Bueno, yo no soy fan NH pero un dia se me ocurrio la idea esta y pense, ah! pues pega con la pareja, y aqui tengo el fic, espero no decepcionar a los fans o-o

El ojo azul de el muchacho se reflejo unos segundos en el despertador de la mesita de noche para luego volver a cerrar el párpado - ¿¡Las 12:20! – Se quitó la aparatosa colcha de encima y se metió de cabeza a la ducha – Genial... esta noche saldré con una marca – Suspira y se soba la frente para luego reafirmarse – Aun a si, hoy, en este día, conseguiré su teléfono –

Naruto, un joven norteamericano de 16 años, muchas veces se había preguntado porque no podía tener un nombre que entendiera, a lo que su padre siempre le echaba la culpa a su madre, A ella y a un tipo de comida japonesa llamada Miso Ramen.

El rubio no había conocido a su madre, murió cuando el nació, sin embargo su padre siempre le hablaba de ella asignándola el mismo carácter que el joven tenia "debía ser una persona genial" se decía muchas veces el chico.

Esta noche había quedado con unos amigos, después de todo era sábado y que mejor plan que salir a la disco a bebe... esta bien, ¿qué mejor plan que seguir a esa chica que tanto le gustaba? Hasta ahora lo único que sabia de ella era que se llamaba Sakura, cosa que realmente le hacia gracia, tenían algo en común. Todas las noches a la misma hora y en el mismo lugar lo único que hacia era mirarla con cara de pasmado, pero esta vez no, esta vez se acercaría a ella.

Llegada es la noche, el ojiazul llevaba una camisa negra y unos vaqueros azul oscuro, el pelo revuelto y engominado con un aspecto un tanto rebelde, miro durante unos segundo el frasco de colonia de su padre y se hecho un poco aprovechando que el susodicho no estaba en casa, Se subió los cuellos de la camisa y se miro una ultima vez al espejo, estaba perfecto, salió de casa con parsimonia, la temperatura era mas baja de lo normal y debía reconocer que tenia algo de frió - pronto se me pasará - hablo consigo mismo y siguió hacia delante.

El portero, Ray, le conocía de verle por allí siempre, había entablado amistad con el y en mas de una ocasión le dijo que si necesitaba trabajo se pasara por allí, no le vendría mal un descanso.

– Hey muchacho! Otra noche por aquí veo – el rubio sonrió ampliamente – Ya sabes a lo que vengo ¿no? – dijo guiñando un ojo – Que no se te escape hoy – contesto el armario empotrado que era el portero para echarse a un lado y hacerle un gesto de que puede pasar.

Apenas se oían ruidos y casi no había gente, pronto llegaría ella a si que el joven se sentó pesadamente en uno de los butacones de la sala, la cual no era muy grande, sin embargo, tenia ese ambiente tan acogedor por el cual nadie dudaba en quedarse simplemente a mirar las cambiantes luces. De pronto la música comenzó a sonar mas lenta en sus oídos, allí estaba ella, vestía una preciosa mini falda rosa conjunto con una camiseta de tirantes negra con letras en rosa brillante en las que se podía leer "Mi cara está aquí " y una flecha que apunta hacia arriba desde su pecho. Como si de un acto reflejo se tratara empezó a reír de forma idiota en medio de la pista, pues realmente, la chica no tenia el pecho suficiente como para llevar ese tipo de camisetas – de todas formas su culo si es bonito – dijo en un tono de voz normal el cual tapaba el sonido de la música.

Se levantó, se aplasto la ropa y luego se llamo estúpido mentalmente, parecía una niñata de esas desesperadas por el pimpollo morenazo que se apoyaba en la puerta de el baño con cara de "¿te gusto? Pues te jodes, soy demasiado para ti... además me gustan los tíos"

pues, si de una cosa estaba el rubio convencido, es de que ese pimpollo de la puerta de el baño era una maricona reprimida con el ego demasiado alto.

Bueno, de todas formas, hoy tenia otros asuntos de los que ocuparse, cuando volvió la vista la chica no estaba – mierda – fue lo único que alcanzo a decir, se dejo caer sobre el suelo mientras suspiraba y hacia circulitos en el suelo con el dedo.

- Wakata, Onii-san -

- Itekimasu, kyosukero -

- Ha...hai -

Levanto la vista – valla, dos japoneses... ¿sabrán ellos porque mi madre tendría tanta obsesión con el ramen? – casi sin pensarlo puso una mano bajo la barbilla y empezó a inspeccionar con la mirada a los dos sujetos. El chico era alto, pintaba elegante y daba un poco de miedo, son de estos que dices "con este no te metas si no quieres llegar con la cara partida por la mitad" además como se ponga a hacer llaves chungas esas del tekken... que caña ¿no? Tenia el pelo muy largo, liso y de color castaño y los ojos de un color que no había visto en su vida – ah... y se pira – habla de nuevo para el, a veces siente que tiene un serio problema mental, otras ve elefantes rosas, no le da la menor importancia.

Ahora poso la mirada sobre la chica, era mas bajita que el otro, tenia el pelo negro, largo y liso, un aire de mosquita muerta detectable a kilómetros, para que negarlo, era una monada, se cogía las manos por delante de la cintura y miraba a su alrededor sin saber bien que hacer.

Caminó despacio hacia uno de los sillones, el vestido violeta holgado se balanceaba a cada paso que daba la joven chica. apoyé ambas manos majo la barbilla y me quedé allí, sentado en el suelo sin dejar de mirarla, tenia la sensación de que la chica era tal como una muñeca de porcelana, una muy frágil que al mínimo roce podría hacerse un grieta irreparable. Nada comparada con las demás zorronas hambrientas de pollas cuyo coño podría medir mas que la propia pista de baile si le estiras. – A todo esto... ¿donde esta sakura? – se había despistado tanto con la morena que había perdido a la chica – valla y pensar que estoy aquí por ella – apoyo la espalda al completo contra la pared y miro al techo epiléptico de el lugar, segundos después volvió a desviar la mirada a la dueña de el vestido violeta, estaba rígida, sola entre tanta gente y completamente perdida, no podía dejarla así, un hombre era un hombre después de todo.

- Hola – Saludo y procedo a sentarme a su lado, ella se muestra nerviosa – Ho..hola – dice en un tono de voz muy bajito y medio tartamudeando - ¿Estas sola? – digo sin dejar de mirarla a los ojos, cuando ella no hacia mas que rehuirle la mirada con nerviosismo – n-no... mi Oniisan esta conmigo – vuelve a decir muy bajo, tan bajo que por el sonido de la música no pude escuchar que había dicho – ¿Bailas? – a cada poco que pasa, la chica me parecía mas dulce, pues según escuchó la proposición de un desconocido, en este caso, yo, empezó a temblequear intente arreglar las cosas – uh? Que Porque... ah? Perdona, no soy un salido ni nada de eso jajaja, solo es que te veía allí sola y pues, me pareció correcto acercarme a ti además yo soy un tío muy simpático ¿ves? – la morena no dijo nada, ni siquiera me miro, pero pude notar con sus labios formaban una leve sonrisa.

Sonrío y la extiendo la mano – Me llamo Naruto – esta vez ella volvió la mirada con curiosidad, podía verme reflejado en sus ojos – ¿Tu nombre? – Había que sacarle las palabras con sacacorchos – Hi-hinata... Hyuuga Hinata – vi como jugueteaba con los dedos índices de ambas manos y miraba al suelo, cualquier cosa que no fuera mirarme a mi. Me agache, la levante de la barbilla y la mire – no me quieres mirar? Tan feo te parezco – la primera reacción de ella fue poner ambas manos delante en forma de defensa y arrinconarse hacia atrás – n-no! No es eso, no es eso para nada – cuando se dio cuenta de que había gritado se tapo la cara con las manos y ni siquiera la oscuridad podía tapar lo roja que estaba – Naruto-ga tsuteki namae desu – vuelvo la mirada a ella, no se lo que había dicho, pero me pareció que algo bueno. –tengo una idea, salgamos de aquí ¿vale? – Ella miro a todas partes como buscando algo y luego y por su propia cuenta me miro a mi a los ojos – E-es que mi Onii... – No deje que terminase de hablar, la cogí de la mano y la levante – Entonces cúlpame a mi – Ella agacho la mirada y sin soltar el agarre de mi mano me siguió por donde quería dirigirla.

El portero, que me vio salir con una chica que no coincidía con la que le dije me miro extrañado, su simplemente sonreí.

Llegamos a un lugar bastante apartado y nos sentamos en un banco de madera – Perdon por sacarte asi de alli, es que hablas muy bajito y apenas te entiendo – ella se coloco el pelo tras de la oreja con cuidado y acariciando el vestido me respondió – l-lo siento... –

Suspire, es muy difícil hablar con ella aun cuando soy yo quien saco los temas los acaba de la misma forma rápida, hubo algo que poco después me sorprendió.

- So-soy de una familia adinerada de japón... mi padre me dijo que me mandaria a estudiar al extranjero por mi falta de confianza.. y que no le importaba si no podia volver por mi cuenta –

- Con todos mis respetos Hinata, tu padre es un cabron hijo de puta -

- N-no diga eso! En realidad... soy muy antisocial y muchas veces soy incapaz de hacer las cosas por mi misma.. asi que me tome esto como mi reto -

Supuse que me contaba todo eso porque siempre es bueno aliviarse con desconocidos y siempre sigues mas sus consejos que los de nadie

- La verdad es que se te veia muy despistada, no te preocupes -

apunto mi numero de móvil en una servilleta y se lo entrego

- Siempre que me necesites, estaré allí ¿vale?

Estiro la mano tímidamente, trago saliva y poso dos dedos sobre el papel sin llegar a cogerlo – Vamos mujer! – insisto – así no superaras tu reto, yo confió en ti, te ayudare y espero que lo consigas así que ten –

Al fin tomo la servilleta en las manos, se levanto despacio y se dispuso a irse – Yo... prometo esforzarme, Naruto-kun –

La sonrisa mas bella que hubiera podido soñar se poso en el rostro de la joven, sea como fuera, nuestro caminos volverán a cruzarse.

Bien Intentaré seguir pronto owo

Si os a gustado (espero que si) coment? .w.