Prologo

Estos asustada, fría y sola. Christian Gray, mi esposo acaba de colgarme el teléfono al querer saber donde estaba.

Han sido dos días muy duros, después que le diera la noticia de Pequeño Bip y apenas si me miro después de nuestra discusión en la mañana.

Me senté en el sillón de la sala a esperar que mi esposo llegara y tratar de aclarar las cosas, espere, espere y espere. Las horas transcurrieron pero Christian no regresaba.

De pronto me pareció escuchar unos pasos aproximándose a mi. ¡Que alivio!, crei que nunca llegaría.

Pero al voltearme a verlo el miedo se apodero de mi, ese no era mi 50

¡Era Jack!