Hola chicos y chicas. Mis fieles lectores :D Aui traigo una nueva historia, que prometo que les va a gustar. Es algo loca, pero se que les va a gustar. Esto lo escribi junto con mi gran amiga AnaCull3n. Les invito a que lean las historias de ella que son buenas.

Les aclaro que esta historia es un completo crossover...

Disclaimer: Ni Edward Cullen ni Ruben Seldesthiere... son de mi pertenencia. (Por desgracia... u.u)

Sin más los dejo con el inicio.


*Narra Ana*

Maldita película. Había llorado toda la tarde gracias a una hermosa película, "Blind". La había visto miles de veces, pero es que es perfecta.

El protagonista, Ruben, era ciego y murió, murió por la chica que amaba. Sí, soy demasiado sentimental, pero es que como pudo morir? Y por esa mujer tan…. fea? A parte, Ruben era demasiado lindo!

Pero qué estoy diciendo? Es solo una película, no?

De repente, alguien tocó la puerta de mi casa. De seguro que era mi mejor amiga, Emma, yo le decía Em, ya saben, como diminutivo. Habíamos quedado en hacer una pijamada en mi casa, porque acababa de salir de una horrible relación y necesitaba de mi amiga, y la haríamos esta noche. Me levante del sofá, limpiándome las lágrimas y abrí la puerta.

-Anaaaa! –exclamó estirando sus brazos, sonriente y luego se puso seria –que te paso? Estas bien? Robbie apareció verdad? Es que si lo encuentro juro que lo…

-YA…Tranquila! –Comencé a reír y luego me quede seria de pronto. Ugh. ¿Por qué tenía que mencionar a ese? –Estaba viendo una película y fue triste… eso es todo. Ahora pasa!

Emma entró conmigo y dejamos las cosas de ella en mi habitación. Luego nos tiramos, literalmente, en el sofá. Mirábamos la televisión en silencio, cosa que es rara en mi amiga y en mí, así que comencé a hablar de la película.

-Creo que Ruben está en un mejor…lugar? –se alzó de hombros.

-No, se mató por esa mujer, ella tiene la culpa! –fruncí el ceño.

-Pero Ana… él técnicamente está vivo.

-Si, lo sé, es sólo una película, pero igual esta muerto! –mi amiga rodó sus ojos mientras negaba con la cabeza.

-Tal vez hay segunda parte.

-No, ya busque y no lo hay –Ambas nos quedamos calladas. Ana contrólate, es solo una película me dije a mi misma. –Quieres chocolate?

-SI! –respondió saltando desde su lugar en el sofá. No pude contenerme y me reí mientras le pasaba una barra de chocolate. –Gracias! –miraba la barra como si fuera lo más preciado de su vida. Y luego comenzó a comérsela. Era una loca por los dulces.

Comenzó a ver hacia ningún lado en particular, al menos eso creo. Sus ojos se abrieron como platos.

-Em? Emma? Qué pasa? –me comencé a preocupar.

-Creo que veo… -pausó y me miró- gente muerta…

Esa frase sonó tan… loca. Pobre, le afecto la barra de chocolate! Comencé a reírme lo más fuerte que pude.

-ANA! Hablo enserio, si no porque veo a Ruben?

-Qué? Lo ves de veras? –ella asintió – Estas demente?

-No lo estoy… -coloco su mirada donde estaba antes y sonrió. ¿Ahora qué le pasa?

-Me estas asustando… eres una loca, decime que te pasa!

-Es que también veo a Edward Cullen…

Es esto posible? Qué diantres está pasando? Lo siguiente que ocurrió es que de la nada aparecieron dos intercomunicadores y una nota. Emma y yo nos miramos asustadas. Me levanté de mi lugar alcanzando la nota y mi amiga iba detrás de mí. La recogí y comencé a leerla en voz alta.

-"Cierra tus ojos y respira hondo pensado hacia donde quieres ir. Cuenta hasta tres y mira donde apareces. R&E"… R&E? –repetí al final.

-Qué rayos? –Observe a Em sujetar los intercomunicadores y me pasó uno a mí. –Y ahora qué?

-Cómo que ahora qué? No quieres ver a donde nos llevaría esto? –Soy tan curiosa que quería llegar al fondo de esto.

-Mmm… -dudó por un momento. –Está bien, vamos! –cerro sus ojos dándome un tipo de señal. La seguí.

Respiramos hondo, comencé a contar hasta tres y en el lugar que pensé estar fue en donde Ruben estuviera. Estaba obsesionada con esa película, creo. Lo siguiente que sentí fue haber chocado contra algo realmente frío. Alcé mi rostro y miré a mis alrededores. No había seña de mi amiga, rápidamente me puse de pie dándome cuenta que estaba rodeada de nieve.

¿Dónde estaba metida?

*Narra Emma*

Qué acababa de ver? A Ruben? Tanto me había afectado ese chocolate? No, esperen. Estoy viendo a Edward Cullen, sonreí al verlo. Oficialmente estoy desquiciada y loca, lo que me faltaba.

De un momento a otro, Ruben y Edward no estaban en donde los había visto. Pero cómo…? De la nada aparecieron dos intercomunicadores junto con una nota. Estaba segura que solo Ana y yo estábamos allí. Ella y yo cruzamos nuestras asustadas miradas. Me levanté de mi lugar siguiendo a Ana, que estaba a punto de alcanzar la nota. Luego la comenzó a leer en voz alta.

-"Cierra tus ojos y respira hondo pensado hacia donde quieres ir. Cuenta hasta tres y mira donde apareces. R&E"… R&E? –Ana repitió.

-Qué rayos? –No entendía nada de que estaba pasando. Sujeté los walkie talkies y le pasé uno a mí amiga. –Y ahora qué? –pregunté.

-Cómo que ahora qué? No quieres ver a donde nos llevaría esto? –Abrí mis ojos como platos. La verdad no quería saberlo.

-Mmm… -Vacilé un momento –Está bien, vamos! –me decidí por arriesgarme y cerré mis ojos de una vez.

Ana comenzó a contar hasta tres, mi corazón palpitaba a mil por hora. ¿Y si no pasaba nada cuando abriera mis ojos? Imaginé a Edward. Porqué? Ugh. No lo sé, pero imagine su casa también, esa hermosa casa con paredes de cristal. Ya no escuche mas a Ana, así que abrí mis ojos. Estaba en medio de un hospital. ¿QUÉ?

-Ana…? Anaa…? Donde estas? –comencé desesperada al no saber donde diantres estaba metida. No hubo respuesta.

Miré que traía una especia de bolsito, ahí encontré mi intercomunicador. Lo usaría después, primero tenía que averiguar porque llegué parar a un hospital. Las enfermeras me miraban raro. Opte por callarme y calmarme y caminar. Todo estaba muy callado hasta que escuché un susurro en una habitación:

-La madre de Edward Anthony Masen murió… -hubo una pausa, me acerque a la puerta- debo hacerlo ahora, debo salvarlo…

-Mierda. Estoy en un hospital y en 1918! –me dije a mi misma, y en ese instante escuche a alguien gritar. Debe haber sido Edward. Pobre mi chiquito.

Me aleje de la habitación y me senté en la banca que había enfrente. Me hice la dormida y cuando sentí que el doctor salió, que obviamente era Carlisle, me levante y entre a la habitación. Creo que la transformación no había durado mucho, no me explico exactamente el porqué.

-Quien eres?- la voz de Edward llegó a mis oídos y me pellizque. Quizá tanto dulce me haya hecho mal y este en casa de Ana durmiendo. Pero nada.

Me miraba fijamente, sentía sus ojos penetrar en mi. Claro era un newborn, sediento por sangre, pero eso no me importaba. Sus ojos rojos estaban fijos y no se movían. El chico parecía piedra, ya entendía a Bella cuando decía aquello, era simplemente…hermoso.

-A-Alguien…? –al escuchar mi contestación rodó sus ojos y se volteó, dándome la espalda.

-Eres una enfermera? Porque si es así, no necesito medicamentos. El Dr. Cullen ya me los puso… -su voz era algo fría en ese momento.

-Pues te alegrara saber que no soy ninguna enfermera. –sonreí, aunque él no me miró.

-Mira, no me siento bien, mi madre acaba de morir, perdí a toda mi familia y me convertí en un monstruo…

-No..-lo interrumpí, jamás podía dejar que dijera eso. –No estas solo, tendras una hermosa familia y no eres ningún monstruo… eres un vampiro, y qué? Es genial… Y déjame decirte que Bella jamás te tendrá, está bien? –Oops, creo que me dejé llevar por el momento.

-Bella? De que hablas? Cómo sabes tanto de mí y de lo que soy? –Se volteó a mirarme bastante confundido.

-N-no im-importa… Solo lo sé… Vine por ti, a sacarte de aquí. Ahora si no te importa, vámonos porque este hospital me asusta. –traté de acercarme más a él para poder ayudarlo a bajarse de la cama gigante de hospital.

Cuando Edward se levantó, me percate de que estaba con esa bata de hospitales, que no tenía ningún cierre por detrás. Me ruboricé de solo pensar en lo que iba a ver. Pero antes de que nos moviéramos más, alguien abrió la puerta de la habitación.

Mi corazón se detuvo.

-Ustedes no irán a ningún lado –nos dijo la persona. A continuación lo único que hice fue ponerme al lado de Edward y abrazarlo, realmente estaba asustada.

*Narra Ana*

Me levanté de donde había caído. Me abracé a mí misma, estaba haciendo demasiado frío. Moriría congelada. ¿Porqué hay tanta nieve aqui? Oh! Si, ya recordé. Era el mismo paisaje de la película.

-Ruben? –me atreví a gritar. Me sentí tan tonta, pero algo debía intentar, no?

Miré a lo lejos y ahí estaba la casa que estaba buscando, la que estaba en medio de la nada. La casa de Ruben. Mientras caminaba, algo tiesa por el frío, me encontré un papel tirado en la nieve, estaba medio enterrado, pero alcanzaba a ver unos números "1936". Genial. Me dirigí a la casa y toqué la puerta algo suave, no tenía tantas fuerzas por culpa de maldito frío.

Una señora abrió la puerta y me miró.

-Estas aquí para leer? –me dijo. ¿De qué rayos estaba hablando? Ni idea, sólo asentí.

-Pasa.. –dijo de mala gana. Esta señora no me daba confianza. –Mi hijo es ciego y le encanta que le lean. Pero yo no puedo hacerlo porque no sé leer. Vamos para que lo conozcas.

OMG! Estaba muriendo. Ya sabía que el hijo era… Ruben.

-SAL DE AQUÍ! –Ruben comenzó a gritar cuando entré a la habitación, la señora ni siquiera quiso entrar. Ugh, vaya madre.

-No voy a salir.

-SAL DE AQUÍ IDIOTA! –le di un manotazo en la mejilla. Que se le ocurra decirme idiota de nuevo y verá.

Sé que le caía mal, lo sé. Me dolía eso, pero es que debía aprender a comportarse. Le leí durante varios días. A decir verdad dos días, y ahora no lo entendía. Quería tocar mi rostro. Debería dejarlo?

-Por favor…-era la milésima vez que decía eso en la noche.

-Está bien… como quieras… -lo vi sentarse en su cama y acercar sus manos a mi rostro.

Sus dedos recorrieron mi cabello, luego mi frente, pronto llegaron a mis ojos y fueron bajando hasta tocar mis labios, los tocaba una y otra vez. Así que me aleje de repente.

-Buenas noches Ruben… -me dirigí a la puerta y salí de ahí. Mi corazón estaba a punto de salírseme.

Al llegar a mi habitación, revisé el bolsito que llevaba. Mi walkie talkie estaba allí. Era tiempo de usarlo o al menos intentar ver de qué me servía.

-Emma? –murmuré y esperé.


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Saben que sus comentarios son mi alimento de escritora *-*

Nos leemos pronto xD

-PamiBlackJonas-