NOTAS: Etto… No sé si alguien leerá este fic pero nah… Yolo (?) Este fanfic es una parodia de una de mis películas de la infancia: [no diré su nombre porque nadie querrá leerlo], pero con algunas diferencias que notarán durante la lectura. Espero que, pese a todo, a alguien le guste tanto como a mí me gustó escribirla.
Fanfic NO Oficial de Vocaloid hecho por amynya2750.
Dedicado a una de mis mejores amigas, Meyda, que ama a los Kagamine.
Capítulo 01
Debía de ver el lado positivo del asunto: saldría de aquel campo donde vivía para ir a la cuidad, y mejor aún, ¡sería una princesa! Kagamine Rin agradecía bastante tener una pariente cercana que fuese presidenta de esa ciudad cuyo nombre no recordaba. Y con todo el entusiasmo, y algo de nostalgia, terminó de empacar y de vestirse con un conjunto totalmente nuevo para ella.
–El estilo preppy te queda de maravilla –confirmó su mejor amiga, Megpoid Gumi, dispuesta a acompañarla en su viaje; igual que una dama de compañía–. Te vez hermosa; ¿segura de que sigues siendo Rin?
–Me siento rara –afirmó mientras se miraba al espejo. Tenía una camisa blanca de mangas largas, una falda negra corta, medias oscuras por debajo de las rodillas, zapatos amarillos que combinaban con un moño del mismo color en su cuello; sin olvidar su moño blanco decorando su cabeza–. Parezco una colegiala de esas que se ven en televisión.
–¿Y eso qué? Aun sigues en secundaria.
–Pero estoy de vacaciones; es verano; y sabes bien que odio la escuela.
–Señoritas… –un adulto con apariencia de profesor o chofer entró en esa habitación rústica donde se hallaban las adolescentes–, ya debemos irnos.
–Ya vamos… ¿Kiyoteru-san? –la rubia no se acordaba de su nombre–.
–Sí, soy Hiyama Kiyoteru.
–Bueno, ¡vámonos!
Afirmó Gumi con su común entusiasmo. Y sin más, empezó el viaje. Montaron los tres a la carísima limosina plateada mientras el castaño conducía. Los asientos eran muy cómodos, que por poco la peli verde queda dormida.
–¿Extrañas a tu madre? –preguntó la chica de vestimenta de tonos anaranjados, recibiendo una negación por la otra–. ¿Ni un poquito?
–Lily Kagamine no sabe ser buena madre; por eso el gobierno decidió que sería mejor que estuviera con la presidenta Hatsune Miku, mi prima, criándome. Sin mencionar que prefiero estar con mis amigos que con ella.
–Eso es cruel –dijo la otra fingiendo sentir lástima por la menor. Gumi conocía su situación, y sabía que un giro a su vida de 360º sería lo mejor para su amiga–. Agradece que vivo allá con mi hermanastro mayor y te podré enseñar las calles, las avenidas, las tiendas… Así te olvidas de esa vida de granjera o chica ranchera.
Lo cierto es que Rin no le prestaba atención a sus palabras. Estaba demasiado ocupada mirando a la ventana y recordando su vida en el campo. Todas las veces que se bañaba en lodo cuando era una niña, las plantas que cosechaba, el bullying que le hacía a sus profesores, la naturaleza en todo su esplendor acompañándola a todo lugar que iba, a su madre Lily (aunque no quería ni recordarla), a su granja llamado hogar durante 14 años por la misma Rin… Demasiadas cosas a la vez. Extrañaría la naturaleza y la libertad, pero nunca extrañaría a aquella mujer y tampoco aquella casa llena de malos recuerdos.
Al mirar por la ventana trasera de la limosina, su casa de madera estaba del tamaño de una hormiga. Este, será ahora el comienzo de una nueva vida.
–¿¡Ese vestido de Yuno Gasai aun no está listo!? ¡Ustedes dos no saben trabajar rápido!¡Y me tienen muy decepcionada! –y luego de aquel regaño, Akita Neru cerró la puerta del sótano con mucha furia y haciendo eco en la habitación donde estaban ambos regañados–.
–Esa tipa tiene pulmones, ¿no? –bromeó Len hacia su mejor amigo del trabajo, Kamui Gackupo, cociendo la falda del mencionado vestido de la yandere de Mirai Nikki–. Estoy seguro que debieron de oír sus gritos en Rusia, o en Brasil, o en España…
–Tienes toda la razón –respondió el otro, entre risas y terminando la camisa. Ser costureros sin usar máquinas y trabajando solo los dos era muy difícil… No, la rubia de Neru era quien hacía el trabajo complicado–. Luego llamo a Bruno, Clara y Maika para asegurarnos.
–Cambiando un poco el tema, escuché que la presidenta Miku-sama traerá a una prima a la cuidad.
–Es verdad –confirmó. Solo los adultos de más de 18 años les puede interesar tanto la política de la cuidad–. Creo que vendrá hoy a la tarde noche.
–¿No sabes nada más del tema? ¿Ni un poco? –le dolía la muñeca de tanto coser los pliegues de la dichosa falda, pero seguía trabajando si quería la paga, ignorando el dolor–.
–Según escuché, se apellida Kagamine –permaneció durante unos 5 minutos en silencio total, sin exagerar–. Es todo lo que sé…
Volvieron al trabajo sin tener otro tema para conversar. Y el menor solo se limitó a seguir cociendo mientras, inevitablemente, recordaba su vida, que no había sido del todo dulce. Su padre, que se hacía llamar YOHIOloid (o tal vez ese sea su verdadero nombre; no estaba muy seguro), había desaparecido misteriosamente hacía como un año dejando al pobre rubio solo intentando cuidarse por su cuenta; lo extrañaba bastante pues fue su mejor amigo desde muy pequeño, y justo cuando faltaba una madre en la familia.
–¿Te encuentras bien? –preguntó el mayor, que solía vestirse con Kimonos o Yukatas todos los días, preocupado por su amigo–. ¿Es por el dinero? ¿Es por tu padre? ¿Es por tu sueño de ser un cantante famoso?
–Un poco de todo –respondió. Sentía las intensas ganas de llorar, polo se limitó a contestar secamente la pregunta, haciéndose el chico fuerte que es. Y era verdad: quería ser cantante famoso, aunque sería muy difícil si no hay alguna universidad que ofrezca esa carrera y si solo iba a cursos de canto–.
–Deberías rendirte ya con eso –agregó la rubia de Neru, que había entrado de nuevo buscando un traje en específico–. No lo lograrás.
–Tú no me detendrás–contestó firme y serio, dejando la falda ya lista sobre la mesa–.
–¡Vuelve al trabajo en este mismo instante! –se defendió la más baja–. A menos que no quieras tu paga –y le encargó otra labor: limpiar el baño público–.
A regañadientes, Len obedeció asqueado. Sería libre algún día de esa chica enamorada.
La mansión de la presidenta era una construcción arquitectónica bastante moderna y clásica de colores azules grisáceos y negros encima de una montaña de altos árboles y mucha área verde alrededor. El estilo general dentro de la mansión era un estilo vintage muy hermoso y elegante, con un poco de decoraciones japonesas.
–Este sitio es ENORME –Rin fijó por enésima vez la vista a los altos techos del living o salón–. Mi casa completa era más pequeña que esta habitación. Me pregunto si Miku-san alguna vez se sintió sola…
–No lo creo; pasa más tiempo saliendo con su novia o prometida que aquí –agregó Gumi igual de asombrada–. O eso es lo que me dice mi hermanastro.
–¡Hola! –una tercera voz femenina, que era la muy reconocida voz de la peli turquesa, invadió la habitación completa, haciendo eco en toda la mansión–. ¡Bienvenidas las dos! ¡Soy Hatsune Miku! ¿Tú eres la hija de Lily? Pareces una niña de 10 o 9 años.
–No sé si sentirme alagada o insultada –contestó la rubia sonrojada, por el calor que hacia–. ¿Y usted, Hatsune-san, no es demasiado joven para ser presidenta? Solo tiene 16 años.
–Uno debe aprender a cumplir con sus responsabilidades así sea muy pequeña o muy joven–y seguido de esas palabras, la abrazó. Así era Miku, muy confiada de la gente que apenas conocía–. Quisiera hablar contigo de eso más tarde. Primero vamos a llevarte a tu alcoba y luego te presentaré a unos amigos. Después puedes visitar la ciudad.
Y así empezó la visita a toda la mansión, donde la rubia dibujó un mapa para no perderse. Le enseñaron la cocina principal, el comedor, otro salón donde parecía el trono de los reyes en la era medieval donde había un piano, el jardín (que estaba dentro de paredes de vidrio y una bóveda también de vidrio, permitiendo gran paso a la luz natural), los baños que habían en distintos pisos y finalmente la habitación donde dormiría con Gumi.
–Ponte cómoda –dijo Miku a Rin–. Siéntete cómo en casa. Te espero a ti y a tu amiga…
–Megpoid Gumi –confirmaron las recién llegadas–.
–Te espero a ti y a tu amiga Gumi en el salón principal… Al que tiene un piano –y sin más se fue a través de las puertas francesas de color claro–.
–Ten por seguro que me acostumbraré –dijo la pequeña rubia revisando toda la habitación. Tenía como tres closet (una solo para los zapatos y otra llena de vestidos de todo tipo, todos de su talla), un escritorio para dibujar o hacer deberes, un maquillador, una pequeña terraza con vista a los edificios de la ciudad, una cama matrimonial y otra individual. Esa habitación era hermosa y muy cómoda–.
–Yo no… –dijo Gumi entre risas y desempacando la mayoría de las cosas de Rin–. Prefiero estar con Gackupo-kun, en su casa tradicional japonesa.
Y luego de más charlas triviales y una corta pelea de almohadas, bajaron hasta el "Salón de Reyes y Piano" (como ambas decidieron llamar esa habitación).
–Bien –dijo Miku–. Te presentaré a unos conocidos. Ella es Megurine Luka, la cocinera y sirvienta principal.
–Un placer conocerte –dijo la mayor con una sonrisa amable y recibiendo un "el placer es mío" de parte de la menor, que había leído durante el viaje los buenos modales que debe tener una princesa–.
–Ella es Kasane Teto, mi consejera y secretaria –presentó a la chica de pelo rojizo y gracioso peinado, seguido de un comentario adicional de parte de la misma–:
–Eres muy linda.
–Gracias –obviamente la menor se había sonrojado por el alago, más aun sabiendo que era un intento de coqueteo, pero no dejó que le siguiera tratando como una conocida–.
–Ella es Meiko, la nueva guarda espaldas.
Kagamine Rin lo supo desde que la vio; se había enamorado a primera vista de la castaña de vestimenta roja. Esa mujer de cómo unos 20 años era atractiva y parecía ser muy fuerte. La adolescente tenía una sensación agradable invadiendo su corazón apenas la veía y al estrechar su mano con la contraria.
–Un placer conocerla, Kagamine-san –dijo Meiko haciendo una reverencia hacia la menor–.
–¿Kagamine-san? –preguntó la otra–. No tienes que ser tan formal conmigo; me puedes decir Rin.
–Está bien, Rin –respondió y le dedicó una sonrisa que casi derrite a Rin, pero que supo disimular–.
Luego de unas otras pocas presentaciones y antes de ir a visitar la ciudad, Miku se vio obligada a hablar en privado con la hija de Lily. Contándole de que se tendrá que comprometer dentro de unas pocas semanas.
–Entonces es una boda obligatoria – Rin se cruzó de brazos mientras veía a su prima con una expresión de enojo–. Qué lindo; denle un premio a la presidenta –agregó con ironía mientras aplaudía lento–.
–Realmente no quería hacerte esto –admitió muy apenada–, pero el problema es este: alguien nos robó todas piedras preciosas que hay en la mina oculta en el bosque, y eso era lo único que teníamos para ganar dinero. Si te casas con Kaito-san, nos daría algo de dinero para que la economía no decaiga –Rin comprendió, más aun al ver a la peli turquesa a punto de llorar; como si le hubiese traído algún mal recuerdo–.
–Hey, tranquila… –la abrazó con cariño mientras la consolaba–. Si esto solo beneficiará a la cuidad, estoy dispuesta a hacerlo. No hace falta que llores.
Y luego de aquel momento, no solo se anunció que habría una boda un poco bizarra entre la princesa y el príncipe, sino que Rin tuvo la oportunidad de conocer, al menos en parte, la cuidad. Donde empezaría su aventura.
NOTAS: ¿Y bien? ¿Qué tal me ha quedado este primer capítulo? Agradecería bastante su review con su opinión. Tal vez tarde en actualizar pero dicen que lo mejor tarda en llegar, ¿no? (Al menos eso oí por alguna parte); de todas formas, ojalá les haya gustado este primer capítulo y nos vemos en la próxima actualización.
PD: Espero que nadie aquí odie a Neru por la personalidad que le di, o a Lily o a YOHIOloid. Solo necesitaba darle algo de drama al fic. :3
