Hola a todos, aquí les dejo mi primer HibaxHaru, es un oneshot y esta basado en el capitulo donde Hibari y Ryohei tienen que pasar la prueba de sucesión de Alaude y Knuckle y Hibari salva a Haru y Kyoko, bueno esta historia es despues de eso y de que regresan del futuro, asi que espero que me haya quedado bien y que les guste, espero sus lindos reviews y nos leemos saludos a todos.
¿AMOR?
Hibari se dirigía rápidamente a moler a golpes a los que se atrevieron a dejar sucia una de las aulas de la escuela, el tenia una lista de todos los alumnos y los días en los que les tocaba el aseo, así que fue fácil identificarlos, no podía permitir que un crimen como este quedara impune y sin castigo. Como siempre, después de sacar a golpes a los alumnos que se demoraban en salir, Hibari hacia un recorrido por todas las aulas para inspeccionar que todo estuviera en orden, cuando llego a la de la clase 2B, vio que habían garabateado todo el tablero con tizas de colores, cuando se acerco para leer lo que habían escrito, vio que se trataba de una declaración de amor "Karin te amo y quisiera que fueras mi novia – Shinji", ante esto Hibari no pudo hacer más que sentirse asqueado
-Como se atreven a ensuciar la escuela con basura como esta- pensó irritado
"Amor", lo único que se le ocurría al pensar en esa palabra era debilidad, solo los débiles tienen un sentimiento tan inútil como ese y por eso debían pagar, por haberse atrevido a manchar su escuela con semejante palabrería sin sentido. Después de haber golpeado a los culpables y haberlos hecho limpiar el tablero esa misma tarde, pudo sentir un poco de tranquilidad, nuevamente la escuela estaba en orden, pero de solo pensar en eso le hacía perder la paciencia otra vez, así que decidió salir a dar una vuelta para descargar su ira en el primer herbívoro que se cruzara en su camino, después de andar por un rato llego a una zona muy transitada, ahora solo tenía que esperar a que su "saco de arena" apareciera y fue ahí cuando escucho…
-¡Hibari-san!-
-¿Quien se atreve a llamarme con tanta confianza?- pensó molesto -animal insignificante-
Como había mucho ruido, no pudo distinguir de quien se trataba. Sosteniendo con fuerza sus tonfas y dispuesto a enseñarle a quien sea que fuera, como debía tratar al presidente del comité disciplinario y asegurarse de que no lo olvidara nunca, se giro y en vez de encontrar el patético rostro de un herbívoro, vio uno femenino, amable y con una gran sonrisa y al parecer esperaba que le contestara, pero él la ignoro por completo y comenzó a alejarse.
-¡Espera!- dijo ella tomándolo de la mano
Se dio vuelta y al ver de nuevo ese rostro amable y sonriente, se molesto tanto que se soltó de un jalón
-¿Qué quieres?- pregunto como si la estuviera regañando
-¡Hahi!...nada, es solo que… había querido agradecerte por habernos salvado a Kyoko-chan y a mí… y no había encontrado la oportunidad…hasta hoy-
-¿Porque sonríe tanto?- Pensó fastidiado
Como odiaba a la gente que se la pasaba sonriendo todo el tiempo, si fuera hombre ya le hubiera borrado esa sonrisa de la cara. Como no soportaba mas seguir viéndola, decidió ignorarla de nuevo, pero antes de que pudiera marcharse, ella se colgó de su cuello abrazándolo, después le dio un beso en la mejilla y como fue rápido, alcanzo a besar la comisura de los labios.
-Gracias- dijo soltándolo, luego se marcho despidiéndose de el con la mano
Hibari quedo inmóvil, como se atrevió a abrazarlo y más aun a besarlo, si con solo estar a dos metros de él ya estaban invadiendo su espacio personal y el que se atrevía a hacerlo, era solamente para que lo mordiera hasta la muerte, pero esa mujer, se acerco como si nada, sintió que la ira lo invadía nuevamente. En ese momento un grupo de muchachos iban caminando hacia él y uno de ellos sin darse cuenta lo empujo.
-Disculpe- dijo sonriendo
Cuando Hibari vio que sonreía, esa fue la gota que derramo la copa, finalmente pudo descargar su ira en esa manada de herbívoros y golpearlos hasta que a ninguno de ellos le quedaran ganas de volver a sonreír. Cuando regresaba a la escuela se dio cuenta de que aun podía sentir el olor de esa mujer, era dulce, a vainilla, ¿pero porque? Al llegar, se sentó en el escritorio de la oficina del comité disciplinario, cuando apoyo sus brazos sobre él, se dio cuenta de que el olor provenía de su chaqueta, había quedado impregnada con su perfume, de inmediato se la quito y la tiro sobre el sofá que estaba al frente, después se concentro en su lista de nuevas reglas, en la que sin falta colocaría que quedaría estrictamente prohibido utilizar las instalaciones de la escuela para cualquier demostración ridícula de amor, de lo contrario los mordería hasta la muerte. Cuando la termino, decidió regresar a su casa, iba a ponerse su chaqueta, pero recordó que olía a ella, así que la dejo donde estaba, ya que ese olor le desagradaba, y se fue.
La mañana siguiente cuando se dirigía a la escuela, la vio pasar, estaba acompañada de Sawada Tsunayoshi, Gokudera Hayato, Yamamoto Takeshi y sasagawa Kyoko, en ese momento se dio cuenta de que casi todos los días se los encontraba, pero esta era la primera vez que la veía. Cuando llego, lo primero que iba a hacer, después de golpear a unos cuantos alumnos que encontró infringiendo el reglamento, seria botar la chaqueta que dejo sobre el sofá, la tomo y se dirigió hacia la cesta de la basura, de nuevo sintió el perfume, y recordó ese abrazo y ese beso y ya no le pareció tan desagradable, en ese momento entro Kusakabe Tetsuya, quien le traía el informe diario sobre los que aun no habían pagado la cuota que le había establecido a los dueños de los negocios, por tener controlados a los criminales que rondaban Namimori.
-¿Qué quieres que haga con ellos?-
-Nada, esta vez iré yo para dejarles claro que las reglas son para cumplirse-
Iba a salir pero aun tenía la chaqueta en su mano, dudo en botarla y eso lo molesto porque nunca había dudado en nada
-¿Sucede algo, Kyo-san?-
Esa pregunta lo hizo enfurecer, tiro la chaqueta a la cesta y golpeo a Kusakabe, luego salió de la oficina.
-¿Acaso algo debería estar sucediendo?- Se pregunto mientras caminaba.
El resto del día se dedico a sus asuntos, cuando vio que la hora de salida había llegado se dirigió hacia la escuela para pasar el resto de la tarde tranquilamente en su oficina, no sin antes sacar corriendo a todos los que aun se encontraran allí, ya estaba por llegar cuando escucho esa voz, era ella, estaba de nuevo en manada con esos herbívoros, aun seguía con esa gran sonrisa, sus mejillas rosadas, sus ojos brillantes, sus…
-¡Kyo-san…!- escucho gritar a Kusakabe -¡…tenemos problemas, son los del grupo de Nishiki otra vez!-
-¿Qué pasa con ellos?-
-Volvieron a Namimori y están reclamando este territorio como suyo-
-Llévame a donde están-
-Si-
Iba a mirar hacia donde estaba ella, pero decidió irse sin voltear a ver. En el camino se fueron reuniendo el resto de miembros del comité disciplinario, cuando llegaron a donde estaban sus rivales, estos los estaban esperando para desafiarlos por el dominio de Namimori, Nishiki, su líder, estaba de pie al frente de todos sus hombres.
-Hibari Kyoya, tanto tiempo sin verte- dijo con una sonrisa de burla
No sabía porque, pero ahora no podía soportar ver a nadie sonreír sin sentir ganas de morderlo hasta la muerte
-Borrare esa patética sonrisa a golpes- amenazo con sus tonfas
-Tranquilo, que primero quiero negociar…- continuaba sonriendo a pesar de lo que había dicho Hibari -...ya es hora de que alguien más tenga el control de Namimori y…-
-¿Y se supone que ese alguien eres tú?- lo interrumpió
-Me leíste la mente y déjame decirte que ya no somos los mismos de antes, ahora somos más fuertes, ya tenemos el dominio de los pueblos vecinos y ahora es el turno de Namimori-
-¿En serio? comprobémoslo-
Con una velocidad que nunca antes había visto, Nishiki fue golpeado directamente en la boca, lo que hizo que varios dientes salieran volando y Nishiki quedara a cinco metros de donde estaba
-¿Alguien más quiere mostrarme lo fuerte que es?- pregunto Hibari levantando la Tonfa llena de sangre
Todos se acobardaron y salieron corriendo, solo dos se quedaron para ayudar a levantar a Nishiki, quien antes de perder la conciencia por completo le dijo unas últimas palabras
-Te hare pagar muy caro todo lo que nos has hecho…todos tenemos un punto débil Hibari…y tú no eres la excepción-
-No me compares contigo, los animales como tu son los únicos que tienen debilidades y yo me encargare de domesticarlos cuantas veces sea necesario-
-…Ya lo veremos- luego perdió el conocimiento y fue arrastrado por sus compañeros
Después de ese enfrentamiento Hibari regreso a la escuela y se encerró en su oficina olvidando todo lo que Nishiki le había dicho, se recostó sobre el sofá y tomo una pequeña siesta, al despertar vio que había anochecido, se levanto y recordó la chaqueta que había botado, aun seguía allí y sintió alivio al ver que no se la habían llevado aunque ese sentimiento lo molesto, se acerco a la cesta, quería ver si su perfume continuaba en su chaqueta, cuando la iba a levantar se dio cuenta de que Hibird estaba durmiendo sobre ella y decidió dejarla ahí, pero cuando abrió la puerta para salir Hibird se levanto.
-Hibari, Hibari- dijo la pequeña ave posándose en su hombro
-Lamento haberte despertado- le dijo mientras acariciaba su pequeña cabeza
De camino a su casa, cuando pasaba por una esquina, Hibird salió volando en esa dirección, Hibari simplemente decidió seguirlo, cuando finalmente se detuvo, se dio cuenta de que estaba sobre la ventana de una casa que nunca había visto, la pequeña ave comenzó a decir "Hibari, Hibari" una y otra vez y a picotear el vidrio de la ventana, luego se vio una sombra acercarse y cuando corrió la cortina, Hibari no pudo evitar sorprenderse al ver que era la casa de aquella mujer, ¿Por qué voló hasta aquí?, se pregunto sin dejar de verla.
-¡¿Hahi? ¿Hibari-san? ¿Qué haces aquí?- pregunto mientras consentía al ave
¿Qué hacia ahí? Como podía responder esa pregunta cuando el mismo no sabía la respuesta, y tal como había hecho antes la ignoro y siguió su camino. Al día siguiente se volvió a encontrar con todos y con ella, esta vez se fijo en su uniforme y noto que era de la escuela Midori, ahora sabia donde estudiaba, pero eso a el que le importaba, se dijo así mismo al darse cuenta de que le estaba dando demasiada importancia a alguien tan insignificante como ella. Cuando llego a su oficina, vio que la chaqueta continuaba en la cesta, esta vez no le prestó atención, para mañana ya no estaría porque ese día era el día de sacar la basura, así que ya podría olvidarse de todo este asunto. La mañana paso sin mucha novedad, la inspección dejo como resultado noventa y cinco infractores y todos ellos recibieron su merecido castigo, vio su reloj y era la hora de salida, se encontraba en el techo de la escuela con Hibird en su hombro, después de un rato se levanto, ya tenía que echar a los que continuaban en la escuela y al mismo tiempo Hibird salió volando, Hibari se quedo viendo a donde iba esta vez, y no le gusto cuando se detuvo en el hombro de esa mujer, aunque eso hizo que se diera cuenta de algo, rápidamente bajo hacia su oficina y tomo la chaqueta, dándose cuenta de que aun podía sentir su perfume, por eso fue que llego hasta su ventana, como durmió en su chaqueta también quedo impregnado con su olor. Volvió a llevarla hacia su rostro y ahora era un aroma agradable que le hizo volver a recordar ese abrazo y ese beso, pero más que todo en ese beso y de lo cerca que estuvo de sus labios.
-¿Qué estoy haciendo?- pensó
Desde cuando había comenzado a comportarse como lo hacían los herbívoros, el no era esa clase de miserables que se dejan afectar por algo tan ridículo, nuevamente tiro la chaqueta a la cesta, pero pensó que sería mejor deshacerse de ella inmediatamente, la volvió a tomar para botarla en el contenedor principal y así asegurarse de que se la llevaran, se dirigió hacia la puerta y la abrió para salir, y ahí estaba ella con la mano lista para tocar
-¡Hahi!...Hola… ¿puedo pasar?-
Pero antes de que le pudiera decir que no, entro corriendo hacia la ventana, estaba detrás de Hibird porque le había quitado la cinta de su uniforme.
-Como se atreve a pasar sin mi autorización- pensó al ver la insolencia de esa mujer
Ella continuaba correteando a la pequeña ave por toda la oficina tratando de recuperar su cinta, Hibari quería sacarla de allí, pero había algo que se lo impedía, en contra de su voluntad se quedo observando cómo iba de un lado para otro persiguiendo al pequeño ladrón, hasta que este volvió a salir volando por la ventana, dando por terminada la persecución.
-Tu…- hablo llamando su atención
-Discúlpame…- dijo sonriendo -…pero quería recuperar mi cinta- luego soltó una risita
Su corazón dio un brinco cuando la vio reír, pero su rostro continuo sin cambiar su fría expresión, continuaba observándola sin poder decirle nada, como no tenía la cinta, su blusa dejaba ver su largo y fino cuello, luego sus ojos se posaron en sus labios, rosados y brillantes y recordó lo suaves que le parecieron a pesar de lo breve del beso.
-Ya me tengo que ir ¿Si regresa con mi cinta me la podrías guardar?-
Luego comenzó a caminar para salir, pero cuando paso por su lado, como por un acto de reflejo, la detuvo tomándola de la mano, quería decirle tantas cosas pero no pudo pronunciar palabra, no entendía porque no podía dejar de mirarla, no entendía porque se sentía así cuando la veía y ahora que estaba tan cerca de ella no entendía porque no quería que se fuera, involuntariamente comenzó a acariciar su mano con su pulgar, su piel le pareció tan suave y tersa al igual que sus labios, los que ahora no podía dejar de mirar, su perfume estaba nublando sus sentidos y sin darse cuenta, comenzó a acercarse a ella.
-¡Ahhhhh! ¡Hi…Hibari-san!- ese grito hizo que saliera del trance en el que estaba
-¿Tsuna-san? ¿Porque gritas?-
-¡Po…por favor no le hagas nada, no la vayas a golpear!- rápidamente la tomo de la mano y la jalo hacia afuera -¡Te prometo que esto no va a volver a suceder!-
Después salieron corriendo y Hibari escucho cuando Sawada Tsunayoshi la regaño por haber entrado a la oficina del comité disciplinario sin permiso y de lo que le pudo haber sucedido si no hubiera llegado a tiempo. Cuando quedo solo, cerró la puerta y noto lo acelerado que estaba su corazón, ahora que podía pensar con claridad otra vez, se dio cuenta de lo que estuvo a punto de hacer, ¿Acaso esa mujer le hizo perder el control?, imposible, el no se dejaría perturbar por una herbívora insignificante, pero no se podía explicar lo que había sucedido, lo que había sentido cuando la tuvo cerca y eso era lo que mas le molestaba, el no saber lo que estaba sintiendo. Aun sostenía la chaqueta en su mano y ya no era lo único que tenía su perfume, era toda la habitación, ya no podía soportarlo, tenía que salir de allí. Por primera vez no quería quedarse en la escuela y como tenía planeado boto la chaqueta. De camino a su casa la vio pasar.
-¿Por qué ahora me la tengo que encontrar en todos lados?-
Tenía que acabar con esto de una vez por todas, debía descubrir que era ese sentimiento que lo agobiaba tanto cuando la veía, así que decidió seguirla, aun estaba acompañada por Sasagawa Kyoko, después de caminar un rato tomaron caminos diferentes, se encontraba sola, pero de nuevo algo le impedía hablarle, comenzó a caminar más rápido para alcanzarla, un hombre que venía hacia ellos paso como si nada, pero después de pasarla volteo a verla, cuando iba a mirar hacia al frente de nuevo, fue golpeado en la cara por Hibari, otra vez había actuado sin pensar, pero se dio cuenta de que en fondo le molesto que la hubiera mirado, continuo caminando hasta que la alcanzo, la tomo del brazo y la empujo contra la pared.
-¡Hahi!...¡Hi…Hibari-san!-
Su rostro ya no se veía amable y alegre, sus ojos lo veían con miedo, pero sus labios seguían rosados y brillantes, sintió que su corazón se aceleraba otra vez y sin pensar, la tomo de la cintura y la beso, ella se resistió y con más fuerza la apretó contra su cuerpo, comenzó a besarla con más intensidad hasta que poco a poco dejo de luchar, sintió que ya no podía respirar pero no la quería soltar, ella también estaba perdiendo el aliento y por eso saco fuerzas y logro empujarlo, para luego abofetearlo y después salir corriendo. La dejo ir, ya que por un momento ella también lo beso.
-Así que era eso- pensó
Amor, esto es lo que llaman amor, nunca imagino que este sentimiento fuera tan intenso, definitivamente tenía que volver a verla. Cuando llego a su casa Hibrid ya estaba allí, al verlo llegar salió volando hacia él con la cinta en su pico, Hibari la tomo y decidió quedarse con ella. Al día siguiente, la vio pasar, como siempre acompañada de esos animales, pero se veía diferente, pensativa. En la escuela actuó como si nada, ahora que ya sabía lo que sentía, no volvería a dudar, todo estaba claro y sabía muy bien lo que quería. Desde la ventana de la oficina se quedaba observándola hasta que se iba, la habitación ya no olía a ella, pero aun tenía su cinta.
-¡Kyo-san!- grito Kusakabe entrando rápidamente en la oficina
-¿Que sucede?-
-Es una carta de Nishiki-
La carta decía que quería hablar con él a solas, quería negociar de nuevo y que esta vez el estaría de acuerdo, al terminar de leerla salió inmediatamente al encuentro. Al llegar Nishiki estaba reunido con todos sus hombres, su rostro aun estaba hinchado por el golpe y tenia puntos en sus labios. Alisto sus tonfas, ya que lo más seguro era que tuviera que morder hasta la muerte a toda esa basura herbívora.
-Cálmate, acaso no te dije que quería hablar- su voz sonaba raro por la falta de dientes y la hinchazón
-¿De qué quieres hablar?- pregunto sosteniendo firmemente sus tonfas
-¿Recuerdas lo que te dije después de que me golpearas?-
-Lo siento, pero nunca recuerdo las incoherencias que escupen los animales cuando les rompo la boca-
-Jajá veamos si continúas con esa arrogancia después de que veas esto-
Haciéndole señas, uno de sus hombres le tiro una fotografía y esta cayó cerca de sus pies, Hibari la tomo y era ella, una foto de ella cuando salía de su escuela.
-¿Sorprendido?- pregunto con burla
Hibari no dijo nada, permaneció serio y no dio ninguna muestra de interés
-¿Por qué tan serio?-
-¿para esto me hiciste venir?- arrugo la foto y se la tiro de vuelta
-No hagas como si no te interesara, sabes, tienes buen gusto para las mujeres…dime ¿que tal besa?- todos comenzaron a reír
Así que lo estaban vigilando, pero no iba a permitir que tomaran ventaja de esto
-Parece que el presidente del comité disciplinario es un poco tímido jajá-
-Dime de una vez que es lo que quieres- continuaba serio
-Está bien, pero creo que ya lo sabes, el control sobre Namimori-
-¿Acaso el golpe daño mas tu cerebro? ¿Porque habría de hacerlo?-
-Porque si no, esta hermosa chica será quien pague las consecuencias, ¿me pregunto cómo quedara después de recibir el mismo golpe que me diste? Imagino que no podrás besarla en mucho tiempo- de nuevo empezaron a reír
-¿Y cómo lo vas a hacer si estas en el hospital?-
-Ya veo, entonces si te interesa después de todo…- comenzó a caminar hacia el -…puede que me mandes al hospital, pero tengo muchos hombres a mi disposición y tengo a unos cuidándola en su casa y con una llamada puedo ordenarles que…- se acerco a su oído -…se diviertan con ella-
Al escucharlo apretó sus tonfas con más fuerza, quería romperle la boca otra vez, pero no podía permitir que lo manipularan de esta manera.
-Tenía razón, el amor es un sentimiento inútil que debilita-
Pensó con fastidio al dudar otra vez, si ella nunca hubiera entrado en su vida, en este momento ya hubiera acabado con esta manada de animales, pero la sola idea de que algo malo le fuera a suceder lo enfurecía.
-¡No lo puedo creer! ¿El gran Hibari Kyoya está dispuesto a ceder el control de Namimori por una mujer? Nunca creí que llegaría este día jajá- hablo con sarcasmo
-Aun no he dicho nada-
-¿Qué? ¿Entonces no te importa lo que le pase?- pregunto con burla
Mataría a cualquiera que le pusiera una mano encima, pero era demasiado orgulloso para admitirlo y para agachar la cabeza ante seres débiles e inferiores como estos, no, no permitiría que el amor lo debilitara y lo convirtiera en un infeliz herbívoro, no dejaría que ese sentimiento lo domine, el lo dominaría, por amor mordería hasta la muerte a cualquiera que intentara hacerle daño a ella o la utilizara para controlarlo, por amor se haría más fuerte para que nadie nunca se atreva a volver a hacerlo dudar.
-¿Y bien? ¿Qué dices?- pregunto de nuevo
-Esta es mi respuesta- Mientras hablaba lo golpeo nuevamente en la boca tumbándole los pocos dientes que aún le quedaban, rápidamente busco su celular y lo destruyo – aun no ha llegado el día en el que un débil miserable como tú me pueda vencer-
Los hombres que lo acompañaban dudaron al principio pero decidieron atacarlo al tiempo.
-Esto será divertido- dijo mientras se preparaba para pelear contra todos
El día de clases había terminado, estaba otra vez en la ventana observándola, cuando se fue, salió para seguir con su rutina de sacar a golpes a los que se demoraban en irse, mientras caminaba por el pasillo vio que dos muchachos estaban jugando con el balde del agua sucia, el que lo llevaba tropezó y soltó el balde ensuciando la pared.
-¡Hi…Hi…HI…Hibari-san!- dijeron al unisonó
Hibari los miro, luego miro la pared y todo el desorden que habían ocasionado, luego los volvió a mirar y hablo
-Hoy estoy de buen humor, les daré cinco segundos para que dejen todo como estaba si no…los morderé hasta la muerte-
-¡¿QUE?- gritaron al tiempo
-Uno-
Rápida y torpemente comenzaron a "limpiar" pero por el miedo ensuciaban aun más
-Dos…tres…cuatro…-
La pelea que había tenido con los hombres de Nishiki lo divirtió bastante, pero lo divertía mas ver como les cambiaba la cara de alegría por una de miedo a estos débiles insectos
-…cinco-
-¡NOOOOOOOOO!-
Finalmente todo volvió a la normalidad, había vuelto la calma a Namimori, Nishiki y sus hombres no volverían a poner un pie en su ciudad. Mientras caminaba por la calle con Hibird en su hombro, la vio pasar, esta vez iba sola y la pequeña ave voló hacia ella, se poso en su hombro y ella comenzó a consentirlo, el se quedo observándola y pensó que tarde o temprano seria suya, no tenia prisa, a los carnívoros les divierte cazar y ella sin duda será una excelente presa.
-Miura Haru- dijo en voz alta a la vez que una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro
