Les presento MUGEN: Frozen que es una historia basada en una interesante idea de un amigo al que sirvo de beta-reader y que amablemente me ha permitido usarla para frozen con mi propio estilo. Esto empieza de forma extraña pero les prometo que será interesante así que quédense a verlo.
Estaba oscuro, inusualmente oscuro, ni una vela encendida en los corredores normalmente llenos de luz y color. El tenue brillo de la luna entraba por los vidrios de las grandes ventanas a lo largo del pasillo dejándola caminar sin tropezar o andar a tientas. Elsa no recordaba por qué estaba merodeando por el castillo en medio de la noche, trató de ubicar este sitio, era el ala este.
El lugar se veía demasiado distinto. Más temprano ese día las dos hermanas habían dado la bienvenida a la gente que pese a todo decidió aventurarse tras los muros del castillo. Elsa todavía llevaba el vestido que ella misma hizo, una traslucida capa moviéndose suavemente tras la chica. Su paso se detuvo, ella recordó la música, el bullicio de la gente.
"Todo está tan callado" Nunca antes una noche en su hogar había sido tan silenciosa, tan vacía de sus ruidos nocturnos; el ronquido de uno que otro guardia que se quedaba dormido en su puesto, la susurrada conversación de alguien en los patios o la gente preparando el pan bastante antes del amanecer. Elsa vio por la ventana a la luna alta en el cielo, no iba a amanecer pronto.
Alcanzó la puerta al final del pasillo y frunció al abrirla con un chirrido y un *truk* de la delgada capa quebradiza que rodeaba la puerta. Estalactitas de hielo bajaban del techo, el piso estaba cubierto y las varias puertas bloqueadas. Ella entro con no poca curiosidad ¿había pasado antes por aquí? No, había llegado de la dirección opuesta.
Un viejo reloj de péndulo estaba incrustado en hielo, el péndulo atrapado en medio de su camino, las agujas marcaban la una y cuarto.
Se movió a una de las puertas bloqueadas, esta no solo estaba bloqueada, el hielo la rodeaba con aproximadamente un metro de espesor y se aferraba a los muros extendiéndose en formas similares a los hilos de telarañas colgando. Casi no podía ver la puerta en sí misma, era porque conocía la habitación que hizo el esfuerzo en distinguirla.
Su atención puesta en la gruesa capa de hielo frente a ella, se concentró en deshacerse del obstáculo…nada, no sucedió nada. ¿Qué estaba haciendo mal? Intento de nuevo sin éxito ¿qué pasaba con ella?! Había congelado y descongelado un país esta misma semana! Uno diría que estaba en control de sus poderes! Ella suspiró calmándose y deslizó una mano reflexivamente sobre la superficie, este no era el hielo impecablemente claro que ella acostumbraba hacer.
Repentinamente distinguió algo más que sobresalía y no estaba tan lejos como la puerta, sus ojos se ensancharon, esta cosa era…un cuerpo! No una inmaculada estatua de hielo, no, era un cuerpo con su carne endurecida y azul, su sangre helada en sus venas.
Ella retrocedió en horror, el hombre extendía su mano hacia el frente, él debe haber pedido ayuda, no debe haber sido instantáneo. Ella suprimió el agudo sonido que escapó de sus labios y corrió, corrió de habitación en habitación hasta que le faltó el aliento, cuando no pudo más se apoyó en una de las paredes.
Ese había sido uno de los sirvientes, ella vio dudosamente en dirección al cuarto de donde había huido, como si pudiera ver algo a esta distancia o a través de las paredes.
Entre bocanadas de aire fue que lo notó ¿no habían estado iluminadas esas habitaciones tras de sí? Las velas en este lugar se extinguieron a su alrededor, una tras otra morían quietamente dejando solo estelas de humo.
"No puede ser" dijo lentamente. "Acaso…?" Un pensamiento la golpeo como una ola de emociones se apoderó de ella. El pánico fue finalmente la vencedora y es que era enteramente posible que su incapacidad para percibir el frio tuviera otra cara de la moneda. Elsa solo podía saber que había una fuerte baja de temperatura cuando se formaba hielo y nieve pero en realidad la usencia de nieve no significaba que no estuviera helando. Su razonamiento se terminó ahí.
"Anna!" Talvez no fue lo más lógico pero fue lo que hizo "Anna!" la llamó gritando, buscándola frenéticamente "Anna! Dónde estás?! "
Se encontró de pie frente a las puertas dobles de la sala del trono, cristalino hielo se extendía desde ahí trepando por las paredes. Sin un solo pensamiento coherente una ráfaga de viento y nieve abrió las puertas.
El interior se veía como algo hecho completamente de cristales purpuras y azules o negros en otros lugares, fríos cristales. Sus manos empezaron a temblar.
A penas puso un pie en el salón los afilados cristales todo en derredor crecieron aún más, eran como agudas espinas. Había un gran número de guardias y sirvientes, cuerpos suspendidos por largas lanzas de cristal que salían del suelo.
Ella caminó lentos pasos hacia el centro de la habitación, Elsa podía distinguir la figura de lejos pero al acercarse las piernas dejaron de responderle. Su pecho subía y bajaba, su respiración se entrecortaba. "ANNAAAA!" Un grito desgarrador retumbo entre sus cristales, lo último de su cordura, en un instante las espinas en las paredes se extendieron descontroladamente todas juntas hacia el centro perforando la carne, piel blanca se manchó de rojo.
"AAAAHHH!"
MUGEN: Frozen
(Japonés = Infinito)
Elsa abrió los ojos gritando. Anna inmediatamente le tomo por los hombros "Elsa! Elsa, estas bien?" El temblor de la mayor apenas ceso cuando la otra chica la abrazó casi cortándole el aliento. Por un largo momento se quedaron así hasta que Elsa pudo encontrar su voz. "Estas viva" dijo en un tono bajo.
Anna se separó de ella y le vio "Entonces ¿tú también tuviste la pesadilla?" Elsa parpadeo en confusión pero se percató de algo más. No había despertado en su cama, estaban en un cuarto blanco, todo; el techo, el piso eran blanco y a su alrededor estaban las víctimas, las personas que murieron en un sueño demasiado vívido estaban alrededor de las hermanas. "La pesadilla?"
"Si, todos tuvimos el mismo sueño…Yo estaba preocupada, fuiste la última en llegar"
"En llegar?" Su confusión solo aumentaba "Anna, ¿dónde estamos?"
"No lo sé." Anna volteo en dirección a los otros "Ellos solo aparecieron aquí"
El ruido del vapor saliendo a presión hizo a todos voltear en dirección al más extraño de los objetos, en un extremo del cuarto estaba lo que se veía como una especie de pirámide blanca de algo más que un metro de alto, de sus costados habían salido unas largas extensiones metálicas como si fueran cajones pero cada uno era tan largo como el doble del ancho de la pirámide así que la sola vista era rara.
Ellos se acercaron poco a poco, de las "gavetas" colgaban todo tipo de armas; espadas, lanzas, ballestas, mazos y rifles. Según las que ellos eran capaces de reconocer.
Elsa frunció "¿Cómo pudo todo esto salir de ahí?" Ella podía ver su reflejo en las afiladas hojas de las armas, su mano alcanzó a tocar una, una vieja sensación hace mucho tiempo olvidada volvió de repente y tras por fin entender que es lo que era Elsa tuvo que hacer un esfuerzo por no mostrar su desconcierto, no quería alarmar a nadie.
Uno de los guardias, el capitán, se acercó también y haciendo una reverencia hacia Elsa fue a las armas colgando y sacó una ballesta "Donde sea que estemos nuestro primer deber es proteger a la reina" dijo a los otros, este era el capitán de la guardia del palacio.
Eran alrededor de quince y pasaron a escoger armas rápidamente.
Anna estaba viendo la pirámide de donde salieron las armas en todos los ángulos, también revisó la parte posterior, frustrada suspiró exageradamente "¿Dónde está el truco? Esta cosa es muy pequeña" entonces vio algo "oye, hay una marca como de una palma aquí" ella puso su mano sobre la marca y una luz iluminó su mano.
En una esquina del cuarto apareció una pequeña caja, nadie la vio. Otro compartimiento, uno diminuto se abrió frente a Anna.
"Oh, mira un caramelo!" Estaba envuelto en papel rojo y blanco. "Elsa ¿quieres un caramelo?" Su hermana parpadeo solo escuchando la voz de su hermana tras el raro objeto "Ahora no Anna"
"Vamos, te calmará los nervios"
"nervios?" Elsa pensó que la habían descubierto
"Una pesadilla como esa deja nervioso a cualquiera"
"Oh, eso…estoy bien"
Anna desenvolvió el caramelo y a un milímetro de ponerlo en su boca dijo "Ultima oportunidad, me lo comeré"
"Pues hazlo" Anna lo mastico, estaba bueno.
"Algo se está escribiendo" Dijo uno de los guardias y Anna salió de detrás de la pirámide para ver. En la parte frontal letras luminosas aparecían sobre un vidrio.
"La fortuna favorece a los osados" leyó Elsa. Las letras se borraron y otras nuevas se escribieron.
"Nombre: F.A.N. F-Slasher.
Características: Las apariencias engañan.
Gustos: cazar, la carne, cosas hermosas."
Las hermanas se vieron una a la otra sin pista. "Aaah!" Gritó uno de los guardias
"Su mano! Miren su mano!" El miembro había desaparecido y parte de su brazo estaba rápidamente desapareciendo, en un segundo el hombre se había ido por completo ante las perplejas miradas del grupo.
"Así fue como todos aparecieron aquí!" dijo otro de los presentes, mientras hablaba varios de sus compañeros empezaron a desvanecerse también y entonces las dos hermanas. Anna vio como la mitad de su cuerpo hasta la cintura ya no estaba.
Ellas reaparecieron en lo que se miraba como una pequeña villa, era distinta al tipo de construcciones que estaban acostumbradas a ver. Las casas eran simples, solo amarillentos ladrillos sin decoración, puertas de frágil madera. La calle donde estaban paradas estaba hecha de grandes baldosas agrietadas. El sitio parecía abandonado, árboles secos por todos lados. Un bosque rodeaba el pueblo.
Elsa dejo salir un aliento contenido. Realmente los habían transportado y los demás aún estaban llegando.
Estaba atardeciendo, la última luz del día. Un fuerte viento soplo, era frio, Elsa tenía frio.
Ella tenía pocas memorias para relacionar con esta sensación, las más antiguas eran a esta altura borrosas pero estaban ahí; el frio de la noche y el calor de los brazos de su madre. Elsa supuso debía ser muy, muy joven entonces y después de eso no había otro recuerdo que le sirviera para asociar, aún desde el principio supo lo que significaba, sus poderes se habían ido.
Mientras los guardias no estaban poniendo atención hizo un intento de formar hielo en la palma de su mano, su esperanza se esfumó. Debería estar aliviada, si hubiera despertado como lo hizo de ese sueño con sus poderes habría herido a los demás. Ella cerró lentamente los ojos ante el pensamiento. Si, tenía que estar agradecida por esto.
"¿Algo anda mal?" preguntó Anna
Elsa tomó a su hermana de la mano un poco bruscamente, no, no estaba para nada nerviosa. Puso un poco de distancia entre ellas y el grupo.
"¿Qué quieres decir con que no están?!" susurró Anna con demasiada fuerza.
"Baja la voz!" eso también sonó fuerte
"pero…" Anna vio sobre su hombro a los guardias "Tenemos que decirles" Elsa la detuvo sujetando su mano.
"uh…hay algo que tenemos que solucionar primero"
Anna se paró frente al capitán de la guardia y lo vio de arriba abajo "perfecto" susurro.
"Capitán, ¿me presta su chaqueta?"
"eh?"
"su chaqueta" repitió Anna con impaciencia. El capitán inmediatamente se quitó la larga chaqueta que casi llegaba a sus pies y se la dio.
"La reina! ¿Dónde está? " Exclamó de repente alguien
"Estaba aquí hace un momento"
"¿Qué esperan? Vayan a buscarla!"
"No-no-no-no" dijo Anna de una sola vez "No hay ningún problema! No se preocupen" dijo pasando a los guardias "Solo…Denme un momento!"
Era el turno de los guardias de verse unos a otros mientras Anna corría tras una de las casas.
"Todo listo" dijo Anna con orgullo entregando la oscura chaqueta a su hermana que prontamente empezó a ponérsela
"Lástima, era un bonito vestido" señaló la menor viendo lo que quedaba ahora que partes se desquebrajaban, bajo este estaban los restos de uno que usó antes de huir a las montañas, pero era casi…bueno, algo que todos iban a recordar si dejaba que la vieran así.
"Y tu estas bien en eso?" preguntó Elsa abotonando su salva vidas. Le quedaba algo grande pero eso era de menos.
Anna de hecho llevaba puesta una piyama blanca y estaba descalza "Sip, no importa" Elsa se le quedó viendo "Nah realmente no puede hacer más frio que en esa montaña" reprochó la menor.
"Anna…es lo que llevabas cuando…" realmente no quería recordarlo "…Todos estaban muertos"
"Sobre eso-" la chica castaña sacudió la cabeza bruscamente "No, habláremos luego. Vamos antes que les dé un ataque"
Apenas salieron a la vista un guardia les alcanzo "Su majestad! Tres de los nuestros están perdidos"
"Qué?!"
"Ya los hemos esperado mucho pero no llegaron con nosotros."
La mayoría de ellos se había juntado cerca del capitán, estaban discutiendo algo. Las hermanas se unieron al grupo
"Dos de mis hombres, también uno de los sirvientes" dijo el capitán
"creen que aun estén en el cuarto blanco?" preguntó Anna
"No hay forma de saberlo" respondió el capitán con resignación.
"Revisen el pueblo" dijo Elsa "Talvez haya alguien aun por aquí o cualquier cosa que nos diga donde estamos"
Una puerta se rompió sonoramente cuando los guardias la echaron abajo, varios entraron a prisa en la casa, revisando cuarto por cuarto pero regresando de uno en uno con las manos vacías.
"No hay nadie"
"Quién viviera aquí se fue hace tiempo."
"ES SEGURO!" Gritó uno de los que vigilaban en la puerta.
En lo que a los guardias concernía estaban en terreno desconocido y rodeados de posibles peligros, ellos odiaban estar perdidos y aun peor perdidos con los dos últimos herederos a la corona de su país. Su gente había olvidado sorprendentemente rápido todo este asunto de la profecía y el eterno invierno, alguien sentimental lo llamaría mutuo perdón otros, admisión de culpabilidad.
La leve seguridad que sentían llevando consigo esta delicada chica que fácilmente podía acabar con un regimiento se deshizo minutos antes cuando ella cautelosamente les explicó su situación.
Ahora, se trataba de estar en territorio desconocido, sin posibilidad de pedir refuerzos, con su poderosa reina en completa y absoluta indefensión. Tenían que proteger a estas niñas como fuera!
Elsa finalmente entró en la que era la construcción más grande del pueblo, Anna junto a ella; era una gran casa algo retirada de las demás, con varias habitaciones la primera de las cuales era bastante amplia obviamente para recibir visitantes.
"Es un tipo de ayuntamiento" Mencionó uno de los guardias "Tenga cuidado donde pisa".
Elsa ya sabía que tenía que ser cuidadosa, solo en esta habitación podía ver varias trampas para osos preparadas, las cadenas que salían de ellas bien enterradas en el suelo con estacas de hierro. En la mayoría de las casas habían descubierto por lo menos una trampa de este u otro tipo; era normal poner trampas para animales en un pueblo totalmente aislado en medio de un área boscosa pero… "¿Por qué pondrían las trampas dentro de las casas?" dijo Elsa pensando en voz alta aun viendo abajo.
"Elsa…" Dijo Anna haciéndola volver la vista, ella pausó, en la pared lejos en el fondo de la habitación, las enormes letras rojas eran muy claras.
"Aún están buscando en el resto pero el pueblo definitivamente fue abandonado" dijo el capitán entrando por la puerta principal. Era un tipo en sus cuarentas que era veterano del ejército, robusto y tenía una gruesa barba rojiza.
Al ver que la reina ignoraba su presencia siguió su mirada. Habían escrito en la pared "HUYAN"
"Hace cuánto cree que se fueron?" Preguntó Elsa aun sin volver.
"Unas semanas talvez, parece que estaba habitado hasta hace poco"
En algún lugar de este bosque de árboles sin hojas dos figuras corrían entre la maleza, sus botas hacían crujir el suelo con su paso desesperado sobre las hojas caídas. Corrían con todas sus fuerzas, tan rápido como sus pies y su escasa respiración podían llevarlos. Gotas de sangre caían a tierra en su camino, un cazador estaba tras ellos.
Uno de ellos llevaba el único rifle cargado tan fuertemente asido que uno pensaría lo protegía "DISPARA!" Le gritó su compañero "ESTAN MUY CERCA!"
El guardia cerró los ojos con fuerza y se dio la vuelta apuntando. *POP* el proyectil atravesó el pecho del enemigo, una línea de sangré salió a presión por su espalda y cayó al suelo.
Él inmediatamente echó a correr de nuevo. No sabían hacia donde iban, no importaba mientras pudieran escapar. Estaban rodeados por una multitud de árboles retorcidos en las más extrañas formas, lo que quedaba de la luz los hacia verse oscurecidos como sombras, todo se veía igual en todas direcciones.
Los dos saltaron sobre una elevación de tierra, cayeron al agua haciendo un sonido de chapuzón. El primero luchó por salir a buscar aire, bruscos movimientos tratado de no hundirse de nuevo y pudo sujetarse a unas raíces para subir a tierra de nuevo, trepó y entonces lo vio, frente a él estaba una de estas extrañas creaturas. Su piel estaba podrida y le brotaban ulceras, parecía como si estuviera infestada de lepra. Un olor putrefacto emanaba de ella.
El guardia estaba paralizado, se había terminado para él. La creatura abrió la boca y articulo palabras, pronunció "Crees que es hermoso?"
"MALDITO DEMONIO!" Su voz se sacudía. Una extremidad como un largo cuchillo dentado se hundió en el abdomen del hombre.
En una de las habitaciones había un rustico pero amplio comedor, sobre este pusieron todos los mapas y documentos que encontraron por la casa-ayuntamiento y en otros sitios del pueblo. Elsa y el capitán junto con todos los soldados alrededor del comedor inspeccionaban los escritos.
"Esto parece que es el sello oficial" dijo uno de los soldados desenvolviendo lo que podía ser una larga carta que terminaba en una firma y un sello en cera, se repetía en otros documentos.
Elsa volvió al sello, era el mismo diseño de las banderas que colgaban en la pared frente a ellos, habían visto unas pocas por el edificio, pero nunca pensó que fuera la bandera de un país. ¿por qué? Bueno, porque Elsa había memorizado las banderas de toda Europa y ¿por qué no decirlo? De todo el mundo conocido y esa no correspondía a ningún país. Esto claro, no era necesario decírselo a los demás "No reconozco la bandera ¿Alguien la ha visto antes?"
Las murmuraciones cesaron en negativo.
Ella vio a las hojas de papel. Curiosamente todo aquí era ilegible, escrito en un lenguaje extraño que usaba letras que conocía pero palabras inteligibles, Elsa había tenido que estudiar idiomas y este por lo que se veía era un pariente lejano de su lenguaje, un pariente perdido porque ella al menos podía diferenciar uno de otro y este no era uno.
Fue una suerte que esta gente usara el mismo tipo de símbolos cartográficos así que el gran mapa sobre la mesa podía ser entendido.
"Esto aquí" dijo el capitán indicando con el índice "es donde nos encontramos" su dedo se arrastró por la hoja un largo trecho "Este, es el asentamiento más cercano".
"No veo nada!" dijo Anna tras el muro humano en el comedor
"No se preocupe princesa, usted solo…siéntese y no toque nada" dijo simpáticamente el capitán volteando sobre su hombro.
"Ven a ver Anna" dijo Elsa haciendo que los demás dejaran que se escabulleran entre ellos "Los registros no sirven de mucho si no podemos leerlos de cualquier manera" dijo ella a su hermana "Además los mapas son muy locales, en realidad aún no sabemos exactamente donde estamos" explicó.
El capitán dijo "Son varios días de camino. Necesitaremos provisiones"
"Vimos frutas en conservas en algunas de las casas, no hay muchas aunque" sumó el teniente. Un sujeto de cabello claro un poco largo, estaba en sus tardíos veintes.
Elsa asintió lentamente "Si encontramos suficiente comida saldremos mañana."
"La mitad viene conmigo, iremos a buscar provisiones" dijo el capitán a los guardias "Ustedes…" señalo a seis "Se quedan" el resto empezó a salir "Usted no teniente" dijo poniendo una mano en su hombro y entonces miró a los que se quedarían "La seguridad de la reina será su responsabilidad hasta que volvamos."
Los guardias fueron a tomar sus posiciones para resguardar la casa, el teniente se quedó en un extremo del cuarto.
Anna se sentó en las escaleras al segundo piso, su cabeza recostada en la barandilla. Por insistencia había terminado usando la chaqueta de uno de sus infortunados acompañantes solo que la usaba medio abotonada. Elsa vino y se sentó junto a ella. Por un largo rato ninguna dijo nada.
"Cómo te sientes?" pregunto de repente Anna
"Uhm?" Elsa parecía no haber oído pero preguntó "Qué quieres decir?"
"Tú sabes, ¿tus poderes aun no regresan?"
Elsa sacudió suavemente la cabeza y suspiró "Es tan extraño! Hasta hace unos días hubiera hecho cualquier cosa por deshacerme de ellos."
"Ahora es diferente ¿no?"
Desde que el mundo descubrió su secreto había dependido únicamente de sus poderes para escudarse de las consecuencias, ahora sentía que eran parte de ella, había encontrado orgullo y júbilo en lo que podían hacer, una rara fuerza. Por otro lado ser completamente ordinario tendría sus ventajas aun si extrañaría su tortuosa bendición.
"Podría ser solo temporal, si regresan será un alivio y si no… hay muchas cosas que siempre quise hacer."
Después de un rato Anna había tenido suficiente de no hacer nada, tenía mucha práctica con eso y estaba cansada de encontrar maneras ingeniosas de pasar el tiempo.
"Elsa…"
"si?"
"vamos a tomar aire fresco" dijo como si le costara respirar, el aburrimiento podía matar después de todo
"Te digo que no me parece un sitio acogedor para dormir" Dijo uno de los uniformados en la amplia habitación cerca de la puerta principal.
"Bueno ¿qué esperabas? Casi anochece, no podemos viajar así" respondió su compañero
"Eso es lo que me preocupa, el sol no se oculta, ya debería ser de noche"
Elsa y Anna salieron del ayuntamiento pasando cerca de los guardias "Escuchaste eso verdad?!" dijo Anna
"Fuerte y Claro" respondió Elsa en un tenso susurro
Fuera había un camino de piedra que llevaba al ayuntamiento y unas cuantas casas más. Otros dos guardias estaban apostados a ambos lados de la puerta.
"UN ALDEANO" Gritó alguien, seguramente uno de los que estaban vigilando el área circundante "ENCONTRÉ UN ALDEANO" anunció
Cuando las hermanas llegaron junto con el par de guardias alcanzaron a ver al único habitante descubierto a pasos del hombre en uniforme.
Era una chica que miraba a algo perdido en la distancia, su ropa estaba desgarrada, ella volteó notando su presencia. El soldado frente a ella parpadeo, era tan bonita, tenía el pelo corto cayendo a los lados, piel cremosa y ojos cafés.
Talvez podía ser que la gente estuviese viviendo en campamentos.
El hombre cerca reconsideró el estado de la chica "¿se encuentra bien?" Ella inclino su cabeza hacia atrás cerrando los ojos, inhalando el aire como alguien al despertar una agradable mañana.
Una expresión de contento y una sonrisa casi tierna pasó sus suaves facciones. En un instante su piel empezó a podrirse ante sus atónitas miradas, parada en donde estaba, su rostro y cada pulgada de su cuerpo cambió completamente de color. Un olor asqueroso como carne echada a perder inundó sus sentidos.
Ella abrió la boca y pronunció "Crees que soy hermosa?"
El hombre no pudo ni siquiera gritar, no tuvo tiempo, repentinamente los demás lo vieron en el suelo, su cuerpo lanzado con una fuerza que ninguna mujer podía tener, la mano de esta cosa con forma humana en su cuello y entonces un tronido.
El primer guardia torpemente casi dejándola caer sostuvo su ballesta y disparó, la creatura se movía rápidamente, el proyectil solo le rozo. Para su sorpresa el monstruo fue directamente hacia Elsa, ella no se movió, ninguna lo hizo. Una bala atravesó el cráneo de la creatura. El segundo guardia tras ellas le detuvo.
"CUIDADO!" Exclamó el primero, otro monstruo salió de detrás de una casa, el segundo guardia trató de golpearlo con el rifle la cosa lo golpeo en el pecho, el cuerpo del guardia voló varios metros.
La flecha del primer guardia también atravesó el pecho de la creatura tumbándolo al suelo, un charco de sangre apareció bajo el cuerpo.
De las casas aparecieron dos más, estas eran diferentes les faltaba el antebrazo en su lugar había una especie de cuchillo.
El guardia sacó su espada "CORRAN!" Gritó a las chicas. Él cargó contra una abriendo espacio para que ellas escaparan, el largo puñal que era como hecho de hueso y cartílago se encontró contra la hoja de la espada. Era muy fuerte! Un golpe del brazo libre rompió las costillas del soldado, cayó a tierra. El cuchillo traspaso su cuerpo.
El guardia en el suelo se dio la vuelta, lentamente, agonizante dolor en su cuerpo, levantando la vista vio como Elsa y Anna corrían hacia el bosque, las creaturas las seguían.
Un soldado vino corriendo al oír la conmoción, vio a los cuerpos de las creaturas en el suelo, a los de sus compañeros sin vida, todo el color dejo su rostro, uno más de los soldados apareció detrás de él, algo se aferró a su bota…una mano.
"Teniente…el bosque…van tras ellas" No había necesidad de aclarar quienes eran ellas. El oficial paso su mano por su propia mejilla limpiando el sudor, tratando de asimilar todo lo que había ocurrido en un par de minutos.
Elsa no era alguien acostumbrada a correr, no descalza, no en un bosque. Ella tropezó y cayó a tierra, uno de los monstruos estaba casi sobre ella, la chica cerró lo-s ojos, su miedo siempre llamó a ese poder que le protegía, que retenía cualquier cosa de tocarla, esta vez no lo hizo. Una flecha alcanzó al monstruo haciéndolo caer como un costal de papas.
Anna siguió la trayectoria de la flecha a dos de sus guardias, uno se había detenido para apuntar el otro corría hacia el enemigo restante. A pasos de asestar un golpe con su sable el monstruo percibió el peligro y fue a encontrarse con el teniente, ambos cayeron rodando por una pendiente en el terreno, piedras y ramas interrumpiendo el forcejeo.
Anna fue en su busca "Espera!" le gritó su hermana y fue tras ella, no era tan fácil bajar la pendiente como caerte en ella.
Encontraron al teniente tirado boca arriba junto al cuerpo del monstruo, exhalaba completamente agotado.
El soldado que salvo a Elsa llegó con otros dos que se habían quedado atrás "Están bien?" preguntó a las hermanas con sus pulmones también pidiendo descanso "Pensamos que no las alcanzaríamos a tiempo"
Los otros dos, un tipo rubio y otro de cabello oscuro ayudaron al teniente a pararse, él volvió a ver a Elsa.
"Vaya momento escogió para curarse, su majestad" Elsa frunció, él se dio cuenta que esa caída seguro le había aflojado tornillos a su cerebro.
"No que fuera una enfermedad para nada" se disculpó "Quiero decir, su…habilidad" "regalo" sumó furtivamente el guardia a su derecha. "don" susurró el otro.
"Su regalo, sería muy útil justo ahora."
"No entiendo de dónde salieron" dijo el cuarto viendo al lugar donde yacía la creatura.
El teniente bajo la vista "No había nada en las casas, nosotros peinamos los alrededores." Se detuvo repasando los eventos en su mente, ¿cómo pudieron no haberse topado con creaturas tan violentas y enfurecidas? "Tienen que haber venido de otra parte"
Elsa tenía que preguntar aun si era obvio "Los otros guardias?" uno seguía con vida cuando se fueron pero prefirió decir "Uno nos ayudó a escapar…"
El teniente sacudió la cabeza despacio.
Anna se acercó al cadáver y se agachó para verlo bien, sus ojos se estrecharon "Qué son?" Ella alargó la mano hacia su frente, limpia piel rosada a un centímetro de otra grotescamente deformada. "Ella se veía bastante humana" Anna retiró la mano sin tocarla.
"Ella?" preguntó el tipo rubio, ante la extraña noción de llamar así a esta cosa.
"El primer monstruo que nos atacó se veía como una chica" aclaró Elsa.
El teniente le dio una mirada al monstruo y entonces a sus compañeros.
Ahí tienen el primer capitulo, actualizaré pronto aunque me animaría más a escribir si me dan reviews. Comenten no importa si les gustó, los dejo confundidos o lo que sea. Todo parece muuy extraño ahora pero conforme se desarrolle el argumento al menos les hará pasar un buen rato.
PD: Algunos de los hechos de la vida de Elsa se basarán la historia prototipo de frozen
