Resumen: Ladybug y Chat Noir fueron finalmente derrotados por un akuma enviado por Hawkmoth. Mientras ambos yacían en el suelo y sus transformaciones desaparecían, Tikki y Plagg se miraron entre sí. Ambos sabían lo que tenían que hacer: romper las reglas para proteger los Miraculous, y para salvar las vidas de sus elegidos.

Nota Aclaratoria:

1) Los personajes no me pertenecen, salvo algún OC que de pronto aparezca. Créditos a Thomas Astruc y compañía

2) Contiene spoilers de la segunda temporada

CAPÍTULO 1

Boulongerie de Tom et Sabine, París

Cuatro años habían pasado desde que Ladybug y Chat Noir habían aparecido por primera vez y comenzaron a defender la ciudad de París de los akumas enviados por Hawkmoth. A pesar del duro trabajo de los dos superhéroes, no había ninguna señal de que la situación cambiara a corto o mediano plazo. Hawkmoth seguía determinado a obtener los Miraculous de ambos, y sus continuas derrotas no parecían desanimarlo para continuar con los ataques.

Las vidas de Marinette y Adrien aún permanecían divididas entre sus responsabilidades como estudiantes y sus batallas contra el villano.

Aquella mañana, la alarma del teléfono móvil sonó en el apartamento sobre la boulongerie, y Marinette sacó una mano de las mantas para poder apagarla, dejando escapar un gruñido antes de volver a desaparecer bajo las mantas y la almohada.

-Marinette…- la voz aguda de Tikki estaba separando a Marinette de sus sueños de nuevo.

-Por favor… cinco minutos más…-

-No, Marinette, deberías levantarte de inmediato- dijo Tikki- vas a llegar tarde de nuevo-

Marinette gruñó otra vez, pero finalmente salió de las mantas de su cama y se frotó los ojos, dando un enorme bostezo en el que casi se traga a Tikki. La kwami rió en voz baja mientras que miraba la expresión adormilada de su elegida mientras buscaba a tientas su teléfono celular antes de bajar de su cama.

-Vamos, Marinette- insistió Tikki, gentilmente flotando alrededor de la chica- tienes que apurarte. Hoy vas a presentar tu nuevo proyecto en el concurso de la escuela-

Al escuchar lo que dijo Tikki, Marinette abrió los ojos grandemente, y sus labios formaron una sonrisa llena de emoción. Casi había olvidado que ese día era el concurso organizado por Gabriel Agreste, el famoso diseñador y el padre de Adrien. Marinette había ganado todos los concursos anuales desde que tenía catorce años y ganó con el sombrero de plumas que modeló Adrien en una de sus sesiones fotográficas. Monsieur Agreste parecía estar muy impresionado con sus modelos, tanto que era impresionante, pues el famoso diseñador apenas mostraba sus emociones en público.

Lo mejor que podía pasar es que monsieur Agreste decidiera apoyarla en su carrera para ser diseñadora.

Para el concurso de ese día, Marinette había diseñado un vestido para la chica que posaría en campaña publicitaria junto con Adrien. Le había puesto todo su esfuerzo y había dado lo mejor de sí. Realmente esperaba que fuera suficiente para ganar el concurso de nuevo. Tenía que impresionar a monsieur Agreste. Y no haría daño si impresionaba también a cierto modelo que estudiaba en su escuela.

-Oh, Tikki, estoy muy nerviosa- dijo Marinette mientras descendía de su cama y se apresuraba al cuarto de baño para darse una ducha- ¿qué pasa si a monsieur Agreste no le gusta mi diseño?¿qué pasa si me tropiezo, caigo sobre Adrien, rompo su pierna y él me odia por el resto de su vida?¿O si su padre me odia por el resto de su vida?¿O si ambos me odian? ¡Oh, mi vida está acabada!-

Tikki se echó a reír de nuevo.

-Estoy segura que monsieur Agreste va a adorar tu vestido- dijo la pequeña kwami- y estoy segura de que no pasará nada malo si accidentalmente caes en los brazos de Adrien… otra vez. Además, después de conocerte por cuatro años, Adrien está bien consciente de tu torpeza legendaria- añadió, alzando repetidamente las cejas.

La chica, quien ya había entrado en la ducha, sacó la cabeza para mirar a Tikki.

-¿Está consciente de ello?- dijo Marinette mortificada. La kwami dejó escapar una carcajada mientras que Marinette volvía a meter su cabeza en la ducha.

-Te preocupas demasiado- dijo dijo Tikki, encogiendo los hombros- estoy segura de que todo estará perfecto. Solo recuerda, mantén la calma, y no dejes que te moleste lo que diga Chloé-

Marinette frunció el entrecejo. Chloé. Estaba segura de que la chica rubia y su padre, el alcalde de París, habían pagado a un diseñador profesional para crear el vestido que Chloé presentaría en el concurso, como siempre.

La chica suspiró mientras que salía de la ducha y se cubría con la toalla. No estaba muy contenta con la situación. Sí, aún estaba en su amada escuela con todos sus amigos, y sí, podía ver a Adrien todos los días, pero era realmente una tortura aún tener que lidiar con Chloé y todas sus tonterías. Mens mal que la presencia de Adrien y su amistad con Alya y Nino compensaban la situación.

Marinette sonrió levemente mientras que recordó que Alya y Nino estaban juntos desde esa visita al zoológico.

Al menos ella no era la que sufría más por culpa de la hija del alcalde de París. Sabrina era de las que peor la pasaba con ella, sin saber que su supuesta mejor amiga la estaba utilizando para su beneficio. El otro que la pasaba terrible por culpa de Chloé era Nathaniel.

La chica suspiró en voz alta mientras que comenzaba a vestirse. Pobre Nathaniel. El chico pelirrojo no solo estaba aún enamorada de ella, sino que todos los días era atormentado por Chloé, cuando no estaba atormentando a Marinette, claro está.

-No te preocupes por ella- le dijo Tikki, adivinando sus pensamientos- ya sabes que Cholé siempre ha hecho trampa en el concurso, pero tú siempre has ganado. Monsieur Agreste sabe reconocer el verdadero talento. Y sabes bien que no importa lo que haga, la gente que no es gentil nunca gana-

Marinette sonrió de nuevo, y terminó de arreglarse el cabello. Esta vez, en vez de su habitual peinado con dos coletas, la chica solo se hizo una, atada con un listón de color rosa.

-Trés jolie- dijo Tikki con una enorme sonrisa mientras flotaba alrededor de Marinette, aprobando totalmente de su look y de su peinado- ahora apúrate, no puedes llegar tarde hoy. ¡Es el día del concurso!-

-Estoy en eso- dijo Marinette, pasando el asa de su bolso por su hombro y abriéndolo- vámonos. Escóndete, Tikki-

La kwami roja hizo como la chica dijo, escondiéndose dentro del bolso de Marinette mientras que la chica tomaba su mochila y el portatrajes con su vestido dentro. Ya con todas sus cosas en la mano, Marinette abrió la trampilla y descendió hacia la panadería de sus padres.

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Mansión Agreste

Una hora antes

Al mismo tiempo, Adrien se levantó perezosamente y revolvió su propio cabello con una mano. Bostezó con ganas mientras que arrastraba los pies hacia el baño, y sonrió levemente mientras que corría la puerta. No había olvidado que su amada Ladybug había estado ahí un par de veces. Una leve coloración roja apareció en sus mejillas mientras que recordaba a la hermosa superheroína.

El chico se duchó y pronto estuvo listo para ir a la escuela. Ese iba a ser un día especial, pues su padre iba a ir a la escuela. O bueno, iba a mandar a Nathalie con una tablet. Sea como fuera, iba a ver a su padre, lo cual era extraordinario.

Adrien estuvo a punto de salir cuando recordó algo. O bueno, mejor dicho, a alguien. Regresó sobre sus pasos hacia su mesita de noche, donde el pequeño kwami negro estaba aún dormido.

-¿Plagg?- dijo Adrien en voz baja, consciente de que Nathalie lo estaba esperando justo fuera de su habitación, ya que podía escuchar su voz, seguramente dandole indicaciones al Gorila. Ya que el kwami no le respondió, Adrien comenzó a moverlo con la punta de su dedo para hacerlo despertar- vamos, Plagg, despierta. Ya es hora de ir a la escuela-

-No quiero ir- se quejó Plagg- quiero quedarme en casa y dormir todo el día y comer Camembert sin parar-

Adrien puso los ojos en blanco y suspiró largamente.

-Vamos, no es como si tu hicieras algo en la escuela- dijo el chico- pero te necesito conmigo, en caso de haya algún ataque-

Plagg bostezó, aún negándose a levantarse, pero por fortuna Adrien sabía como motivarlo. El chico sacó del frigobar un pequeño trozo de Camembert, y lo puso cerca de su nariz.

-Oh, bueno, pero solo porque lo pediste amablemente- dijo el kwami, tomando el trozo de queso de la mano de Adrien y comiéndolo. Una vez que terminó, Plagg voló obedientemente hacia Adrien y se escondió debajo de su camisa.

-Excelente- dijo Adrien- vámonos-

Plagg gruñó

-Espera un momento, chico- dijo el kwami en un tono serio, muy inusual en él- antes de que te vayas, tengo que decirte algo importante-

Adrien alzó las cejas. ¿Plagg quería hablar con él? Aquello no era para nada común. Adrien conocía a su kwami bastante bien. Plagg era perezoso, gruñón y bastante irresponsable. De hecho, desde el tono serio de su voz había sorprendido al chico rubio.

-De acuerdo- dijo Adrien en un tono dudoso- ¿de qué querías hablar?-

Plagg dudó por un segundo o dos, pero finalmente suspiró.

-Es sobre tu enamorada enmascarada- dijo Plagg.

Las mejillas de Adrien se enrojecieron de nuevo.

-¿Qué sucede con Ladybug?-

-Ya han pasado cuatro años desde que la conociste y te enamoraste de ella- dijo Plagg- sabes bien que para ella, tú eres solo su compañero, a lo mucho su amigo, y nunca te va a mirar de manera diferente. Realmente creo que… deberías volver tu mirada hacia otras chicas-

Adrien frunció el entrecejo y cruzó los brazos. Había tenido ya esa conversación con Plagg al menos un centenar de veces. El kwami siempre había insistido en que turnara su atención hacia otras chicas, ya que era claro que Ladybug jamás lo iba a mirar diferente.

-Plagg, no me importa lo que digas al respecto- dijo Adrien- la amo-

-Oh, vamos, chico- dijo Plagg- hay miles de chicas ahí afuera que están enamoradas de ti. Esa chica Marinette, por ejemplo. Es muy dulce, y es linda también, y parece que le tienes mucho cariño tú también…-

-No seas tonto, Plagg. Marinette es solo una amiga-

Plagg dejó escapar una expresión de incredulidad. Su elegido era realmente tonto. Bueno, no era su culpa, después de todo. Todos esos años encerrado en casa no le habían hecho ningún favor.

Cuatro años antes, cuando Ladybug y Chat Noir habían vencido a Hibou Noir, el Búho Negro, ambos chicos habían sido forzados a destransformarse frente al otro. Tanto Adrien como la chica habían mantenido sus ojos cerrados, pero ni Plagg ni Tikki lo hicieron.

Plagg sabía la verdad. Esa dulce compañera de clase de Adrien, Marinette Dupain-Cheng, era Ladybug. Y el kwami negro sabía que estaba locamente enamorada de su elegido. ¿Cómo podía no darse cuenta? La pobre chica tartamudeaba frente a él, se ponía realmente nerviosa y hacía el ridículo cada vez que Adrien estaba cerca.

El kwami pensaba que era estúpidamente linda, pero aún así.

El hecho era que, después de lo ocurrido, Plagg y Tikki habían dejado a sus elegidos en la noche, cruzando la ciudad de París buscando al maestro Fu para contarle lo que había pasado, y el guardián les había indicado que no debían revelar la identidad del otro a sus respectivos elegidos. El maestro Fu les dijo que era vital que cada uno de ellos lo descubriera por sí mismo, o alguna tontería así.

-Deberías escucharme, niño- dijo Plagg, completamente frustrado de no poderle decir la verdad sobre Marinette a Adrien. Después de cuatro años, el kwami ya se había impacientado- no quiero tener que decirte te lo dije-

Adrien solo sonrió dulcemente y se encogió de hombros. Plagg puso los ojos en blanco y se rindió, al menos por ese momento, y se escondió bajo la camisa del chico.

-Vamos, niño, es hora de irnos- dijo Plagg debajo de la camisa- no quieres llegar tarde-

Adrien sacudió la cabeza y, sin dejar de sonreír, se apresuró a la puerta de su casa, donde el Gorila lo esperaba junto con la limosina.

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Colegio Françoise Dupont

Poco más tarde

-Oh, Alya, estoy muy nerviosa- dijo Marinette, volviéndose a su mejor amiga, mientras que abría nerviosamente la cremallera del portatrajes que contenía su vestido- ¿que va a pasar si…?-

-No tienes porqué estás nerviosa- dijo su mejor amiga- va a estar excelente, como siempre. Además, tú tienes…- se interrumpió al ver el vestido que Marinette estaba sacando del portatrajes- oh, Mari… ¡es…!-

Marinette sonrió al ver a su amiga boquiabierta. Había logrado callar a Alya, y eso lo interpretó como una buena señal. La peligra se puso a vestir el maniquí con su vestido y sonrió mientras lo hacía. Era un vestido corto, ceñido a la cintura, con los hombros descubiertos, de color rojo brillante, y con algunos tonos negros en pecho del vestido y en la falda del mismo. El look estaba complementado por una gargantilla de color rojo.

Una vez que el vestido estuvo montado en el maniquí, Marinette cerró la boca de Alya con una mano y sonrió.

No pasó mucho tiempo cuando Nathalie, la secretaria personal de Gabriel Agreste, se acercaba hacia ellas, llevando la tablet con la videollamada del diseñador y seguida de Adrien. Marinette respiró hondo, haciendo un real esfuerzo para no ponerse nerviosa o hacer el ridículo de nuevo frente al chico. Alya salió de su sorpresa justo a tiempo, y se acercó a su amiga, lista para detenerla en caso de que cayera de la impresión.

Nathalie se detuvo frente al vestido de Marinette, sin dejar de detener la tablet hacia ella.

-Ah, mademoiselle Dupain-Cheng- dijo el diseñador al reconocerla- como de costumbre, no me ha decepcionado. Al contrario, estoy muy impresionado-

Marinette se ruborizó al ver a Adrien sonreír radiantemente frente a ella, y se mordió el labio. Sabía que si abría la boca iba a tartamudear, y no quería hacerlo delante de Gabriel Agreste.

-Oh, no- dijo una voz femenina, que Marinette adivinó de quién se trataba- mi vestido es mucho más bonito que el de la panadera, monsieur Agreste-

Marinette borró su sonrisa por un momento. ¡Esa Chloé! Si ella ni siquiera había hecho su vestido, ¿qué le importaba ese concurso? Iba a decir algo, pero Adrien habló primero.

-Chloé, no es lindo tratar así a Marinette- dijo el chico rubio.

-No lo creo- dijo Gabriel Agreste a través de la pantalla del tablet, como si Adrien no hubiera dicho nada- debo decir que el diseño de mademoiselle Dupain-Cheng es el mejor de este concurso. Usted a ganado de nuevo-

Adrien y Alya sonrieron, y Marinette casi brinca de alegría al escuchar aquello.

-Gracias, monsieur Agreste, muchísimas gracias- dijo Marinette, inclinando la cabeza.

-Nathalie, toma los datos de mademoiselle Dupain-Cheng- continuó el diseñador- y entrégale un programa para la sesión fotográfica en la que aparecerá con Adrien-

Si bien Alya se sorprendió, Marinette palideció mortalmente.

-Yo… ¿qué?- dijo la pelinegra.

-¿No se lo habían dicho, mademoiselle?- dijo Gabriel, alzando las cejas- bah, no importa, se lo diré ahora. Como ganadora del concurso, usará su propio vestido en la campaña publicitaria junto con mi hijo-

Marinette estaba boquiabierta, cosa que hizo reír a Alya. Adrien no se percató de la mortificación de la chica, solo ladeó su cabeza y sonrió dulcemente.

-Será un placer trabajar contigo, Marinette- dijo el chico.

-Bueno, si eso es todo…- dijo monsieur Agreste- tengo muchas cosas que hacer- y colgó la llamada.

Chloé se fue de ahí, echando chispas por las orejas, seguida por Sabrina, y diciendo sin parar que era ridículo que Marinette hubiera ganado el concurso. Nathalie extendió su tarjeta a Marinette mientras que Alya volvía a guardar el vestido dentro del portatrajes.

-Estaré en contacto con usted, mademoiselle Dupain-Cheng- dijo la secretaria, antes de retirarse, tomando el portatrajes con el vestido de Marinette dentro.

La chica aún no lograba reaccionar. Adrien notó por fin su mortificación, y le puso una mano en el hombro con cariño.

-No temas- dijo Adrien tan pronto como la chica levantó sus ojos azules, perdiéndose por un momento en los verdes de él- no es tan difícil como parece. Si quieres… podemos reunirnos y practicar-

Marinette no podía abrir la boca. Tenía miedo de decir alguna tontería, tartamudear, o de plano vomitar de los nervios. Alya respondió por ella.

-Marinette solo tiene un poco de pánico escénico- dijo la chica castaña- no te preocupes, Adrien, pronto se le pasará, y creo que es buena idea que ustedes dos se reúnan a practicar. ¿No es cierto eso, Mari?- añadió, codeando las costillas de la chica. No obtuvo respuesta. Puso los ojos en blanco y se volvió de nuevo a Adrien- ¿ves? Le encantaría-

Adrien sonrió de nuevo y, tras felicitar a Marinette de nueva cuenta, les dio la espalda para buscar a Nino. Unos minutos después, Marinette regresó a la realidad.

-¡Alya!- lloriqueó la chica, abrazando a Alya- ¡voy a aparecer en la campaña publicitaria con Adrien! ¡Voy a morir!-

La chica castaña se echó a reír y le dio unas palmadas en la cabeza a su mejor amiga.

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Boulongerie de Tom et Sabine

Poco más tarde

Pasado el pánico inicial, Marinette estaba más que feliz cuando regresó a casa de la escuela. Fuera del estrés que le causaba saber que pronto iba a posar para la campaña publicitaria dl padre de Adrien (y sus tripas se hicieron un lindo nudo) estaba feliz por lo que había pasado. Seguramente monsieur Agreste iba a apoyarla para estudiar diseño.

Después de salir de la escuela, aún su corazón latiendo con fuerza y la adrenalina dando vueltas por su sistema como loca por la aprobación de tanto Adrien como su padre, la chica tomó el coraje de invitar a Adrien a la panadería de sus padres por unas galletas o croissants. El chico felizmente aceptó. Mientras que Nino y Alya también querían acompañarlos, pero ambos le guiñaron un ojo e inventaron una excusa para dejar a la pelinegra sola con Adrien.

Hubo un pequeño problema, sin embargo. Cuando Marinette estaba invitando a Adrien, Nathaniel iba pasando por ahí, y no tuvo corazón para no invitar al pelirrojo también, especialmente porque al parecer Chloé había desquitado todas sus frustraciones con él durante todo el día.

Los dos chicos acompañaron a Marinette a la boulongerie. Adrien parecía bastante dispuesto a probar algunos de los deliciosos productos horneados de los Dupain-Cheng, y la pasó diciendo lo agradable que era pasar tiempo con una familia tan cálida y unida como la de Marinette. Al mismo tiempo, Nath estaba sentado silenciosamente junto a ellos, abrazando su libro de dibujo contra su pecho, como si fuera el mal tercio en la relación entre sus dos compañeros.

-Vamos, Nath, anímate un poco- dijo Adrien alegremente mientras que notaba lo callado que estaba el pelirrojo- no hay nada como una tarde con los amigos para animarse-

Nathaniel pasó sus ojos de Adrien a Marinette, quien sonrió dulcemente hacia él.

-Adrien tiene razón, ¿sabes?- dijo la chica- vamos, sé que mi papá preparó unos deliciosos éclairs hoy. De todos modos, comer algo dulce siempre ayuda con la inspiración, ¿no crees?-

El pelirrojo sonrió tímidamente por fin, aún abrazando su libreta.

-Tienes razón, Mari- dijo el pelirrojo.

-Voilá- dijo Adrien, asintiendo y volviéndose hacia Marinette- ¿sabes si Nino y Alya vendrán más tarde?-

-No lo creo- dijo Marinette- Alya dijo que estaría muy ocupada esta tarde actualizando el Ladyblog, y Nino dijo que tenía que ser el DJ en la fiesta de Lila-

La chica mencionó el nombre de Lila frunciendo el entrecejo, ya que no le agradaba mucho, principalmente porque la chica odiaba terriblemente a su alter ego, Ladybug. A Adrien no le parecía agradar mucho tampoco, a pesar de que el chico se llevaba bien con todo el mundo. El modelo se había enterado que Lila molestaba a Nino todo el tiempo, intentando sacarle información sobre Adrien. Lo bueno de todo aquello era que, una vez más, el chico se dio cuenta de que Nino era un amigo verdadero y leal, y jamás le había dicho nada a Lila, aguantando sus berrinches diciendo lo asombroso que era Adrien y lo terrible que Ladybug y Chat Noir la habían tratado cuando fue akumatizada hacía todos esos años.

Los tres chicos llegaron a la panadería, y Marinette sonrió levemente al ver que los ojos de Adrien brillaron y una sincera sonrisa se formó en sus labios. Incluso Nathaniel estaba sonriente.

-Vamos, pasen, por favor- dijo Marinette mientras que abría la puerta.

Los dos chicos la siguieron dentro del local, y fueron saludados por el padre de Marinette.

-Bienvenidos, les garçons- dijo Tom Dupain- bienvenida, Marinette. ¿Cómo estuvo la escuela hoy?-

-Estuvo bien, papá- dijo la chica.

-Marinette está siendo modesta, monsieur Dupain-Cheng- dijo Adrien, aún sonriendo ampliamente y poniendo gentilmente su mano en el hombro de la chica- pero acaba de ganar de nuevo el concurso de moda de la escuela. Volvió a impresionar a mi padre, y eso que él no es tan fácil de impresionar-

Marinette se ruborizó mientras que la mano de Adrien abandonaba su hombro y el chico volvía sus ojos a los deliciosos productos horneados en el mostrador.

-Claro, deben tener mucha hambre ustedes tres- dijo el padre de Marinette, tras abrazar y felicitar a su hija- ¿qué les gustaría probar? Las galletas de chocolate están recién salidas del horno, y hoy hicimos éclaires-

Adrien seguía mirando ilusionado los mostradores, mientras que la vista de Nathaniel estaba fija en el suelo.

-No seas tímido, Nath- dijo Marinette en voz baja, de modo que solo el pelirrojo escuchara, al darse cuenta de lo mortificado que estaba de estar ahí- puedes escoger lo que quieras, yo invito el día de hoy-

Los ojos de Nathaniel se separaron del suelo y se fijaron en ella, sonriendo levemente otra vez, y eligiendo un éclair. Adrien ya había comprado una caja de macarons sabor almendras, negándose a tomarlos sin pagar, pero finalmente aceptó un croissant relleno de chocolate, invitado por el padre de Marinette.

-Merci beaucoup, monsieur Dupain-Cheng- dijo Adrien- usted es muy amable-

-Sí, muchas gracias, monsieur, y también gracias a Marinette- dijo Nath, sonriendo y disfrutando su éclair.

La chica sonrió, muy complacida por como había transcurrido ese día. Oh, y realmente adoraba la sonrisa de Adrien mientras que seguía comiendo su croissant. Estuvo a punto de invitarlo a jugar videojuegos un rato, pero dudó por un momento. Quería esperar hasta que Nathaniel se fuera para invitar a Adrien. A Marinette realmente le agradaba el pelirrojo, pero quería pasar tiempo a solas con el chico del que estaba enamorada.

Demasiado tarde. La puerta de la panadería se abrió, y el Gorila, es decir, el guardaespaldas de Adrien, entró al local con una expresión muy gruñona. Tanto Adrien como Marinette suspiraron largamente.

-Oh, sí, lo olvidé, mis clases de piano- dijo Adrien, suspirando decepcionado mientras se volvía a las otras tres personas en la panadería- muchas gracias por todo nuevamente, monsieur Dupain-Cheng. Los veré mañana Nath, Mari…-

Marinette suspiró mientras que sus ojos seguían el auto de Adrien alejándose por la calle. Nathaniel suspiró también, y se volvió hacia ella.

-Muchas gracias por todo, Mari- dijo el pelirrojo- creo que debería regresar a casa también. Fue algo lindo pasar tiempo contigo y con Adrien. Y el éclair estaba delicioso-

-Cuando quieras- dijo Marinette, volviendo a sonreír.

Nathaniel sonrió también, y tras agitar tu mano despidiéndose tímidamente del padre de Marinette, comenzó a caminar hacia la salida del local. Marinette lo miró, pensativa. Pobre Nath, siempre estaba solo. Aunque tal vez… Marinette tenía que salir esa tarde a comprar telas y otras cosas…

-Nath, espera- dijo Marinette justo antes de que el pelirrojo girara el pomo de la puerta para abrirla. Nathaniel se volvió hacia ella, alzando las cejas.

-¿Sí?-

-Yo… tengo que salir a la mercería, a comprar algunas telas para un par de vestidos en los que estoy trabajando- dijo ella- tú no quisieras acompañarme, ¿o sí? Me ayudaría mucho la opinión de otro artista… o mejor dicho, de un amigo-

El rostro de Nathaniel se iluminó al escuchar su propuesta.

-Yo… ¡claro que sí!- dijo el chico, sonriendo ampliamente- por supuesto que iré contigo. ¡Me encantaría!-

Marinette sonrió, contenta de haberlo hecho sonreír de nuevo, y salió de la panadería acompañada del pelirrojo.

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CONTINUARÁ…

¡Hola a todos! Por fin terminé de escribir este fic. Esta historia ha estado rondando por mi cabeza durante un montón de tiempo, y por fin la pude poner en papel. Espero que les esté gustando. Esta historia tendrá muchos ships. Muchas gracias por seguir leyendo. Hasta pronto.

Abby L.