Hola! Esta es mi primera historia larga. De momento no tengo fechas fijas de publicación. Como dice en el resumen, es una historia paralela al séptimo libro, pero es posible que cambien algunas cosas.
Disclaimer: todos los personajes, nombres, etc... pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bros y un largo etcétera de editoriales, empresas... Este es un fic sin ánimo de lucro.
Neville Longbottom miró el reloj por tercera vez. Las diez, por fin. Había llegado a la sala de menesteres con media hora de antelación para prepararlo todo. Ginny, Luna y él habían enviado mensajes a todos los miembros del ED que aún seguían en la escuela.
El castillo se había convertido en un desierto. La ceremonia de selección había durado aquel año mucho menos de lo habitual, y Neville había notado desde el primer día la cantidad de gente que no había vuelto para cursar aquel año. Esperaban que al menos los viejos miembros acudieran a la reunión aquella noche, aunque Neville lo entendería si no lo hicieran. Todo el mundo tenía miedo. Los castigos que los mortífagos imponían eran tan severos que era solamente casualidad que aquella noche ningún ex miembro del ED estuviera encadenado en las mazmorras. Neville había sido sometido a la maldición cruciatus más que nadie durante aquellas dos semanas que llevaban de curso, y a Seamus también le había tocado alguna vez. Nadie en Gryffindor quería tolerar que los Carrow se pasaran de la ralla más de lo que su poder les permitía, aunque era imposible enfrentarles siempre, de lo contrario a aquellas alturas Neville habría quedado en un estado parecido al de sus padres. Sus padres… ojalá pudiera contarles lo que estaba pasando.
La puerta de la sala se abrió. Neville se llevó la mano al bolsillo de la túnica por si acaso, pero enseguida vio a Ginny y a Luna, las dos sonrientes y contentas de verlo. Casi no habían podido hablar en aquellas dos semanas. Pese a la alegría, las dos tenían muy mal aspecto. Luna tenía un corte en la mejilla y un ojo dañado. Ginny no paraba de temblar.
-Ayer la tuvieron encadenada en las mazmorras toda la noche- explicó Luna.
-Creí que iba a morirme de frío- dijo Ginny. Su voz aún sonaba decidida, al menos- ¿Qué te ha pasado en la cara?
-No es nada- dijo Neville. Los cortes eran lo de menos, de eso estaba seguro- Pero es probable que los demás estén peor que nosotros.
-Más asustados, seguro- coincidió Ginny- no podemos rendirnos.
-No- dijo Neville- Ni dejar que los del ED lo hagan.
-¿Creéis que van a venir?- preguntó Luna algo insegura.
Como respuesta, la puerta se volvió a abrir segundos después y entró Seamus seguido de Lavender y Parvati. Los hermanos Creevey llegaron tras ellos. Enseguida se pusieron a hablar y a comentar los acontecimientos de la semana. Lavender y Parvati acribillaron a preguntas a Ginny sobre Harry. Seamus y Colin quisieron saber dónde estaban Harry, Ron y Hermione. Ginny les contó casi lo mismo que les había contado a él y a Luna en el tren, aunque ni si quiera ella sabía muy bien lo que estaban haciendo. Más tarde fueron llegando los alumnos de las otras casas: Ernie y Susan se disculparon por la ausencia de Justin y Hannah, que no habían vuelto a Hogwarts aquel año. Terry y Michael también habían venido solos.
-¿Y Anthony? ¿Y Padma?
-Dadles tiempo- dijo Terry- en la sala común están todos muy asustados.
-Padma ya me dijo que no vendría de momento- comentó Parvati.
Neville contó caras. Eran doce en total. ¿Cuántos habían sido al principio? Muchos más.
Como ya habían llegado todos, Ginny les propuso que se sentaran. Neville había mantenido la organización de la sala que habían usado para aprender defensa en quinto, pero había incluido también algunas sillas para poder hablar. Sólo Neville, Ginny y Luna permanecieron de pie.
-Bueno, creo que todos sabemos por qué estamos aquí- comenzó Ginny. No hubo respuesta, así que la chica continuó- Neville, Luna y yo hemos decidido enfrentarnos a los Carrow lo más que podamos, pero necesitamos contar con vuestro apoyo y ayuda.
Ginny miró a Luna y después a Neville.
-Cuantos más seamos mejor- asintió Neville.
-¿Estáis seguros, chicos?- preguntó Seamus- Esos mortífagos son capaces de matar a medio colegio sin pestañear.
-No son muy simpáticos, no- dijo Ginny- pero yo tengo a toda mi familia luchando ahora mismo, no me voy a quedar aquí estudiando de brazos cruzados viendo como Carrow enseña a los Slytherin a torturar niños de primero.
-Mi padre también está luchando-anunció Luna, orgullosa- y nosotros tres estuvimos con Harry en el ministerio y cuando mataron a Dumbledore, ¿no?
-Sin Dumbledore esta escuela no es segura- dijo Parvati.
-Si me dais a elegir, yo prefiero vivir- añadió Michael Corner.
-Es el último año, chicos- aportó Ernie Mcmillian- quizás sería mejor no meterse más en líos.
-¡¿Pero no fundamos el ED precisamente para meternos en líos?! Ya estábamos al margen de las normas antes- dijo Neville- Si no vamos a luchar al menos reunámonos para seguir practicando, tenemos que aprender a defendernos de ellos.
-¿Y si nos descubren?- dudó Terry
-No lo harán- dijo Ginny- los mayores sabéis hacer encantamientos desilusionadores, podemos acordar reunirnos aquí algunas noches.
-No sé, Ginny…- dijo Lavender
-¡Yo quiero luchar!- dijo Dennis Creevey haciéndose oír- Harry está luchando contra él ahora mismo, tendríamos que hacer lo mismo. ¿Verdad Colin?
Colin miró primero a su hermano y después a Neville.
-Estoy de acuerdo.
-Pero si vamos a luchar tendremos que entrenarnos mucho, ¿No?- dijo Susan hablando por primera vez- Podríamos empezar por eso.
Neville coincidió con ella.
-¿Por qué no empezamos ahora?
Hubo varias opiniones, pero nadie estuvo en desacuerdo.
-Bien, levantáos-dijo Ginny- todos se levantaron y Ginny hizo desaparecer las sillas- ¿Os acordáis de cómo hacer un patronus?
Las caras de los demás decepcionaron bastante a Neville y a Ginny. Neville llevaba desde que había alcanzado la mayoría de edad a finales de julio practicando todos los hechizos defensivos que Harry les había enseñado, y aún no había tenido problemas.
-Vamos a recuperar el tiempo perdido.
Estuvieron practicando media hora y los resultados no fueron los que Neville esperaba. Al menos él, Ginny y Luna aún lo dominaban, y a Susan, Ernie y Terry no les costaba tanto, pero los demás tenían serias dificultades. Al final decidieron dejarlo y acordaron que Ginny enviaría mensajes a todos para comunicar la siguiente reunión.
-¡Adiós chicos!- dijo Terry cuando Michael, Susan, Ernie, Luna y él se encaminaban hacia la puerta para bajar juntos
-¡Esperad!- dijo Ginny- ¡El encantamiento desilusionador!
Entre todos se encargaron de que nadie saliera sin camuflaje, de manera que nadie pudiera verlos. Los Gryffindors se encaminaron sin hacer ruido hacia la sala común. Neville se sentía algo cansado, pero muy emocionado. Había vuelto el ED. Las cosas podían mejorar. Aún tenía fe en que Harry, Ron y Hermione cumplieran con su misión y volvieran a Hogwarts para ayudarlos. Pero de mientras no iban a quedarse de brazos cruzados.
Neville y Seamus se despidieron de las chicas y fueron a la habitación, que estaba vacía. Harry y Ron estaban en algún sitio enfrentándose a Voldemort, y Dean se había escondido para evitar que sus padres fueran asesinados, como les había pasado a muchos padres muggles.
Ya en la cama, Neville tuvo miedo. ¿Cómo iban a luchar? La mitad de ellos no estaban preparados para sobrevivir en un combate, y en una guerra…
La puerta del dormitorio se abrió de pronto. Neville se levantó instintivamente y sacó la varita. Vio que Seamus había hecho lo mismo. Pero era Ginny quien estaba en la puerta, seguida de Parvati y Lavender.
-¿Nos podemos quedar?- preguntó Parvati
-No quiero estar sola esta noche- dijo Ginny
No esperaron respuesta y entraron. Había tres camas vacías, pero las chicas ocuparon una sola. Neville entendía como se sentían. De hecho él y Seamus también habrían pensado en lo mismo si hubieran podido entrar en el dormitorio de las chicas.
-¿Wanda y Jessica no os han preguntado nada?- quiso saber Seamus
-Estaban dormidas- explicó Lavender.
-Deberíamos contarles acerca del ED- dijo Parvati.
-Mañana- dijo Lavender en un bostezo.
-Cuanta más gente mejor- dijo Neville repitiendo lo que ya había dicho antes. Tenían que estar juntos en aquello- ¿Qué haces, Seamus?
-¡Expecto Patronum!
De la punta de la varita de Seamus salió un haz de luz plateada, y un zorro planteado correteó por la habitación, iluminándola.
-¡Lo he conseguido!- gritó Seamus eufórico.
Todos estuvieron encantados al ver los progresos de Seamus. Neville vio a Ginny sonreír complacida antes de que el patronus desapareciera y la habitación volviera a quedar en penumbra, y supo que valía la pena el esfuerzo.
