, ¿se abra equivocado de llave la señora Toriel?-se preguntó a sí misma.

-oiga ¿necesitan ayuda?-preguntó un voz detrás de ellos, al girarse ambos se encontraron con un chico bastante alto de cabello gris, este salía de su apartamento.

-pues sí, gracias, al parecer la puerta no se abre-explicó mostrando la llave.

-¿me permite?-preguntó el pidiendo la llave con la mano, esta se la entregó apartándose de la puerta, como por arte de magia esta se abrió-bien, ya esta estas puertas son un poco viejas así que has de tirar un poco hacia ti para que la cerradura gire-explicó con una sonrisa devolviendo la llave.

-gra… gracias-contestó ella algo sonrojada, el chico era bastante atractivo.

-al parecer vamos a ser vecinos-miro su puerta y la de ellos el chico alto-buenos señorita, si necesitan algo háganmelo saber, soy Papyrus Boune-se presentó ofreciendo su mano.

-Ha… Hapsta Blook y el es mi hermano Napsta Blook-les presentó a ellos.

-bueno, un placer conocerla señorita Haspta y a ti también Napsta-y luego se fue escaleras abajo.

-parece buen chico ¿no?-dijo el niño, segundos después se escucho un estruendo muy fuerte venir de las escalera, salieron corriendo hacia allí encontrando a Papyrus tirado al final de estas.

-¿está bien?-preguntó Hapsta muy preocupada, el chico se levantó y rio fuertemente.

-NYEHEHEHEHE al gran Papyrus nada puede hacerle daño-dijo con orgullo y siguió su camino.

-mola-dijo Napsta con un tono inexpresivo así que dejando el asunto a un lado entraron por fin en el apartamento, que como Hapsta esperaba, era bastante bonito en lo que a decoración se refiere-bueno, ya estamos aquí, Metatton-llamó el niño a su hermano por su verdadero nombre por primera vez en el dia.