Los personajes de The Flash y Arrow no me pertenecen, ellos son de la Warner y DC.
N/A: Solo quería hacerles saber que aún me encuentro sin una computadora y que lo que publique a partir de ahora será a través de la aplicación del celular que no es muy buena, así que si ven algunas fallas sepan disculpar.
Capítulo Uno: Vanidad.
Barry nunca le había prestado verdadera atención a su apariencia, ni siquiera durante su adolescencia, pues nunca fue algo que llamase su atención como hacía con otras personas que pasaban un buen tiempo frente al espejo observando su cuerpo para verse bien. Para él fue indiferente que usase, y no con ésto quería decir que usaba cualquier cosa que encontrase en el armario. Sabía como vestirse bien. Pero las playeras de moda, los tennis caros y los pantalones de colores nunca llamaron su atención. Cualquiera diría que era descuidado, sobretodo antes de ser Flash; con sus ojeras marcando su rostro y el cansancio de su mirada debido a que pasaba grandes horas en sus trabajos frente a la computadora. Pero, en realidad, no era así.
Barry estaba cómodo con sus playeras de estampas de superhéroes, sus camisas y los suéteres rojos, se sentía comodo y casual. Con su cabello rebelde peinado hacia arriba y un perfume sutil impregnado en su cuello. Eso estaba bien para él, no necesitaba de nada más.
Admitía que su forma de vestir no hacia que las mujeres volteasen a verlo cuando caminaba por la calle ni recibir comentarios o elogios por lo bajo.
Barry no era feo, lo tiene claro. Era guapo, nada más. Su cuerpo delgado y cubierto por capas de ropa no lo hacían alguien deseable.
No hasta que Oliver pareció decidir que le gustaba como se veía con más ropa de lo que era sano para alguien, para luego ser él mismo quien se la quitase con paciencia en la cama u otra superficie plana.
Oliver podía decir odiar sus suéteres, pero Barry no escuchaba quejas de su parte cuando, antes de hacer el amor, el arquero iba poco a poco desnudando su cuerpo. Como si estuviese desenvolviendo un regalo que ha esperado durante años. Cuando pasea sus tocas manos por todo su cuerpo buscando los pliegues de su ropa para tirar de ella y quitarla del medio.
Y para Barry estaba bien, muy bien.
Por lo cual, cuando vuelven a verse luego de cuatro días y Oliver no deja de seguirle con la mirada, impregnada de deseo, por la Arrow Cave, imaginándose las maneras en las que puede hacer desaparecer su suéter azul, el que el rubio le regaló, es que Barry se permite sonreír casi de manera hilarante.
Su vanidad se ocultaba bajo las telas de un suéter nuevo y perfume que usa para momentos especiales.
