Hey muy buenas a todos, aquí willyrex, comentando...xD. Perdón. Hola jóvenes ninjas, aquí os traigo mi segunda historia que, por suerte para los personajes será de humor.

Mikey: por fin una historia que no saldré en coma!

Yo: (con cara de asombro) TÚ QUE HACES AQUÍ.

Mikey: estaba paseando y vi la puerta abierta. El sitio es muy...blanco.

Yo: pues claro. No pasa nada pero la próxima vez avisa.

Mikey: mira quién habla, la que entra en la guarida sin avisar.

Yo: eso es distinto (miro al suelo).

Mikey: da igual amiga (me abraza). Bueno ya empieza que se impacientan.

Yo: ¿Quieres hacer los honores?

Mikey: siii. Como siempre nos leemos abajo y que empiece el show. Oye esto es divertido, a partir de ahora me quedaré aquí.

Yo: :-\

Las tortugas ninja no me pertenecen.

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Michelangelo se encontraba sentado debajo de un árbol en la granja de la abuela de April mirando un libro con su hermano Leonardo. ¿Por qué estaban allí? El maestro Splinter creía que necesitaban unas pequeñas vacaciones sin peleas. Llevaban dos semanas seguidas luchando contra los dragones púrpura y demás ladrones y siempre llegaban a las dos o tres de la madrugada. Splinter un poco preocupado por su salud y les ordenó que estuvieran al menos lo que quedaba de mes en la granja. Los chicos obedecieron y ahora cada uno se encontraba haciendo algo. Donnie y April se encontraban en el granero haciendo experimentos mientras Casey arreglaba en coche. Raphael estaba entrenando detrás de la casa con un antiguo saco de boxeo que encontró. Leo y Mikey se encontraban leyendo un libro. Bueno al menos el que leía era Leo.

-Bushido significa "modo militar de caballero". En Japón el Bushido es lo más importante en un guerrero ya que en él entra el "honor", la "valentía", la...- pudo ver cómo Mikey estaba jugando con gatito helado-. Mikey...

-Te estoy escuchando Leo.- dijo Mikey al escuchar el tono de su hermano.

-No sé porqué has traigo a gatito helado.- dijo señalando al gato.

-Por que se hubiera sentido muy solo en la guarida con el maestro Splinter.- dijo juntando su nariz contra la del gato.

-Mikey ni siquiera me estabas escuchando.

-Claro que sí- le miró-. Hablabas del Bushido.- Leo dirigió los ojos al cielo.

-Y en la hora que llevamos leyendo sólo te has enterado de eso. Mikey tú estás en tu mundo.

-Exacto. En el mundo de mi cabeza es mucho mejor que aquí.

-Lo que es es raro, eso sí.- dijo sonriendo.

-Sí, tipo Alicia en el país de las maravillas.

-Bueno, como iba diciendo, el Bushido...- y siguió leyendo. Mikey puso a su mascota en la sombra para que no se derritiera y miró hacia arriba intentando refugiarse en su imaginación cuando escuchó un ruido proveniente del bosque. Miró en dirección al ruido y pudo ver una sombra. Se levantó despacio y se dirigió al bosque. Fue corriendo siguiendo a la sombra que gritaba.

-¡Llego tarde, llego tarde! ¡El rey me mata!

La voz le sonaba familiar, hasta que vio que la sombra era su hermano Raphael. Llevaba una camisa blanca con un chaleco rojo y unos pantalones iguales con unos zapatos marrones. En el cuello llevaba una pajarita amarilla y en la cabeza un pequeño gorro rojo. Mikey tuvo que hacer un esfuerzo sobre-tortuga (que broma, jajaja) para no echarse al suelo para reírse. Pudo ver cómo de la nada Raphael desaparecía. Extrañado fue a ver y pudo observar una tapa de alcantarilla.

-¿Qué hace aquí una tapa de alcantarilla?- preguntó. Abrió la tapa y se metió dentro. Al entrar pudo observar los mismos túneles que había en NY. Corrió un poco hacia adelante pero no vio un gran agujero que había en el suelo y se cayó.

-¡Aaaaaahhhhh!- empezó a gritar cuando se dio cuenta de que estaba cayendo, pero paró al cabo de un minuto cuando se dio cuenta de que seguía cayendo-. Sigo cayendo, pero cómo? Hasta yo se que esto es imposible- pasó unos minutos-. O el agujero es muy hondo o yo estoy cayendo muy despacio. Me pregunto cuánto llevaré ya de caída. A lo mejor llego al centro de la Tierra. Pero Donnie dijo que hacía mucho calor ahí dentro. A lo mejor me quemo! O tal vez traspase todo el planeta. Molaría llegar a Chica o mejor aún, a Japón. Pero sólo se unas palabras en japonés y técnicamente ya fui a Japón. Pero si llego allí me pueden confundir con un monstruo o un Yokai, y me pueden atrapar o algo peor- dijo con miedo. Siguió cayendo y empezó a hablar otra vez-. Pues si que es grande. Espera, es esto una taza?- pudo ver que del agujero empezaban a flotar vasos, tazas y platos que salían de armarios que salían de las paredes. Intentó coger una y ponerla en uno de los armarios, cosa que consiguió ya que caía muy despacio. Miró hacia abajo pero nada, oscuridad. Bostezo un poco ya que le estaba entrando sueño-. Espero que Leo se acuerde de gatito helado. Si no se derretira! Pobre gatito.- estaba por cerrar los ojos cuando sintió que caía en unas ramas.

Se levantó de un salto y comprobó que no tenía ninguna herida. Miró hacia arriba y vio oscuridad. Delante suya vio un largo pasillo y en el pudo ver a su hermano temperamental corriendo desesperado.

-¡Raphael!- corrió detrás de su hermano con cara de enfado ya que pensaba que era una broma.

Pero su hermano no le escuchó y siguió corriendo. Este en un momento se encontró corriendo en un pasillo completamente solo, hasta que se vio en una sala con el techo bajo iluminado por miles de lámparas. La sala estaba rodeada de puertas, todas cerradas. Probó las puertas una a una pero nada. Cuando intentó abrir la última se dirigió rendido al centro de la habitacióny se dio cuenta de que había una mesa de cristal de tres patas. Encima había una llave pequeña dorada y una botella con un líquido violeta que ponía "BEBEME".

-Si no recuerdo mal, esto pasaba en el cuento de Alicia. Pero por si las moscas- abrió la botella y la olio por si fuera veneno. Al no notar nada extraño la cerró-. En el cuento encontraba una puerta pequeña.- buscó por la sala hasta que encontró una pequeña puerta de oro-. Ajá. Pero no me va a pasar lo mismo que Alicia, no tengo ganas de hacer un mar de lágrimas y quedarme atrapado en una casa.- dijo cogiendo la llave.

Puso la llave en la cerradura y abrió la puerta. Dentro pudo ver el jardín más bonito que haya visto en su vida.

-Ala, que bonito. Y ahora a darle una probadita.- abrió la botella y le dio un trago. Era algo espeso tipo miel. Su sabor era agradable, una mezcla de azúcar, vainilla, tarta de manzana y caramelo. Teniendo miedo de encogerse del todo cosa que casi le pasaba a Alicia solo tomó la mitad. Cuando despegó la botella de su boca sintió como si alguien le tiraba de sus pies. Pudo ver cómo la puerta se le hacia más grande hasta que quedó midiendo 30cm. Al ver que cabía por la puerta, empezó a ir hacia ella dando saltitos de alegría como un niño pequeño. Al atravesar la puerta una luz cegadora del sol le iluminó en toda la cara. Como todo el mundo, puso su mano delante de su cara hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz. Parpadeo unas cuántas veces antes de ver el paisaje que tenía enfrente suya.

Delante suya podía ver un jardín echa de flores gigantes. Había flores blancas, rosas, azules y algunas blancas que tenían pintura roja.

-En el cuento las flores eran blancas y los jardineros las pintaban del color que quería la reina.- empezó a caminar por el jardín. El suelo era suave y verde y a medida que avanzaba las flores eran más bonitas que antes. Pero una flor le llamó la atención. Era una flor alta y de varios colores, y tenía algo por encima. Se acercó extrañado y olio la flor.

-Huele a azúcar.- dijo y entonces miró delante suya, haciendo que sus ojos se iluminasen.

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-Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Pero si lo incumples...

-¿Qué haces intrépido?- Raphael se paró enfrente de Leo.

-¿A ti que te parece? Pues leer.- le dijo mirándolo a los ojos.

-¿Llevas leyendo dos horas enteras? ¿Y encima un libro?- preguntó con tono burlón.

-Raph leo otras cosas aparte de cómics.- dijo mientras se levantaba del suelo.

-Si si. ¿Y el cabeza hueca?- preguntó mirando a todos lados.

-No lo sé. A lo mejor está con Donnie.

-Menudo hermano.- dijo Raph mientras se dirigía al granero junto con su hermano.

-Hola chicos.- saludó April cuando vio a los chicos entrar por la puerta.

-¿Mikey no está aquí?- preguntó Leo a su hermano.

-No, no está.- negó Donnie con la cabeza.

-A lo mejor está en la casa.

Los chicos siguieron la sugerencia de Casey y entraron en la casa. Pero cuando buscaron por la casa y no lo encontraron empezaron a desesperarse.

-¿Donde se habrá metido?- preguntó Raphael nervioso.

-Busquemos en el bosque. A lo mejor...- antes de que Leo terminara la frase una especie de portal blanco apareció en medio del salón.

-Pero qué...- los chicos se acercaron extrañados a ver que era eso y se extrañaron aún más cuando vieron a alguien ahí.

-¿Mikey?- Donnie pudo ver a su hermano en un jardín lleno de flores gigantes.

-Al parecer no puede oirnos.- dijo Leo.

-¿Dónde está?- preguntó Casey impresionado.

-Chicos no sé porqué pero me suena de algo.

-Solo espero que el cabeza hueca no se meta en ningún problema.

Raphael aún no sabía que en el futuro pasaría justo lo contrario de lo que había pedido.

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Yo: y hasta aquí el primer capítulo de la historia.

Mikey: creo que me va a gustar tu historia.

Yo: sí, por ahora.

Mikey: tengo miedo.

Yo: y bueno por lo que veo el prota de la historia estará por aquí así que nos vemos en la siguiente escritura.

Mikey: y os enviamos un gran...

Los dos: BOOYAKASHA! (al menos aquí mis sueños se hacen realidad)