Los personajes son creación original de Masashi Kishimoto, sólo los pido prestados sin fines de lucro.
Ritual
Por Tlacuilo
Se acercaba la fecha esperada por aquel hombre.
Sino le había mentido esa hechicera, en dos noches más podría realizar el ritual. Ese que afirmaban podría conferirle el poder sobre un demonio.
Sasuke no era crédulo, sin embargo no podía dejar pasar esa oportunidad de comprobar que tanto engañaban esos supuestos hechiceros, a la gente. Después de todo no en vano perseguía una gran noticia, esa que le daría su boleto a ser el reportero estrella del diario Konoha.
El moreno arribó a su departamento y colocó en una cómoda, lo que la bruja Tsunade le dio. Eran algunos sellos, cenizas y una sustancia color ámbar en algunas botellas, las que por cierto, Sasuke juraba, olían a comida.
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Sabía que no tardarían en ir en su busca, más el prófugo se estiró y siguió su camino, determinado a disfrutar ese poco tiempo de libertad, fuera de sus obligaciones como parte de esa familia.
Alzó la mirada y notó, que si deseaba llegar a su meta antes de que notarán su ausencia, debía correr.
Exhaló y acomodándose para iniciar, se lanzó a correr veloz.
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Las noches se sucedieron, un par de veces y el aroma de las flores inundaba las calles.
Los rostros poco vistos, pertenecían a las personas que regresaban a casa, para unirse a su familia y esperar el Obon.
Sasuke camino a su hogar, ansioso por iniciar su tan esperada nota. A su lado, su ayudante improvisado.
–Otouto, espero que de verdad sea tu gran noticia.
–Lo será.
Itachi se rascó la nuca y acotó:
–Créeme ya me debes muchos favores.
–Los mismos que tú a mí. Papá y mamá no te han obligado a ir a ningún Omiai* no?
–Tienes algo que ver?
–Les dije que tenías pareja y que yo la vi.
–…
Ya no hubo réplica de parte del mayor de los pelinegros.
Ambos llegaron al edificio donde el menor vivía y entraron.
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Sus ojos admiraron las luces maravillado, su nariz disfrutó los olores de flores, comida y gente. Para él era todo tan nuevo, que hasta la más mínima cosa le pareció interesante.
Estaba exultante y decidiendo para donde seguir. Se sentó un momento y fue ahí cuando lo vio.
Inclinó la cabeza a un lado, luego al otro – haciendo que su pelo rubio se agitara. Por fin se removió contento, parándose y yendo en dirección de su nuevo objetivo.
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Dentro del edificio y del departamento del menor de los hermanos Uchiha. Sasuke e Itachi comenzaron a colocar todo lo necesario para el ritual.
En cuanto estuvo listo. Itachi agarró la cámara e hizo un movimiento hacia su hermano.
Sasuke asintió y comenzó a recitar.
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En el pasillo fuera del departamento, la figura se removió inquieta. Deseaba entrar, sin embargo en esa forma no podía abrir…
Una pareja salió del elevador y uno le dijo a la otra.
–Mira el amargado del vecino, dejó fuera a su perro.
A la figura blonda no le agradó que lo confundieran con un can, más lo dejó pasar.
–No... – intentaba decir la mujer.
El hombre de cabello claro y colmillos prominentes, ni siquiera escuchó lo que decía su esposa, se dirigió a abrirle al visitante.
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Las palabras fueron recitadas y una sonrisa prepotente se fue formando en la boca de Sasuke, esa que usaba para mostrar que tuvo razón. Itachi esperó a que este le diera la señal para detener la grabación.
–Te lo dije aniki…
Itachi observó a su hermano, púes este se había quedado mudo y mirando detrás de él?
Olvidándose de que siguió grabando, Itachi se giró y lo vio…
Un zorro de color naranja con algunas partes amarillas, estaba viéndolos, sentado sobre sus cuartos traseros.
–Lo ves? – preguntó Sasuke.
–Si, sin duda.
–Demonios! – exclamó Sasuke.
–Literalmente, lo es, púes tiene…
–Si, tengo nueve colas. – habló el kitsune.
Y esa fue la confirmación de que – en opinión – de los Uchiha, el ritual había funcionado. Un demonio zorro estaba ahí con ellos, pues un zorro normalmente no tenía nueve colas o hablaba.
Naruto – el zorro demonio – sonreía, seguro de que se iba a divertir con ese par.
...
Celebrando que mis difuntitos están de visita un año más; les dejo este two-shot.
Espero que les guste. Ahm por cierto está hecho en el celular, por eso algunos signos faltantes.
Omiai (o simplemente miai) es una expresión japonesa que quiere decir "buscando a otro" y se refiere al hecho de presentar a dos personas que no se conocen con el objetivo de arreglar un matrimonio entre ambas.
